Partida Rol por web

Un sentimiento de frustración, casi que de impotencia, invadía mi ser. Tener que asesinar sin poder dar una digna contienda era algo que bajaba la moral, ¿Pero que se podía hacer? Era eso o tirarse en suicido contra un ejército armado hasta los dientes. Lo que figuraba seria sacar mis facultades de agilidad más un hacha de una mano o bien un arco en vista de que la reserva de ballestas no era una opción. 

—¡Pues yo me ofrezco para infiltrar! Prefiero tratar de ir a paso de asesino a quedarme aquí viendo como se roban toda acción. He de admitir, que perderemos tiempo si interrogamos a un guardia, por lo que supongo que lo más rápido que podemos hacer para sacar información será amenazarles en el acto y asesinarlos en el proceso, ocultamos los cadáveres y con lo que sepamos entraremos a la fortaleza de una puñetera vez. Por cierto, ¿Almenos ha de quedarnos un mísero arco, William? O es que todo el arsenal esta tan oxidado como vuestras almas. 

-Charles, tenemos que pensar esto detalladamente. Tienes razón, interrogarlo tomaría mucho tiempo, por lo que infiltrarse es la mejor idea, aunque no cercenando cabezas por nuestro paso. Esto es una ciudadela, no un fuerte.

— ¿infiltrarnos? ¡Qué gran idea! De esa manera nos quedaremos encerrados con los que hemos venido a rescatar ¿o pensáis salir luego por la puerta dando los buenos días? Corregidme si me equivoco pero el problema que tienen es que no pueden salir ¿cómo vamos a salir una vez dentro? 

-Sumadle a eso el tiempo que estamos desgastando en darle vueltas al asunto. No hay demasiado en que pensar, entrar en sigilo cuando caiga la noche y hacer lo posible por evadir las patrullas con un grupo pequeño que reduzca las posibilidades de ser vistos. Una vez dentro robamos el equipamiento de algún soldado para pasar más serenos, entramos a la fortaleza y sacamos a quien podamos con el mismo proceso, les tiramos encima un equipamiento de soldado y salimos como si nada. 

-¡Algo nos maquinaremos al tratar de entrar a la fortaleza! Debe de haber una salida trasera, un pasadizo subterráneo o algo que nos de acceso discreto. 

-Exacto muchacho -dijo el capitán palmeando animado la espalda de Charles- de momento el problema es infiltrarse, lo de salir ya lo planearemos luego -dijo con una media sonrisa.

Era visible que el mercenario era un tipo de planes cortos e inmediatos, no tenía mucha visión de futuro y poco le preocupaba aquello que sonsideraba lejano. Por ello continuó diciendo:

-Prefiero no hacer demasiados planes pues es muy probable que estemos todos muertos jajaja -dijo riendo como si no le importase lo más mínimo perecer.

Alfred finalmente bajó de la colina para ver al grupo. Este pudo oír las ultimas ideas que ellos estaban tramando.

En eso se acercó para poder interrumpir.

¿Y si fueramos nosotros, los qué creamos ese pasadizo para escapar luego?

Alfred estaba interesado en la idea de infiltrarse entre los guerreros para poder adentrarse en la fortaleza. Pero era cierto que, una vez adentro, no tendrían forma de salir. Si lo hubiera, ya lo habrían hecho.

Nosotros crearemos la forma de escapar de allí. Tengo una cantidad de sogas que he comprado en el mercado de la ciudad. Supuse que haría falta para este trabajo.

Si nos colamos, y cada uno lleva su soga, ataremos la soga a una muralla al otro lado de la fortaleza, y bajaremos por la cuerda hasta descender a tierra. Allí, habrá que correr.

Creanme, no es la mejor idea. Pero es la única que tengo. Yo les dije que esto no sería sencillo de hacer, y quizás lo más probable que es muramos todos.

Sólo para asegurarme de que soy el único suicida — miró a Pólux — Sugerís que nos acerquemos al castillo sin que nos vean el ejército que lo asedia, luego pegamos en la puerta del castillo y abrirán a unos desconocidos armados, si no escalamos la murralla porque seguro que estando asediados no la vigilan o buscamos el cártel de entrada secreta, entramos en el patio de armas a que nos reciban amistosamente

— Y para salir nos deslizamos por la muralla con unas cuerdas mientras los que nos asedian aplauden.

— Empiezo a entender porque somos mercenarios y no soldados. 

Ahora es cuando te dicen cosas bonitas y te atraviesan con las espadas pero ¿quién quiere seguir viviendo? 

En cambio el plan de bombardearlos es bueno. Les tiramos las bolas de fuego y nos movemos.  Ellos están acampados,  tendrán que ponerse las armaduras y ensillar los caballos.  Cuando lleguen ya no estaremos aquí.  Pero no pueden permitirse tener enemigos a su espaldas por lo que tienen que mandar gente a por nosotros. Podemos cavar zanjas para que caigan los caballos y dedicarnos a pequeñas escaramuzas que atraigan la atención sobre nosotros y retrasen el asalto del castillo. 

Pero si entramos dentro con ese ejército fuera vamos a tener que defendernos de un asedio. 

-Claro, y las armas de asedio se construyen en un instante, sin hacer ruido y sin que ellos nos vean. Y si lo hacen simplemente pensarán: Oh Dios mío! Están construyendo armamento de asedio, me pregunto para que será! Apenas vean que estamos construyendo algo, nos atacarán, espero me perdone, Sir Lucas, pero ese es un plan absurdo.

Lo dije mosqueado porque era un plan ciertamente absurdo. Antes de construir cualquier cosa, necesitarían madera, y si los ven talando sin permiso del Señor de las tierras, terminarían ahorcados.

