¡Maldita sea, chaval! ¡¿Por qué no cierras la boca tu también? ¡Por si no te has dado cuenta, este grupo de idiotas que somos nosotros, estamos intentando salvaros el culo a ti y los tuyos!
Oktael podía entender la bronca de su hijo para con él, pero esto rayaba la locura. Su hijo había crecido con mucho resentimiento y lo entendía, pero ya debería saber cómo funcionaba aquello
- Hijo... ellos son la causa de que yo siga con vida, y de que te haya podido encontrar. Además, me dio su palabra- dijo mirándo a Ahrem con solemnidad.- Y para mi es suficiente. Estense preparados, pronto los sacaremos.-
Diciendo eso, se alejó de los barrotes para continuar con el plan.
Pólux llegó a donde se congregaban sus compañeros, con la cara asombrosamente pálida, como si hubiera visto un fantasma...
No obstante, sabiendo que nadie le creería si contaba lo que había visto, optó por no decir nada y que no lo tomaran por loco. Por ello, permaneciendo expectante ante lo que allí acontecía, no dudó en intervenir:
-Yo acabo de llegar muchacho -dijo mirando a Bertram el cual podía sentir el frío tacto de su piel- el prisionero está bien, aunque muy muy débil, no sé si podrá andar si quiera -expuso informando sobre lo que había descubierto y dejando claro que nadie le había impedido nada.
Acto seguido, viendo como el guerrero negro se deshacía en lágrimas dijo:
-¡Por dios! levántate hombre, aunque ese sea tu hijo -dijo suponiendo lo que parecía obvio- no querrás que los soldados lo sepan ¿no? -expuso apelando al sentido práctico de Oktael- ya lo sacaremos en cuanto podamos, pero si alguien se entera de tu relación con él, créeme que será imposible recuperarlo...
Finalmente, y tras ver como el africano se recuperaba, miró a los demás diciendo:
-Veo que habéis conseguido las cuerdas, estupendo, ahora sólo queda esperar a la noche, ¿no? -preguntó para saber si todos pensaban seguir el plan inicial o si habían pensado otra cosa, lo cual parecía lo más probable teniendo en cuenta la aparición del hijo de Oktael.
Pobre máster, lleva como 5 pnj a la vez XD, espero que dure poco...
-Podremos interceptarlos... Pero debemos recordar algo de vital importancia ¿Cuando saldrán para ser vendidos? después de todo, están bajo asedio, podrían pasar meses tal vez, para poder ser transportados. O peor aún, tal vez los capturen el ejército de Nikómedes, y en ese caso no podríamos hacer absolutamente nada.- Todo esto lo dije en voz baja, de manera que no escucharan oídos ajenos. Pude ver entre los esclavos a algunos con la ropa hecha jirones, y estos revelaban algunas heridas de látigo. Cualquiera con cierto nivel de educación sabía que Lumen era implacable con los esclavos, y muchas veces estos morían por sus estrictos señores. Mientras veía esto, no podía comprender el porqué nadie hacía nada por ayudarles. Empecé a recordar donde se encontraba la armería, y contado con nuestras armas e incluyendo a los esclavos, habían 3 hombres por cada arma... Por ahora.
Lo siento chicos, Un Justo y Moralista no permitirá que todo vaya según el plan xD.
El capitán, viendo como aquello se estaba yendo de las manos, sobretodo teniendo en cuenta los últimos acontecimientos, intervino diciendo:
-Vamos a ver, yo me niego a poner en riesgo todo esto por algo que sólo servirá para empeorarlo todo, estoy completamente seguro de que "el jefe" -dijo refiriéndose a Nikómedes pero sin que las demás personas que allí hubiera lo entendieran- respetará la vida de quien le digamos, siempre y cuando cumplamos con nuestra misión, es más, si le decimos que queremos participar en el asedio, gustoso prescindirá de los prisioneros enemigos que queramos -dijo a la vez que echaba un vistazo al interior por si hubiera alguna mujer bonita- así que aguantemos, yo también prometo volver a por tu hijo, pero no hagáis ninguna locura ahora, ¿entendido? -expuso finalmente esperando que eso calmara los ánimos.
No la liéis que os vendo a la más mínima XD.
Polux lleva la razón en este momento. Poco podemos hacer, si aún queremos salir vivos de este sitio, y por la puerta grande.
Lucas no parecía de ánimos para seguir combatiendo. Tomó las cuerdas que William había conseguido, y empezó a apartarse del grupo.
¿Están diciendome que no habrá baño de sangre? ¡Ay! ¡Por todos los dioses! ¿Que debe hacer uno para conseguir una buena pelea?
