Partida Rol por web

La rabia había nublado sin duda el entendimiento del hobgoblin, quien fue tras Jorr cometiendo el terrible error de darle la espalda a Faris.
- ¡Hábrase visto! ¡Ignorado por un vulgar trasgo!- dijo el espadachín, sobreactuando un poco en su orgullo herido.

Decidió darle una lección a aquel maleducado, y aunque no era propio de él atacar a un enemigo por la espalda, tenía prisa por ayudar a sus amigos. Así que sin pensarlo, se adelantó con un salto y lanzó una estocada de través que perforó el hombro del hobgoblin.

- ¡Eh, piojoso! Si vas a darme la espalda, será mejor que sea para correr por tu vida.

La energía canalizada por Riva completó el trabajo realizado por la poción de curación, devolviendo las fuerzas al elfo. El hachazo del minotauro ya no era más que un ligero escozor.

Celgadis también quería acabar de una vez con su enemigo. No podía evitar pensar que debía enfrentarse a la mantícora que tanto daño estaba causando, pero Fertel tenía razón, el bugbear era alguna clase de lanzaconjuros y estaba preparando algo. Debía encontrarlo y enfrentarse a él lo más pronto posible.

Con esto en mente, el elfo dio un decidido paso hacia el hobgoblin que acababa de sacar su arma, y sin darle oportunidad de usarla, le hundió con fuerza la espada en el pecho. Sintió como la magia que había infundido a su arma, le permitía abrirse paso por el cuerpo del hobgoblin con facilidad.

- No te preocupes. El resto de la horda se reunirá contigo. Al otro lado.-

- ¡Inviernooo! - al ver como el charco de sangre se acumula bajo las patas de Invierno, no lo soporto más y aunque se me dan mejor los goblinoides no va a dejar que ese sucio worg acabe con él, si nadie más va a acabar con la bestia ella lo hará, vaya que si lo hará. - Bestia mira aquí, mira tu muerte - se que el animal no entiende las palabras, pero si el tono, el tono de odio y rabia que desprende su voz le sonarán a amenaza y para cuando alza la cabeza la flecha ya vuela hacia él. Su compañero animal se mantiene en el suelo con la cabeza gacha con las patas sobre ella en una postura claramente defensiva a pesar de las terribles heridas.

Si claro, de hecho creía que era mi turno....

Faris y Silmesh acaban con los objetivos de su ira: por la indiferencia el primero, por el temor por su compañero animal la segunda. Un worg y un hobgoblin menos, lo que parece decantar la batalla definitivamente del lado del grupo de incursores... de momento!

La mantícora, que planeaba estática en el mismo lugar desde hacía un rato, bombardeando con sus púas a los situados en la entrada de la fortaleza, bate con fuerza sus alas cogiendo impulso, y se dirige al patio. Allí, bajando lentamente cuidándose de recibir ningún ataque, aterriza ante Celgadis, lista para combatir con el magus.

No sabéis si ha terminado sus púas (teoría de Fertel), o que las palabras del bugbear han hecho que venga a este lado a poner trabas a vuestro avance hacia el interior de la fortaleza...

Riva se lanza a por el ultimo hobgoblin mirando casi mas a la manticora que a su adversario.

- Jaja! Caen como moscas! A por otro!

Jorr disfruta abatiendo goblinoides, desde luego los considera una peste de "su" bosque. Dispara de nuevo al arquero al que acaba de hostigar Riva, y ahora que hay superioridad, se permite intentar los disparos más difíciles buscando los puntos vitales. Desgraciadamente, entre Riva, las rocas y el frenesí del momento, el explorador falla sus tres disparos.

El hobgoblin hostigado por Riva retrasa su posición hacia la puerta, y como hizo antes su compañero (vivo) cambia de arma, soltando el arco al suelo y empuñando una espada larga, aunque no puede preparar su escudo para defenderse al máximo de la implacable paladina.

Al sur del patio, el hobgoblin que ya había cambiado a espada, envalentonado ahora con la adyacente presencia de la mantícora, ataca a Celgadis en ofensiva postura, sin éxito.

De pronto, la puertecita norte del edificio del patio se abre, golpeando el muro debido a la fuerza con que se abrió, al tiempo que sale en tromba el bugbear que antes había arengado al resto. El bugbear lleva a su espalda una abultada mochila; como si hubiera cogido cosas mientras os entretenían en el patio.

De nuevo, suelta gritos estridentes, que los que saben goblin os traducirían como...

- Es que no podéis hacer lo que os mando? Tendré que ayudaros antes de irme!

Tras lo cual, recita un conjuro mientras alarga una rechoncha mano con un dedo apuntando a la entrada de la fortaleza y... [color=#FFBF00]*[/color][color=#0000FF]kazak[/color][color=#FFBF00]*[/color]! un rayo relampagueante sale disparado hacia Silmesh y Fertel!

