Partida Rol por web

24 de Agosto de 1939 03:00

Un día una noticia revolvió el barracón, Armin había sido arrestado por merodear de forma sospechosa cerca de zonas restringidas. Se pasó tres días en el calabozo y se le advirtió que una nueva falta podía suponer la expulsión del regimiento, o tal vez algo peor.

Al margen de esto, la práctica se convirtió en rutina, y lograsteis mejorar algo las habilidades entrenadas.

Sin previo aviso, una noche fuisteis despertados por vuestro sargento. Parecía un días más, pero… algo extraño es que no había sonado el toque habitual de diana y además era mucho más pronto de lo normal - Señores, ha llegado el día que estábamos esperando. Hagan el petate, partimos de inmediato.

El sargento salió del barracón. Entre los soldados, a parte de cara de sueño, que se borraron con rapidez; había gestos de nerviosismo, aunque alguno sonreía con ganas de pasar por fin a la acción.

Rongar no lo terminaba de creer.

En alguna parte de su mente pensaba que esto era un ejercicio extra, nocturno, de madrugada, con ganas de sueño y sin estar ubicados del todo. - ¿Esto será eso de entrenamientos bajo fatiga?

Su cuerpo sabía perfectamente que estas horas, de madrugada, eran algo raro. Sus tripas se lo estaban diciendo: - Mea antes de ir a donde sea. Lo bueno es que su petate, como tenía lo justo del uniforme y poco más, no tenía problemas. Era cosa de recoger lo de afeitarse y todo eso, y poco más. - Me llevaré hasta las sábanas, por si acaso.

Al final la suerte para Armin se terminó y acabaron cogiéndolo y metiendolo en un calabozo durante tres días. Le interrogaron y tuvo que hacer su mayor esfuerzo para que no se quebrantara su voluntad y confesar. Asintió ante la amenaza y volvió con su pelotón a tiempo para ser despertados para lo que estaban siendo entrenados. 

Armin se levantó de su camastro y empezó a colocarse su uniforme de combate y a organizar el petate. No quería hablar con ninguno de sus compañeros, parecía un muñeco automatizado por culpa del sueño y la rutina de los últimos días y se presentó ante su sargento demostrando que estaba listo. 

¿¡Qué ha pasado Armin!? - Su compañero se mostró esquivo, poco hablador como de costumbre. Otto era simple, y quería saber qué había pasado aunque no supiera porqué. Cualquier explicación le hubiera servido en realidad, pero Armin parecía compungido y evitaba hablar con sus propios compañeros tras aquel episodio.

En la mañana donde el Sargento mandara tocar diana antes de lo previsto Otto sonrió complacido - Sí Señor

El Sargento Meyer había demostrado ser amable y permisivo con sus nuevos y torpes reclutas y ahora por fin tenían una nueva destinación. Otto armó su petate con rapidez y se presentó a formar con su torpeza y mala postura algo jorobada ya habitual.

La noticia de que Armin había sido arrestado por merodear por zonas restringidas tomó totalmente por sorpresa a Frundsberg. ¿Su compañero simplemente era muy curioso o se trataría de algo más? Frundsberg había permanecido durante un breve tiempo en prisión y, por lo que empezaba a intuir, quizá no fueran pocos los compañeros que habían tenido historias similares y habían terminado engrosando en las filas del ejército.

Sin embargo, la mejor sorpresa fue haber sido despertado en plena noche por su sargento, quien les informó de que el día que habían esperado había llegado. Frundsberg miró a sus compañeros. Esa noche estaban poco habladores, quizá en parte por lo que le había sucedido a Armin o porque eran altas horas de la noche y ninguno tenía ganas de hablar. Frundsberg preparó su petate con rapidez, entre bostezo y bostezo, y después salió del barracón para reunirse con el sargento.

24 de Agosto de 1939 04:00

Algunos somnolientos y otros alterados por lo que esto parecía. Los soldados se prepararon con la rapidez que ya habían logrado tras estos meses. Salisteis fuera y el pelotón formó de la manera habitual.

