Partida Rol por web

Hans estaba algo preocupado, no había conseguido hacerse con otra arma o munición, y eso era malo, muy malo. Necesitaba muchas balas más, muchas, muchísimas, todas las que pudiera conseguir, y eso le ponía un poco nervioso y no podía controlar el movimiento nervioso de una pierna.

Cuando llegaron, siguió las órdenes y bajó en silencio mientras que con la mirada buscaba a los miembros del cuerpo de logística, para ver si con suerte podía agenciarse unos cuantos cargadores más u otro arma. 

Necesitaba toda la potencia de fuego que pudiera conseguir.

El vehículo acorazado se para y salimos todos en formación a esperar órdenes, salgo y me coloco en fila, tengo ganas de acción, solo gasté un cargador antes, y tengo ganas de dar caña a esos bichos de mierda, estoy excitado y nervioso, pero en el buen sentido. Reviso las armas, miro alrededor buscando amenazas, preparado para la acción, me agacho un segundo y cojo un puñado de tierra; nuestro próximo terreno de combate, suspiro y espero ordenes con el dedo indice rozando el gatillo pero sin tenerlo encima. El seguro es uno mismo, y yo quiero acción....

Tarcus observo la situación evaluando el estado del complejo.

-50 minutos, estamos a contrarreloj seguramente nos ordenen colaborar con los preparativos y luego nos manden como carnaza-
 
 Tardo poco en percatarse del estado de Hans y se acerco a el ofreciéndole unos ansiolíticos, un soldado nervioso es mas propenso a cometer errores mortales y su deber era bajar la mortalidad de su escuadra.

  -Ten, te calmaran un poco, los necesitas-

  Tras el ofrecimiento de medicación formo tal y como le ordenaron a la espera de ordenes.

Frost había se había tomado el viaje en Gecko como un momento para recuperar el aliento, hacer revisión de sus armas, colocar un cargador nuevo en la bandolera, enfríar la cabeza... intentar discernir como seguiría ésto. Por lo pronto el escuadrón se encontraba intacto, lo cual era bueno, pero la misión ni siquiera había comenzado. Dentro del vehículo aprovechó para levantar el visor del casco y encender un aplastado cigarrillo, si se le podía decir así al amasijo de papel seda y algo podía ser tabaco. Con el zippo que llevaba siempre en el cinturón de combate, viejo, gastado, pero funcional, tardó unos momentos en darle lumbre. Bendito gecko... exclamó con un tono placentero, era la primera vez en una misión que podía darse el lujo de encender uno de sus cigarrillos. Como muchos de los que lo conocían sabían bien, lo que realmente le molestaba a Jhonny respecto a hacer misiones en lugares como Galdonia VI era la imposibilidad de fumar tranquilo cuando los nervios eran difíciles de controlar. Se presuró en echar todo el humo posible mientras se trasladaban y volvió a colocar el encendedor y el casco como estaban antes.

El sonoro estruendo de las máquinas y los soldados trabajando les dió la bienvenida al campamento que se estaba armando. Todo era tan diferente a las últimas misiones allí, donde su escuadrón era uno de los pilares base, ahora parecían simplemente un engranaje de la gran maquinaria de la federación, que desplegaba incansablemente todos los juguetes de destrucción que venían fabricando desde hacía años en Sirius. Había tantas cosas que solamente había visto en simulaciones o descansando en hangares, que el rugir de los motores era como música. Quería que su padre lo viese allí, como si estuviese por tocar con su violín y su morita al ritmo dado por Capitán Hikawa, toda una orquesta para liberar el asteroide de los seres indeseables.

Finalmente cuando el vehículo blindado de transporte redujo su velocidad, el cabo fue el primero en descender, guiando a sus hombres con señas y esperando órdenes de los superiores.

El artillero no paraba de maldecir y de solar improperios al conductor del Gecko, para él incluso una anciana vieja coja y manca podría haber llevado el vehículo acorazado mejor, sentía como si cada vez que decía algo el conductor iba atravesando cada vez los baches más profundos. Aún así todavía le había sentado peor que el trayecto hubiera sido corto, entonces iba a decir una última cosa, pero está vez contra todo pronóstico se mordió la lengua y se calló, ya no era necesario soltar todoslos nervios por la boca como antes, era hora de mantenerse firme y concentrado, se prometió que no diría nada a nadie, bueno si no se lo merece , terminó concluyendo.  Esta es la última para por ahora, abajo se ha dicho.  se dijo a sí mismo sin darse cuenta que lo había dicho en voz alta.¡ como muchas veces le ocurría.

