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La isla del fin de los tiempos

Introducción: Un océano en medio del océano

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23/10/2016, 22:18
Director

Los veinte únicos rostros que quedaban se asomaron a la borda de la pequeña embarcación para observar el rostro de la isla que habría de servir de cuna al nuevo Dios Primigenio. 

Todos recordaron de golpe la canción que había llegado a cada uno de sus oídos aquellas Navidades, hacía ya un par de semanas. ¿Fue por estar llegando por fin a su destino? ¿Habría alguno de ellos silbado aquella melodía sin darse cuenta haciendo que los demás lo asociaran inmediatamente al canto? ¿O tal vez era la misma isla la que susurraba esas palabras? 

Fuera como fuera ahí estaba de nuevo la canción en su cabeza: La prueba que estaban esperando.

La clave de su viaje y del fin de su antigua vida. 

 

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24/10/2016, 01:31
Director

Hacía apenas unas horas que habían llegado a la isla Ascensión en pleno océano Atlántico. Un nombre simbólico que presagiaba el despertar de una fuerza, de un nuevo orden, de un Dios incluso para los más creyentes. Pero no todos sabían qué hacían allí o que la isla Ascensión no era el final de su viaje. 

Fede García había viajado desde su España natal buscando inspiración para sus poesías. Fue a altas horas de la madrugada, frente al mar, cuando se le acercaron para darle el mensaje

Ninfa Wheet estaba haciendo negocios en las islas del Índico cuando tuvo que buscar una huída antes de que las autoridades portuarias pusieran fin a su carrera de contrabandista. Su desesperación le llevó a contactar con aquella secta. 

Montgomery Manhunt había oído que tenía que ir a aquella isla de los labios moribundos de la mujer que le convirtió literalmente en otra persona. Cuando supo que un selecto grupo viajaría allí a otra isla cercana entendió que debía ser parte de ellos. 

No era el único británico convocado. Edward Pines había viajado también a la Isla Ascensión aunque él sí había ido hasta allí en busca de la noticia que terminara de encumbrarle. En su investigación periodística había obtenido aquella misma canción y coordenada. 

Algo parecido le pasaba a Sophie Neveu pero ella no quería hacer un reportaje sino el mejor de los libros desde que en su París natal había oído la historia de la Hermandad y su mensaje. 

Y una historia puede ser noticia, libro o película. Eso era lo que pretendía el director americano Walter Orsen cuando escuchó hablar del Dios Primigenio buscando una historia para su siguiente guión. 

A otros les había llegado la historia de manera más casual. En el caso de Darius Reginald Bowman fue a través de la música como empezó a conocer el mesiánico cometido de algunos elegidos. Él había llegado hasta el origen de la grabación de aquella melodía y ahora se encontraba llegando a la raíz. 

Otto von Berger se había puesto tras la pista de aquella isla al arrancarle secretos a pacientes que se golpeaban incesantemente con la mirada perdida tras haber tenido algún contacto con aquellos mitos que empezaban a parecer reales. 

Uno a uno, a todos en la exótica Ascensión les habían dicho que su meta no era aquella sino una isla más inhóspita y pequeña. Los miembros de la Hermandad que se habían ido poniendo en contacto con ellos la llamaron "La isla del fin de los tiempos" y ese nombre a aquellas personas que jamás habían creído en la existencia de lo paranormal les había provocado el miedo y la emoción necesaria para que aquella noche de tormenta en la que esperaban el que sería su segundo barco, no supieran describir exactamente por qué temblaban. 

 

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24/10/2016, 02:10
Director

Pero para el resto de los tripulantes, lo paranormal ya formaba parte de sus vidas, desde que cada uno de ellos decidió apostar por el ocultismo en sus muy variadas formas

El Alucinante Archibald, por ejemplo, llegó a ella a través de la magia con la que construía sus espectáculos y cundo sus trucos empezaron a fracasar empezó a buscar vías más puras del saber arcano. 

De igual manera la tarotista Miss Jones había ido profundizando en el saber de la magia, aunque en su caso fue el éxito de sus predicciones lo que le hizo descubrir que existía una Hermandad que esperaba el alumbramiento de un Dios. 