Un camión de transporte con una lona que cubría la parte trasera llegó y se detuvo delante del barracón y por lo que podíais ver el vuestro no era el único, la movilización era general.

- Señores. Se les explicarán los detalles a su debido tiempo, al igual que se les proporcionarán las armas necesarias. Desde ya mismo tienen prohibida la comunicación con el exterior. Salvo el correo postal que será debidamente revisado, pues no podrán decir en ningún momento donde se encuentran ni cual es su destino ni objetivo. Si alguien lo incumple se le podrá acusar de espionaje y traición. Ahora, suban al camión.

Cuando todo el pelotón estuvo arriba el camión arrancó y salió de la base, alguno miraba con interés al exterior ¿Al este tal vez? Pues no, rumbo norte. Ya estabais en el norte de Alemania por lo que el trayecto no duró mucho más de media hora. Humedad, gaviotas, estabais en el puerto.

Al parar, vuestro sargento fue el primero en bajar - ¡Abajo! ¡Formen!

Al bajar, pudisteis ver pese a la poca luz que había, la imponente silueta de un acorazado atracado.

Armin no se equivocaba al sospechar de qué se trataba toda aquella movilización. Los camiones cargaron a los soldados y poco tiempo después el olor del mar, el sonido de las gaviotas y el imponente acorazado que estaba frente a las tropas señalaba que iban a embarcar en ese trasto flotante para una invasión. 

Formando junto a sus compañeros Armin pensaba en lo que le depararía la guerra, en cómo iba a afectarle y en cómo iba a ser cuando volviera a casa, si es que volvía:-Sea lo que sea a lo que nos enfrentemos, permanezcamos juntos en todo momento.-les dijo a sus compañeros. 

No tardó en bajar, incluso haciendo gala de un saltito.

- Si nos han entrenado para hacer cosas desde barcos, y el tipo es un suboficial de la Kriegsmarine, será para asaltar barcos .... digo yo.

Soltó todo inocente. En su mente aparecían las historias de piratas, de corsarios, de asaltantes de caravanas e incluso, de ... No se le ocurría nada más, pero se imaginaba que atacarían o asaltarían barcos enemigos o barcos sospechosos y los tendrían que investigar como si fueran policías.

Asintió a Armin. Ellos se compenetraban bien. Unos sabían hacer unas cosas, otros, otras. Entre todos podrían hacer cosas....muy chulas. Ahora lo entendía. Habían creado un equipo de intervención, para cubrir ciertas especialidades.

- Pues yo seré el que reparte mamporros.

Notar que la movilización era general y no se trataba de un único barracón hizo intuir que aquello no iba a ser para una simple misión. Escuchar al sargento que se les prohibía la comunicación con el exterior y que se revisaría el correo postal le hizo saber que aquella situación era verdaderamente importante. La presencia del acorazado no hizo más que confirmarlo.

-Espero que no nos manden a pilotar más barcas... -comentó Frundsberg, con sorna, si bien intuía que a la larga iban a preferir aquellos duros entrenamientos que lo que tenían por delante.

El soldado alemán asintió a las palabras de Armin. Debían permanecer juntos, unidos ante la adversidad que hallasen en el campo de batalla. Aunque no confiaba en que la suerte les sonriera.

-Mientras no veamos un gato negro o pasemos bajo una ventana, todo irá bien -dijo Frundsberg, convencido, y aunque pudiera sonar a broma, esta vez sí que no bromeaba.

A la señal del sargento, Frundsberg se dispuso rápidamente a formar.

Con una enorme sonrisa de oreja a oreja Otto formó frente la pasarela de embarque junto a sus compañeros. Le emocionaba estar en un lugar tan distinguido como aquel barco, era la primera vez que subía a uno y todo cuando le rodeaba le excitaba de sobre manera. Ojalá estuviera pronto en casa para explicarles todo lo que estaba viendo, iba a ser el orgullo del pueblo.