Siguió las órdenes del capitán y bajó del Gecko, tomando parte de la formación siguiendo al cabo Frost que había sido de los primeros en salir del blindado. El frío del exterior se notaba incluso dentro de las armaduras que lo aislaban de las temperaturas, y la maldita ventisca no terminaba de amainar, cuando llegara el momento de recibir a los bichos esperaba que eso jugara a su favor, aunque los bichos siempre conseguían tomar ventaja en esos casos.

vengo recien llegada de la academia de la federacion, y al bajar lo primero que pienso hacer es entrevistarme con el capitan que este al mando de unidad para entregarle mis carnets...

suspiro y respiro algo nerviosa, venia con la idea de encontrarme con mi tio Phillip, incluso me aliste dentro de su misma rama y unidad para hallarlo mas facilmente... pero supongo que no seria tarea facil dentro de la Federación...

Salgo de entre los cientos de soldados y marcho dentro la unidad de artilleros, pero no veo a mi tio Phill por ningun lado... asi que solo por casualidad pregunto al azar entre mis nuevos compañeros y veo a Marcus T. Haggar y le pregunto -disculpa conoces a Phillip J Llywelyn??...- y mientras camino junto a el espero que al menos me haga o me responda 

- De vista, creo haberlo visto hace poco por aquí, volviendo  la mirada hacia atrás, quedando extañado, ¿donde cojones se habrá metido? ... lo vi antes de entrar al gecko debe haber entrado en otro blindado. dijo a la infante que le había preguntado. No había reparado antes en ella en el descenso, de hecho creía no recordar nada, los mandos debían de haber reasignado a los infantes que habían sobrevivido de otras lanzaderas.

Seguro que está en algún sitio repartiendo estopa a los bichos, espero volver a ver su jeta de bruto.  Mientras caminaba hasta la formación del escuadrón, comprobó que todo estaba en su sitio y las granadas dispuestas. Y tu ¿de qué le conoces?, porque supongo que lo conoces ¿no?, le señalo el triple gl, deberías comprobar también que todo está bien.

Viajar en Gecko fue un viaje al pasado, cuando estaba en la granja y se subía al viejo tractor familiar. Era el mismo va y ven sin parar, con la diferencia de que allí los baches eran mucho peores, y por lo tanto, los saltos en el asiento, más exagerados. Y a pesar de todo, pareció no importarle nada de esto, quitándose el casco prácticamente a la par que el Cabo Frost.

Bajo el casco, Stukov llevaba gafas de sol. Y metió la mano entre el vacio que había entre el traje y su cuerpo, sacando un cigarro mejor conservado que el del cabo, llevándoselo a la boca. Lo necesitaba, y por fin tenía a mano su preciada recompensa. Con el cigarro en la boca, sacó una caja de cerillas, raspando una con el casco de su compañero y encendiéndola, usándola para encender el cigarro.

- Por fin... - comentó al aire, zarandeando la cerilla hasta apagarla, y dejarla caer al suelo. mientras fumaba, guardó la caja de cerillas, y sacó un nuevo cigarro de la cajetilla para colocarlo dentro del casco. Con el cigarro entre los labios, e iluminando la punta cada dos por tres, comprobó sus armas, una vez más y miró a sus compañeros.

El cabo fumando. Este si que sabe, joder. Es un maestro. Pensó, mirando entonces a Hans y al médico hablar. No sabía por qué le estaba ofreciendo pastillas. ¿Necesita calmarse? Esta como todos... ¿No?  Se preguntó, y vio el movimiento de su pierna. Joder, como se fija el cabrón. Bueno, eso es bueno, eso es bueno. Por desgracia, con el cigarro aún a medias, el gecko se paró. Mijail apagó el cigarro con la punta de los dedos y guardó lo que le había sobrado, poniéndose el casco una vez más.

Lo bueno, si es breve, dos veces bueno. Él no se quejó del corto trayecto, o de que no le hubiera dado tiempo a descansar. Agradeció que el trayecto que habían hecho en Gecko no tuvieran que hacerlo bajo una ventisca, caminando a la intemperie y al acecho de los putos bichos.

Se bajó del Gecko, mirando al resto de su unidad y comenzó a seguir a Frost cuando hizo señas de que lo siguieran. Joder, me encanta este puto tiempo de mierda. Cuando todo esto termine, creo que me haré una bonita casa por aquí.