Sabiendo que en breve aparecería, Fertel intentó esquivar la descarga eléctrica, y casi lo consigue pero aún así le rozó.

Bufando, conjuró curación, esta vez propia. Sin embargo no pudo evitar soltar una puya.

"Antes de irme", ¡Ja! Huyendo como un cobarde, ¡Mano roja huye como rata!

Magia poderosa pienso algo sorprendida tras esquivar por los pelos la mayor parte del relampago

- ¡Ajá, la rata hechicera asoma la cabeza!- dijo Faris.

Ajustándose la cinta del pelo, y estoque en mano, se abrió paso a la carrera por el patio. Saltó ágilmente por encima de los cascotes y pasó cerca de otro hobgoblin, quien intentó herirlo. Ignorando al esbirro, el espadachín se plantó frente al osgo hechicero y le lanzó una estocada al pecho, quizá con demasiada precipitación.

El hobgoblin, medio mareado, no atina a pensar en el peligro que supone el espadachín y sus hábiles contraataques, e instintivamente intenta atacarle cuando pasa a su lado. Sin embargo su ataque es demasiado lento, y la respuesta es un tajo limpio a la altura de la garganta por parte de Faris. El hobgoblin se desangra y cae muerto en su sitio, ante los ojos del resto del grupo, que ven pasar al decidido humano.

Sin embargo, su decisión se ve bloqueada por la magia. Las defensas del bugbear, claramente fruto de algún hechizo de armadura y/o escudo, rechazan el espadazo directo de Faris.

Celgadis se sorprendió un poco al ver que su adversario sobrevivía a la herida que le había causado, pero no tuvo tiempo de lamentarse. La mantícora se colocó junto a él de forma amenazadora.

- Dos contra uno ¿eh?

El elfo lanzó una rápida estocada contra el hobgoblin, demasiado rápida, pues falló de largo. Pero su verdadero ataque vino a continuación, cuando se separó de sus enemigos y los inundó con el fuego que salió de su mano libre a una orden suya.
 

Al ver caer al worg suspiro y en ese momento me doy cuenta de que había estado conteniendo el aliento. Después silvo a lo que Invierno reacciona inmediatamente poniéndose en pie, aunque apenas se sostiene, cuando grito - ¡Fuera! - cojea hacia donde están los caballos que relinchan nerviosos por la nueva compañía.

Ahora ajustemos cuentas tu y yo pienso mientras pongo una flecha en el arco y busco ángulo de tiro contra el hechicero. Aprovecho el momento que Faris retira el estoque algo decepcionado por no verlo manchado de sangre para disparar a bocajarro contra el goblinoide.

Una flecha corta el aire de este a oeste, y produce una fea herida al líder, quien empieza a lamentar haber salido por este lado del edificio.

Al contrario de lo que se podría pensar, es la mantícora, más voluminosa, quien esquiva parte del fuego mágico de Celgadis. El hobgoblin no tiene tanta suerte, y queda con un brazo ennegrecido, humeante, al recibir una gran herida en forma de quemadura.

La mantícora avanza con sus patas de león y trata de rasgar a Celgadis con sus zarpas y morderlo con sus colmillos, pero la magia, la agilidad y las rocas del entorno se combinan para esquivar, rechazar y cubrir al magus de los ataques, quedando ileso!

- ¡Jajaja! Te ha salido una espinita, ¿eh, brujo?- se burló Faris al ver la flecha de Silmesh zumbar y clavarse con precisión en el osgo.

Riva se lanza impetuosamente a la carga contra la manticora y golpea con una fuerza descomunal a la criatura.

La mantícora sucumbe ante la impresionante carga de Riva: la paladina prácticamente se incrusta en el monstruo, rompiendo costillas y huesos, antes de perforar hasta casi hacer un corte filete de todo el lomo de la bestia, incapaz de reaccionar ante tamaña embestida, muriendo antes incluso de caer al suelo!

El osgo, ignorando esa muerte desde su posición, silba una especie de código.

- Fuiiiiit fuit! Aquí, mantícora!

Vuestra impresión es que llama a la mantícora para tener un medio de huída rápido del combate. Mientras la espera (sin posibilidades, aunque no lo sabe), se refugia de nuevo en el interior de la fortaleza, dando un par de pasos hacia dentro, para, fuera del alcance del estoque de Faris, conjurar algo sobre el espadachín.

Al lado del cadáver de la mantícora, el hobgoblin ruge enajenado, y se abalanza sobre Celgadis blandiendo su espada en un amplio arco, pero el magus es más rápido y finta para esquivar.