Partida Rol por web

Cuando los chicos llegaron a la sala de entrenamiento encontraron a la chica bajita de la noche anterior, pero esta vez estaba de pie en medio de la sala vistiendo otra ropa, llevaba un pantalón corto negro, unas botas negras altas y la parte de arriba era roja y negra, aunque todo parecía bastante cómodo, elástico y resistente, en cada uno de sus dedos había un anillo.

Al verles camina primero despacio y después comienza a correr con una gran sonrisa, al llegar donde están ellos se para de pronto y animadamente dice:

• No me digas que sois vosotros… lo sabía, sabía que ibais a ser vosotros los que vendríais conmigo, los dos tenéis pinta de tipos duros

Extiende la mano para que se la estrechen y dice:

• Encantada, me llamo Lan Lan y voy a ser vuestra jefa

Cruza los brazos en posición de autosuficiencia, aunque parecía mas bien el gesto de una niña pequeña y añade:

• Y como soy la jefa vamos a ir a sitios que molan un montón, ¿ok?

Termina mientras hace el gesto de ok con una gran sonrisa mientras no dejaba de moverse, mientras se mueve pueden ver que en el cinturón que llevaba tenía toda una colección de cuchillos, la chica comienza a caminar mientras dice:

• Venga, que tenemos que irnos pronto… a ver… ummm ah sí, antes hay que pasarse por la armería, pero bueno, poned en esa pantalla el arma que queréis

Decía mientras ella misma estaba seleccionando algunas armas todas armas blancas, un cuchillo y una espada china, con una gran sonrisa se aparta para dejar a los chicos que elijan el arma que quieran, pueden ver desde pistolas a fusiles, toda clase de armas que puedan imaginar y dice entonces como si pareciera que se le olvidaba algo:

• Uy se me olvidaba… vamos a tener que ser sigilosos y también tener bastante equipo, vamos a ir a unas favelas, a cargarnos a un par de tíos… se ha confirmado que son Zaruk… estarán protegidos por humanos que no saben que son Zaruk, pero son mala gente… así que, bueno podemos hacerlo o discretamente o a saco, me da igual… bueno, ¿vamos a la armería?

Y empezó a caminar hacia la armería como si fuera una niña pequeña dando saltitos que va a una tienda de chucherías a por las golosinas que más le gustaban.

Óscar observó a la chiquilla llamada Lan Lan, daba la impresión de ser una niña pequeña, y sin embargo algo le decía que - A la hora de la verdad- Lan Lan debía ser una asesina perfectamente entrenada y letal. Algo que él no era, él no pasaba del nivel pandillero y por supuesto, en ese sitio no era más que carne de cañón. Aunque le había parecido que Yago serviría para algo más que para jugarse el pellejo haciendo de mercenario para la supuesta organización "mata aliens"

Toda aquella puta mierda era una locura.

Y ahora le hablaban de matar como quien habla de cambiar una bujía defectuosa. Óscar nunca había matado a nadie, y era precisamente cumpliendo su condena por ser un delincuente donde le iban a "obligar" a matar. 

Nada tenía sentido. ¿En serio eso les parecía una forma de rehabilitar a convictos? ¿O es que realmente les importaba un cojón rehabilitarles y lo que querían era usarles de soldados para su guerrilla personal? 

 Tanto daba en cualquier caso. Él ya había elegido quedándose allí, con lo que se acercó al panel y eligió sus armas: un par de dagas ligeras y un par de pistolas tipo Colt, lo único que conocía y que había usado. Sobre usar espadas no tenía puta idea, ya no digamos otras armas más elaboradas o concretas. La mayoría de armas que aparecían en la pantalla ni siquiera sabía lo que eran o cómo se usaban. Jamás había tenido que asaltar un lugar para matar a unos tipos protegidos por guardaespaldas, ¿Cómo se suponía que se armaba uno para eso? ¿A cuántos tíos tendría que abatir? 

Cuando hubo elegido su escaso armamento, se apartó y dejó que Yago tomase el turno.

