Partida Rol por web

El mercenario veía que si Alfred no entraba con ellos, tarde o temprano les traicionaría si le dejaban fuera y sin correr peligro, por lo que insistió a sus compañeros en conseguir algunas armaduras más diciendo:

-Necesitamos más infiltrados, sino, en caso de que nos descubran no podremos oponer nada de resistencia, vaciemos un par de tiendas y nos ponemos en marcha mientras el resto lo esconde todo, ¿de acuerdo? -dijo mirando especialmente a Varen- el plan es simple, desde fuera decimos que se levante que lo llama el capitán y al salir lo degollamos sin hacer ruido, fácil y rápido, ¿entendido?

Había muy poco tiempo para actuar, y la decisión de seguir saqueando alguna tiendas era una opción.

- Si salen de a uno, estimo que será un problema intentar degollarlo en silencio.- Oktael se hacía una imagen mental de la escena. - Pero tampoco se me ocurre nada mejor para hacer sin tiempo. Calculo que podremos hacer salir a uno o dos. Después deberíamos entrar a la tienda procurando que no nos reconozcan, y terminar con los que estén dentro.

Ahrem se acercó al grupo indeciso de mercenarios, quienes no parecían ponerse de acuerdo sobre cómo actuar.

Alfred dice que debemos adentrarnos en las carpas para asesinar al menos a 15 hombres. Quiere que toda la banda entera entre al campamento. ¿Qué planean hacer?

-Conseguiremos entonces algunas más, ¿no creéis muchachos? al menos para que entre otro grupo y que ellos sigan consiguiendo armaduras e insignias mientras nosotros nos adentramos, así no podrán pillarnos a todos... -dijo esbozando su media sonrisa a modo de mueca cómica- así que no nos demoremos, cuanto más tiempo perdamos peor, seguidme -dijo mientras se movía con sumo sigilo.

Acto seguido se acercó a una tienda, y desde fuera y en voz baja dijo:

-¡Eh! el jefe os llama, han pillado a los guardias borrachos como una cuba y os toca hacer el turno hasta el cambio de ronda -dijo esperando que quedara creíble.

Cuando salieron, se colocó delante de ellos, esperando que los demás mercenarios se quedaran detrás de los nuevos soldados, y les dijo:

-Seguidme, es por aquí... -dijo mientras se movía guiándolos hasta la zona por la que entraron, y esperando la señal de sus compañeros para girarse y matar al que tenía más cerca.

-Órdenes... Habrá que seguirlas.

Acompañé a Pólux desde lejos y vi como lleva el grupo aparte. Me quedé oculto en las sombras hasta que Pólux desenfundó. Tomé mi espada y me acerqué por la espalda del grupo. 

Oktael le siguió la corriente a Polux, desenfundando su daga para poder maniobrar mejor desde las espaldas. Tenía que conseguir un ataque limpio y rápido. No podía llamar mucho la atención. Hasta ahora no había visto otro guardia de color.

A pesar de sentir la imperiosa necesidad de ir corriendo tras los esclavos, debía mantener la compostura. Si iba a encontrar a su familia, tenía que ser paciente en momentos de impaciencia. No podía echar a perder tanto esfuerzo por alguna decisión apresurada.

Se concentró y realizó sus maniobras con la mayor precisión posible...

La forma de intentar burlar a los guardias, de parte de Polux, había sido brillante. Estos cayeron completamente en la trampa.

Polux logró abatir a dos guardias, Oktael a uno, y William intentó emboscar a uno que se percató de su presencia. Lucharon abiertamente, siendo casi derrotado por el mismo. Oktael fue quien intervino y puso la balanza a favor de William, al atacar las piernas del agresor.

Tras acabar con suma maestría con dos guardias, Pólux contempló con el corazón en un puño cómo William estuvo a punto de caer en la pelea. Por suerte el hombre oscuro intervino a tiempo y evitó un serio problema. Por ello, y sin saber si aquel altercado habría llamado mucho la atención, se dispuso a proceder con rapidez, y mirando a uno de los dos jóvenes hermanos que habían reclutado, le dijo:

-Avisa a Alfred de que tenemos más armaduras, pero debemos movernos ya, venid, tú y tu hermano, junto con Alfred y con aquellos que él decida, debemos movernos ya, es cuestión de tiempo que nos detecten... -dijo alertándolo de la situación.

Tras ello, organizó a sus compañeros en silencio y les ordenó esconder los cadáveres y esperar en la zona de guardia a que llegara el resto del grupo; así no llamarían mucho la atención y podrían esperar a que los demás se vistieran sin muchos problemas.

-Sigamos adelante. -Dije jadeando, aquél hombre demostró ser hábil en combate, tanto que me colocó en apuros. - Con esto tenemos suficientes armaduras, y no debemos llamar la atención. Voy a entrar ¿Vienen?

Oktael se encontraba tranquilo luego de dar muerte a un guardia y ayudar con otro. Matar no era de su agrado, pero mientras sea por una buena causa, no le hacía asco a nada. 