Cornelio Agrippa había empezado a saber del plan de traerle a este plano de la realidad a través de su hermandad de masones a la que pertenecía su familia desde hacía tiempo. Y si bien ellos combatían aquella causa aberrante, cuando decidieron no aceptarle en su orden, Cornelio supo que podía demostrarles algo. 

Y de otro grupo, pero esta vez en el lado contrario de la fe, como eran los paracientíficos, era ​Faramir Fuster, un investigador británico que trataba de dar una explicación a la existencia de grietas dimensionales. 

Sin tanto discurso, Alexandra Austerlitz se encontraba en el mismo lugar del puerto que todos guiada solamente por su intuición y su deseo de seguir entrenándose para convertirse en la espía completa. 

Completo ya nunca estaría Ludwig Von Liechtenstein y eso bien lo sabía un coleccionista como él. Pero desde que faltó su mujer sabía que solo un Dios Primigenio podría alterar las leyes de la vida y de la muerte y dar sentido de nuevo a su vida. 

Otras relaciones con el ocultismo eran mucho más folclóricas y extravagantes. Tal era el caso de Francesca Barberini que en su lujosa mansión italiana organizaba desde hacía años bacanales donde el sexo poco a poco había dado paso a prácticas de sacrificio que le llevaron hasta conocer el más grande de ellos que se daría en la isla. 

O el caso de Suit Sullivan que había volado hasta allí en una avioneta privada desde sus colonias en las islas del Indico con una criatura entre los brazos que parecía un extraño animal y que cuidaba como si fuera su hijo. Ella sabía que lo que portaba demostraba que los seres humanos no estaban destinados a gobernar el planeta. 

Empezaba a llover con fuerza cuando un hombre encapuchado apareció en medio del puerto: 

- Bienvenidos hermanos. Vuestro viaje está a punto de terminar. Este barco os llevará a la isla que habrá de ser testigo del acontecimiento que habrá de instaurar un nuevo orden. Sepáis de él desde hace horas, estéis tras su pista desde hace tiempo o hayáis visto señales en otros cultos, es indiferente. Él os conoce desde antes de que los tiempos tuvieran años y días y Él os ha llamado para que le sirváis sin condiciones en su aniquilación de esta era. 

"La aniquilación" eso es lo que busco, se decía para sí el Doctor Evil. Pese a su tamaño gracioso y grotesco, su intelecto le había llegado a dominar el crimen y aunque ahora se encontraba sin su guardia personal sabía que estaba cerca de conseguir el poder destructivo total 

"Servir sin condiciones" era todo lo que deseaba Hellen Miller. Sacrificar su cuerpo para poder despertar al Creador había sido su fanático deseo desde que era niña. Mientras se empapaba por la lluvia y veía al mar volverse cada vez más agitado, sabía que esta vez podría conseguirlo

"Él os ha llamado". Eso podía jurarlo Irving Malloy. Desde niño su llamada se había materializado en forma de imágenes que necesitaba plasmar en pinturas hasta llegar a la obsesión. No era arte excéntrico, como creían sus seguidores. Era una respuesta. 

"Instaurar un nuevo orden": ​Tatiana Nikolayevna Romanova no permanecería callada mientras la revolución había hecho arder los cimientos de su noble linaje y el orgullo durante siglos de la que fuera la nación más grande de la Tierra. 

El sacerdote siguió hablando: 

​Y ahora subid a la embarcación.  Yo os llevaré hasta la isla. 

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24/10/2016, 02:43
Director

A todos les pareció oportuno que los relámpagos iluminaran la oscuridad del mar y que los truenos acompañaran las palabras que el encapuchado exclamaba mientras se hacía con los mandos de aquella pequeña embarcación que parecía insignificante frente a la bravura del mar. 

Sophie vomitaba sobre la borda, incapaz de mantenerse de pie mientras que Francesca trataba de abrigarse frente a aquel viento huracanado. Otto estuvo a punto de ser lanzado al mar en un momento pero pudo ayudarle su compatriota Alexandra

- Esto empieza a ser peligroso- exclamó Edward mientras Fede asentía dirigiéndole una sonrisa. 

​- Nadie dijo que llegar aquí fuera fácil- dijo de manera solemne Hellen. 

