Partida Rol por web

Con la aparición de la esfera de fuego a su espalda, el humano abre los ojos, sorprendido ante el ardid del mago, pero su entrenamiento es efectivo, y rápidamente da un paso lateral, alejándose del abrasador fuego. Aliviado, se prepara para volver a atacar a su rival, y se dispone a hacerlo cuando dos nuevas nuevas saetas de Ugluk surcan el pequeño espacio para calvarse en sus piernas y arrancarle un profundo quejido, además de arrebatarle cualquier intención ofensiva.

Temeroso, y ahora encima sangrante, el humano da un rápido vistazo a su espalda, al corredor, y tras dudar unos instantes, vuelve a cambiar de parecer, de nuevo lanzándose a un ataque que incluso él sabe que no le llevará a ningún lado, pues de nuevo la magia del pelirrojo repele su acero...

Suelta tu espada idiota, no puedes hacer nada contra mi. Dice con voz muy calmada mientras lanza un golpe lateral a la cabeza del asesino.
Rindete, o vas que quemarte vivo!
Con un ademan, la esfera llameante vuelve a arremeter contra la espalda del rufian, mientras Murdock retrocede un paso para permitirle esquivar con un poco de suerte las llamas.

Lejos de volver a disparar, observo, atento, como el mago juega con nuestro rival y cuando estoy seguro de que no tiene posibilidad alguna de vencerlo, me muevo con rapidez, adelantándome por el corredor para cerciorarme de que no hay más guardas.

Echaré un ojo no sea que haya más. - comento al pasar por detrás de Murdock, antes de encaminarme a la oscuridad del corredor que nace más allá de donde alumbra la lámpara de los humanos. - Si necesitas mi ayuda, tan solo grita, puedo alcanzare con la misma eficacia desde lejos. - agrego, guñanole un ojo al humano amenazado por la llameante esfera.

De nuevo, aunque en esta ocasión por los pelos, el humano logra esquivar el danzante y acosador fuego, y aunque permanece férreo en su voluntad de no rendirse, cuando logra desviar el golpe de Murdock, su mirada pierde la intensidad de su decisión, y abrumado ante la certeza de su derrota, deja caer su arma, asi como su cuerpo, al húmedo suelo.

Tu ganas - susurra, solo unos instantes después que Ugluk se aleje unos pasos. - Pero aparta ese fuego de mi, por favor. - agrega, en un tono marcadamente suplicante.

Murdock aleja la esfera solo un poco, y ésta permanece flotando a su izquierda, mientras coloca el espadón a un palmo del cuello del hombre.
Muy buena decisión. Le dice con su gutural voz.
Era la única forma que tenias si querías vivir.

Quítate la mascara. Le ordena el mago, cuyo rostro está a su vez cubierto por una mascara similar.
Las ropas del asesino y la suya propia se parecen, y sin embargo Murdock siente la picazón de su rela barba, aplastada con dificultad bajo la ajustada seda oscura.

Quien era el? Pregunta señalando al cadáver, y con la idea de asustar un poco al rufian al tiempo que se gana su confianza.

Una vez oido el nombre del muerto, prosigue...

Al oír al hombre colaborando con él, la esfera comienza a alejarse lentamente, en dirección hacia donde llegaran con Ugluk hace unos momentos.

Escúchame bien. Si no quieres terminar como Frank, vas a responderme con la verdad.
Si mientes, me daré cuenta.

El mago, saca de un bolsillo algo brillante, y lo deja caer entre ambos. Es la moneda de luz, pero el brillo impide percibirla como tal.
Entonces, toca con su mano izquierda la cabeza del prisionero, y murmura unas palabras arcanas.
La esfera llameante, a unos veinte pies del mago, chisporrotea un poco, se contrae, y desaparece.

Si me mientes, no te perdonaré...no juegues con la magia. Le amenaza con el espadón posado en su hombro, como si estuviera por nombrarlo caballero.

¿Quien te ordeno vigilar este lugar? ¿Que custodias? Que salidas cercanas hay a la superficie y hacia donde llevan?
Son algunas de las preguntas que el mago le hace. Ante cada respuesta viene otra, sin darle tiempo a pensar siquiera en mentir.
 

Se llamaba Frank. - responde el joven, deshaciéndose del oscuro pañuelo que cubre su rostro, el rostro de un muchacho de no más de veinte y pocos años.

Tras su respuesta, acompañada y adornada por la magia de la luz y la esfera, el guarda se contrae en su posición, seguramente una muestra de lo asustado que puede estar, y acto seguido asiente lentamente antes de escuchar las preguntas de Murdock. Con la duda anidando en sus apagados ojos, el joven alza su mirada, cruzándola con Ugluk, quien ha vuelto de su pequeña exploración, y al fin, tras un suspiro intenso y prolongado, toma aire para hablar. - Trabajo para Stend, y Frank y yo custodiamos parte de estos corredores porque la entrada a nuestra... nuestra casa, esta aquí abajo. - afirma, cabizbajo, sin poder evitar mirar, una y otra vez, hacia el cadáver de su compañero. Su tono inicial, suplicante, ha desaparecido, sustituido por uno más temeroso y cauto. - En cuanto a las salidas, hay muchas y todas llevan a la calle, a diferentes zonas de la ciudad.