Otto esperaba que todo esto sería una maniobra miliatar, como la de checoslovaquia, un despliegue de fuerza para evitar una futura contienda. Pero esta vez parecía más contundente.... ¿Polonia tal vez? En cualquier caso Otto le dejaba todo aquello a las cabezas pensantes limitándose a sus escasas funciones.

24 de Agosto de 1939 04:30

El sargento os revisa con la mirada, un gesto que se ha vuelto cotidiano, pero ahora ya no hay nada que corregir - Muy bien, ya lo habrán visto en alguna ocasión, pero les presento formalmente a su teniente Wilhelm Henningsen, que nos acompañará en esta travesía.

Dicho lo cual - ¡Caballeros! Están a punto de embarcarse en una de la operaciones más importantes hasta la fecha. Pueden sentirse orgullosos de servir a su país. Y aunque hasta que no estén a bordo no se me permite contarles más detalles, espero que den lo máximo de ustedes mismos. Sus compatriotas y el mismo Führer tienen sus ojos y la confianza puesta en nosotros. No me fallen y yo no les fallaré a ustedes. Lucharemos codo con codo. Ahora...pueden embarcar. Descansen

Vuestro sargento vuelve a tomar la palabra -  Síganme, les indicaré donde pueden descansar. Tienen prohibido transitar por cubierta, es de vital importancia que no se vea actividad fuera de lo normal, se supone que este es un buque-escuela.

Ya por fin subís al acorazado, el sargento os acompaña hasta la que iba a ser vuestra estancia. Y no sabía duda de que ibais a estar muy, muy apiñados.

- Les recomiendo que durante su estancia aquí, aprovechen para descansar todo lo que puedan. Pero ahora en unos minutos, vendrá de nuevo el teniente y les explicará la operación - Parece que por fin, ya con el barco en marcha ibais a saber de que se trataba todo esto. El sargento se retira y sale del camarote dejando que podías dejar vuestras cosas.

Apenas minutos después el acorazado inicia las maniobras de desatraque. Se pueden escuchar los motores y eso que debe de ir aún bastante despacio.

Poco tardó Rongar en tomar una de las literas de más abajo. En concreto la que más cerca estaba de la salida. Lo bueno es que su equipo y sus cosas, realmente eran pocos trastos, así que no fue problema encontrarles un sitito donde ponerlos, pero, la lona de la cama de arriba estaba a menos de un palmo de sus narices.

- Joder, como piense en Elena o en Gretta ... el de arriba .... va a tener un problema.

Frundsberg escuchó en silencio el discurso de aquel nuevo superior, a quien el sargento les presentó como el teniente Wilhelm Henningsen. El teniente les había indicado que iban a formar parte de una de las operaciones militares más importantes hasta la fecha y que podían sentirse orgullosos de servir a Alemania. Sin embargo, no les ofrecieron más detalles al respecto, por lo que el soldado intuyó que debía de tratarse de una misión de gran importancia.

Sin más, Frundsberg decidió tomar una de las literas superiores en la estancia que sería el dormitorio para el grupo de soldados. Le intrigaba el porqué de tanto secretismo, aunque según les había dicho el sargento, no tardarían mucho en que el teniente les explicase los detalles de la operación.

No había vuelta de hoja. Armin y sus compañeros tendrían que seguir hacia delante con la misión hasta que la cumplieran o mueran en el intento, esperando ser lo primero. Atendiendo a las indicaciones del sargento y siguiendolo llegaron al camarote donde estarían durante el viaje. Les habían prohibido salir a cubierta por lo que daba a entender que esta operación no era del todo bien vista por lo que tocaría moverse entre las diferentes plantas del buque. 

Algunos ya habían empezado a coger literas cuando los motores arrancaron así que Armin cogió una de las literas bajas y dejó su petate debajo para luego sentarse en la mesa:-Me encerraron por deambular por el campamento durante el tiempo libre. Me interrogaron y me dejaron encerrado hasta anoche.-comentó Armin a modo de aclaración por lo que le había preguntado Otto al levantarse:-No quería decir nada antes por que no sabía como explicarlo.-añadió después. 