- Pero nada tendría sentido si naufragamos- señaló Cornelio. 

Montgomery y Faramir fueron con esfuerzo hasta la cabina y trataron de preguntar si faltaba mucho y si todo iba en orden. 

Mientras tanto Darius tocaba en medio de la tempestad su trompeta provocando el aplauso de su compatriota el director Walter que empezaba a arrepentirse de no haber traído ya la cámara

- Todo está a punto de cumplirse- dijo entonces el encapuchado soltando los mandos de la embarcación- 

- ¿Está loco? ¿Qué está haciendo? dijo Ninfa corriendo a ocupar su lugar para no dejar sin dirección aquella nave. 

Suit Sullivan agarraba a su animal con fuerza, tratando de protegerle mientras el Dr Evil buscaba un chaleco salvavidas por si acaso solo uno debía salvarse de aquel inminente naufragio. 

La antigua zarina Tatiana se agarró a uno de los cabos que sobresalían del poste y tendió la cuerda a Miss Jones para que hiciera lo mismo antes de que su cuerpo volara como habían hecho algunas de sus cartas

- ¡Creo que veo tierra allí al fondo! gritó Irving señalando un punto en el horizonte

- ¿Estamos llegando a la isla, pues? le gritó Ludwig al encapuchado que caminaba hacia el borde de la proa sin hacer caso al resto. 

- No es una isla. Es un océano. Un océano en medio del océano cuya profundidad estáis a punto de descubrir. 

Y entonces saltó hundiéndose en el mar. Todos gritaron pero entonces el barco viró y empezó a moverse solo, guiado por manos invisibles que traía de cabeza al mismísimo Archibald o atraído por la misma isla con una resolución inusitada que empezó a dejar la tormenta detrás de ellos

Y entonces los veinte pasajeros recordaron la canción mientras empezaban a distinguir en la noche una hilera de antorchas que en manos de otros portadores encapuchados les daban la bienvenida a la Isla del Fin de los Tiempos 

 

Notas de juego

Y con esta breve presentación de los 20 personajes y 20 menciones extra, da comienzo la introducción del juego. 

Tenéis para escribir y rolear un poco hasta el miércoles a las 11 de la mañana que se realizará el sorteo de las cartas y empezará de manera oficial este juego 

 

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24/10/2016, 07:10
Fede García

Fede se resistía a esconderse en los adentros de la embarcación, su mente curiosa provocaba que tuviera que ver de primera mano lo que acontecía. 
Durante esos instantes le daba más curiosidad el exterior y el entorno que los singulares compañeros de viaje. 
Aunque era abierto también era cauto, lo aprendió a base de pedradas por ser el chico raro en una Andalucía que jamás entendía las mentes imaginativas. 
Mientras sacaba un paquete de cigarros húmedos el barco se movió bruscamente y el chico engalanado que pasó un buen rato a su lado le advirtió del peligro, Edward parecía llamarse. Eligió no sacar los fósfores y provechó la ocasión para romper su silencio.  
- Se ha venido muy elegante para la ocasión, huele usted bien y en los tiempos que corren son agradecidos los olores limpios. Encantado, Fede. ¿Tiene fuego? - y sonrió 

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24/10/2016, 10:18
Faramir Fuster

Había advertido que Edward Pine estaba entre el pasaje pero no había encontrado el momento de entablar conversación. Hasta entonces, cuando el señor Fede García se la servía en bandeja. 

- Permítame - Faramir se autoinvitó a la conversación.  Se colocó unas gafas tintadas y sacó del bolsillo de su gabardina un pequeño dispositivo similar a un cascanueces que asía del revés. Lo acercó a la boca de Fede y lo apretó como una pinza. De ambos extremos surgieron dos finos alambres que al acercarse al cigarrillo provocaron un chispazo que, pese a su humedad, lo encendió inmediatamente y cegó por un segundo a todos los que estaban mirándolo. 

A continuación se encendió otro para él y se quitó las gafas.

- Está patentado - soltó una risa de vendendor poco natural - En este ambiente los fósforos y encendendores pueden no ser demasiado útiles. Encantado, soy Faramir Fuster

Sin esperar respuesta se giró hacia el señor Pine y se presentó igualmente. 