-Wow, te ves muy segura de ti misma, eso me tranquiliza un poco, a ver a mi me gusta disparar, se me da bien con ambas manos así que voy a elegir mis preferidas, una mk 23 socom

2 por supuesto y cuchillos arrojadizos, en cuerpo a cuerpo flaqueo un poco así que prefiero una katana, me vendrá bien mantenerme en distancia.

-Me gusta el sigilo pero si queréis hacerlo a la vieja usanza me gustaría un mp5a4 son viejas conocidas en las fabelas..

Los tres chicos se dirigían a la armería, mientras caminaban Lan Lan responde a Yago animadamente:

-Claro... Vamos a un sitio donde puedo hacer lo que mejor se hacer, además que el jefe me ha dado permiso para hacer lo que quiera mientras mate a esos dos Zaruk, vamos a jugar un montón

Tras el comentario parecía que estaba aún más animada que antes y caminaba dando saltitos. Cuando llegaron a la armería pudieron ver que era un lugar con una fuerte seguridad y vigilancia, Lan Lan llego a una especie de ventana donde saluda animadamente:

- Buenas... Me las habréis cuidado ¿no? Ah y las otras ordenes son de estos dos, si no te lo han dicho yo hago de jefa, mola eh

Sonríe ampliamente mientras se guarda el cuchillo y coloca la espada en su espalda, al ver el equipo de los chicos y mientras les dirige al hangar dice:

-A mí me gusta ir sigilosamente porque es mas difícil, pero podemos hacer lo que queráis, yo es la primera vez que voy a unas favelas de esas, pero me han dicho que es un sitio laberintico y peligroso ¿no? Así que supongo que podemos ir andando por ahí con las armas para que vean que somos peligrosos.

Los chicos llegaron al hangar donde una de esas naves les esperaba, Lan Lan la cual hablaba bastante bien en inglés, pero tenía un fuerte acento chino sin duda llamaría mucho la atención allí además de por sus ropas, ya con la nave despegando dice:

- Pues si alguno de vosotros sabe cómo manejarse con matones y bandas y favelas de esas que proponga algo, que diga que es lo más fácil para llegar a los dos tipos esos, veis como molo mucho como jefa que os dejo que de ideéis cosas... Si es que soy mejor jefa que Yoon

Óscar caminaba detrás de la muchacha que iba dando saltitos como una colegiala infantiloide y medio tonta. Todo allí le resultaba tan surrealista que constantemente tenía que recordarse a sí mismo que su vida y su futuro estaban en juego, y que mejor sería que tuviera los sentidos alerta y las manos listas para defenderse o atacar.

- Vamos a terreno enemigo - Dijo con voz neutra en respuesta a la supuesta líder.- Un lugar donde no vamos a ser bienvenidos y que no conocemos, donde además es fácil perderse y cagarla. Según las leyes de la lógica de la supervivencia, creo que, en primer lugar, lo mejor es no separarnos. En segundo, ser totalmente sigilosos, cuanto menos llamemos la atención de la gente que vive allí, mejor. En cuanto detecten presencia de gente extraña o ajena, las voces de alarma correrán como la pólvora hasta el objetivo y entonces estaremos jodidos, el tipo se blindará y nosotros deberemos preocuparnos de algo más que de sus guardaespaldas, tendremos a todas las jodidas favelas encima. 

Hizo una pausa y miró a Lan Lan y luego a Yago.

- Si sabemos el punto exacto al que vamos, escojamos el camino más corto, hagamos rápido lo que haya que hacer y salgamos de allí cagando leches. Callejear no es una opción, entrar haciendo ruido no es una opción, creernos los putos reyes del mambo no es una opción, si lo que queréis es salir vivos de ahí, claro.

Este tio habla poco, pero sabe hablar, va directo al grano, buena cualidad..

-Coincido con Óscar, armas silenciosas, vamos limpiando si es necesario, y necesitaremos un pequeño cambio en tu vestimenta jefa, lo bueno es que nosotros ya parecemos de aquí.

