Partida Rol por web

El cabo siguió las órdenes de Gallagher sin emitir palabra, no pretendía entrometerse en los cálculos que estaban realizando del bombardeo orbital, y se sentía por lo demás responsable de la supervivencia de sus hombres. Mientras todos corrían para ponerse a la altura de los infantes ligeros, el vio rápidamente como se acercaba una avanzadilla de workers. Con reflejos ya naturalizados por completo, el técnico frenó, apuntando con su morita y soltando una precisa y cuidadosa ráfaga sobre el aránicdo, esperando darle a sus hombres unos segundos de respiro que les permitieran desplegarse como correspondía.

Aprieto los dientes. Son muchos bichos si, pero ya estamos aquí y correr no va a servir para nada.

Joder...tengo que merecerme esta armadura...me han entrenado para esto y cosas peores...

Corro, no todo lo rápido que puedo , pero si sin entorpecer al resto y buscando el lugar que el cabo me había asignado. Frost se queda ofreciendo fuego de cobertura, así que avanzo junto a Mia y Haggar con los bichos en mi visor.

Cuando voy llegando a la línea de batalla, don de los disparos se aceleran, cambio el visor para ver mejor lo que se nos viene encima...

El sargento cambia las ordenes. -Venga chicos.- Apremio a los que están a mi lado, como a Amanda y corro para posicionarme y seguir al resto de la compañía... Joder, nos hemos empanado...

Habíamos empezado mal y era hora de solucionarlo. Agarro con fuerza el arma y me preparo para cuando llegue a mi posición abrir fuego para cubrir a mis compañeros y llevarnos tantos bichos de en medio como podamos...

Vandel se había conseguido recuperar y vio que se estaban quedando muy atrás. Vio al sargento como corría para alcanzar a los de la ligera, y Vandel no lo dudó. Eso era una carga frontal, por mucho que no le gustara, así pues optó por correr para intentar recuperar todo el espacio perdido y situarse a un par de metros de la infantería ligera que mantenía su línea.

Observó al médico, Tarcus, y optó por situarse junto a él, para conseguir formar una línea de fuego- Estoy contigo, Doc -dijo mientras se situaba a su lado.

Stukov escuchó las ordenes del sargento, y avanzó su posición preparando su arma para disparar nada más llegar.

Tras la primera impresión con la oleada worker me recupero del susto inicial para escuchar atento las órdenes del Sargento y viendo que todos me están dejando atrás apuro el paso para no quedar rezagado. Pero la siguiente orden a Mia con la posición del ataque orbital me hace pensar que quizás el blanco no sea el mejor, pero las órdenes las da él y no se discuten.

Aferrando fuertemente la morita voy lo más cerca posible del grueso de las fuerzas viendo que ya quedamos todos dispersos.

La batalla estaba llegando a su punto álgido, el fuego de las Moritas marcaba la cadencia de aquel baile letal en cuyo clímax se desataría la muerte tanto en uno como otro bando. Los fusileros de la federación, aunque de forma mas cautelosa, continuaban su avance, no sin ello, mantener una nutrida cortina de fuego que abatía a numerosos bichos.

Muchos obreros habían caído pero el segundo grupo contenía considerablemente mas que antes; y a la par de ello, en la segunda oleada venían varios guerreros y estos si eran una amenaza. Si no se daban prisa, pronto se verían teniendo que luchar cuerpo a cuerpo contra fuerzas letales que estaban creadas justamente para eso.

Los escuadrones Eco y Gatling de la Compañía Sirius no habían abierto fuego prácticamente hasta ahora, aunque ya casi estaban a la par del resto de los infantes en cuanto a su posicionamiento en el campo de batalla. Y llegaban justo en los momentos más importantes, si los bichos se colaban por algún punto de las líneas, el caos se desataría y el frente empezaría a tambalearse.

Mientras avanzaba, Stukov podía escuchar su propia respiración dentro del casco. Corría hacia la posición designada como si le fuera la vida en ello, y a cada segundo que pasaba, estaba más cerca de darse cuenta de que el momento de la verdad estaba próximo. El enemigo estaba allí, delante de ellos lanzandose como una locomotora a todo vapor contra ellos, y ellos eran la delgada línea roja que separaba aquella operación del éxito o el fracaso.

Y el fracaso era un precio demasiado caro para la Federeación. Era mejor no pensar en ello, limitarse a avanzar, limitarse a seguir la ordenes, limitarse a mantener la sangre fría, limitarse a ser consciente de su entorno y sobretodo limitarse a no dejar que le maten. Cuando llegó al punto designado por sus mandos, se paró en seco, alzando el arma y apretando el gatillo sintiendo el retroceso del arma cada vez que escupía munición y veía los casquillos salir volando por el lateral del arma.

¡Morid! ¡hijos de puta! ¡MORID! ¡Chinches de mierda!

  La demás infantería ya estaba formada y acribillando insectos cuando la unidad Gatling llego a repartir leña Vandel iba a la par con el cuando se adelanto en la formación Tarcus se quedo un poco por detrás y con cuidado de no causar fuego amigo disparo a la masa de insectos que avanzaba como una marea de espinas y tenazas.

   El no tenia un grito de guerra aun estaba acostumbrándose al uso del arma mientras percibía como los demás parecían incluso estar pasándoselo bien con el dedo en el gatillo.

Finalmente el sargento había llegado hasta las lineas de los infantes, donde haría un muro de muerte para los bichos, sin perder tiempo avanzó hasta la altura de los demás y abrío fuego contra el guerrero que tenia enfrente.

