Partida Rol por web

- Goblins! No los soporto! Así se pudran todos ahora mismo.

Jorr escupe a un lado con desagrado.

- Está bien, soy vuestro hombre. Decidme qué queréis de mí.

Con un gesto de cabeza, ordena a los dos perros, que se alejan trotando como si no hubiera sucedido nada de vuelta al porche de la cabaña, donde se tumban perezosamente.

Aunque intentaba aparentar normalidad, tenía el pelaje erizado, no entendía por que esas bestias le molestaban tanto.

Bueno, es sencillo, sabemos que hay un grupo de hobgoblins locos que quieren matar a todo lo del valle, al parecer están en este bosque, creemos que en la fortaleza de Vraath o algún sitio similar donde pueda haber mucha gente.

Somos competentes explorando, pero siempre es mejor tener a alguien que conozca el terreno, y ahí entras tú.

Si no són muchos tal vez matarlos, si no són del tamaño que tememos, pues volver a informar al portavoz.

Goblins! No los soporto! Así se pudran todos ahora mismo.

Se me ilumina la cara - No sabes como te entiendo Jorr - sonrio calidamente - Hemos venido porque nuestra intención es tratar de erradicar la amenaza de los goblinoides del pueblo, así que cuanta más información nos puedas dar, mas posibilidades de éxito tendremos y más goblins podremos matar - mi sonrisa se hace más amplia. - Que diablos, porque no te apuntas, no se que tal se te da el arco o las armas, pero a buen seguro que podríamos hacer uso de un par mas de brazos fuertes.

"Creemos que en la fortaleza de Vraath o algún sitio similar donde pueda haber mucha gente."

Sí, cada vez veo más cerdos de esos por aquí abajo. Parece que los goblins están reuniendo un gran ejército en el bosque, aunque provienen de las Humosierpe. Deben estar bajando por la Carretera del Viejo Bosque, o atravesando la Garganta de la Calavera. Apostaría una mano que es por la Garganta. Y sí, es posible que se estén reuniendo en la Fortaleza.

"... erradicar la amenaza de los goblinoides del pueblo"

Jorr resopla. Del pueblo? De verdad crees que esto es un problema del pueblo, elfa? Qué sois, un grupo de cazarrecompensas en pañales? He visto esos jodidos goblins bajar de las montañas antes, y tras cortar un par de cabezas volvían por donde habían venido con el rabo entre las piernas. Lo de ahora es distinto. Estos hijos de puta van a por todo el valle, como decía tu amigo el gato. Y me trae sin cuidado si arrasan las apestosas ciudades, pero os juro que como les vea quemar un árbol o matar un conejo en mi bosque, mis perros van a comer pelotas de goblin durante una temporada!

"Qué diablos, por que no te apuntas"

Uhm... sí, podría acompañaros por el bosque. Pero solo por el bosque. Está bien. Quiero 5 de oro al día, o 10 de oro si sois tan patanes que ponéis mi maldita vida en peligro.

Espero que los chuchos no vengan, solo serían un estorbo, no vamos a cazar conejos.

Aquí fertel se hizo la voz del grupo, esperó que nadie estuviera en contra.

Dentro hay un minutauro y un hechicero, al menos. Así que si nos metemos en lios esperamos que tu vuelvas e informes a Sorana, además de que seguro que nos movemos más rapido por aquí contigo.

Personalmente creo que si hay tantos hobgoblins como creo, hay que evacuar a un punto defendible y con soldados, pero ya lo veremos, para eso estamos aquí.

Mientras discutían con Jorr, Faris se había quitado el peto de cuero que llevaba y ahora se probaba la camisa de mallas hecha de mithril (después de lavarla bien y quitarle todo el barro). Le gustaba aquella pieza, el mithril era tan ligero que incluso podía llevarla por debajo de la ropa.

- Bienvenido entonces a la compañía, Jorr.- dijo, ofreciéndole la mano al leñador.

Jorr encaja la mano de Faris, apretando con fuerza. En un momento, los distintos miembros del grupo quedan presentados.

- No, tranquilo, gato. Alguien tiene que quedarse a vigilar mi pantano, y nadie mejor que Ira y Furia para ello. Se encargarán de que ningún jodido goblin asome por aquí. En fin, os invito a algo de comer, ya tengo un potaje haciéndose. Y después, por mi parte, nos podemos ir.

- Jeje, ya me cae bien el humano. Venga, comamos y partamos a cazar goblins.

Durante la comida, le pongo diez monedas de oro sobre la mesa - Toma, el primer día invito yo. Normalmente no me considero a mí mismo un patán, pero estoy bastante seguro de que pondremos tu vida en peligro antes de que caiga la noche. Y si me equivoco, ¡mira que bien!, cinco monedas extra que te llevas.
 

- Lo cierto es que capturamos a un hobgoblin y su confesión nos hace pensar que constituyen una amenaza seria y organizada entorno al culto de Tiamat. Tu ayuda, aunque mercenaria es bienvenida.

- Tú también me caes bien, elfo. Y lo cierto es que si me decís que queréis ir a investigar la Fortaleza de Vraath, es posible que me pongáis en peligro antes de que sea noche cerrada. Si partimos ahora, deberíamos llegar al anochecer a ese jodido pedrusco. Son unas ocho millas, espero que tengáis unas piernas fuertes, aunque la verdad, y que no se os suban los humos, parecéis todos estar en buena forma... para ser aventureros en pañales. Jajaja! Dicen que ese lugar esta encantado. Por algo es el maldito Bosque Embrujado, no? Paparruchas. Yo no me creo nada.