Con la mirada perdida en la oscuridad de la noche que les rodeaba, Mia hizo todo el trayecto en el Gecko en silencio, sin dar señas de que los baches le importunasen. Viajaba sin el casco, al igual que varios de sus compañeros, pues se lo quitó en cuanto hubo un mínimo indicio de seguridad pero no con la intención de fumar, sino para oir algo de música y sentir la ventisca en el rostro. Nada más subir había sacado un pequeño reproductor de audio del cinturón de combate y una pelota de goma ajada que comenzó a apretar rítmicamente en cuanto pudo ajustarse los auriculares. Era su forma de reducir su nivel de adrenalina y a la par celebrar que, por el momento, seguía viva. Bien... todo ha ido bien... El aterrizaje forzoso, el ataque del tigre y el fallo del comunicador fueron sustos iniciales, pero por suerte y pericia el escuadrón revirtió la situación. Pasó la vista por el Gecko, buscando con la mirada a sus compañeros de la Gatling, que iban inmersos en sí mismos al igual que ella. Estamos vivos todos. Menos mal. Eso significa que puedo sobrevivir. No, eso significa que voy a sobrevivir. Y mi padre también. Al recordar porqué estaba en la Infantería Móvil, el gesto de Mia se ensombreció y el ritmo con el que apretaba la pelota de goma se aceleró.

Al llegar a destino, Mia se preparó sin demora y revisó su equipo como de costumbre antes de salir al exterior. Formó como le ordenaron, en silencio, contemplando a los cuerpos de intendencia montar el campamento. Pese a la increíblemente desagradable climatología, el trabajo era excelente. Algo que Mia podría definir incluso como inusual. Vaya, parece que el descenso ha sido un éxito y que está habiendo una buena coordinación y planificación. El intelecto humano ha superado sin problemas al instinto arácnido. Y al instinto de muchos superiores. Todo apunta a que Galdonia será recordada como una victoria modelo de la Federación.

El vehículo ofrece una grata comodidad, sobre todo porque nos comenzamos a mover en una zona asegurada por la federación.

Una vez llegamos al destino, el descenso es rápido y la formación precisa. Es emocionante formar parte de esta campaña, solo somos un pequeño grupo en comparación con todo lo que se está moviendo, pero todos tenemos una función y ahora nos dirán cual es nuestar siguiente misión.

-Esto es increible...en apenas unas hora se montará toda una base de abastecimiento para el ataque, para que podamos acabar con esos bichos de una vez por todas...

Hemos visto caer a muchos, hemos visto cómo nos han machacado una y otra vez, pero no hay que pensar en que esto vuelva a pensar.

Antes de que pudiera siquiera a relajarse por el paseo, el transporte se detuvo y el teniente les insto a formar, dio ordenes de formar detrás de los de frost, Lorens y el mismo.

cuando el teniente se alejó relajo su postura y miro a su alrededor con fascinación

sonrio a Marcus Haggar n_n y le digo -oh... tienes razon, disculpa mis modales.... soy nueva aqui :) hola, soy Amanda CampoGuerra Llywelyn, acabo de llegar a tu unidad como refuerzo de la Academia de la Federacion, Phillip es mi tio... y esperaba encontrarlo por aqui...- y mientras reviso mi equipo -...pero tienes razon, este lugar es algo impresionante, no veo tanto movimiento en la Academia como lo veo aqui, sin duda es otra cosa....... mnh je je, oye perdona, pero hay cosas que no recuerdo muy bien sobre la revision del equipo, me ayudas??- n_n 

Todos se apiñaban tratando de buscar un hueco por donde disparar a los bichos pero el corto viaje no les dio tiempo para poder divertirse. - Ya habrá tiempo para eso y más. - Le digo a los que están desalentados por no haber bajado más bichos. La puerta se abre y el Sargento imparte las órdenes apenas llegamos y me sitúo al frente con mi grupo alineado atrás. - Tarcus, Hans Vandel y Stukov. En fila muchachos. - Suelto a los tres que tengo asignados en caso de tener que separarnos y cumplir distintos objetivos. - Señor, estoy seguro que tendremos que bajar algo de artillería, a la flota no le gusta estar perdiendo naves. - Miro al cielo y busco las clásicas trazas que dejan los disparos de la artillería arácnida y tratando de hacerme una idea desde donde salieron.

Apenas haba bajado del Gecko y ya oía que le llamaban, realmente no había tiempo que perder.

 Se cuadro por inercia y acato las ordenes para alinearse en la formación, una vez en su puesto y rígido como una tabla (ya había visto lo que le pasaba a los que no iban tiesos como *****) se permitió el lujo de escudriñar alrededor lo mas que le dejo su visión periférica.