Basta, Charles. No quiero más juegos por hoy. Estoy de acuerdo con Polux en su exposición. Esperaremos a terminar nuestra misión y hallar el modo de sacarlo luego, ya que el chaval no desea irse sin sus otros amigos. Nada podemos hacer en esta instancia.
Oktael escuchó con atención las palabras de sus compañeros. Con cierta reticencia aceptó sus palabras. Sabía que cualquier cosa que intentaran en ese momento solo empeoraría las cosas. En silencio y cabizbajo empezó a realizar los preparativos para continuar con el plan establecido. Sabía que lo ojos duros de su hijo lo mirarían con desilusión, pero esperaba que pudiera entenderlo luego.
Ureko dio una mirada de desaprobación total a su padre, y sin decir nada, solo siguió sentado en su lugar.
Muy bien. Sugiero que busquemos ya al prisionero y larguemosnos. Dentro de poco y nada caerá la noche. No quiero estar ni un segundo más aquí.
Sí, ya esta anocheciendo. Hagamos esto de una vez. Polux, ¿quieres buscarlo tu?
Cuando le mencionaron lo de internarse nuevamente en aquella prisión, un escalofrío recorrió la espalda de Pólux, y con caras de pocos amigos y haciendo aspavientos con las manos, respondió:
-Lo siento, yo no entro ahí -dijo con la cara un tanto blanca- pero sí os diré como llegar hasta Parloq, pues así se llama el prisionero, Parloq Ussanos; por lo visto hay falta de aire en los niveles inferiores, así que tened cuidado -dijo con una mirada de advertencia, sin dejar muy claro si ese era el motivo de su desavenencia a entrar o si había algo más- mientras avisaré al capitán del castillo, para que nos de su permiso de sacar al prisionero y de que haga el ataque distractorio ¿entendido? -concluyó esperando que no hubiera ninguna duda.
Oktael escuchaba con atenión a Pollux, mientras se le revolvía el estómago de solo pensar en abandonar a su hijo nuevamente.
Las dudas empezaron a aparecer en su cara y sus acciones
- No sé... no me cierra..- empezó a decir dubitativo...
De acuerdo, yo me haré cargo del prisionero, no hay problema. Yo lo traigo. Polux, habla entonces con el general.
Nos encontraremos aquí dentro de 20 minutos.
Oktael, hermano... - dijo en un tono sospechoso, como buscando generar una confianza con el negro que jamás habían tenido anteriormente.
Aquí el problema es que tu hijo quiere quedarse, y tu quieres sacarlo. ¿Y si solo lo dormimos de un golpe, y nos lo llevamos contra su voluntad? Eso evitará todos estos problemas que estamos teniendo. Tendrás a tu hijo, y no pondremos la misión en riesgo.
El tono de Lucas claramente era tan bajo como para que Ureko no lo escuche.
El guerrero asintió a Bertram, le alegraba que hubiera aún alguien que hiciera las cosas con tal resolución. Por ello, antes de que se marchara le advirtió:
-Perfecto muchacho, así me gusta, pero ten cuidado allí, y pase lo que pase, no bajes a los niveles más inferiores, ¿entendido? -le dijo para que no imitara su error...
Sin embargo, su cara se asqueó cuando vio el cariz que estaba tomando la reciente aparición del hijo del negro; Pólux nunca había tenido mucho trato con Oktael, pero parecía alguien fiable, por lo que le dijo antes de irse:
-Hagas lo que hagas, ten en cuenta que todos nos jugamos el cuello, confío en tu juicio; tu hijo podemos salvarlo, pero si caemos aquí, olvídate de todo eso... -le recordó a modo de despedida antes de marcharse a buscar al jefe del castillo.
Pues eso, me despido y me voy a buscar al líder del castillo, con un poco de suerte nos ayudan y todo XD.
-Lord Bertram, quisiera acompañarlo. Para que un hombre como Pólux se comporte como un soldado primerizo, debe ocurrir algo extraño. Y quiero confirmarlo.- Dije esto con resolución, y quería ver que cosas sucedían en este fuerte, y así confirmar el tipo de liderazgo militar de Lumen. Esclavos, abusos, torturas... Cada vez me sentía más asqueado.
Bertram observó a William y asintió tras pensarlo unos instantes. Estos caminaron hacia los calabozos. Bajaron por las escalinatas y encontraron la celda de Parloq. Este se veía arrojado en el suelo, completamente inconsciente y desmayado. Su condición era muy deplorable.
Bertram llamó al carcelero y le solicito que abriese la puerta de la celda. Entonces se adentró a la misma y comenzó a abofetear suavemente a Parloq, con la intención de que se levante.
Vamos, chaval, vinimos a llevarte. Mueve el culo.
El joven no parecía reaccionar.
Traiganme algo de agua.