Partida Rol por web

Varen se alejó para hablar con Polux en privado.

Viejo amigo, sabes que siempre hemos perseguido el objetivo de tener nuestro propio grupo de mercenarios. Esta gente nos aprecia y nos reconoce como figuras importantes de autoridad.

Sé que no es lo mismo, pero ¿qué haríamos sino? ¿Lanzarnos a reclutar soldados? Lo más probable es que terminemos dentro de otro grupo de mercenarios, y como recién iniciados.

Podemos llegar a conseguir dinero de los hermanos de Roland. Quizás podamos participar en un ejército real.

¿Quieres dedicarte siempre a perseguir contratos? No lo sé, Polux, yo creo que quiero algo más. Formar parte de algo más.

Las palabras de su viejo amigo, eran las mismas que le preocupaban, pero no entendía como su compañero tenía tan claro que aquel era el mejor medio para conseguirlas. No obstante, Varen siempre había sido el cerebro de los dos, por lo que dijo en tono cercano:

-Está bien amigo mío, iremos con ellos pues, pero dudo mucho que nos vaya a ir bien; no obstante, tú sabes mejor que yo cómo va esto, y si crees que es lo mejor, así lo creeré yo también; al fin y al cabo en algo tienes razón, son una buena compañía, y eso es mucho más de lo que hemos tenido en mucho tiempo... -dijo con sinceridad- en cuanto al nuevo ¿qué piensas de él? yo creo que es un espía, dudo mucho que la mismísima mano del rey se interese en que se una a un grupo de mercenarios exiguo, eso no le entra en la cabeza a nadio -expuso mostrando sus sospechas- ah, y por cierto ¿cómo te encuentras? ¿crees que podrás volver a empuñar un arma? -preguntó bastante preocupado por su fiel amigo.

Este observó seriamente a Polux. Sentía, muy dentro suyo, un poco de temor de que su camino terminase seperandose de su viejo amigo. Sonrió, casi forzosamente, al ver que este depositaba toda su confianza en él, como otorgandole ese lugar de ser el único que pensaba.

Pero Varen no lo pensaba así, él siempre consideró que Polux también tenia mucha astucia. Aunque quizás no pudiera darse cuenta él mismo.

Sí, pienso que llevas razón en eso - se volteó, para observar a Edain. 

Es muy posible, pero aunque lo fuera, ¿qué problema hay? Tendrá el mismo objetivo que nosotros, de llegar a Roland, y averiguar que pasa. Si consigue la información, se irá, y nosotros seguiremos nuestro camino sin problema.

Luego este se quedó callado tras la pregunta de su condición física. Se le veía un poco frustrado.

Aún tengo bastante dolor según como muevo mis brazos. Espero recuperarme pronto.

-Sí, es lo más probable, pero ya sabes que hay que estar alerta, nunca se sabe con esa gente... -respondió a su fiel compañero- y me alegra saber que volverás a ser el de siempre, no sabes cuanto me preocupaba; no obstante, pase lo que pase, siempre estaré a tu lado y nunca te dejaré atrás, ¿lo sabes verdad? -le dijo a Varen agarrándole el cogote y chocando su frente contra la suya, en gesto de amistad.

Acto seguido, volvió con el grupo para transmitirle su decisión...

Pólux regresó con el resto, con el semblante un tanto más tranquilo y les dijo:

-Bueno, les alegrará saber que mi amigo Varen me ha convencido para marchar con vosotros, si conseguimos salir de todo esto, espero una recompensa en virtud al sacrificio realizado, no nos despachéis con una palmadita en la espalda -expuso recordando al avaro de Nikómedes- no obstante, antes de partir, creo que tenemos un asunto entre manos, el general de este ejército, aún tiene a Alfred prisionero, y creo que cometeríamos un grave error si lo dejamos vivo y en manos de Nikómedes, seguro que intenta comerle la cabeza para que lo libere, y en ese caso, hará todo lo posible para que no lleguemos a Roland ni a ningún lado; por lo que creo, que si al señor Parloq y a vos también señor Algedrian, le parece bien, podrían interceder por nosotros para que el señor de Elísea nos de a dicho prisionero, ¿no os parece? quizás deberíais ir vos a hablar William, tú pareces caerle bien -concluyó un tanto intranquilo de dejar a semejante cabo suelto a sus espaldas...

