Partida Rol por web

La Larga Búsqueda: In Vitae Veritas

La Oscuridad de Rosalía

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07/11/2013, 09:53
Rosalía Caeiro

Se admiró una última vez en el espejo sintiéndose algo mejor y siguió a la muchacha cubriéndose los hombros y el cuello con un pañuelo.

-¿Es ésta mi casa? -preguntó mirando en derredor. Nunca antes había dormido durante años, quizás era normal olvidar, quizás iría recuperando la memoria poco a poco, aunque la desagradable incertidumbre le recordaba a aquella prisión de Viena...-. ¿Sabes tú por qué decidí dormir? ¿Y por qué lo decidió Thomas?

Notas de juego

Entiendo que me ha dado un pañuelo o algo para cubrirme. Si no, cojo una cortina :P

La música se ve y se oye, sí.

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07/11/2013, 10:16
Oana Radu

-Thomas fue muy parco sobre los motivos de sus maniobras. Dijo que por mi propia seguridad era mejor que no supiera  más de lo esencial. Y mi dio instrucciones sobre qué hacer si algo salía mal... Si lo encontramos...No, cuando lo encontremos el podrá explicaros todo.

Las dos Cainitas subieron hasta la estancia superior a través de la escalera, que daba lugar a una humilde casa semiderruida de una sola planta situada a lo que parecían ser las afueras de Toledo. Rosalía contempló el cielo estrellado, lleno de enigma y misterio, tanto cómo el de sus recuerdos perdidos.

Un camino conducía hacía el núcleo de la urbe, sin embargo Oana le señaló que no irían por ahí. En su lugar anduvieron un trecho entre la maleza hasta dar con una estrecha entrada a un pasadizo excavado bajo el suelo.

-La situación en Castilla es de extrema incertidumbre -comentó Oana para combatir el silencio-. No sólo para los nuestros. También para los mortales. Isabel de Trastámara ha sido declarada heredera de su hermano. Han sido cinco años de guerra fraticida y no creo que ese pacto vaya a calmar más las cosas... Hay tanto que debemos hacer. Por fortuna vos habéis Despertado a tiempo. Vos sabréis que hacer. Thomas siempre lo decía. Él os tenía en alta estima. Es por eso por lo que he venido a buscaros... Pero no quiero abrumaros. Comprendo vuestra desconcierto. Prima ahora que repongáis vuestras fuerzas y eso es lo que haremos ¿De acuerdo?

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07/11/2013, 13:01
Rosalía Caeiro

-¿Isabel de Trastámara? -dejó escapar un suspiro. Nunca había oído hablar de los Trastámara... ¿Cuánto había cambiado el mundo mientras ella dormía?

Pero antes de preocuparse por los asuntos de los mortales debía informarse sobre sus congéneres.

-¿Quién es el Príncipe de esta ciudad? -preguntó caminando junto a la mujer-. ¿Cuántos Vástagos la pueblan?

Notas de juego

Oana todavía no me ha dicho su nombre, creo. ¿Es que no le caigo bien? :(

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07/11/2013, 15:57
Oana Radu

-Tales cuestiones son complicadas de satisfacer -lamentó la Ventrue mientras mientras guiaba a Rosalía por el estrecho pasaje-. El último Príncipe fue el Lasombra Eleazar de Polanco. Hay quien asegura que sigue en la villa, pero en cualquier caso su autoridad es menos que etérea. Cuando las consecuencia de la Peste Negra aún estaban siendo pagadas La Inquisicón y La Revuelta Anarquista se encarnizaron, haciéndose más grandes la una a la otra y viceversa. Ningún Vástago se siente seguro en Castilla durante mucho tiempo. Con frecuencia se autoproclaman uno o dos príncipes por año. Son muchos los que aseguran que son estos los tiempos más adversos para los Vampiros. Otros tantos anuncian ya la Gehena... Por dicho que el Arzobispo Monçada parece seguir en Castilla, pero se halla recluído en su refugio y se diría que busca alentar a los Anarcas... Hemos llegado -concluyó junto a una puerta enrejada para cuya apertura sacó una llave de latón.

Notas de juego

Ella no te va a decir su nombre porque ya lo hizo en su día, pero tú no lo recuerdas. El nombre de Monçada lo recuerdas, como de un Vampiro poderos antes de 1300.

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07/11/2013, 18:15
Rosalía Caeiro

Rosalía enmudeció, consternada por tanta y tan preocupante información.

De la mayoría de cosas que la muchacha mencionaba ni siquiera había oído hablar... ¿Peste Negra? ¿Revuelta Anarquista? ¿La Gehena...? Pero no quiso preguntar más: no se mostraría ansiosa delante de la Chiquilla de Thomas. Ya lo iría entendiendo todo poco a poco.