- Señor Pine, conozco su trabajo desenmascarando fraudes. Un placer compartir este momento con gente tan integra como usted. 

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24/10/2016, 11:52
Sophie Neveu

Cuando Sophie retomó el aliento echó la vista al frente y vio cómo aquella isla se iba acercando más y más. 

Entonces se dio la vuelta y vio a un par de caballeros hablando amablemente. Decidió acercarse. 

- Disculpen, señores, ¿no tendrán un pañuelo?. Sophie quería limpiarse, así que aceptó gustosamente el que le ofreció el señor García. No hemos tenido oportunidad de hablar hasta ahora, así que me presento, soy Sophie Neveu, encantada. Dijo mientras les tendía la mano. Aunque supongo que tendremos ocasión y tiempo para conocernos mejor..., concluyó sonriendo tímidamente para disimular el estado de malestar y nerviosismo en el que se encontraba.

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24/10/2016, 12:11
Darius Reginald Bowman

La música suave de la trompeta embriagaba el aire en el espectro auditivo del mismo modo que un sutil perfume acaramelado lo haría en el olfativo. Era, sin duda alguna, un sonar melancólico, meloso y arrastrado, sin prisa ni urgencia alguna, buen sabedor de que dadas las circunstancias no había evento alguno que reclamase de prisa de ninguna clase, pues los eventos debían de desenvolverse a su justo tiempo y en su precisa medida.

Y es por eso que Darius R. Bowman tocaba a placer, amenizando con su plácida melodía el acercarse de la embarcación al que debía ser su destino final cuando el Fin de los Tiempos llegase. El instrumento hacía un extraño contraste con el crujir de los rayos en el cielo amenazador, pero ¿no es eso la vida al fin y al cabo? ¿Una sopa de contrastes de colores, sensaciones, pensamientos y acciones? Con este filosófico pensamiento observaba el señor Bowman la isla acercándose.

Una hermosa voz femenina le sacó de su ensoñamiento sin embargo. Deteniendo el tañir de su instrumento momentáneamente el señor Bowman llevó la mano al bolsillo del pecho de su chaqueta, tomando un pañuelo para ofrecer a la señorita Neveu, recién presentada.

- Tenga aquí, señorita, tome de este humilde músico el pañuelo que necesita y no se deje llevar por el temor, que nada hay que temer en este tan especial viaje que compartimos todos. Darius Reginald Bowman es mi nombre, para usted y todos los presentes en el navío - dijo sonriendo y haciendo una teatral reverencia al inclinar su pecho sobre la trompeta ligeramente.

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24/10/2016, 13:14
Francesca Barberini

Catalogada recientemente por las altas esferas como la huérfana millonaria de la Toscana, no hacía mucho tiempo había perdido a sus padres y se presentaba una presa fácil para los cazafortunas ingenuos que no la conocían verdaderamente bien.

La ventisca en cubierta soplaba con fuerza y se estaba quedando helada. El suyo era un vestido bastante discreto en comparación a lo que solía vestir, pero el generoso escote sin duda ponía en riesgo su salud y su estancia en la Isla. No estaba allí para coger un resfriado y encamarse justo el día de la gran invocación del dios primigenio. Ni hablar, ella quería vivir aquella aventura al cien por cien. Así que tuvo que taparse con el abrigo y dejar a un lado su vanidad.

Chasqueaba los dedos con impaciencia cuando un camarero se acercó para ofrecerle una copa al ver que no tenía ninguna en la mano. Francesca escogió una de vino, ignorando por completo las de champagne. Por una noche prometedora. - bebió el delicioso líquido deslizando la mirada sobre los invitados que allí se concentraban. Intentó reconocer entre tanta gente algún conocido, quizás aristócrata o millonario europeo con el que hubiera coincidido en una fiesta anteriormente.

Dió unos pasos caminando con la elegancia innata que le caracterizaba. Luego se miró a si misma y con aires glamurosos, preguntó al caballero cuyo rostro le era extrañamente familiar:-¿Es usted el coleccionista Ludwig Von Liechtenstein?. Creo recordar que he tenido el placer de coincidir con usted hace muchos años cuando su difunta esposa aún estaba viva.