Escondiendo con esfuerzo los cuerpos ya sin vida de sus enemigos se apresuró a coincidir con todos.

- Entremos sin más dilatación. Coincido con que mucho tiempo más no tenemos...

Ahrem había tomado las armaduras proporcionadas por Polux y los demás. Este las llevó con Alfred, y algunos cuantos de los hombres se adentraron al campamento.

Todos empezaron a adentrarse en las tiendas de campaña para ir asesinando gente dentro de las mismas.

Cuando los cadáveres ya estuvieron escondidos, y las primeras tiendas cercanas a las puertas tenían a todos los guardias liquidados. Alfred se acercó a Polux.

Lo has llevado bien Polux, te felicito. Al final no eres tan inútil. Supongo que podrás manejar bien esta compañía cuando me hayas asesinado, ¿no lo crees?

Este observó con mucha frialdad y con gesto solemne. Como desafiándolo en ese mismo momento a que se revele e intente matarlo.

-¿De verdad quieres hacer esto acá, Alfred? Eres un maldito patán, pretendes hacer que nos maten a todos solo para enriquecer tu propio trasero. Terminemos la misión, y podremos solucionar esto de una vez por todas...

Vi la mirada de aquel hombre al que detestaba tanto. Me recordaba a aquellos nobles tan desagradables a los que les solía trabajar. Agarré la espada con mayor fuerza, y mantuve mis sentidos alerta para verificar cuantos leales a Alfred se encontraban aquí...

Oktael percibía la tensión en el ambiente y el asunto parecía que no iba a amainar. Ponerse a discutir en medio de la misión no resultaba para nada alentador.

Mirando a ambos hombres, Oktael dijo. - No es momento para esto, terminemos con nuestra empresa de una maldita vez.- su voz sonaba rígida y determinante. Dentro de poco estarían rodeados por guardias enemigos, y no tenían más tiempo que perder.

A punto estuvo de responder impetuosamente al comentario de Alfred, sin embargo, Varen le puso una mano en el hombro a tiempo de sosegarlo, por lo que intentó serenarse y le respondió en tono seco:

-Tampoco es que esté el listón muy alto... -dijo en clara crítica hacia su superior, pues aunque pensaba decir algo mucho peor, no pudo callarse todas sus ansias de decir lo que pensaba- sobretodo cuando os ponéis a deliberar tales asuntos en medio de la misión -concluyó a la vez que aprovechaba su mordaz comentario para seguir adelante hacia el castillo y conseguir infiltrarse.

Por otro lado, vio la enérgica reacción del caballero, por lo que se llevó la mano a su empuñadura por si tenía que acudir en auxilio de su compañero.

Vi la reacción de Pólux, y aquél comentario que buscaba una situación diplomática... Tal vez el comentario que hice ocasionaría una batalla en éste grupo...

Abrí la boca para responderle a Pólux, pero ninguna palabra salió. Simplemente me mantuve a la guardia, observando el terreno para saber que acción tomar.

¡La tensión del ambiente era tan entretenida! Todos los conflictos morales estaban a un paso de estallar cual volcan iracundo, cada caballero (si se le podia considerar asi) estrujaba el mango de su arma en señal de ferviente sed aniquiladora. ¿Un motín para cercenar al cerdo de Alfred? Sonaba exquisito para el paladar del alma y los sentidos. ¿Debia yo de elegir un bando y actuar sagaz con quien se viera mas tentador? Tenia un banquete de emociones divididas y un simple paso para qué empezara el baile del acero y la sangre. 

-Si no acabamos nuestros conflictos internos aqui ¿Que nos asegura que al tener nuestra recompensa no nos apuñalen por la espalda?-Mencione con un claro tono burlón para pasar ambiguamente a aires mas secos- Yo digo que la unica condición para que el oro este asegurado es que al atravesar el umbral nuestro pintoresco grupo este tajado, menos gente es igual a mas confianza... ¡Y mas entretenimiento! 

¿Y es que les estaba dejando una amenaza en sus narices? No, no, no... ¡Solo avivaba la llama del combate! Era obvio que lo que tenia que pasar estaba predestinado por el destino, quien vehemente queria saciar su paladar de la furia del combate, de la dulzura suave de la traición. Me lleve las manos hacia el mango de mi preciada cimitarra deseosa de sangre tal como la mayoria del grupo. 

-¿Habeis tomado una decision? En ese caso, espero que sea digna de cumplirse con su merecida diversión. 

En definitiva, creo que el vikingo lleva la razón. ¿Por qué no acabamos aquí la disputa? Ya no hay confianza entre nosotros aquí. No existe forma de que esta misión salga bien. ¿No creen?

Todos los hombres de Alfred se acercaron con los uniformes recolectados gracias al grupo. Uno de ellos tenía un arco y flecha y lo primero que hizo fue disparar al pecho de Varen. Este cayó abatido de forma inmediata.

Entonces Alfred empezó a gritar:

¡Traidores! ¡Tenemos traidores en el campamento! ¡Se nos están colando!