Haggar, así que es tu tío, seguro que esta en alguna parte de este jodido lugar. Nos han enviado a todos aquí. decía mientras avanzaban hacia la formaciónvveía como le hacía caso y revisaba sus armas,  tomó su morita e intercambió el cargador casi vacío por el que le quedaba intacto.. así esta bien, pero si algo es seguro es que este jodido frío hace que se encasquillen las malditas moritas, recuerda lo que decían en la academia funciona .... casi siempre, y sino un buen golpe en la junta suele funcionar. Y si todo falla busca un tecnico para que arregle el destrozo, el cabo dicen que es bueno

 Iban pasando junto a otros infantes del escuadrón, iba diciendo suz nombres al menos de los que si recordaba, seńalo a uno, ese es Rivas, ... Rivas, ¿has visto a Phil Lliwelyn?, si ese tio que se parecía a un actor de peliculas clásicas. seguían andando , si aguantamos lo suficiente puede que García  pueda contactar con alguien que  sepa donde encontrarlouien sabe, dijo marcandóle a la infante, y por ahí está el sargento no parece mal tipo ... todavía no me han entrado ganas de partirle la cara y eso es buena seńal.

-Gracias -fue lo único que contestó Hans antes de tomarse la pastilla que le ofrecía el médico. La verdad es que no es que estuviera agobiado por la batalla o los bichos, sino por su puta escasez de munición. Eso le agobiaba. 

Cuando el soldado de primera lo mencionó, asintió y se acercó a él para formar, esperaba que todo es grupito supiera disparar como dios manda.

La puta de oros, de bastos, de espadas y de copas. Que bien se lo han montado aquí estos hijos de puta. Pensó Stukov, mientras alzaba la mirada para comprobar su alrededor inmediato. El ejercito sabía montarselo muy bien, habían contruido todo aquello en cuestión de horas, mientras a ellos les habían hechod escender en medio de un cubo de mierda lleno de bichos. Y encima no le habían dejado rapiñear nada.

Estaba a punto de añadir una de las suyas. Sobre la pelota de Mía, los testículos de bicho, el buen tiempo que hacía allí o lo agradable del paseo en Gecko, cuando escucho el nombre de su antiguo oficial instructor. - A Llywelyn lo vi subirse en el Gecko con el Teniente Hammer. Reasignado. -  Dijo, señalando a un lado del campamento. Stukov lo conocía bien, después de todo, Philp había sido su instructor en la academia. - ¿Para que...? - Entonces escuchó a Llorens llamarlo y mandarlo formar junto a los demás.

- Claro, Señor - Comentó, llevandose la Motira al hombro y colocandose donde le habían mandado, firme. Miró a Hans y Tarcus. Artillero, explorador, médico y zapador. No esta mal como equipo de especialistas. Pensó, hasta que el comentario de Llorens le hizo levantar la mirada hacia el cielo, hacia las estelas dejadas por los disparos de plasma.

Que putada. No es tan fácil como ir caminando hasta el bicho y meterle una granada por el culo. Espero que nos den algo de apoyo pesado... o más granadas.

El viaje en el transporte había supuesto una tregua a la batalla que dejaron atrás. Pero no por eso McNillon se relajó más al verse dentro de una monstruosidad blindada. Con la vista buscaba cualquier señal de peligro que surgiera cerca del transporte pero, afortunadamente, eso no llegó a ocurrir.

Jenkins no supo cuanto tiempo pasó exactamente subido en el Gecko, tan solo sabía que en algún momento determinado el vehículo se detuvo y oía la voz del cabo Frost haciendo señas a todo el escuadrón para que bajasen del vehículo. Como un resorte, el fusilero se incorporó y salió en fila junto al resto de sus compañeros para formar a la espera de órdenes. Con un vistazo rápido, McNillon observó el panorama del lugar donde el transporte blindado los había llevado. Aquello era un hervidero de soldados moviéndose de un lado para otro luchando otro tipo de guerra, una batalla contrarreloj en la que el perdedor era el que no estaba lo suficientemente preparado para el momento de la verdad. 

sonrio a Marcus y agrego...-te lo agradezco mucho Haggar... n_n- y veo su nombre completo en su insignia -...puedo llamarte Marcus, me gusta mas tu nombre... ;) oye, sabes quien esta al mando aqui?? es que necesito dejarle mis carnets de alta en la unidad...-

y cuando oigo a Stukov respondo animada -en serio? "gracias" ya se al menos que sigue vivo... n_n oye, tambien lo conoces?? es que Phillip es mi...uh??... hey!- y mientras lo veo correr a formarse solo le grito -oye gracias! como te llamas amigo??- :)