Partida Rol por web

- Claro que la veo capaz señorita Sarabhi ... sin embargo mis capacidades no son ni de exploracion, ni de recoleccion y si quiera podria llegar a los frutos de los arboles, ... soy un investigador, descubridor de las verdades ... y creo que todos estamos interesados en saber porque estamos aqui, y he detectado una magia alli ... podria estar relacionado con la razon que estamos alli, pero cuanto mas cerca y mas sepa tal vez pueda saber , donde, porque y como salir de aqui .... si le interesa claro ... - le digo algo orgulloso a pesar de mi baja estatura ..., estaba acostumbrado que los altos menospreciaran a los gnomos, pero si bien a la mayoria se la sudaba ... Zook ademas sabia que sus actitudes eran muy superiores a la mayoria de patas largas , asi que no le importaba picar un poco 

- Aun asi , vamos señor Cornius?  Llell y Sarabhi?, Si desean acompañarme por saber si podemos salir de aqui rapidamente ... si prefieren colaborar con otras labores necesarias, nos veremos y les contare que descubrimos en las ruinas - Zook sonrie, pues iba a descubrir nuevos restos antiguos, incluso mas, no podia negar que le gustaba aquello ese misterio, estimulaba su mente.

Despacho al enano con un ademan de la mano, no iba a seguir discutiendo con él, el agua estaba suficientemente baja como para que pudiese recogerla, y buscar no era algo muy difícil no hacia falta altura para encontrar una cueva, pero estaba claro que tenia demasiados aires de grandeza y se creía que encontraría la solución a todo el solito, haya él, ya se las vería muy mal para pedir ayuda y entonces.... ¿quien sabe? igual se las tenía que buscar solo.

Se volvió hacia el hipotido, Nekaram y su nuevo amigo arácnido -bien, creo que nosotros tres podemos ir a buscar comida y refugio,usted señor Worthington puede ver si hay mas gente viva o que necesite ayuda e ir a por agua, seguramente haya algún río o laguna cerca- y empezó a andar hacia la "selva".

Me encogí de hombros, lo que me llevó algo mas de tiempo ya que tenia mas hombros que la mayoria de gente. Para el resto que me veia fue como una especie de hipo. - Vamos. - Le dije a la mujer felina. - En la selva puedo trepar fácilmente a los arboles y observar desde arriba el paisaje. 

Thalosius asintió ante el plan de la joven felinia mientras sonreía satisfecho.

- Es usted una persona sensata Milady Sarabhi. No conviene que entremos demasiados en la selva o corremos el riesgo de perdernos y como veo que sus acompañantes están de acuerdo, no pondré objeción. – La voz del capitán reverberaba en su garganta amplificando sus palabras haciendo que sonaran solemnes – Solo les pido cautela. No se alejen demasiado, no sabemos que peligros podría haber y no me gustaría perderlos. Del mismo modo, ante la menor señal de peligro, sugiero que retornen cuanto antes hasta la playa –

Se aproximó a la joven y la tomó de la mano haciendo una leve reverencia con la cabeza, primero a ella y luego a los otros dos aventureros.

- Mis mejores deseos. Espero su pronto retorno. –

Entonces se dio la vuelta y volvió con el grupo. Su voz tronó por toda la zona.

- Vamos haraganes, esta situación es extraña para todos, pero debemos serenarnos y trabajar juntos para asegurar la supervivencia del grupo. Necesito dos grupos para… -

Y continuó dando órdenes de manera natural, como si llevara toda la vida haciéndolo.

Por su parte, los aventureros contemplaron una última vez la marabunta de palmeras que se agolpaban frente a ellos, amenazadoras, antes de armarse de valor y adentrarse finalmente entre sus sombras. Al poco de avanzar, el bullicio de la playa fue devorado por las plantas sumiéndoos en una repentina paz. Mientras avanzaban entre la maleza, apartando de su camino ramas y arbustos, empezaron a oír los primeros cantos y zumbidos lo que los hizo sentir un mínimo de alivio al ver que, como en cualquier lugar, si parecían haber animales e insectos en aquel extraño lugar y esto os daba esperanzas de poder encontrar también alimentos o incluso caza.