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24/10/2016, 13:32
Edward Pine

-Esto empieza a ponerse feo- Fueron las primeras palabras que salieron de la boca de Edward, la situación no daba pie a una mejor conversación, por suerte tras unos bruscos movimientos, todo se calmó, la gente mostraba hasta cierta sonrisa de descanso, como si aquel viaje, por un instante, pareciera ser el último, Edward al menos lo pensó de verdad.

Aquellos pensamientos se rompieron cuando un hombre se acercó pidiendo fuego, felicitándole por su elegancia e indicando que olía bien, algo que, sin duda, gustaba a cualquier inglés que se aprecie. Edward se dispuso a ofrecer su mechero cuando otro hombre se acercó enseguida, ofreciéndose él mismo -Muchas gracias, señor Fede- Indicó al primero -Por lo del olor y, como no, por la elegancia...- Sonrió - ...uno hace lo que puede, por su acento... ¿Es Español?- Sonrió y se giró al segundo, tras saludar a Fede con un buen apretón de manos y con toda la educación de un hombre de su estatus -Señor Faramir- Saludó extendiendo el brazo derecho, saludando al británico como había hecho con el Español -Da gusto saber que hay otro compatriota por aquí- Y aún le gustaba más que le conocieran -Gracias, es de agradecer que valoren el trabajo de uno- Hizo una breve pausa y continuó -¿porque han venido, señores? Si no es indiscreción, claro está- Mantuvo la sonrisa afable cuando se acercó una mujer y tras la petición de ésta, apareció un hombre que se presentó como músico "Interesante elección de anfitriones tiene esta farsa... Digo Secta... Digo "organización" " Pensó cuando sonrió a la joven y, para que negarlo, bella dama "Sophie... Excelente" y al otro "hombre" -Permítame presentarme- le dijo a la dama -Edward Pine, periodista- cogió la mano de la francesa y la besó, tras éso la soltó dejándola libre para que continuara con sus saludos, en caso de haberlos.

Tras éso indicó a la joven y al otro hombre, ya que tenía que aparentar educación, le gustara o no la persona -Si quisieran acompañarnos en la conversación, acabo de preguntar a estos señores sobre sus intereses aquí, de nuevo, disculpen la curiosidad pero... Viene con el oficio- Sonrió tras lo último que dijo.

Los demás parecían empezar a hablar entre ellos, algo que no pasó desapercibido para Edward, tenía que estar al tanto de todo si quería destapar aquella farsa.

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24/10/2016, 13:40
Walter Orsen

- Eso es... sí sí sí sí, un poco más a la derecha... perfecto... - pienso en voz alta mientras los relámpagos retumban en la tormenta que rodea al barco y los capturo con mi cámara.

- Ahora un barrido... eso es... - Un giro de 180 grados coloca el objetivo de cara a aquellos valientes que han decidido afrontar la aterradora tormenta en cubierta.

- Luego le ponemos un fundido en negro y listo. - Musito mientras me alzo sobre el objetivo y miro por primera vez con mis propios ojos a los presentes al tiempo que dejo de grabar por el momento.

- Esto va a ser un auténtico éxito; mayor que El Acorazado Potemkin. - Concluyo satisfecho, con los brazos a horcajadas sobre mi cintura, mientras repaso las múltiples personalidades y rostros que viajan abordo.

Me giro de nuevo para observar la costa que se acerca inexorablemente y la hilera de antorchas y capuchas que en ella nos esperan.

- Que digo, ¡mayor incluso que El Viaje a la Luna de Lumiere! - digo con una sonrisa al tiempo que vuelvo la cámara hacia las llamas que nos dan la bienvenida y grabo el melódico cántico que nos incitan.

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24/10/2016, 14:48
Alexandra Austerlitz

Alexandra no podía ocultar su emoción… desde que era niña se había interesado por el mundo del ocultismo, sus enormes capacidades sensoriales habían llamado la atención de muchos “maestros” de las ciencias ocultas que habían ido introduciéndola en estos saberes inaccesibles para la mayoría de los mortales. Gracias a ellos había conocido al DIOS PRIMIGENIO y hoy por fin iba a conocerle.