Otto cogió la litera encima de la de Armin, convenía estar en la litera cuando el trajín de soldados hacía que el tránsito por aquella lata fuera imposible, aún así mantenía su mirada de jilguero sobre el cogote de Armin, hasta que este le invitó a bajar y sentarse a la mesa con él. Otto escuchó a su amigo - Pero yo también estuve deambulando y nunca me han dicho nada...

¡¡Ufff AQUÍ HUELE A POLNISCHE ZIEGE!! uFF Hay quien suda más de lo normal. Me alegro que estés de mejor humor Armin, te vamos a necesitar. Lástima de tu arresto, estoy seguro te hubieran ascendido a jefe de escuadra en menos de una semana vayamos a donde vayamos. 

A ver si se presenta el teniente y nos da más información, no va a haber mucho que hacer aquí abajo si no podemos salir a tomar el sol a cubierta.

24 de Agosto de 1939 05:00

El teniente entró en la sala y de pronto se hizo el silencio.

- Caballeros... - Llegó también vuestro sargento y desplegó unos mapas encima de la mesa.

- Dentro de 48 horas iniciaremos una ofensiva a gran escala sobre territorio Polaco. Más de un millón y medio de unidades para aplastar con rapidez al enemigo. El ataque se realizará en diversos frentes y con diversos objetivos.

- Nuestro objetivo es la ciudad portuaria de Dánzig.

Hitler había estado últimamente presionando al gobierno polaco, para la restitución de la soberanía alemana sobre Dánzig, así como un ferrocarril y una carretera extraterritoriales que cruzaran el corredor polaco (que separaba Prusia oriental del resto del territorio alemán desde el final de la Primera Guerra Mundial como consecuencia del Tratado de Versalles).

- Ocuparla, y hacernos fuertes. El ejército de tierra cerrará el corredor desde el oeste uniéndose a nosotros. Recuperaremos toda pomeria y avanzaremos sobre Varsovia.

Despliega un mapa sobre la mesa en el que se ve como una especie de pequeña península - Como les decía, dentro de 48 horas se iniciará el ataque. Nuestros cañones ablandarán sus defensas y desembarcaremos en la península para aniquilar toda resistencia. - Como zona de desembarco pone su dedo en el sureste, donde la península es más estrecha - Ese es un primer objetivo. Recibirán las ordenes del sargento Meyer que ya conocen bien, y yo mismo. ¿Alguna pregunta?

Ya en otras ocasiones había tenido problemas legales por "tirarse a la piscina" al escuchar ciegamente los comentarios de otros, que se supone que socialmente estaba por encima de él; así que, intentando ser discreto, comentó:

- ¿A qué nos enfrentamos mi Teniente?....¿Y cuanto tiempos tenemos para cumplir el cometido? 

Imaginaba que si este viejo acorazado que los transportaba les podía dar asistencia de fuego y apoyo cercano, podrían pasar por encima de lo que fuese. - Será viejo, pero, entre su artillería principal y secundaria tenemos más que un batallón artillero de apoyo. Al menos eso esperaba tener de apoyo este chaval de costa.

Otto levantó la mano con el gesto bobo que le caracterizaba - Señor. ¿Hay algún punto de reunión una vez desembarcados? ¿Algún objetivo que ocupar? - Probablemente ya hubieran pensado en algún edificio. La parte estrecha de la península no era casualidad y seguro que había algún enclave en algún punto con el que desearan cortar toda ayuda que pudieran recibir las tropas que quedaran atrapadas dentro tras el bombardeo. 

Iba a ser parecido a checoslovaquia. Un par de petardos y echarían los fusiles al suelo, al campamento de reeducación y con el resto de tropas. Otto esperara que fuera otro desfile.

Frundsberg escuchó la información que transmitió el teniente. Así que les enviaban a una invasión. Una invasión para recuperar la ciudad de Dánzig y marchar sorbe Varsovia. El ejército alemán ha había demostrado su formación y disciplina recientemente, por lo que Frundsberg dudaba que aquella misión terminara siendo muy complicada.

-Ninguna pregunta, señor -dijo el soldado alemán.