-Exacto William -dijo apoyando a su compañero y haciendo patente que la propuesta de aquel tipo era totalmente inverosímil- ¿tienes alguna puta idea de como se hacen esas cosas? porque ninguno de aquí sabe, y no sé como piensas conseguir elementos indispensables como la brea -expuso arrepintiéndose de haberse postulado a favor de aquel pobre idiota -así que haznos un favor, mientras no tengas un plan mejor ¡cierra tu puta boca recluta! -gritó sin ningún tipo de pudor contra el mercenario.

Luego, tras dejar en su sitio a aquel hombre, le respondió a alguna de sus dudas con el plan diciendo:

-Al acercarnos al castillo, enarbolaremos una bandera de tregua, a los sitiadores les extrañará, por lo que debemos actuar rápido; y no sé tú, pero los pactos para dialogar se suelen respetar, además, en el supuesto de que no nos abran para parlamentar, sino que lo hagan a través de las almenas, diremos que nos envía el noble ese que nos dio la misión, del cual parecía ser amigo, así como el salvoconducto o algún tipo de documento que diga que no somos enemigos, porque algo así tendremos ¿no Alfred? -dijo mirando a su superior con la esperanza de que también hubiese tenido en cuenta esa parte.

¿Enemigos? Ah sí... es verdad. Lo siento muchachos, no he sido franco con ustedes. 

No estamos aceptando esta misión para salvar a ese pobre idiota. Queremos robarle un amuleto de oro y zafiros que posee, y matarlo nosotros mismos. Esa es mi verdadera intención de esta misión. No salvar a ese idiota.

¡JA! ¡Cómo iba a olvidarme de contar ese detalle!  - este echó a reirse, sin importarle en lo más mínimo que todo cambiará radicalmente tras semejante declaración.

—Nosotros no vamos a asediar a nadie son los soldados los que asedian ¿o creéis que están acampados? 

Cuando Alfred comentó que no era una misión de rescate lo miró con sorpresa y luego con odio. 

— Supongo que la edad debe estar afectando a tu memoria porque no quiero pensar que pretendieras quedártelo para ti solo — puso la mano alrededor del puño de su espada — si piensas golpearme para imponer disciplina déjame decirte que yo no soy un caballero como William

-Lucas, calma... Ve y busca un escudo para mí, por favor. Tengo que hablar algo contigo, referente a lo sucedido en aquel pueblo.

Miré a Pólux, indicándole que debería seguirme para charlar con Lucas, le di la misma mirada a Varen, con suerte, sabrían cuales eran mis intenciones...

Pólux contrajo su mandíbula con fuerza al escuchar como el malnacido de Alfred volvía a intentar una de las suyas, sin embargo, vio en el semblante de Varen que una idea brilló en su mente; por lo que no dijo nada. Sin embargo, al ver que el caballero le instaba a seguirle con la mirada, no lo dudó ni un instante y se excusó para seguirlo diciendo:

-Me aseguraré que esos dos no planeen nada raro, ahora vuelvo, ¿Varen vienes conmigo? no me gusta ir solo en territorio enemigo -expuso con la esperanza de que sonara creíble su alegato.

Una vez a solas, Pólux miró a William con gesto interrogante, pues lo que iban a debatir era bastante privado, y al parecer el caballero tenía un plan, por ello le preguntó:

-¿Crees que podemos confiar en él William? -dijo mientras miraba de reojo a Lucas pues no le inspiraba mucha confianza aún.

— Tan sólo un momento, sir William — se acercó a los hermanos y sonrió — empiezo a entender esto de la nobleza.  Se defiende el honor de una bárbara ante los enemigos para después asesinar a un noble por sus joyas. Voy a aprender mucho junto a vosotros. 

Se alejó de los hermanos y siguió a William. 

Aquello olía a golpe de estado a kilómetros, lo malo es que si alguien como él lo olía hasta un desmemoriado como Alfred se habría dado cuenta.  No es que importara mucho. Acababa de amenazar al jefe delante de todos y eso ers algo que Alfred no podía permitirse de modo que un cambio de mando no era algo tan malo. 

— Si me preguntáis a mí creo que no deberíais confiarme nada. Sin dudas Alfred me vigilara con lupa, lo que supongo que os viene bien para vuestros propósitos. No me importa hacer de cebo;  pero sigo creyendo que es mejor que no sepa nada por si le da por preguntarme,  ya sabéis, como en las mazmorras de cierta ciudad. 

-Podemos confiar en él, Pólux.

Miré a Pólux seriamente. Para el plan se debía contar con unas cuantas personas más, y Sir Lucas era bastante diestro con las armas.

-Sir Lucas, como debes observar, Alfred esta liderando este grupo de una manera en la que terminaremos todos muertos. Varen y Pólux aquí presentes, son los ideales a liderar este grupo, pero nadie los seguiría mientras Alfred siga con vida. Te lo digo porque ya nos conocemos, y acabas de ver como a Alfred le importa un bledo nuestras vidas siempre y cuando se le llenen sus bolsillos... Por lo que deberíamos acabar con esta situación. Sé que mis razones no serían suficientes, Sir Lucas, pero con un cambio de jefe, puedo asegurarle que trae muchos beneficios para todos.

— Me parecen más que razonables, lo que no entiendo es el problema que parecéis tener. No creo que haya alguien que no vea lo que sucede con Alfred — se tomó un momento — ¿por qué sigue vive? 

-Estamos esperando el momento indicado para hacerlo. Sir Lucas, entiendo que desee desconocer los planes de esta operación, pero solo se lo comento para saber si cuento con su apoyo. Llegado el momento, espero saber que estará de nuestro lado.