Este observó a Polux con atención, se le vio un poco dubitativo, pero terminó por asentir la cabeza.

Bien, ustedes me salvaron. Interceder por ustedes es lo mínimo que podría hacer. Además, es evidente que tienen historia pendiente con aquel sujeto.

¿Quien me acompaña, entonces? - Expuso, mirando a William y los demás. 

Luego de escuchar todo, me di cuenta de que ese nuevo acompañante iba a suponer problemas.

-Enseguida hablo con Lord Nikómedes, Pólux. Si desea, lo puedo acompañar yo, Sir Ussanos.

Había estado reflexionando acerca de todo lo sucedido, pero no podía encontrar una clara respuesta. Tal vez al final de mi vida terminaría con una daga en la espalda o una espada en el estómago, pero dudaba mucho que acabara rodeado de mi progenie. Tal vez, ni siquiera tendría herederos (aunque ya no tenía nada que pudiera heredarles).

Esplendido, vamos entonces...

Estos se retiraron hasta ver a Nikomedes.

Nikomedes estaba sentado, escribiendo una carta en la mesa de su tienda de campaña. Se le veía muy serio, como si intentara descubrir que palabras debía usar.

En eso, vio como Parloq y William entraron. Enseguida se puso de mal humor.

¿Otra vez ustedes? Realmente no entienden cuando alguien les dice que se vayan y dejen de molestar. Ya les he permitido quedarse toda la noche para descansar. ¿Qué quieren ahora?

Si me permite, mi general - expuso, de la forma más sensible y amable posible - los mercenarios tienen una petición para usted.

-Lord Nikómedes, nuevamente me disculpo por la interrupción, sin embargo, me temo que he de pedirle un último favo, y es que considere nuevamente la petición que le hicimos hace un para de noches.- Lo miré a los ojos, esperando que entendiera a lo que me refería.- Como usted bien recuerda, buenos hombres murieron por culpa de nuestro anterior cabecilla, y esperamos que nos presente con la oportunidad de decapitarlo como se merece.

Esto último, lo dije con la frente en alto, dándole a entender que era muy importante para mí. Sabía que ese acto era impetuoso hacia un Noble, pero a diferencia de los demás, Nikómedes era un general. Y si algo había aprendido en mi pasado como soldado, era que a la hora de hacer una solicitud a alguien de mayor rango, era importante demostrar la cortesía y valentía que éste se merecía.

-Sin embargo, Lord, no le pedimos el "honor" de ejecutarlo, pero es importante para nuestra compañía el verlo pagar por lo que ha hecho.

Este escuchó a William, pero enseguida empezó a negar con la cabeza, poniendose de pie.

Tengo intereses económicos con vuestro líder. Pero no discutiré esto ni un segundo contigo, ni ninguno de ustedes.

Y esto es en serio. Larguense ahora de mi campamento, o no los dejaré salir.

Quitándose unos cuantos cabellos que invadían parte de su rostro, se espabiló y dijo - Sin duda cuenten conmigo - Sonriendo de medio lado - Bueno ¿cuándo practicamos muchachos?

Oktael se recostó contra un árbol y cerró los ojos. Su cabeza le daba vueltas y su corazón no se había apaciguado. No quería resultar descortés con el nuevo muchacho, pero su despedida había comenzado y se mantendría en silencio mientras acompañaba a su hijo al reino de sus Dioses.