Miró a su alrededor observando al selecto grupo de elegidos que le acompañaba. Alex era una mujer culta y a la mayoría de ellos tenía el placer de conocerles, aunque no a todos en persona, pero sí por su trabajo y posición social.

¡¡Otto!! Dijo agarrándole del brazo en uno de los bandazos de la barca. ¿Cómo se encuentra?, le preguntó. A éste sí tenía el placer de conocerle personalmente, pues fue íntimo amigo de su padre.

Alexandra también era conocedora de los trabajos en el periodismo de Edward Pines y de Faramir Fuster, con el primero había coincidido en alguna reunión sobre ciencias ocultas, al segundo le conocía por sus famosos artículos destapando fraudes… tenía la sensación de que era algo escéptico con este tema… hoy podrían comprobar todos la existencia del más allá. Un saludo caballeros, encantada de poder conocerles en persona a algunos (dijo mirando al grupo que se había formado entre Edward, Fede y Darius) y a usted, Faramir, de volver a verle.

También conocía el trabajo de la escritora francesa Sophie Neveu, hace tiempo había leído algún relato escrito por ella. Cuando sus miradas se cruzaron en medio de la tempestad, le saludó con la cabeza.

A Francesca Barberini tuvo el placer de conocerla en un evento social al que acudió en una misión de espionaje. Encantada de volver a verla Francesca,- saludó- me alegra compartir con usted este encuentro tan selecto.

​Continuaba aferrada a la barca, intentando mantenerse sentada pese a los bandazos...cuando empezó a escuchar esa pegadiza melodía que ya llevaba meses grabada en su memoria y que sin duda, había guiado su intuición hasta allí, encontrándose en el muelle indicado, a la hora indicada para zarpar... sabía que eso era lo que tenía que ser....

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24/10/2016, 15:21
Ninfa Wheet

Ninfa se sentía un poco fuera de lugar entre tanto señor y señora de postín; solía tratar con gente así, pero siempre en el bando opuesto. Sin embargo, el hecho de sentirse a salvo por primera vez en varios meses la ayudó a coger confianza y unirse a la conversación. Toda esa gente le producía una curiosidad tremenda, ¿qué les habría llevado a dejar la comodidad de sus vidas?

Hola a todos... Veo que algunos ya se conocen. Es un placer compartir este viaje con ustedes, estoy deseando conocer sus historias. Y permítame decirle, señor Orsen, que me fascina ese cacharro ¿me permite observarlo?

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24/10/2016, 15:37
Ludwig Von Liechtenstein

Ludwig había estado mirando los relámpagos que iluminaban proféticamente el cielo sobre el océano. No parecía importarle que su delicada y exclusiva ropa pudiera verse arruinada, permanecía concentrado en el horizonte, como esperando ver algo más en la negrura de las agitadas aguas.

Había estado escuchando algo distraído la conversación que tenía lugar a su espalda, y finalmente volteó cuando la hermosa mujer llamó su atención.

- Bella signora -le contestó en un perfecto italiano, aunque con marcado acento germánico. Mi ricordo il nostro incontro -agregó, para continuar en lengua mas prosaica. Su belleza en aquella ocasión no pasó desapercibida, ni por mi ni por Astrid, quien quería proponerle...    ciertas cosas.  Lamentablemente por cuestiones protocolares no hubo ocasión, pero me alegro de encontrarla nuevamente.

Luego se acercó el periodista, intentando desentrañar los motivos de aquel viaje.

- Desde luego, Mr. Pine. 

Observó de reojo a Francesca, como pidiendole permiso para interrumpir su conversación, y le habló al periodista:

- Permitame unos momentos. En 1908 hubo una poderosa explosión en Tugunska, Siberia. Devastó miles de kilómetros cuadrados. Nadie supo cómo se originó. En 1915, durante la Gran Guerra, un centenar de soldados británicos desapareció repentinamente mientras combatía a las tropas turcas. Se dijo que se los llevó una misteriosa bruma. En 1918, el Cyclops, un buque de 19 mil toneladas equipado con trasmisor de radio, desapareció sin dejar rastro alguno. Y con él el paradero de trescientas seis personas. El año pasado fueron descubiertas las tablillas de Glozel, en Francia. Algunos dicen que no fueron hechas por manos humanas. Tengo informes confidenciales de unas extrañas lineas trazadas en la tierra cerca de Nazca, Perú. 