-¿Cómo lo ves, jefa?-digo con una leve sonrisa 

Lan Lan escucha a Oscar cuando este le habla mientras van llegando a la nave que les transportara la chica asentía y mientras sube dice:

• Si… algo así me había imaginado… supongo que lo ideal es intentar tomar los caminos menos transitados y demás… vale, no es mala idea, así que también sería buena idea intentar armas escandalo lo más tarde posible.

Ya en la nave escucha lo que dice Yago y se mira curiosa mientras dice:

• ¿Qué le pasa a mi ropa? Si es cómoda…

Suspira y se empieza a desnudar ahí delante quedándose con un sujetador deportivo y en tanga mientras dice:

• Es verdad, a lo mejor tenéis razón, porque no sois los únicos que me lo habéis dicho Rebecca me lo ha dicho también… pues os hare caso…. A ver, que os parece esto.

La chica se pone un pantalón corto de color blanco y una camisa vaquera que no se abrocha, se coloca botas de color ocre para tomar asiento y decir:

• ¿Así ya paso más desapercibida?

La nave comienza a moverse a gran velocidad en dirección a Brasil, sin duda dispuesta a llevarles al lugar de la misión, Lan Lan dice:

• Creo que para no llamar mucho la atención lo ideal sería no llegar con el avión e ir en coche hasta el límite de la favela y movernos dentro de ella a pie ¿no?

La hostia puta... Pensó Óscar al ver el atuendo que Lan Lan eligió para infiltrarse en las favelas. ¿En serio pensaba que en ese sitio alguien tenía la ropa tan limpia y blanca? 

Esa tía iba a ser como un jodido cartel de neón. Y encima china... japonesa... Lo que fuera. ¿Qué coño pintaba una oriental en las favelas de Brasil? 

En fin. Supuso que tendría que valer así. 

- Sí, nos llegamos en coche hasta cerca de los límites y entramos a pie... Hay que tener cuidado con los chiquillos, los niños, ya sabéis, suelen hacer de vigilantes para los narcos y controlan la zona, en cuanto ven algo sospechoso, lo comunican y las voces corren como la polvora por todo el jodido poblado... Si alguno nos ve o se nos acerca, lo mejor que podemos hacer es darle dinero, sobornarles, y quizá así mantengan el pico cerrado, quizá... - Dijo Óscar, levantó la vista antes de ponerla directamente en Lan Lan- ¿A qué favela vamos? Tengo entendido que la Favela dos Guararapes es la más peligrosa... Si es ahí donde vamos, más vale ser cuidadosos. 

Cuando Oscar dijo lo de los niños Lan Lan le mira unos segundos seria y dice:

• Si, se cómo tratar con esos niños… yo era así de pequeña, no es algo que me sea ajeno lo que hacen esos niños de vigilancia, así que no van a ser mucho problema…

Seguía escuchando lo que le decía Oscar atentamente, entonces se quedo pensando unos momentos en el nombre que había dicho, pensándolo y dice:

• Gualalapes creo que se llama si... es posible que sea esa… y bueno… algo más que debamos sabe

Varias horas pasaron en las que pudieron hablar algo más de lo que iban a hacer, la aeronave no tarda en llegar a una zona discreta de las afueras, al aterrizar y abrirse la puerta la chica desciende mientras dice:

• Bueno… ya hemos llegado, ahí tenemos un coche

Decía mientras señala un coche de los 80, un Ford, ella se agacha y coge algo de tierra con la mano mientras se frota la ropa con ella y un poco las piernas y los brazos, la chica mira la espada que tenia llevándola en su mano, parecía un poco molesta, pero al final parece que la deja en la nave, se acerca a uno de los pilotos y este le da un par de pistolas que guarda en sitios visibles, asegurándose que los cuchillos que había cogido antes atuvieran bien escondidos, mira a Oscar y Yago y dice:

• ¿Preparados? ¿Supongo que mejor que llevéis el coche vosotros no? Además uno de los dos hablara, yo mucho acento

Óscar se preparó para lo que fuese que tuviera que pasar. Se concentró, trató de olvidar su miedo y sus dudas, y se enfundó la piel de pandillero, del delincuente, del chico negro al que poco o nada le importaba el mundo. Era como ponerse un disfraz, como calzarse unos zapatos caros o una chaqueta de cuero. Algo que no iba del todo con él, con una parte de él al menos. 