Jorr recoge la cabaña, deja instrucciones en forma de silbidos a los perros, más tres o cuatro palabras cortantes, y finalmente coge su arco y flechas.

- No hace falta que coja chaqueta, este año hace un calor del demonio. Seguro que eso también es cosa de los jodidos goblins, hijos de la gran...

Con una mirada casi avergonzada a las damas, se calla.

- Vamos, es hora de partir.

Sin dilación, viajáis por el bosque hacia el punto marcado como Fortaleza de Vraath en el mapa. Parece que, excepto las zonas pantanosas, el resto del camino es bastante fácil, pues circulais por la calzada principal. Os acompañan sonidos propios de un bosque al uso, decepción para aquellos que esperaban brujas y fantasmas. Piar de pájaros, siseo de hojas causado por el viento o animales escondidos, y pequeños saltos de agua de los arroyos.

Cuando os acercáis al cruce donde deberéis girar a la izquierda, Jorr os explica que ése es la Carretera del Viejo Bosque. Vosotros avanzaréis un pequeño trecho por ella, pero si seguís en dirección oeste, se podría llegar a las montañas. Sin embargo, dice que hoy día el camino no debe ser fácil, ya que lleva decenas de años en desuso.

Al anochecer, con los últimos rayos de sol, veis una imagen inquietante alzándose amenazadoramente entre los oscuros árboles que tenéis delante – una fortaleza en ruinas. El viejo castillo se asienta sobre una pequeña colina rocosa, y adivináis una torre rota entre los árboles. Una piedra cubierta de musgo a un lado del camino que seguís marca un sendero que parece dirigirse hacia la fortaleza.

Faris tiró de las riendas de Perséfone, se puso en pie sobre los estribos y oteó la torre que sobresalía por entre los árboles. De momento no había señales de vida.

- Bueno, creo que somos muchos como para adentrarnos tranquilamente por el camino. Sugiero enviar antes una avanzadilla.- propuso.

Riva freno su montura.

- Es buena idea Faris. Pero estaré más tranquila si no perdemos de vista a la avanzadilla, no séa que caigan en una emboscada y estemos demasiado lejos para ayudarles.

- Vale, vale. No vayáis todos a la vez. - Celgadis comenzó a caminar por el sendero hacia la vieja fortaleza. - Si me oís gritar, corred -

Mientras se adelantaba a sus compañeros farfulló algo en élfico para sí*

Cierto, te acompaño comento en común mientras hago una seña a invierno para que se quede atrás. Por cierto Fertel no dispondrás de esa magia que usan los magos para pasarse mensajes a distancia verdad?

¿Como? Yo también voy, sigiloso como un gato acechando. Riendo ante su propia broma niega ante la pregunta sobre su conjuro.

Puedo hacer algún ruido a corta distancia o señales de luz, pero poco más.

Dejando al inicio del camino a Riva y Faris, los otros tres miembros del grupo montáis la avanzadilla y ascendéis por el camino. Conforme subís serpenteando por la colina, os dais cuenta que este camino lleno de hierbajos es la manera más fácil de llegar a la fortaleza. Llevaría mucho más tiempo ir bosque a través por la ladera de la colina. El trayecto hasta las cercanías de la fortaleza dura 5 minutos, aunque por el camino Silmesh da el alto para avisar de que ha detectado rastros evidentes ante vosotros. Tras un rápido análisis, informa que numerosos humanoides medianos y algunos lobos han usado este camino recientemente. Proseguís, con mayor cautela, hasta llegar a algo menos de 100 pies, desde donde tenéis una buena vista del recinto, resguardados tras unas rocas y arbustos. En unos minutos, por cierto, la noche ya no permitirá echar un vistazo como éste, pues el sol ya se ha puesto.

La vieja fortaleza está en muy mal estado. La puerta principal se ha colapsado parcialmente, igual que una sección del muro sur. Un pequeño edificio de madera permanece medio en pie al lado de los restos de un jardín largo tiempo abandonado en la parte frontal de la estructura. Los muros que rodean la fortaleza son de unos quince pies de alto, con una torre de dos pisos asomando en la esquina suroeste del patio interior. Grandes piedras yacen esparcidas en medio de las ruinas de las dos torres de guardia, y un enorme esqueleto humanoide cuelga de los restos de la torre del norte. Este esqueleto aún lleva andrajosos fragmentos de armadura de pieles, y un gran garrote yace al lado de uno de sus esqueléticos brazos.

El cielo anocheciendo revela un delgado hilillo de humo elevándose de la sección suroeste de la fortaleza.
 

Bueno, creo que es obvio que tienen aquí un campamento, seguramente con el hechicero ese y el minotauro, aunque puede que estén en otro campamento.

Cuerpo a tierra el felino observó la construcción con ojo experto.

Creo que uno de nosotros debería avisar y traer al resto de la gente, otro que se quede aquí por si hay movimiento y a mi me gustaría rodear la fortificación por si encuentro huellas u otros accesos, desde la espesura. ¿Que os parece?