Observó el efecto de sus palabras. Muchos lo tildarían de farsante, de mentiroso, de fanático.

- Hay cosas que parecen no tener explicación, Mr. Pine. Pero créame que si lee los libros indicados, si observa ciertas pinturas, si analiza ciertos ídolos, en distintos lugares del planeta, comenzará a formarse una idea de algo...   altertümlich, algo Antiguo. Tengo la sensación de que este viaje me aportará respuestas certeras a esas preguntas

Ludwig podía ser muy intenso. Sabía que no producía un efecto muy agradable a quienes trataban con él, pero no podía evitarlo.

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24/10/2016, 16:27
Montgomery Manhunt

Cuando aquello empezó a tambalearse, aquel barco que parecía de papel frente a la fuerte tormenta, le hizo dudar por un segundo de si estaba en el lugar correcto. Con esfuerzo y acompaño de un joven se acercaron a cabina a preguntar y poco después, después incluso del acto inútil del barquero, las luces en la lejanía le aseguraron que estaban en la ruta correcta. -Largo y lleno de baches es siempre el camino. -Musito mientras secaba su incipiente frente con un pañuelo de iniciales bordadas y era abandonado por aquel hombre, quien se unía al resto. Personas que por sus palabras, débiles susurros traídos por el viento hacia sus peludos oídos, parecían estar en un crucero mas que en un aparatoso viaje en mitad de una tormenta imponente.

Monty por su parte observaba desde la cabina interesado, aquella orilla iluminada por el fuego, el cual a pesar de la fuerte lluvia ondeaba sin problemas entre las manos de los encapuchados y tatareaba sin quererlo, esa cancioncilla que retumbaba en la cabeza de todos.

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24/10/2016, 17:00
Otto von Berger

​-Válgame Freud!!!- ​dijo Otto convulsionado -​Casi me tragan las aguas. Muchísimas gracias señorita Austerlitz! Me ha salvado usted la vida incluso antes de entrar en la isla. Encantado de verla otra vez-

​Otto se quitó las gafas, cogió un pañuelo que siempre llevaba en el bolsillo y comenzó a limpiarlas ​-El hombre ese que saltó al agua, no lo habría hecho si hubiese recibido uno de mis infalibles tratamientos- ​¿Estaría muerto? ¿Qué demonios era esa alucinación de un barco atraído a una isla como niño atraído por los encantos de su madre?.

-¿Habéis visto todos lo mismo que yo?...Esto es cosa del Inconsciente Colectivo- Otto se calmó y se dijo que se limitaría a observar sin hacer estúpidas conjeturas.

​-Hola, soy Otto von Berger, a vuestro servicio-

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24/10/2016, 17:14
*Irving Malloy

Loco, excéntrico, alborotador o fraude. Así me llamaban a menudo cuando veían mis cuadros o cuando conocían la historia que les "di a a luz". Era muy joven cuando una tarde, en una de las playas reservadas de mi familia, mi familia es adinerada y puede permitírselo,  cuando vi algo que me dejó marcado. A lo lejos en el mar, algo tan divino como sobrecojedor, algo que volvería loca a mucha gente, una criatura que no está catalogada en ningún libro de biología marina. Pero que, por mucho que algunos digan que  me dio el sol por más tiempo del recomendado, existe.

Supe entonces que debía dibujarlo a él y a otros como a él que se me aparecieron en sueños, compartirlos con el mundo para que los vieran con mis ojos, ya desde niño asustaba a unos o impresionaba a otros con mis pinturas. Muchos críticos se ensañaron conmigo cuando me dediqué a exponerlos, diciendo que de no ser mi padre rico jamás habrían visto la luz. Pero supe que en algunos círculos sí creían en mis dibujos. Fue cuando descubrí que había más gente como yo. Estaba ahora mismo con algunos de ellos, en el mismo barco. La ocasión de conocer mejor y de respetar esos dioses se tendía ahora ante mí.

-Encantado de estar aquí- dije de forma sincera. Me presenté para aquellos que no me conocieran- mi nombre es Irving Malloy.

