Partida Rol por web

Arborius recibe el impacto de un proyectil. Es un proyectil pequeño que rebota contra su armadura. Cuando se gira ve una bestia Sargonautis. Un monstruo de unos cinco metros de alto con apariencia muy parecida al de un sapo mutado. Sobre el y con unas correas hay un jinete.

Dispara con una cerbatana proyectiles contra Arborius que se ve obligado a defenderse del acoso del jinete subido en el alto del Sargonautis. El jinete hace gestos de rabia mientras ataca.

Me voy contra el Sargonautis malvado e intento atravesarlo con la espada. Ahora lo veo claro: sin seres sin alma, sin habla, sin piedad, para ellos matar a un determinad enemigo es lo único que les motiva en cualquier sentido. Pues si a nosotros quieren matar o morir, moriran. Se lo merecen!!

Le das un duro tajo al Sargonautis en una pata que se agita y brinca con violencia aterrizando sobre dos dracónidos rasos. A pocos metros. Los dos dracónidos mueren aplastados

El jinete intenta mantener el control de su montura con escaso éxito. Se agita en lo alto del sargonautis mientras intenta recuperar una de las cinchas que usa para gobernarlo. Insulta y maldice mientras lo hace.

Con un gesto brusco intento subir a lo alto del Sargantajo gigante y alcanzar a su dueño para combatirlo. Verá lo que le espera. Le haré acordarse del dia en que nació.

El jinete suelta todo y comienza a disparar a corta distancia con su cerbatana esperando que asi sobrevivirá. Los proyectiles impactan contra el escudo del legionario.

Aunque dudo que sirva de nada, en tono agresivo y deshumanizado le digo:

- Ríndete y salva tu vida!! No lo voy a repetir!! Piensa en los vivos y en la vida que te queda!! Ríndete ahora mismo!!

El jinete sigue disparando y un proyectil impacta en la hombrera metálica del legionario rebotando .-¡Matar humanos!-.

- Entonces, tu lo has querido!! - Con la espada bien cogida y preparada para golpear, me dirijo al ser malvado. Cuando esté bastante cerca de él, lo golpearé con fuerza.

El jinete que es pequeño y mide un metro cincuenta de alto recibe una herida muy fea en el pecho que lo hace caer del Sargonautis. Entonces Arborius se fija que el costado del Sargonautis esta lleno de jabalinas de Niko y heridas de la magia de Undina. El Sargonautis se tambalea a punto de caer.

Hago un salto lateral intentando alejarme del Sarganbicho. Pongo todas mis fuerzas en este salto...

El monstruo pega un ultimo brinco chafando a otro dracónido y se queda inmóvil y moribundo.

.-Uno menos...-. Dice antes de corroer a otro de los enemigos con su magia.

El combate se alarga por largo tiempo más durante el cual provocáis muchas mas bajas. Los draconidos rasos son bastante mediocres y en comparación compuesto por guerreros heroicos sus esfuerzos son completamente inútiles. Quizás solo cuando el grupo comienza sentirse cansado se siente el peligro. Por fortuna el combate acaba antes de que no podáis seguir resistiendo.

.-¡Increíbles!¡Sois increíbles!¡Esto es como las grandes hazañas de los héroes míticos! ¡Pense que os veríais superados por su inmenso numero, pero ni aun asi!-.

.-Solo ese monstruo gigante era peligroso, pero por fortuna Arborius derrotó a su jinete-.

Entre los muchos cadáveres el jinete moribundo aun tiene algo que decir .-Ja, ja, ja -. Su risa se entrecorta por las toses y gestos de dolor .-Todos moriréis. Hasta el ultimo de los humanos. Este mundo será purgado de humanos, y ni los imperiales ni los meritocrátas...-. Hace un gesto de rabia y dolor .-Todos por igual. Ese Basalthof es un idiota, y solo nos sirve porque cree que queremos cumplir sus planes. Morirá. Todos moriréis. Ja, ja, ja-.

Le doy una bofetada al Jinete, diciéndole: - Cállate!! Ya veremos quien ganará!!

El jinete muere en un instante. Sus últimos esfuerzos los dedicó a esas agresoras declaraciones. Estáis heridos y cansados, pero la batalla parece haber acabado. Habéis luchado con gran valentía contra una masa enorme de enemigos.

Cuando parece que tenéis el momento de calma escucháis más ruidos. Una decena de destructores aparecen por el norte. Estos diez peligrosos dracónidos aparecen y los dirige una cara conocida.