Partida Rol por web

Este empezó a reirse, luego de haber realizado un grito de dolor tras la daga de Polux.

Pobre Varen... si crees que me sacarás algo, es más probable que Polux me mate primero. Olvidalo, acaben conmigo de una vez, jamás diré nada.

-¿Saben? No es que sea de mi incumbencia, pero si me dan tiempo puedo preparar un brebaje para... Digamos que para hacer que el señor acá hable de más. Ten, échale alcohol a la herida, le curará de infecciones mientras lo necesitemos vivo y le arderá como el mismo demonio.- Dijo el hombre sacando una botellita cristalina y poniéndose de cuclillas para descansar las piernas.

¿Cuanto crees que te demore? No me gustaría estar demasiado tiempo aquí a campo abierto - observando a su alrededor, casi de forma paranoica - no estamos muy lejos del campamento del general Nikomedes, y podríamos correr el riesgo de que envien una segunda patrulla como refuerzo.

Si eso es cierto - dijo, casi de forma perdida, mientras observaba las armaduras de los soldados de Lumen - perdón, ¿alguien ha visto la calidad de las armaduras de estos hombres? Es por mucho superior a la de nosotros.

Es decir, yo sé que los guerreros de Lumen poseen la más extraordinaria disciplina en la guerra, pero no sabía que tenian un equipamiento tan bueno también.

Acto seguido, Ahrem buscó quitar las piezas más sanas de uno de los guardias, para ponerselas, abandonando su propia armadura.

Por Dios, Ahrem, no tenemos tiempo para eso. Deberíamos irnos, ya.

-Pues llevémonos al viejo con nosotros y cortemos su cabello y barba para evitar que lo reconozcan, podemos golpearlo para hinchar un poco su cara, ya saben, cosas de estética- Proponía Edain con una sonrisa. -O bien mátenlo aquí y ahora para evitarnos tanto rollo y concluir su venganza.- 

Oktael aceptó la daga que le ofrecía Polux. No le interesaba en lo más mínimo la información que ese sujeto podría proporcionarles. Se vio tentado a degollarlo ahí mismo, pero se contuvo. Solo esperaba una señal, la más mínima que sea, para terminar con la vida de aquel despreciable hombre. No olvidaba aquella respuesta despectiva la primera vez que se acercó a él.

Tanta charla me había puesto obstinado. Al fin la justicia se encontraba a la palma de mi mano, y conociendo a Alfred, si lo tomábamos con nosotros solo sería aumentar sus posibilidades de escape...

-No lo llevaremos, y esos intereses que tiene Nikómedes, me importan en lo más mínimo. Lo más probable es que haya prometido conseguirle esclavos mientras lidera algunas batallas, y eso tampoco lo voy a permitir. Oktael, se muy bien que el honor es tuyo, pero para asegurarme...

Tomé la espada y la enterré en su estómago, para luego retirarla lentamente. Ahora solo tendría minutos de vida antes de que Oktael le asestara la estocada final.

Viendo como se había desarrollado, Oktael no esperó más, y por primera vez en ese día una sonrisa afloró en sus labios. Sosteniendo el cuchillo, lo cruzó por su cuello degollándolo. Mientras aquel hombre se ahogaba con su sangre, Oktael le devolvió el cuchillo a Polux y no le dio más importancia al asunto.

- Rápido y fácil ¿eh? Nunca falla.- Sonrió Edain levantándose a recoger unas cuantas cosas que había tirado en su fallida actuación. -Esto fue embarazoso.- Dijo a lo lejos.

El guerrero lamentó no haber escuchado a su compañero Varen antes, pero a veces era demasiado impulsivo y no podía evitarlo. Así pues, cuando intentó remediarlo ya William se tomó la justicia por su mano y acabó con cualquier tipo de negociación. Así pues, haciendo caso del comentario de Ahrem, se dispuso a equiparse con una de esas magníficas armaduras, a la vez que decía:

-Llevaros todo lo que podáis, tiene que parecer que ha sido un vulgar robo de caminos, nos llevamos todo lo de valor y los caballos, ¿entendido? -expuso sin preocuparse de que ya no sabrían la misión de Alfred- y en cuanto terminemos retomamos nuestro camino, no nos conviene que un tipo poderoso como Nikómedes sospeche de nosotros... -concluyó poniéndose manos a la obra.

Un golpe rápido e inesperado, asi se diría en las canciones que contaran sobre aquel suceso. Pero esta no es una aventura de unos héroes, enviados por quien sabe qué brujo, a enfrentar a qué dragón que vaya saber uno que hace.
No, esta es una simple historia, como la de cualquier otro. La muerte sucede todos los días y no tiene nada de especial realmente. Alffed lo sabía, y esperaba a que llegue ese día.
Antes de morir, antes del ataque final de Oktael, le susurró que sabía dónde estaba su familia. Luego se acabó. Las luces se apagaron y otra vida termina.