No lo pensó demasiado, cerró los ojos un momento, y cuando volvió a abrirlos, sus negros iris eran aún más negros y más fríos. Y su expresión más neutra y dura. Guardó sus armas y miró a Lan Lan.

- Sí. Nosotros conducimos y tú para ellos serás la zorra que sabe luchar. Pero la zorra al fin y al cabo.- Señaló a Yago y a él mismo.- Una mujer no puede venir aquí con dos hombres sin ser la puta, si no de uno, de los dos. Supongo que ya lo sabes. Y también que aquí no puedes demostrar ser jefa de nada. Camina siempre por detrás de nosotros, vigila la retaguardia, Yago, tú los flancos, yo controlo el frente.  Y que sea lo que los Dioses quieran. Tendrás que decirnos a dónde putas nos dirigimos, porque Yag y yo guiaremos el paso y tiene que parecer que tenemos muy claro a dónde vamos.

Se que Óscar llevaba razón, pero no dejaba de ser nuestra jefa, aunque esto viene que ni pintado..

-Me parece perfecto, también espero que no nos recuerden, no se Óscar, pero en las fabelas hay muchos territorios y peleas, mi territorio estaba más alejado, pero las trifulcas pasan de los barrios, así que tenemos otro enemigo, los viejos..

Me guardo las armas y miro a nuestra jefa..

-Creo que sería mejor que pareciera una esclava, al menos parecería que es alguien importante y que vamos a subastarla o venderla, quizás así podríamos avanzar más cuando la seguridad esté reforzada..

Lan Lan escucha a los dos hombres y se queda pensando unos momentos, entonces dice:

• Él tiene razón… Yago… los tipos que vamos a ver están en la parte central, en lo más profundo y al parecer se ocupan de venta de mujeres y de drogas, además del tema de la extorsión y tal…

Se queda unos momentos pensando y se empieza a quitar los cuchillos, se los da a los chicos, únicamente se queda con un par de cuchillos de los lanzarles, los dos en un pequeño compartimento escondido en la suela de sus botas, les da también las pistolas y dice mirándoles seria:

• No es mala idea eso, decir que yo soy hija de empresario chino importante y que como ellos mueven el mercado queréis venderme a ellos o cualquier cosa así… o turista china que habéis raptado, si mejor eso, que me habéis raptado y se la queréis vender

Mira a los dos unos momentos bastante seria y añade:

• Dadme una paliza… pegadme y romperme ropa para que sea real

La idea de Yago le pareció a Óscar de puta madre, luego Lan Lan se mostró de acuerdo y pidió que la marcaran. Y el primero golpe lo dio él, un puñetazo directo a la parte izquierda de la cara de la chica que hizo que su cabeza rebotase como la de un muñeco, su cabello se zarandeó a la vez, cubriéndole parcialmente el rostro. El labio comenzó a sangrarle y la nariz también.

- Joder... Lo siento.- Masculló el negro, y de verdad lo sentía, pero también sabía que si querían salir con vida de allí, marcar a la chica era necesario, le tranquilizaba un poco ver que ella sabía de qué iba el tema y aceptaba aquello como parte de la misión, sin quejas, sin muestras de dolor. Tiene los cojones bien puestos, pensó Salazar.- Mierda, Yago... Te toca.

Me impresionó mucho que la jefa nos pidiera eso, esa devoción a su trabajo era increíble, al fin y al cabo era salvar el mundo, lo poco que hagamos era una alegría al fin y al cabo..

