Partida Rol por web

Pasada la noche, habría un sol radiante que te despertaría de forma muy temprana. La lluvia acabó, y parece ser realmente un día hermoso. Un poco frío, eso sí, pero aun así muy placentero.

No demorarías en observar a tus compañeros y levantarte para saludarlos. Todos ya estaban despiertos.

De pronto, al salir al comedor, te darías cuenta que no había nadie en las ruinas. ¿Y Kyle? ¿Y el gigante mercenario? ¿Dónde se han ido todos?

Polux fue el primero en levantarse, haciendo algunos ruidos a proposito, ya que se aburría al verse solo allí, viendo a todos dormir y verse privado de semejante placer.

¡Vamos, levanten el puto culo! - decía, de vez en cuando, junto a algunas carcajadas.

El viejo mercenario no demoraría en dar unas vueltas por el recinto, así dandose cuenta que el noble afeminado no se hallaba.

Eh, chicos, parece que el cobarde del rubiecito y su mascota dejaron las ruinas. Habrán aprovechado la noche para huir, ¿qué les parece este cobarde?

William no demoró en saltar de un brinco de la cama, como si dependiera su vida de eso. 

¿Kyle ha abandonado el lugar? No puedo creerlo.

Su corazón se llenaba de rabia, alimentando con el puño un enorme deseo de buscar venganza. Este lo supero en el duelo y no podía permitir que se esfumara, así, como si nada. Con él, toda posibilidad de redimirse se iba, y no podía creer que fuera tan cobarde como para aprovechar la noche para escapar. 

Edain no se demoraría en levantarse de la cama cuando el sol empezó a golpear su cara. Con quejas y muchos insultos, terminó por ponerse de pie, enfurecido por tener que interrumpir su sueño por ello. Después de todo, había caído rendido y como una bomba tras el venado que se comieron, y con sus increibles especias, que lo dejaron realmente como un verdadero manjar de dioses.

Jajaja, increíble - dijo, al escuchar que el afeminado abandonó el lugar. No le extrañaba semejante cobardía, sobre todo después de ver como rechazó probar su comida.

¿Habrá dejado el cuadro?

Oktael se levanto disfrutando el nuevo día. El frío de la noche no fue tan terrible comparado con las continuas pesadillas sobre su hijo. Realmente pocas cosas le podrían subir un poco el ánimo. 

- Quizás ese cuadro siga allí, y si es valioso creo que cada uno tendrá lo que busca. Quizás deba dejar mis costumbres y abrazar ese metal precioso que parece dar vida a este mundo...

Ni que lo digas, muchacho - palmeó fuertemente la espalda de Oktael, mientras esbozaba una sonora risa.

Vamos a ver si el muy tonto cobarde se dejó el cuadro detrás.

Enseguida se voltearía para ver a su buen amigo Varen. Este parecía seguir durmiendo, por lo que decidió que era mejor no molestarlo.

Cuando estos fueron a la sala principal, dónde se hallaba originalmente el cuadro, notarían que este aún estaba allí. Era increible, pero después de todo, Kyle se lo había olvidado. ¿O quizás sería una imitación y este había mentido? Lo cierto es que ahora estaba en tu poder.

Jajajaja, quien lo diría. El muy idiota se lo ha olvidado. Miren, tenemos el puto retrato del ancestro de Edain con nosotros. ¿A que nos sonríe un poco la suerte ahora, o no?

El mercenario se sentía en su salsa, no podía creer la estupidez del noble afeminado dejando atrás el cuadro. Ni se detuvo a pensar que tal vez era falso, y no valdría nada. En su cabeza solo se sentía afortunado.

Oktael no pudo evitar sonreír ante la alegría de Polux. Aunque él era más cauto en esas cosas, no iba a arruinar su estado de felicidad. Solo deseaba no volver a cruzarse al noble y al gigante.

Edain apareció con una enorme sonrisa al ver el cuadro. 

Ya estamos entonces, llevemosnos esta cosa para venderla y hacer algo de dinero. 

Viendo como Edain procedía a llevarse el cuadro, William sintió algo extraño dentro de sí.

Este tomó su espada y se puso en guardia. Al parecer se veía de forma muy agresiva, y al mismo tiempo firme en lo que reclamaba.

¡Deja ese cuadro ahí! ¡No hay honor en este robo!

¿Te has vuelto demente, William? - este no reparaba en su asombro. No podía entender como William, quien parecía ser el hombre más correcto y sereno de todos, estaba enfrentandose abiertamente a todo el grupo.

¡Baja tu espada, somos tus amigos!

Basta, no más palabras. Jamás hemos confiado en ti. Es hora de ajustar las cuentas.

Edain miró a este extrañado, pero tomó su espada y arremetió sin dudarlo. Lamentablemente no fue suficiente para evitar el combate entrenado de William.

William acabaría por matar a Edain en un combate muy breve.

Oktael miró atónito todo aquel escándalo. No compartía el andar robando, ni siquiera apreciaba los bienes materiales, pero aquello había ido muy lejos.

Se acercó al cuerpo de Edain, para ver si aún estaba con vida...

Las cosas se habían salido de control demasiado rápido, un miembro del grupo atacando a otro, ¿y matandolo? ¿Qué estaba pasando? Tu cabeza no paraba de dar vueltas en el asunto, y mientras observabas el rostro de los demás presentes, no parecían inmutarse frente a los hechos ocurridos. Pronto te diste cuenta que los hermanos nobles no estaban allí con ustedes. ¿Y todos los demás? 

Pronto, comenzaste a sentir un fuerte dolor de cabeza, que te obligó a cerrar los ojos y tener que tomarte de la sien. Cuando los abriste, todo había cambiado.

El sol, con sus fuertes rayos, golpeaban en tu espalda sin discriminar, agobiandote de golpe. No entendías qué estaba pasando, pero al observar con atención, notarías algo familiar para ti. Esto es África, pensaste. ''Estoy en casa''.

Un largo sendero que apenas parecia que lograbas recordar, el cual seguiste con fe ciega, te llevó al cabo de un rato a la aldea donde vivías. Allí verías a tu mujer, que tendría la panza de un embarazo, y parece reconocerte cuando te ve a lo lejos, saludandote.

Oktael había caído en la cuenta que faltaban los hermanos, de hecho, que faltaba mucha gente. La reacción de William había sido muy extraña, pero no tuvo tiempo de pensar mucho más. Un profundo dolor cruzó su cabeza, haciendo que todo se pusiera de cabeza.

Al volver en si, el africano notó cierta familiaridad. El clima, el aire, el mismo suelo, todo lo llevaba a... su casa. Con ciertas dudas al principio, pero más seguridad después, empezó a desfilar por un sendero que se le hacía vagamente familiar.

Al llegar al final, el corazón le dio un vuelco. Allí estaba ella, más hermosa que nunca, embarazada y sonriéndole. Oktael no sabía si le corrían lágrimas por los ojos o si lo estaba imaginando. Con un tiempo que parecía detenerse, corrió a su encientro. 

Su mujer lo observa de forma cariñosa, poniendole la mano sobre su cabeza. Le da un tierno beso, apenas suave. 

¿Has ido a cazar pero volviste con las manos vacías? ¿Te sientes bien? - ella sonríe. Se ve despreocupada.

Oktael le devolvió la sonrisa, aunque algo en sus palabras le despertaron un amargo dolor, un recuerdo de otra vida... "manos vacías... te fallé, por qué? No lo recuerdo... vuelvo de mi viaje con las manos vacías". Oktael no lo entendía, algo faltaba y no podía saber qué.

- Todo parece estar de cabeza... pero contigo, todo está bien.