Más acostumbrado a las profundidades de Vajra, Llell tenía dificultades para avanzar en campo abierto, con los rayos de sol filtrándose entre las hojas de verde esmeralda, se sentía un poco desorientado por lo que decidió dejar hacer a sus compañeros mientras él los seguía de cerca. Nekaram y Sarabhi, por su parte, avanzaban velozmente, deteniéndose para inspeccionar cualquier marca en el camino o pequeño sendero que se pudiera ocultar.

Tras un tiempo indeterminado en el que eludieron un desnivel que casi hizo caer a Llell y unas arenas movedizas que hubieran podido ponerlos en serios aprietos, finalmente localizaron el rastro de una criatura de mediana estatura. No identificaron al animal, pero sabían que, si seguían su rastro, podrían encontrar su nido o puede que una zona con alimento. Se adentraron un poco más siguiendo aquellas huellas que se internaban cada vez más en la espesura y se estaban planteando desistir pues se estaban alejando demasiado de la playa cuando el ligero sonido del agua fluyendo llegó a los oídos de los aventureros.

Con fuerzas renovadas ante la esperanza de encontrar agua, aceleraron el paso y tras una elevación, llegaron a una hondonada que se abría en un claro, en el centro del cual, se hallaba un lago de gran tamaño en el que desembocaba un pequeño riachuelo que lo alimentaba. Alrededor de dicho lago, podían ver varios arbustos con bayas moradas, rojas y amarillas, así como varias plantas con frutos de extrañas formas (Similares a odres, pero de color naranja y de piel arrugadas) lo que os podía proporcionar algo de alimento para al menos el día de hoy.

Y algo más captaron vuestros ojos, en el extremo este del lago, una edificación semi derruida, similar a un torreón, se alzaba misteriosa. Un antiguo pendón carmesí desgarrado ondeaba en la parte superior, con un extraño símbolo de un enorme ojo que proyectaba tres rayos que caían sobre tres rostros aparentemente humanos. El edificio constaba de una planta rectangular, con partes del muro caídas o agujereadas y sobre le mismo se alzaba una pequeña torre de vigía hecha de madera.

Dejando que La felinia, el Arania y el humano se marcharan a investigar y viendo que el capitán iba a estar ocupado organizando a aquellas almas despistadas, Zook y Cornius se encaminaron hacia el círculo de piedras. Un camino no natural permitía llegar sin necesidad de nadar por lo que lo ambos acompañantes aprovecharon para conocerse mejor.

Cornius resultó ser un trotamundos que estudiaba la magia de los peregrinos y sobre todo su historia. Su esperanza era poder arrojar luz a una pregunta ¿Por qué se desvanecieron? Era un Mida ya en su adultez que había estado viajando por el mundo desde que tuvo capacidad para ello. El interés común por los descubrimientos mágicos mantuvo al dúo ocupado hasta que finalmente llegaron a su objetivo.

De inmediato, Zook se concentró dispuesto a desentrañar los misterios que aquel lugar tenía para él. Lo primero que notó es que sus primeras elucubraciones no estaban equivocadas, la enorme energía que había en el ambiente manaba aun de las piedras que se encontraban aun “calientes”, lo que en terminología arcana significaba que se habían utilizado hace poco. Le sorprendió también que aquellas runas pudieran emitir semejante torrente de poder pues normalmente, el paso del tiempo y el desconocimiento real de la magia antigua que una vez dominaron los peregrinos impedían que ninguno de sus artefactos pudiera ser usado con tanta eficacia. Solo una vez habías contemplado tanta energía y fue aquel día en que interrumpió el ritual de la Logia y consiguió aquel trofeo que, por suerte, aun conservabas junto a él.