-Está bien, pero creo que el trabajo desagradable ya lo ha hecho Óscar, dañar esa carita.. viendo la ropa y eso te retorceré un poco los brazos, que parezca que te has resistido al secuestro, Óscar te dejo si quieres las piernas, pero intenta no pasarte, la necesitamos que pueda luchar, no sirve de nada si estamos nosotros dos ahí adentro..

La verdad es que me impresionó como estaba quedando, intente no hacerle mucho daño ya que seguro que necesitamos sus habilidades con armas a mano y cuchillos, pero a quedado bastante bien..

El golpe de Oscar fue bastante fuerte e hizo que la chica sangrara, mientras él se disculpaba ella escupió algo de sangre asegurándose que le caía un poco en la ropa de esa sangre, cuando Yago habla ella dice con tranquilidad mientras le retuerce los brazos:

-No preocuparte yo acostumbrada.

Una vez ha terminado tenia algunos moratones en los brazos, ella misma se rasga un poco las ropas y se revuelve el pelo mientras se hecha tierra por este, mientras esta agachada y con la ropa algo rota pueden ver como la chica tiene algunas cicatrices bastante antiguas y un tatuaje en la espalda de un dragón y algunas flores que en su mayoría aprovechan el sentido de las cicatrices por lo que quedan bastante disimuladas, en un estado aparentemente deplorable Lan Lan se monta en el coche como si no le pasase nada. Durante el trayecto pueden ver que la chica no dice nada, simplemente observa el paisaje. No tardan mucho en llegar hasta el lugar, como era de esperar un laberinto de estrechas calles, por desgracia la mayoría del camino tendrán que hacerlo a pie y justo delante de ellos en lo que podría decirse era la entrada dos hombres hablaban entre ellos y al menos 5 niños jugaban al futbol alrededor.

Bueno es hora de empezar con la misión..

-Cabrones, venimos a entregarle un caramelito de parte del tío Mario, miren que preciosidad.. la empuja cerca de los hombres, pero manteniendo la distancia, aun por detrás de Óscar y yo me adelanto aun más.

-Llegamos tarde ya que la chiquilla se resistió un poco, así que podéis decirnos como llegar lo más rápido posible o acompañarnos, decidid, aunque no creo que a tu jefe le haga mucha gracia que abandonaseis la guardia..mientras me meto la mano en el bolsillo donde tengo guardada la pistola

Los tipos se quedan mirando unos momentos algo extrañados, pueden ver además como los niños se quedan mirando extrañados para dos de ellos salir corriendo hacia el interior de las favelas, uno de los tipos se pone en pie y les mira:

• ¿Así que traéis a una china… y porque el jefe querría ver a una china como esa? Si ni siquiera tiene unas buenas tetas

El otro se acerca y coloca su mano en la barbilla de Lan Lan, esta aparta la cara y el hombre se la agarra con fuerza, la china le mira asustada y dice con voz asustada:

• Wǒ huáiyí shuō zhōngguó huà jiù zhīdàole, dàn rúguǒ shì méiyǒu zhège jìhuà huì pòhuài nǐ de yībùfèn

El tipo le mira y le da un bofetón mientras dice:

• ¿Qué carajo estas diciendo tía?

El otro mira a los dos chicos y dice:

• Me reitero en mi pregunta, ¿porque querría a una china el jefe, que tiene de especial esta?

Mi cara se vuelve un poco más agresiva, miro al tio que ha golpeado a Lan Lan y le digo:

-Vaya, para ser de los mas bajos de aquí tenéis huevos de golpear al producto de tu jefe, está bien, podemos discutirlo cuando estés delante suya, a ver si demuestras el mismo valor que ahora.

Miro al otro hombre y le comento al hombre, con tranquilidad:

-Llevábamos más de dos meses buscándola ¿De verdad no la conoces? Ella es la heredera del imperio shin-go, ¿no te suena verdad? a tu jefe si, y por eso estamos aquí, no me gusta perder el tiempo y menos de tratar con gente que no tiene dinero para pagar el precio de la vida, esta será la última vez que te lo repita.. me acerco más al hombre con el que estoy hablando y antes miro a Óscar, que aun no ha dicho nada..