Stend!! No es posible! Como es que esa cucaracha se aferró tan fuerte y tan rápidamente a Eflun!
El mago no da crédito a lo que oye...y comienza a sospechar que alguien le debe haber mentido en las ultimas horas.

¿Salvo que...que Stend y Jaleni estén en realidad aliados? O eso, o no es del todo cierto lo que Nakin me contó.

¿Trabajas para Stend? O para Jaleni? Lo interroga mirándolo fijo con sus ardientes ojos.
¿Como te llamas chico? Le pregunta a continuación, sin darle respiro.

Así que acá arriba está tu casa? Y quien más hay allí? Más guardias acaso?
¿Tienen algún prisionero tal vez?

Mi nombre es Ed, y como te he dicho, trabajo para Stend. Jamás lo haría para ese desgraciado de Jelani. - afirma, en tono bajo pero cargado de un intenso odio dirigido hacia Jelani. - Y si, mi casa está aquí abajo. Él nos ha ofrecido un techo, comida y ropas cuando apenas teníamos para vivir, así que somos muchos aquí abajo. Pero ninguno prisionero, todos por su propia voluntad.

Quieres que nos creamos que todo esto es una obra de caridad? - intervengo al escuchar las palabras del tal Ed. - Claro, claro, y a cambio solo os pide que matéis y robéis, ¿no?. Está claro, ese Stend es un gran tipo, sin duda. - agrego, cargando mis palabras con toda la ironia posible mientras mi mirada analiza cada pequeño gesto del joven humano.

A ver.. Ed, continuo, tras unos segundos de silencio, en los cuales me sitúo junto al mago, mucho más cerca de nuestro prisionero. - Sabemos que tenéis a Jhins, así que deja de mentir de un maldita vez o mi amigo se enfadará de verdad. Venga, dinos, ¿donde diablos está la entrada a vuestra guarida, y cuantos tipos habrá dentro?

Ante la mención del nombre del hermano de Jhons, el tal Ed vuelve a alzar la mirada, y lejos de esconder su sorpresa, muestra una ligera sonrisa antes de hablar.

Aah, ese idiota de mercader sigue con vida, y su hermano aún está a tiempo de pagar. - os informa, olvidado el tono pesaroso y humilde, sustituido este por uno mucho más altivo y desafiante. - Pero no servirá de nada, morirá de todos modos. - sentencia, con absoluta convicción. Y no, no pienso ayudaros a llegar a nuestra guarida, antes tendréis que matarme. - finaliza, con una mirada de repente brillante e intensa, una mirada que deja entrever un peligroso fanatismo, hasta el momento oculto a vuestros sentidos.

Cita:

Escucha Ed, pedazo de idiota, nosotros no vinimos aquí a enfrentarnos a Stend sino a Jaleni. De hecho, si Stend quiere acabar con ese maldito, haría bien en recibirnos con los brazos abiertos, en vez de enviar asesinos durante la noche a apuñalarnos.

El mago, aleja un poco el acero del cuello del rufián, pero aun asi se mantiene alerta, con el espadón posado sobre el hombro del asustado joven.
Queremos hacer un trato con Stend...para acabar con Jaleni. Sin embargo, antes siquiera de ofrecer un trato, dime. Porque nos atacaron durante la noche? Quien les informó de nosotros? Y de donde sacaron esa estúpida idea de que buscábamos problemas con Stend y no con Jaleni?
Humm...salvo que...Quizas Nakin informó a Jaleni, y el maldito bastardo tuvo la genial idea de manipular a Stend para que se encargue de nosotros...Si es asi, es aun más artero y astuto que cuando lo conocí... Piensa para si el mago...

Cita:

Ese mercader, no tiene una miserable pieza de oro...no se de donde piensan que sacará el dinero que piden. La ciudad, y el ejercito, se han quedado con todas sus posesiones.

Cita:

Si?...Por que? Que tiene Stend contra los dos hermanos comerciantes? Le interroga abriendo la mano un instante para cegarlo con la luz mágica.

Ante las preguntas, el tal Ed guarda cierta calma, como si analizase cada una de las cuestiones antes de decidirse a hablar, y para cuando lo hace, una sórdida sonrisa asoma a sus labios.

Los matará porque se lo merecen. Nadie intenta timar a Stend, nadie. - afirma, tajante y convencido, destilando odio y placer por igual en su voz, y apenas sin molestarse más que lo justo por la luz destinada a sus ojos. - No sé quien informó, pero tenéis cosas que nos interesan, como por ejemplo ese arco o esa bonita armadura. Aún me las podéis dar a mi, si lo hacéis seguramente podéis salvar la vida, - agrega, acompañando su frase con una grotesca mueca, otras señal más de su cambio de actitud, ahora mucho más ensalzada. - o puede que tengáis la oportunidad de servir a Stend, tal y como acabas de pedir.