-Discúlpame... -dijo posando una mano en su brazo antes de que abriera la puerta-, no logro recordar tu nombre... -sonrió casi con timidez.

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07/11/2013, 18:33
Oana Radu

-Oana. Oana Radu -dijo ella con un deje de compasión en su tono ante la pérdida de memoria. Después abrió la puerta y subieron por entre los cimientos de una finca hasta un sótano. Oana apagó la antorcha en un barreño de agua y se despojó del manto. Era más bella de lo que Rosalía recordaba y sus maneras también parecían diferentes, o quizás menos frágiles. Sin embargo la Toreador le restó importancia aquello, tan sólo quería dejar de recorrer pasillos y trampillas y obtener un momento de paz que le permitiera ser consciente de todo lo que estaba pasando.

-Os pido que finjáis ser la muchacha inocente que aparentáis -le pidió Oana. acercándose a una pared. Accionando un mecanismo la pared dio se abrió y accedieron a través de un falso armario a una habitación cuya decoración giraba en torno a una gran cama con dosel. Al otro lado de las dobles puertas de roble que cerraban la celosía se escuchaba un jolgorío de risas y música y desde el piso de arriba llegaban unos intensos jemidos.

-Aguardad aquí un segundo -le pidió la rumana.

Y prácticamente en un segundo regresó acompañoda por tres jóvenes mujeres de mejillas coloreadas y vestidos llamativos.

-¡Virgen santísima! -exclamó la mayor de ellas-. ¡Fijaos que belleza!

-¡Válgame Dios! ¡Ésta nos deja a todas sin trabajo!

-¡Callad! ¿No veis que la estáis asustándo? Se ha quedado pálida -añadió la tercera-. No temais muchacha. Nosotras te cuidaremos.

-Escuchad -las sosegó Oana-. Ésta es una muy especial y habéis de tratarla como a una reina. Bañadla y agasajadla. Y si estáis Hambrienta -le dijo la Ventrue mirándola con toda la intención-. Hay mucha comida.

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08/11/2013, 12:30
Rosalía Caeiro

Observó extrañada la alcoba y frunció el ceño al escuchar los gemidos, pero no tuvo tiempo de preguntar a Oana antes de que saliera de la estancia.

Cuando regresó con semejante compañía sus sospechas se confirmaron y lanzó a la Ventrue una sutil mirada de reproche.

Bien podría haberme avisado...

Sin embargo sonrió a las tres mujeres y obligó a su corazón a latir para conducir la sangre a sus mejillas.

-Me llamo Rosalía... -se presentó tímidamente.

Notas de juego

Con 9 de sangre no estoy hambrienta, ¿no?

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08/11/2013, 13:07
El Narrador

-Rosalía -repitió una de ellas-. Sin duda eres una flor. Yo soy Esmeralda, ella es Lourdes y ella Margarita. Si te place llenaremos una bañera con agua calentada y  nostras mismas te bañaremos, será divertido. Te pondremos perfume y podemos trenzar tu pelo con flores, a los hombres les encantará. ¿Querrás algo de cena?  

Notas de juego

A ver, cualquier vampiro al que le falte 1 Punto de Sangre está hambriento. No en el sentido de que penalizaciones de juego, pero el hambre está ahí. Tú puedes sentir que estás mas o menos a la mitad de tu capacidad de Vitae. La decisión de Alimentarte o no es enteramente tuya... hasta donde la Bestia te lo permita.

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08/11/2013, 13:17
Rosalía Caeiro

Rosalía volvió a sonreír, esta vez con sinceridad. Según sus últimos recuerdos en Viena y en Buda, hacía mucho que no disfrutaba esos lujos, y tenía la sensación de que tras siglo y medio de sueño un baño caliente despejaría su mente y serenaría su ánimo.

-He comido algo antes de venir, no os preocupéis. Pero me encantaría que me acicalarais -aceptó gustosa.

Tal vez no sería tan desagradable refugiarse en un burdel, pero alimentarse... Luego lo decidiría, le daba miedo verse en el mismo problema de siempre.

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08/11/2013, 13:46
El Narrador

-¡Manos a la obra! -dijo Esmeralda-. Entre las dos traedme el caldero de agua que hay en el fuego. Vamos a desvestirte, muchacha.

-Se que seréis atentas con ella -dijo Oana-. Rosalía, cuando terminéis buscadme en el piso de arriba. Será conveniente que charlemos.

La Ventrue se marchó, mientras Esmeralda ayudaba a Rosalía a quitarse con mimo el lujoso vestido. Rosalía notó cómo la miraba, pues era imposible no hacerlo. Después corrió una bañera de porcelana que había pegado a la parede hasta el centro de la estancia. Al rato llegaron las otras dos mujeres con el aguar caliente, que vertieron con delicadeza. Tomando la mano de Rosalía ayudaron a que ésta entrara en el agua.