Pólux miró al joven comerciante, un tanto cansado, a la vez que añadía:

-Lo siento muchacho, llevamos toda la noche despiertos, y acabamos de librar una soberana batalla en el interior del castillo para rescatar al joven Parloq, por lo que como entenderás no tenemos muchas ganas de alzar la espada de nuevo- expuso excusándose pues no tenía ninguna gana de medir su fuerza contra aquel desconocido- sin embargo, mis oídos aún funcionan bien, así que cuéntanos, ¿de dónde eres Edain? ¿tan importante es el comercio en Roland como para que te aventures hasta allí? -preguntó un tanto intrigado, pues si de verdad era comerciante, no entendía por qué no vendía sus productos en zonas más seguras- si me contáis una historia decente quizás me digne a daros un par de clases... -concluyó incitando a aquel hombre a hablar de sí mismo.

Asentí con la cabeza, entendiendo a Lord Nikómedes. Pude ver que, después de todo, seguía siendo un noble, y poco le importaba la vida de sus soldados después de todo.

-Gracias por su paciencia, Lord.

Me sentía decepcionado, al creer que era un hombre honrado. A Pólux no le gustaría nada la noticia.

Un poco decepcionado por el rechazo de Pólux sobre practicar, continúa bajando la espada y guardándola a un costado en la cintura -"Supongo que cansarse es válido"- pensó, con un movimiento rápido movió un mechón de cabello de su rostro -Bien, momento de conocernos ¿eh? Y yo ni siquiera te he traído una copa - Bromeó -Vengo de Illiandor, de una clase muy humilde por así decirlo, me he dedicado al comercio desde hace unos cuantos años por lo que soy dueño de mi propia compañía de producción, pequeña pero es algo. Digamos que produzco... Especias para condimentar un poco la vida - Decía guiñando el ojo - Pero necesito más clientes pues ya abarco algo de espacio por aquellos lares, así que me dirijo al oeste para darme a conocer - Extendiendo los brazos continuó - ¿Una historia interesante dices? Bueno, si... Tal vez ya es el momento de contar un gran secreto que ha acechado cada pueblo cercano... ¿Has escuchado la famosa leyenda de la tuerta blanca? O al menos espero haya llegado cuatro pasos más allá de Illiandor jajaja. -

Paseando de un lado a otro rememorando la historia continúa - Tenía unos 14 años quizá justo antes de entrar al mundo de mi estilo de comercio, me dedicaba a robar a ricos y uno que otro malnacido que me caía mal. Una noche un lord estaba de paso en mi pueblo quien llevaba un regalo para quien sabe qué otra persona de la realeza, así que decidieron montar una caravana en cierto punto del pueblo y aproveché la oportunidad para actuar, me hice con uno o dos materiales y finalmente más tarde en la noche corrí como cualquier niño asustado quien acababa de ver un fantasma "¡Ayuda ayuda!" gritaba entre lágrimas auto provocadas, uno de los soldados me recibió con afecto preguntando "¿qué pasa niño?" mientras trataba de observar lo que sea que me había espantado... En fin le dije "¡E-es la tuerta blanca, l-la tu-tuerta b-blanca, s-se aparece e-en las noches para robar tu a-alma!" Y pues resulta que nuestro compañero guardia resultó ser de esos sin cerebro... Pero ¡nunca me imaginé que todos incluido el Lord lo fueran! "Supongo que es realeza por cerebro" pensé.-

Así que esperé en los arbustos mientras escuchaba el torpe escolta contando una triste historia de la tuerta blanca, demonios "¿qué mierda tienen en la cabeza esos escoltas?" Me preguntaba, hasta que se hizo medianoche saqué la famosa tuerta que era nada más que un vestido blanco con diferentes hilos amarrados de un árbol a unos cuantos metros del campamento y la elevé para que lo puedan apreciar. Tardaron unos cuantos segundos en ver el vestido y no te imaginas la reacción, ¡Dios! Daría todo por regresar a ese momento, nunca me había partido tanto de la risa... Pero no podía hacer mucho ruido y tampoco tardarme tanto, así que los idiotas guardias gritaban "¡es la tuerta blanca! ¡Es la tuerta blanca señor debemos resguardarnos!" Mientras huían hacia el pueblo los idiotas habían dejado el campamento atrás así que era mi momento, reemplacé la esmeralda con una roca que pinté de verde con algunos pigmentos naturales de la boticaria temprano ese día y me largué, claro también tomé una que otra joya mal parada por ahí y finalmente el vestido blanco. He aquí el creador de la temible leyenda de la tuerta blanca, la razón para mandar a los niños a guardarse temprano o para que los borrachos infieles se mantengan sobrios y lleguen a casa a coger a sus esposas... La esmeralda la vendí y gracias a eso es como me inicié en el mundo del comercio.