Timar a Stend?
Jhons nos dijo que Jhins fue tomado prisionero para intercambiarlo por oro. Confiesa Murdock.
Por oro que según el propio Jhons no tiene.
De que timo me hablas???

Tras la respuesta, algo forzada cuando el mago vuelve a colocarle el frio acero junto al cuello, Murdock le interroga nuevamente.
A ver Ed...Vas a guiarnos con tu jefe ahora, y quizás, si llegamos a un trato con él, podrás compartir el botin una vez acabemos con Jaleni y la escoria que le sigue a todas partes.

Ignorando la pregunat inicial acerca del timo, a la que solo responde encogiéndose de hombros, Ed, se centra ante la amenza de la espada, y sin ninguna otra salida, asiente ante la orden de Murdock.

Os llevaré hasta allí, pero solo conseguiréis una muerte lenta. - afirma, en lo que parece una sibilante amenaza, pronunciada sin apenas separar los labios. - Sigo pensando que vuestra mejor baza es darme esos objetos que desea mi señor, pero si insistís no me queda otra que guiaros. - agrega, variando su tono, con celeridad, a otro más sumiso, de nuevo demostrando su facilidad para moldear sus respuestas y reacciones.

Sin esperar a más, Ed decide ponerse en pie mientras alarga una mano hacia la lámpara de aceite...

Quieto, con la luz de mi amigo hay más que suficiente. - intervengo, evitando, con mis palabras y mirada, que el tal Ed acerque su mano a la lámpara de aceite

No me fio de él, Murdock. Es un loco, un maldito fanático, sino fíjate en sus ojos. - agrego, en apenas un susurro, después de asegurarme de que Ed se sitúa por delante de nosotros, tan solo un par de pasos, con amabas manos a la espalda, maniatadas por mi propia cuerda. - ¿Estás seguro de que quieres fiarte de él?

Con un golpe corto de su acero, Murdock vuelve a sentar de culo al rufián. En la mejilla de éste, se dibuja una linea roja, similar a la cicatriz del viejo Jhons.
Quieto. Iras con las manos desnudas,...Ed.

Murdock oye entonces las palabras del explorador y asiente.
Es cierto lo que dices, y yo tampoco confío en él, ni en Stend ahora que conozco sus métodos.
Sin embargo, hacer un trato con Stend es la forma mas fácil que veo para acabar con Jaleni.
Quizas, sin embargo, fuera menos riesgoso ir a la taberna en donde pensaban realizar el trato...aunque si planeaban matar a ambos hermanos de todas formas, es seguro que estará bien protegido ese lugar. Reflexiona...
Entre ir a ese nido de avispas, me quedo con éste plan. No esperaran que les ataquen directo a su base.

Murdock medita sus propias palabras, y agita su roja melena...ahora sin mascara.
No se de todas formas de que servirá entrar allí. Mi plan inicial era atacar la base de Jaleni, y darle muerte. Pero no contaba con que éstas alcantarillas, y nuestros atacantes...fueran hombres de Stend y no de Jaleni.
Creo que otra buena forma seria enviar a este tonto a hablar con Stend, y que le plantee reunirnos en un lugar neutral, a plena luz del dia...para forjar una alianza entre ambos, en contra de Jaleni.
Si Stend tiene algo de astucia sabrá aprovechar mi propuesta...con Jaleni muerto, le será más fácil tomar control de Eflun, si es lo que quiere.
Prefiero un matón fanático, a uno que trabaja para el maldito Solkan...Sin dudas los Mayores piensan igual. Susurra por ultimo al drow, tratando de que Ed no escuche esta ultima parte.

Que dices...vamos personalmente a entregar nuestra propuesta a Stend?...Con o sin Ed....o lo enviamos solo para reunirnos en algún otro lugar? Pregunta a Ugluk.
Luego, se vuelve hacia el golpeado rufián y le pregunta.
Que tan lejos de acá está Stend? Está ahora en la posada esperando por el pago de Jhons? Le interroga amenazante....
Tengo una propuesta para él...Habla!!

Ante el silencio del drow a las muchas palabras y posilidades propuestas por Murdock, el fiel hombre de Stend alza su humillada mirada y aún con la linea de sangre en su mejilla, escupe hacia el mago, sin duda enojado.

Si vuelves... si volvéis a tocarme, y no es para matarme, juro, por Aelyn, que os mataré. - os amenaza, envalentonado de forma salvaje y al parecer sumido en la ira desde que recibiera el golpe en la mejilla. - Y ahora decidid, estoy harto de esto. O me matáis, o me liberáis para acompañarme o para largaros, eso me es indiferente, pero sea una cosa u otra, hacedla ya, el cuerpo de mi amigo merece algo mejor que estar ahí tirado. - agrega, sin dejar de observar con su lunática pero decidida mirada. - ¿Y bien?

Por Aelyn...Te has condenado, maldito demente.... piensa Murdock mirando a Ugluk en busca de alguna respuesta.
Sin embargo, el mago recordaba aun algunos detalles de su madre, e incluso inconscientemente solía hacer el mismo juramento...
Por Aelyn...