-Espero que esté a vuestro gusto -dijo Lourdes.

-Hay que ver, la moza es aún más impresionante sin ropajes que con ellos. Lo habría jurado imposible.

Con la Vampira dentro de la bañera, Esmeralda trajó una pieza de cerámica con pétalos de flores en ella y espolvoreó generosamente unos cuantos en el agua. Después cortó un poco de jabón de Marsella y lo dejó caer dentro, creando así un agradable burbujeo.

-Dicen que con el agua se contagia más la Peste, pero chica, nosotras nos bañamos mucho más que esas damas ennoblecidas y míranos qué lozanas. Habrá de ser mejor estar limpias que no, digo yo. -comento con desparpajo Margarita mientras comenzaba a frotar a Rosalía en la espalda-. Tenéis una tan piel tersa. ¡Qué envidia!

Esmeralda humdeció el cabello dorado de la Toreador para después pasarle el cepillo. Rosalía se vio innevitablemente transportada a su niñez mortal. Había sufrido tanto. Se vio feliz de ser Abrazada por la promesa del lujo y el placer eterno y ahora se daba cuenta de cuánto había descuidado sus caprichos.

-¿Qué perfume preferís? -le preguntó Lourdes acercándose a una bandeja con frascos. Sin quererlo pensó en Thomas.

Margarita había frotado su pecho y sus brazos y ahora limpiaba bajo sus uñas con esmero.

-Contádnos algo de vos. ¿De dónde sois?

 

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11/11/2013, 12:49
Rosalía Caeiro

Aunque insegura al principio, Rosalía permitió que la agasajaran y la mimaran y sintió cómo poco a poco su ánimo se relajaba. Atendía a los comentarios de las mujeres con una sonrisa y reía cuando reían ellas.

-De Compostela, hace poco que llegué a Toledo -respondió a Margarita mientras saboreaba el aroma de los distintos perfumes-. Me gusta mucho éste -señaló uno de ellos, que combinaba la frescura de las flores silvestres y la profunda fragancia de las orquídeas-. Gracias, sois muy amables conmigo...

Dejó que Lourdes la perfumara y bajó la vista al agua dejando vagar unos instantes su mirada sobre la espuma blanca, como si dudara entre hablar o callar.

-¿Qué tipo de hombres vienen aquí? -preguntó por fin haciendo llegar la sangre a sus mejillas-. ¿Os tratan bien?

Aquél parecía un burdel lujoso, pero quería saber si podría alimentarse de alguien que mereciera la pena o iba a tener que contentarse con burdos hombretones.

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11/11/2013, 13:00
El Narrador

-Pierde cuidado, muchacha -dijo Esmeralda-. Aquí recalan hombres distinguidos, con la bolsa llena de oro. Si sois mañosa ganaréis ricas propinas.

-Sí, pero primero habréis de vaciarles una bolsa para que os abran la otra -interrumpió Lourdes.

-¡Niña! -reprendió Esmeralda el soez comentario.

-¿Qué? -se defendió la joven-. Noble o campensino todos quieren lo mismo.

-¿Cómo queréis que os deje el pelo? -preguntó Margarita después de reir y ocupando el lugar de Esmeral a la cabezara de la bañera.

-El caso es que complacer a un hombre es más fácil que hacer un buen guiso -añadió Lourdes-. Y viendoos no creo que tengáis problema. Supongo que ya habréis conocido varón

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11/11/2013, 13:53
Rosalía Caeiro

Rió tímidamente el comentario de Lourdes y la intervención de Esmeralda, pensando en cómo eran capaces los mortales de sobreponerse a sus circunstancias: aquellas mujeres eran prostitutas, cada noche vendían su cuerpo y su intimidad a hombres lujuriosos y desconocidos, y sin embargo mantenían una dignidad que ya hubieran querido muchos Vástagos centenarios.

-Simplemente cepíllalo, por favor -respondió a Margarita. Le gustaba cómo le caía la melena sobre los hombros, no era necesario recogérsela.

A la intervención de Lourdes tardó un poco más en contestar. En realidad, nunca había conocido varón; no en la forma a la que ella se refería.

-Bueno, eso... -fingió azorarse y se humedeció el rostro con las manos como si quisiera ocultarlo de sus miradas. No podría participar en una conversación con ellas si comenzaban a hablar de aquello con detalles.

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11/11/2013, 15:27
El Narrador

Margarita volvió a cepillar todo su cabello de arriba a abajo, terminando con cualquier enredón y proporcionando a Rosalía una agradable sensación.

Cuando la Vampira respondió la tres meretrices se miraron entre ellas.

-¿Queréis decir que sois virgen? - preguntó Lourdes.

-Bueno -respondió Esmeralda con algo de incomodidad-. No os preocupéis, le buscaremos un joven que sea gentil... Ahora vamos a volver a ponerte el vestido. 