-Tienes dos opciones; dejarnos pasar y no le decimos nada a tu jefe, ya que la quería en perfecta condiciones o que tu jefe te tire a los cerdos y que solo queden esas botas viejas que haces meses que no cambias por que llegamos tarde y solo nos estás atrasando más, tu elijes.

Óscar deja hablar a Yago y se mantiene tenso y callado hasta que aquel hijo de puta da un bofetón a la muchacha. Solo entonces da un paso alante, hacia él, mirándole a los ojos con helada furia mal contenida.

- Oye, hijo de perra, si vuelves a tratar así la mercancía, mejor que busques un tubo para comer y una bolsa donde cagar el resto de tu puta vida ¿Lo has entendido, cabrón?.- Si no lo había entendido, no sería desde luego porque el negro no hubiese sido claro, sus ojos fijos y su dientes apretados decían mucho más que sus palabras.- La furcia no es para ti, si no sabes siquiera lo que tienes delante, no lo mires y menos lo toques. 

Luego dejó que su compañero siguiese hablando, explicando quién era supuestamente la chica que llevaban. Rica hija de rico, mejor aún, niña rica heredera de un capullo muy muy rico, eso colaría con aquellos imbéciles, veríamos si lográbamos engañar al jefecito... Ahí la cosa estaría más chunga, pero para cuando nos lo pusieran delante, ya las mentiras no tendrían mucho sentido, pues a buen seguro, pasaríamos a la acción muy deprisa.

Los dos tipos miran a Yago mientras este habla, el tipo que golpeo a Lan Lan se queda mirándole de forma algo agresiva, pero su compañero niega con la cabeza y presta más atención a Yago, el tipo levanta las manos en un intento de quitar la tensión y dice:

-Va, va tío, no sabíamos que erais cazadores del jefe... No os ralléis seguid y llevad a esa china con el jefe, y tu tranquilízate que el tío es lo que está acostumbrado, ya sabes que por aquí solo vienen putillas de medio pelo y con esas pintas no parece hija de nadie rico

El otro tipo se queda mirando especialmente a Oscar, parecía no fiarse demasiado y que le había “apuntado una cuenta” mientras les deja pasar por la estrecha calle, se dan cuenta que cuando pasan los dos tipos le miraban, y hablan entre ellos cuando se alejan un poco, aunque consiguen enterarse de lo que dicen:

- Has visto la espalda de la china?

- Si... ¿Eso de los tatuajes lo hacen los mafiosos chinos no? Los yakuzas esos

- Si, tío sí, no me digas que el tipo que decían, el padre de la china es un yakuza de esos.

Según el trio caminaba podían ver que la favela era bastante grande, con calles estrechas y cientos de esquinas en donde poder esconderse. Podían ver que en las casas y espacios algo más abiertos había gente que les miraba, hombres algunos de ellos claramente con armas, mujeres, niños que jugaban, incluso pudieron ver como un pequeño grupo de niños parecía seguirles curiosos. Cuando llevaban unos tensos 10 minutos llegaron a una especie de plaza pequeña pero que les daba una mayor sensación de espacio abierto, allí cuatro hombres armados les esperaban, un hombre armado solo con una pistola en su cartuchera se acerca y confiado dice:

- Así que vosotros sois los que van paseándose por ahí con una china para el jefe... Que se supone es bastante importante, veámosla

El tipo se acerca mientras los cuatro hombres armados no pierden un detalle de lo que está sucediendo, el tipo les mira y dice:

- Bien... Podéis hablar de negocios conmigo antes...pero quiero ver bien la mercancía para ver si le interesa al jefe meterse con una heredera de las triadas... Desnudadla y ponerla ahí delante para que la examine

En la mirada del hombre podían ver que había algo más detrás de esa orden, pero no sabían realmente que es lo que era.