A pesar de la enorme magia que manaba de las runas, los trozos de piedra negra que había por el suelo se encontraban extrañamente fríos, inertes, lo que no dejaba de ser un detalle curioso teniendo en cuenta que la magia solía invadir todo objeto que hubiera en su zona de acción. A pesar de observar las piedras, no fue capaz de identificar su material, lo cual, no dejaba de ser sorprendente. Cornius ego con la cabeza cuando le preguntó.

Analizando la disposición de todo, incluso aunque las marcas le eran completamente ajenas y que nunca habían visto tantas juntas, la disposición de las rocas, así como los símbolos grabados en ellas, así como el círculo dibujado en el suelo se asemejaban demasiado a un círculo de invocación como para que, a pesar de los elementos extraños, no fuera exactamente eso.

No obstante, si era un círculo de invocación ¿Por qué habían aparecido en la playa y no dentro del mismo? Tal era el efecto de cualquier ritual de invocación. Es más ¿Dónde estaban los que habían realizado el conjuro? Jamás habían oído de un ritual de invocación que pudiera llevarse a cabo sin que el mago estuviera presente. El gnomo buscó signos de pelea o de muerte, pero no encontró nada nada.

Sin embargo, mientras el Mida estudiaba con mayor detenimiento la marcas, Zook sintió una suave brisa que le acarició los tobillos. Esto era extraño pues parecía que el aire venía del suelo. Al fijarse, pudo ver que aquella plataforma era hueca y tras aproximarse al agujero, podía adivinar que dentro había algo. El tamaño del agujero y las sombras le impedían ver qué. Fijándose mejor, pudo ver que donde había caído la columna de mármol, se podía adivinar un hueco que, seguramente, daba acceso a lo que fuera que hubiera allí debajo. Y Este era un problema, la columna era demasiado grande y pesada.

"En Varja, guiaria yo" pensé tras varios tropezones y casi tragarme unas arenas movedizas. Ya estaba cansado cuando llegamos al lago. Parecia agua dulce, pero habria que probarla. Y las bayas... - Alguno sabe si esos frutos son comestibles? - Les pregunté a ellos que parecian mas diestros que yo en esos temas. 

Al acabar de preguntar... me di cuenta de la torre en ruinas. Tenia un pendon curioso, pero lo que mas me llamaba la atención era la edificación en sí. Con suerte la isla no estaria desierta. Aunque no sabia si eso seria bueno o malo, al menos ya entraba en un elemento que conocía. Civilización.

- Echamos un vistazo? - Dije esperanzado. Me sentia desnudo sin mis armas, un par de cuchillos en mis manos harian que me sintiera mucho mejor. 

Miro con detenimiento todo, todo aquello me hacia pensar que habiamos sido invocados ... pero a distancia ... tal vez este fuera un catalizador, y en la zona hubeire otros catalizadores, y habiamos sido invocados en medio o de forma ... poco precisa, la magia tenia a veces esos problemas de ser poco ... precisa .... Analice acada piedra, tacto, sentido, grabados y elementos disponibles .

- Cornius, sacas algo de estos simbolos?, la verdad es que no soy un especialista en estos temas antiguos, aunque sin ninguna duda esto ha sido usado hace muy poco, pero no se si las ruinas o solo esta enorme piedra - toco la que esta caliente 

Sigo mirando cada piedra y tomar una de esas piedras raras y frias, por si pudeira estudiarlo mas adelante, trozos pequeños que pudeira llevar sin mayor problema. De repente lo senti, una brisa, mas fria de lo que esperaba ame daba en mis pies, y alli estaba , parecia un pasadizo o una mazmorra donde encontrar respuestas ...