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12/11/2013, 11:03
Rosalía Caeiro

Abandonó la bañera y dejó que la secaran y vistieran sin volver a abrir la boca. El repentino silencio quedaba bien en su papel de temerosa jovencita a punto de ser desflorada y le permitía esquivar nuevas preguntas incómodas.

-Muchas gracias a las tres -dijo cuando terminaron de arreglarla-. Ahora he de hablar con Oana... -sonrió y se dirigió a la puerta de la alcoba.

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12/11/2013, 11:22
El Narrador

-Rosalía -la llamó Esmeralda antes de que saliera. Después se acercó a ella-. Recuerda que los hombres también gustan de que les ecuchen. Muchos vienen sólo para eso...  no sé cuan angustiosa será vuestra situación, pero si hay algo que no queráis hacer yo os daré algo de dinero para que podáis seguir adelante, niña -le confesó en un susurro apenas audible mientras la abrazaba y besaba su mejilla.

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12/11/2013, 12:09
Rosalía Caeiro

-Gracias... -respondió también en un susurro, casi emocionada. Comenzaba a recordar por qué le gustaba rodearse de mortales: algunos eran despreciables, pero otros... En otros podías confiar aunque apenas hubieras cruzado unas palabras con ellos. Eso nunca le había ocurrido en el mundo cainita-. Nos veremos después -habló en voz más alta hacia las demás.

Después salió de la alcoba, cerró tras de sí y echó un vistazo en derredor buscando las escaleras hacia el piso superior.

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12/11/2013, 12:46
Oana Radu

La Toreador subió hasta una alcobar cerrada con una doble puerta. Llamó y la respuesta de Oana la invitó a pasar.

Dentro, la Chiquilla de Thomas estaba sentada en un escritorio, examinando un mapa de la península a la luz de un candil. Cuando Rosalía cruzó la puerta, Oana se puso de pie. Llevaban puesto el mismo vestido que cuando se habían encontrado, pero su aspecto era ligeramente diferente. Había más rubor en su piel. Se diriía que se había Alimentado recientemente.

-Sentaos -le pidió Oana señalando los pies de la cama. Ella se sentó a su lado-. Son muchas las cosas que tengo que contaros, pero antes quiero que me confirméis que ahora es un buen momento y que podréis asimilarlas. Me hago cargo de que las sorpresas que os ha deparado esta noche puedieran ser demasiadas y estoy dispuesta a daros más tiempo, pero no puedo demorarme mucho en buscar a Thomas o su rastro se enfriará y será tarde.

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12/11/2013, 13:52
Rosalía Caeiro

No sabía muy bien por qué el tono en el que Oana hablaba la puso nerviosa. Ella llevaba siglo y medio dormida, pero ya era una Antigua cuando la conoció en una calleja de Buda; que ahora la tratara como a una niña tonta y asustada le desagradaba enormemente.

Irguió la espalda y la miró muy seria.

-No tienes que darme tiempo ni ninguna otra cosa, dime todo lo que sepas.

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12/11/2013, 15:30
Oana Radu

-Veréis -comenzó Oana acomodándose sin ser consciente del motivo de la actitud de Rosalía-. Como os dije no tengo todas la piezas. Hay cosas que nunca supe, como hay cosas que no recuerdo. Lo que puedo contaros es lo siguiente: Al final de vuestra búsqueda algo se torció sobremanera. Vuestro grupo, acordasteis que debíais separaros, buscar un refugio que no revelaríais y permanecer ahí en Letargo un tiempo señalado hasta que la situación se hubiera calmado o hubiera pasado el peligro, esto último es una especulación mía -comentó-. Thomas iba a cruzar el Canal de la Mancha hasta Francia, quizás para dormir allí, pero algo se lo impidió, así que buscó refugio en Asturias, pensando que la Revuelta Anarquista que asolaba estas tierras sería una disuasoria protección contra quienes buscaran atacarle durante su Letargo. Desde ahí me dirigió una misiva, que dio la vuelta al mundo antes de llegar hasta mí, seguramente para causar confusión a quién le buscara, pues junto a la misma envió muchas otras falsas, cada una de las cuales había de quedarse en un lugar. En ella me explicaba la situación y me daba algunas instrucciones. Por algún motivo el sí conocía de vuestro lugar de reposo. Me advirtió que había dispuesto la construcción de este Refugio, como tenía otros dispuestos por el mundo, por si pudiera ser necesario y... me hizo prometer que me asegurara periódicamente de que vuestro descanso era seguro  -su discurso se detuvo un momento y cambió el gesto-. Yo me hallaba regresando de Francia, hará no mucho más de un mes, cuando supe que algo iba mal. Lo sentí. Acudí a su Refugio y lo encontré profanado... 

- Tiradas (3)

Notas de juego

Tira Percepción+Empatía si gustas.