Entonces, los truenos irrumpieron y el mundo sobrenatural al que  hacía gala en mis cuadros se mostró ante nosotros. - ¡Creo que veo tierra allí al fondo!- dije, tras lo cual me di cuenta de que estaba equivocado. Al parecer íbamos a sufrir un destino que solo a los grandes se les ofrece.

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24/10/2016, 17:42
El Alucinante Archibald

Archibald se dedicaba a agitar los brazos en la proa del barco, como si fuera él el que estuviera controlando el viento y el oleaje. Cuando se terminó de aburrir de aquello, bajó los brazos, se atusó el pelo con la mano (o la ausencia de éste) y se colocó la americana, para después dirigirse a sus acompañantes.

- A ver si lo adivino... - dijo mientras se dirigía a la joven que se había presentado como Sophie - ¿Es esta la carta que habías estado pensando?

Y mientras mostraba una sonrisa llena de dientes amarillentos, sacó de su manga un As de picas.

- No hace falta que ocultes tu asombro, la adivinación es solo una de mis múltiples habilidades. Archibald, el Alucinante. Supongo que habréis oído hablar de mí.

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24/10/2016, 20:05
Francesca Barberini

-Il piacere è tutto mio. - respondió luego de agradecerle el cumplido. Poco le importaban las miradas de desaprobación de la buena sociedad. -Questa è una buona notizia. - inquirió coqueta tras descubrir el deseo oculto de Ludwig y su bellísima esposa. No solo agradecía su sinceridad, sino que el ver a un caballero de tan impecables modales interrumpir su protocolo por prestarle su más absoluta atención le significó el más profundo de los halagos. -Nuestros caminos vuelven a cruzarse signore, quizás por expreso deseo de los dioses, o mejor dicho, las parcas. – bromeó observando por encima de su hombro al resto de pasajeros, entre ellos un grupo de caballeros y una señorita elegantemente vestida, la cual se encontraba pálida y recibia a manos de otro caballero un pañuelo para limpiarse los labios. -Que desafortunado temporal.- dijo prestando de nuevo atención a los ojos de Ludwig, quien pronto se disculpó con ella para unirse a la conversación general. Ella hizo lo propio presentándose con una venía.

-Disculpen la intromisión. Soy Francesca Barberini, encantada. Este viaje supone una aventura hacia lo desconocido, y por lo que veo no soy la única a la que la curiosidad ha atraído hasta esta recóndita isla. Supongo que cuando el ser humano deja de encandilarse con lo mundano, busca otro tipo de experiencias... - guardó silencio de forma enigmática. -Más complejas y misteriosas para la mente racional que nos gobierna. - observó de lado al señor Otto Von Berger.

Entonces una voz femenina la distrajo de la conversación. Francesca esbozó una dulce sonrisa, nunca olvidaba un rostro atrayente, masculino o femenino, la belleza era digna de admiración. -Alexandra, es un gusto encontrarla de nuevo en esta travesía, aunque dificultosa, el vaivén no es nada agradable, pero el motivo de esta reunión bien merece el sacrificio. - se detuvo un momento para observar fascinada los rayos que atravesaban el cielo iluminando al fondo la Isla Ascensión. Sonidos de tambores resonaban ya dentro de su cabeza, acompañados por una extraña melodía. -¿Ha visto algo así antes? - preguntó al excéntrico pintor Irving Malloy.

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24/10/2016, 20:21
Cornelio Agrippa

Acostumbrado a viajar con todo tipo de lujos, Conerlio no acababa de sentirse cómodo en aquella barcaza de marineros. Situado en un costado y con la mirada hacia el frente, no podía parar de pensar en las razones que lo habían llevado emprender ese viaje sin retorno. Su mirada llena de ira y de rabia, hizo que durante gran parte del viaje permaneciera en la soledad. Sin embargo algo llamó su atención, esa voz le resultaba familiar -Es Helen Miller! -exclamó mientras veía como esa figura inconfundible se acercaba.

- Un gusto poder coincidir de nuevo con usted, señorita Helen - Dijo Cornelio, mientras besaba la mano de Helen.

- Veo que no se ha olvidado de mi, señor Conerlio - Le susurró Helen al odio.

De repente, se escuchó un grito, era Irving anunciando el fin del viaje...