- Cornius ... he encontrado algo, ayudame a mover esto ... tal vez podamos abrir camino hacia un pasadizo ... -

Nekaram se movía de manera feloz y juguetona por aquella selva casi como si hubiera nacido en ella. Iba cauteloso, pero cualquier cosa que llamaba su atención, recibía en la misma medida su tiempo. Cada agujero en los tocones de los arboles era divertidamente rebuscado por sus zarpas y hocico como si estuviera tratando de oler que escondía la madera en su interior solo para encontrarse con astillas que de vez en cuando le pinchaban u olores que rechazaba con una mueca de asco. Saltaba y olfateaba con cuidado hasta que finalmente llegaron al claro. Nekaram, aunque visiblemente despreocupado, tenía un ojo puesto en Llell al cual aunque no le gustaba admitir, le había caido bien por haber tenido dos dedos de frente en no haber perdido el tiempo con cosas banales como era la isla y centrarse en sobrevivir.

Cuando el arácnido preguntó sobre la posibilidad de que aquellas frutas estuvieran malas, el zorro respondió encogiendo los hombros y agarrando unas cuantas mirándolas de cercas, dándole algún lametón con la piel aun puesta y abriendo sus fauces de par en par. -¡Solo hay un modo de averiguarlo!

Dijo riendo y mirando de reojo a las ruinas que se abrían de manera antinatural en aquel bello lugar

Cuando llegaron se sintió algo aliviada, por fin habían encontrado agua dulce, sin ella era imposible beber y poder sobrevivir allí. Miro los arbustos y frutos que había allí... y Llell hizo una muy buena pregunta, en ese justo momento cogió la mano del zorro donde tenia el fruto y negó con la cabeza -Aun no, no sabemos si se pueden comer- miro al lago -pero seguramente haya peces y si hay más vida aquí, que por el agua y la abundancia, deduzco que si, veremos más animales y si ellos comen de estos frutos, ya sabremos que son comestibles- miro a los otros dos -en principio alimentarnos de peces sera lo más sensato- miro la construcción -Si, vamos, quizás allí encontremos refugio, nuestro refugio debería estar cerca de este claro- era bastante obvio, esa era la mejor localización donde tenían todo lo que necesitaban, solo faltaba un sitio donde resguardarse y quizás esas ruinas fuesen apropiadas con algo de arreglo.

Examinas la bandera que ondea sobre el pendón intentando localizar su procedencia, sin embargo, nada en la heráldica que en ella se ve te da alguna indicación. Si bien en ocasiones has visto a Los Peregrinos representados por civilizaciones antiguas como un Gran Ojo similar al que allí ves (Supones por su aura divina) nunca había visto esa representación de un rayo cayendo sobre tres cabezas humanoides. Ni siquiera la combinación de colores dorado y plata te suenan de alguna civilización activa o extinguida que tu hayas visitado o investigado.

Coges una de aquellas bayas y la observas de cerca, mirando su forma, fijándote en su color, su olor. No la conoces, pero te recuerda a las bayas del Rio Jhonoi, en el reino Mida. Aprietas una en tus manos y esta suelta un jugo rosa y brillante, su olor es cautivador.

Definitivamente no puedes reconocer la fruta, pero sus características, morfología y su parecido con otros alimentos que, si conoces, terminas por aceptar que debe ser comestible y, en contra del consejo de la joven, te la llevas a la boca.

La fruta tiene un ligero toque ácido, pero cuando estalla en tu boca, un torrente de sabor te inunda, un sabor dulce e intenso. Apenas la masticas un poco antes de comértela del todo. Solo puedes describirla de una manera. Deliciosa.

Tras ver como Nekaram observaba el fruto de aquellas plantas y a pesar de la advertencia de Sarabhi se la comía, los dos compañeros aguardaron un momento para ver la reacción del joven Kitsune. Su cara sonriente parecía indicaros que no moriría envenenado, al menos no por ahora. Entonces los tres se encaminaron juntos hacia la construcción.

El Edificio era más grande de lo que aparentaba en un primer momento, así como el lago que estaban rodeando los aventureros. Una puerta de madera reforzada impedía el acceso al edificio, pero un agujero en el lateral permitía acceder al mismo a pesar de este inconveniente. Con cuidado, se encaramaron sobre las rocas y accedieron al interior.