Volví cabizbajo, meditando acerca de como podríamos proseguir al estar al tanto de aquella noticia. Pude mirar al grupo, mucho más pequeño de lo que esperaba. Los saludé con una cabezada seca.

-Necesito comentaros algo de vital importancia, puesto que estoy al tanto que saldremos dentro de poco.- Miré a mis alrededores, y al ver que no había ningún soldado cerca, proseguí.- Lord Nikómedes nos ha negado el derecho de ejecutar a Alfred, debido a "Intereses comerciales" que trae con el.

Miré a Pólux fijamente. Tal y como el había sospechado, le había comido la cabeza, habíamos llegado muy tarde. Sin embargo, procedí a contarles el plan que traía entre manos.

-Ustedes saben que Alfred es el responsable de buenos hombres, y de una manera indirecta, a pesar de que esta misión suicida permitió que Oktael se viera con su hijo, acabó con la vida del mismo, y con la de nuestros antiguos compañeros. Y eso es algo que no puedo tolerar. Necesitamos hacer algo con el.- Miré a Lord Bertram y a Lord Ahrem, y conociéndoles, tal vez se opondrían.- Les propongo lo siguiente, tomar su vida, y huir con la mayor rapidez posible. Y no podré morir tranquilo hasta que ese cerdo pague por todas las muertes que causó por su avaricia. 

-Jajajaja -rió sonoramente Pólux ante la narración del nuevo miembro, aquel tipo empezaba a caerle bien, aunque es bien sabido que el mercenario era un tanto simple a la hora de amistarse con la gente, pero eso nunca le importó- muy buena historia muchacho, te has ganado dicho entrenamiento jeje -dijo poniéndose en pie y sacando su espada a la vez que decía- me caes bien, Edain, quizás cuando invites a una buena ronda de vino acabe llamándote amigo jajaja -decía en tono distendido.

No obstante, justo cuando se preparaba para enseñar al muchacho como pelea un hombre de verdad, William los interrumpió con terribles noticias... Aquello era lo que el guerrero se había esperado, conocía a ese bastardo demasiado bien, lo que no se explicaba es como un tipo como Nikómedes había caído en sus redes, debía ser más capullo de lo que parecía...

Así pues, miró a Varen y le dijo intrigado:

-Y bien compañero ¿qué hacemos? yo voto por ir con William y terminar esto por las malas, es más, creo que nuestro nuevo "amigo" puede ayudar, ¿verdad Edain? esos productos que comercializas, ¿no provocarán por casualidad visiones y sueño? ¿no? -comentó Pólux, pues entreveía que comercio se traía entre manos aquel hombre, había oído hablar de setas y hierbas que comían los vikingos, que los hacían ver todo tipo de alucinaciones, y entendía que el producto de aquel tipo no estaba muy alejado de aquello -mi plan es eliminar a los guardias, pero sin matarlos, ya sea con hierbas o con alcochol, y nos colamos en la celda de Alfred para acabar con él, no creo que el viejo pueda hacer mucho contra nosotros -expuso dejando claro su plan y asegurándose que nadie lo escuchaba- por cierto William, ¿sabes si quedan hombres de Alfred con él? podemos hacer que se unan a nosotros para no tener que matarlos, ¿os parece? -concluyó mirando a todos los presentes, entendía que algunos no quisieran participar, en concreto Oktael, pero en ese caso sí que podrían ayudar recogiendo todo aquello, y preparándolo todo para la salida.