Ya estaban a punto de alcanzar al resto de la línea de fusileros para formar un frente sólido y sin fisura alguna. Pero la resistencia de la línea de infantes iba a ser puesta a prueba inminentemente, pues ya casi tenían encima a la segunda avanzadilla de insectos.

Las órdenes estaban claras y esta situación tan solo alteraba el recorrido, no el final. Así que McNillon avanzó formando una hilera con el resto de soldados y clavó una rodilla en el suelo para asegurar el tiro y permitir a sus compañeros más rezagados un blanco válido. "Si has salido vivo del desembarco también puedes con esto, Jenkins." Se animó mentalmente el fusilero. El resto de sus pensamientos quedaron acallados por el sonido de su morita descargando su fuego sobre el enemigo que tenían enfrente.

El grupo comienza a formar una linea en el frente para mantener los bichos a raya y la Gatling hace lo propio. Corro hacia un hueco y viendo que los bichos comienzan a pasar más por el lado de la infantería ligera y al parecer no son tan bueno tiradores.

Apoyo la rodilla para que Tarcus no me abra al medio con una ráfaga y levanto el arma para ver como el Sargento avanza más que el resto quedando expuesto al fuego amigo. - ¿Sargento? - Pero no hay tiempo para dudar, si me demoro en disparar podría dejar acercar a los bichos y varios terminaríamos muertos.

Apunto a los que tengo más cerca que no son pocos y abro fuego esperando retrasar a los más avanzados y darle un respiro a los ligeros que van por el mal camino.

Termino de avanzar hasta la linea de tiro buscando un hueco entre el resto de compañeros. Creo que me he metido en la línea de tiro del cabo, así que hinco la rodilla en la tierra para que pueda disparar por encima de mi cabeza en caso de que llegue hasta mi posición.

!En posición cabo¡ digo por el comunicador sabedor de que al final nos hemos desperdigado y mezclado todos. Los bichos están ahí y hay que disparar, no hay otra opción.

- Mierda. Menudo fallo. Qué imbécil he sido... ¡joder! - Mia iba murmurando y maldiciéndose mientras avanzaba hacia el enemigo, enfadada consigo misma por haber errado el disparo orbital. Sus cálculos habían fallado. Y por mucho. 

No obstante, esto no duró pues enseguida percibió que los warriors y workers se les echaban encima. Ya no hay tiempo para gilipolleces, Mia. Mente fría y arma caliente. ¡Dale! La Consejero Táctico se posicionó intentando dejar fuera de su línea de tiro a sus compañeros y abrió fuego sobre los arácnidos que corrían hacia ellos. 

Apenas hizo morder el polvo al worker, Jhonny miró hacia adelante, el escuadrón Gatling lo había dejado atrás, sin embargo había cumplido lo que se había propuesto. Los fusileros ligeros aún les llevaban ventaja, y cada segundo contaba. Esos insectoides que parecían tan lejanos se acercaban nuevamente como una marabunta, ahora entre los workers venían warriors... los conocía demasiado bien, irían probando cuanto se tensaba la línea de infantes hasta romperse. El entrenamiento había hecho mella en lo moral La infantería ligera podrá romperse, no así la infantería pesada, somos la élite de la federación!

Se aferró a su morita como si su vida se fuese en el ello, con ambas manos ¡Avancen, formen línea, fuego a discreción! gritó a todo pulmón por el canal de radio que lo unia como un cordón irrompible con sus hombres. Como uno de los tantos entrenamientos, velocidad y estabilidad, correr en un terreno irregular con la armadura de combate era ya como deslizarse libremente por el agua siendo un pez. La sangre comenzó a bombear rítmicamente mientras aumentaba la velocidad y sus músculos se unían a los servos, acercándose a la línea que los demás infantes iban formando.

Poco a poco, iban acercándose  a los bichos que si no los paraban iban a saltar sobre los infantes de primera linea. Sabía que los infantes ligeros tenían las horas contadas, lo único que podían hacer es darle algunos minutos más. Al menos en su escuadra el cabo mantenía el tipo, quizá se había equivocado en su primera impresión, y aunque odiaba reconocerlo eso le aliviaba bastante.

El escuadró en su mayoría empezaba a moverse como una mano con diez dedos, cada uno independiente pero todos con un mismo fin, si seguían así podrían mantener la linea el tiempo necesario. ¡avanzando!, respondió a las ordenes siguiendo el plan establecido, avanzar y disparar, y eso es lo que hizo, avanzó siguiendo la linea y disparó una ráfaga hacia los bichos.

Hans vio como todos sus compañeros comenzaban a centrarse en el sur de su formación, pero tenían que formar una línea de combate y unir los huevos de ambas unidades de Infantería que tenían delante. Así pues, optó por moverse hacia el norte, juntarse con los infantes ligeros y disparar al warrior que estaba más cerca, esperando que ese pedazo de monstruo no llegara al combate.

Alzó el rifle, lo preparó, y disparó una ráfaga contra ese puto bicho, pero lo malo es que había gastado casi toda la munición de uno de sus tres cargadores.

Me muevo siguiendo las ordenes del cabo Frost, de echo me pongo a su lado y disparo una ráfaga, pero me acuerdo que me dijo en automático. -Mierda!- 

Luego de el nerviosismo que me paralizo casi por completo al principio me animo al ver a mis compañeros, por lo que me muevo para tener mayor alcance y luego de esto apunto sobre la cabeza de la linea que esta adelante mio y disparo una granada, esperando darle a los miserables bichos.

Mueran miserables, logro gritar de emoción, pues me esta empezando a invadir.