Una vez dentro, vieron que se encontraban en una gran sala de lo que parecía ser una torre de vigilancia. Dos mesas grandes de madera, una de ellas rota y con sus partes esparcidas por el piso, se encontraban en el medio. Dos estanterías en las que imagináis que una vez habría habido alimentos, se mostraban ahora vacíos, pero extrañamente limpios. La roca se la veía comida por el tiempo y el musgo, sin embargo, los muebles se veían extrañamente limpios, como si hubieran sido llevados a aquel lugar hace poco. Las hierbas de fuera también parecían haber empezado a adueñarse del suelo que se ve levantado por la acción lenta pero inexorable de la selva.

A ambos lados de la pared del fondo, se veían dos puertas, una de madera también reforzada por placas metálicas y aparentemente cerrada y otra una puerta de rejas metálicas que daban paso a otra habitación en la que podían verse dos celdas vacías.

Cornius apoyó la mano sobre la roca mientras murmuraba algo en voz baja. Parecía completamente ensimismado y solo la voz del gnomo le devolvió a la realidad cuando este le preguntó si le sonaban de algo aquellas letras.

- Parecen… - Parecía estar eligiendo con cuidado las palabras, como si no las comprendiera - … parecen runas de Los Peregrinos. Runas de Llamada. Pero no es posible ¿Cómo pueden existir en tanta cantidad? ¿Y como es posible que estén fuera de Vajra? –

Entonces comenzó a moverse más rápido por el lugar, contando las rocas que rodeaban a los dos investigadores, intentando identificar las runas.

- No entiendo este lugar. Parece ir en contra de todo lo que se sabe hasta ahora de Los Peregrinos –

Entonces Zook le pidió ayuda para mover la roca. El mida asintió y se dispuso a ayudar a mover la roca.

El joven hechicero se guardó una de aquellas piedras de muestra antes de darse cuenta de que bajo sus pies había algo más. ¿Respuestas? Eso es justo lo que esperaba. Al ver lo que había encontrado su pequeño amigo, el mida se puso junto a él y al mismo tiempo, comenzaron a intentar mover aquella mole de mármol.

Lo intentaron una vez, pero apenas habían conseguido moverlo. Lo volvieron a intentar una vez más, pero siguieron sin conseguir nada. Sin embargo, a la tercera, sintieron que se movía por lo que con fuerzas renovadas por su éxito siguieron empujando, gotas de sudor caían por sus rostros y la columna empezó a moverse.

Pero algo ocurrió repentinamente, el suelo comenzó a ceder ante el peso y las piedras que les servían de apoyo se empezaron a hundir. Al sentir esto, Cornius se abalanzó hacia un lado, aunque no pudo evitar golpearse el hombro en el proceso. Sin embargo, la peor parte se la llevó Zook. Su suelo se desvaneció demasiado rápido como para poder evitar la caída y sintió como su cuerpo se precipitaba hacia el vacío.

Intentó controlar la caída, pero calculó erróneamente dando duramente contra unas escaleras por las que comenzó a rodar, recibiendo más golpes por el cuerpo. Finalmente, su cuerpo golpeó contra suelo y su movimiento cesó. Dolorido y magullado, se puso en pie y contempló que, ante él. Había varias estanterías con libros y cajas aparentemente vacías, al menos las que más a la vista tenías. Algunos barriles cerrados y una mesa en que podían verse varios artilugios astrológicos.

Una voz le hizo alzar la cabeza hacia lo alto donde una cabeza se asomaba.

- ¿Estás bien, amigo? –

Cornius intentaba otear para ver si vislumbraba a si compañero mientras se sujetaba el hombro herido.

- SIII ALGO DOLORIDO, PERO SIGO VIVO ....- grito mientras intento recomponerme de aquella horrible caida ... pero si el dolor era regulares, no podia evitar que al ver los libros comence a revisar y verlo todo

Aquello era increible, libro y libros y de mas cosas

- AQUI HAY COSAS INTERESANTES BAJA RAPIDO Cornius -

Miro la mesa lo primero para ver si encuentro algo que reconozca y sea interesante ... para despues ponerme a revisar los libros de magia ...