-Ya las almas que se cobró esta bastardo podrán descansar en paz.- Pensé en Lucas, Charles, incluso en Ruffalo, que cayó en batalla defendiendo a un cerdo como Alfred.- La única manera que conozco para llevarnos la carroza sin problemas sería que Edain la busque solo, nosotros podemos esperarlo luego. O muy bien podemos llevarnos las cosas, y venderlas para reponer lo que perdamos. Aunque si hacemos lo segundo lo más probable es que descubran que fuimos nosotros los que hicimos esto ¿Opciones?

Ahrem había finalizado ya de apropiarse de la armadura de aquel soldado de Lumen, dejando dos armaduras más disponibles para su saqueo.

Creo que lo más sensato sería que avancemos todos menos Edain, quien iría a buscar su carreta. Nadie sospecha de él, es un simple mercader que viaja de un sitio al otro. Lo esperaremos durante un día y una noche en el pueblo más cercano, y retomaremos luego el viaje todos juntos.

Puedes ver a Ahrem y parece un hombre mucho más maduro y curtido que cuando iniciaste el viaje con él. Ya es tan sensible como antes, aunque mantiene cierta bondad en su espíritu. Pero puedes notar como ha crecido y se ha vuelto más fuerte, más astuto.

Pólux al escuchar a sus compañeros, cogió todo aquello de valor y que pudiera cargar en su montura y se dispuso a marchar. También cogió una de las armaduras y se quedó con ella, aunque decidió no ponérsela aún para no llamar la atención, y finalmente cogió los 3 nuevos caballos para llevarlos como recambio o para vender. Tras ello, volviéndose al grupo dijo:

-Está bien, marchémonos, pero no te aconsejo llevar la armadura puesta muchacho, si nos topamos con un explorador de Nikómedes estamos vendidos, llévala en las alforjas hasta que nos alejemos lo suficiente, ¿entendido? -dijo a modo que más parecía una orden que una sugerencia- además, no creo que tengamos que alejarnos tanto del pobre Edain, a demostrado ser de mucha ayuda, y vamos un día por delante suya, la cosa puede complicársele mucho, sugiero que sigamos avanzando hasta quedarnos a cubierto en un bosque cercano al campamento y que nos pille de camino, allí podremos ocultarnos y esperar a Edain sin que corra muchos problemas ¿qué os parece? -concluyó, esta vez sí pidiendo la opinión del grupo, aunque miraba concretamente a Varen cuya visión consideraba la más acertada.

Cierto, cierto, será mejor que no la lleves puesta de momento - concluyó, mirando a Ahrem.

En cuanto a esperar a campo abierto, no creo que sea buena idea. Seremos presa fácil de cualquier merodeador, ladrón, bandidos... Ustedes me entienden. Polux, ya no somos una compañia numerosa, solo algunos cuantos, y estamos heridos, cansados y agotados.

No - negó con la cabeza - iremos al pueblo más cercano y lo esperaremos allí. Necesitamos descansar, descansar de verdad.

Sí... - mirando a todos - después de todo, Varen aún está muy herido como para combatir contra merodeadores nocturnos.

El siguiente pueblo no está muy lejos de aquí - mirando su mapa y observando la primer ciudad de Illiandor que se aproxima por Lumen.

Ah... Elisea... ¿Elisea? Demonios, esa es la ciudad de la que es soberano el general Nikomedes. Esperar allí no nos traerá nada bueno. Deberemos esperar en Romulus.

Este mostraba el mapa a todos.

El veterano guerrero asintió , dando a entender que apoyaba la idea de Varen; si su amigo decía que era lo mejor, para él no había ninguna duda.

Con un peso fuera de mis hombros, supe que un descanso sin duda estaría bien. Ciertamente, lo mejor sería ir a Romulus para evitar ser vistos por el ejército de Nikómedes. Tal vez allí pueda comprar una alabarda...

-Bueno, debemos ponernos en marcha entonces. No debemos demorar mucho en Romulus, y optaría por estar alertas hasta que lleguemos a Roland ¿Alguna sugerencia?, Illiandor y Lumen no parecen ser muy seguros para nosotros.

- Vale, me adelantaré. Los veo en Romulus, manténgase seguros- Edain por fin se aleja con un saludo a sus espaldas. -¡Y si encuentran una buena cortesana les agradeceré!- Grita a lo lejos, de seguro llevaba una sonrisa.