Partida Rol por web

"Mi pequeña Sato, me imagino que estarás bien. Ha llegado a nuestros oidos que te han asignado una misión de protección de la hija de un duque. Deberías ver a tus antiguos compañeros lo celosos que se han puesto. Pero no te preocupes, sea cual sea el camino que hayas escogido, nosotros te apoyamos. Haznos orgullosos y demuestra tu valía."

Ester, cuando sales, ves como Argus está esperándote en la entrada del Senado, con la mirada perdida en cualquier sitio... e ignorando a Michi la cual no hace más que darle algún lametón en la oreja o tirándole con la boca de la barba. Solo cuando repara en tu presencia te mira y eso hace que se te seque el alma: su mirada está casi como vacía, como mirar un abismo... pero a la vez sientes como si en sus ojos solo quisiera causar una carnicería.

Ahora que te ponías a pensar, recuerdas haber leido algo de una familia del reino al que ibais... como era... Sha... Shadow... Shadowmoon... Lo que se decía es que fueron ejecutados por traición al reino, pero no hubo juicio público ni se permitió la intromisión del Senado. Acaso sería Argus... Miles de preguntas se te arremolinaban en la cabeza.

Cuando la reunión con la Archimaga terminó, Ester se despidió con varias reverencias antes de salir. Tenía una misión importantísima que cumplir. Porque no hablábamos de una simple misión diplomática, ¡estábamos hablando de impedir una guerra y salvar miles y miles de vidas! Fracasar no era una opción.

Al salir se encontró con Argus, el cual no había mejorado en absoluto desde que se enteró de su papel como embajador. De hecho, cuando se giró para mirarla, la burja retrocedió un paso inconscientemente. Había un frío en esos ojos... La cosa más fría que Ester habái visto jamás. ¿Qué le había pasado para cambiar de esa manera su actitud? Había estado tan alegre antes... Entonces su cerebro hizo la asociación: La clave estaba en su apellido. Sombraluna... Eso se traducía por Shadowmoon, ¿no? Los Shadowmoon, los que fueron ejecutados por traidores... Por los Dioses.

 -Eh, Argus, yo... Ya he terminado de hablar con sus excelencias. ¿Quieres que vayamos al templo a reunirnos con los demás?

Si lo que pensaba era cierto, la carga que Argus llevaba sobre su corazón era mucho mayor de lo que ella jamás podría imaginarse. Y por eso mismo, no pensaba presionarle a hablar de ello. Lo que sí que haría sería dejarle claro que en el momento en el que quisiera hablar, podía acudir a ella. Porque eso era lo que hacían los amigos, ¿no? Y aunque hacía menos de 24 horas que le conocía, Argus ya era su amigo.

Cuando Ester me habla, trato de controlar la vorágine de sentimientos que tengo dentro, al fin y al cabo, ella no sabe nada. Sonrio un poco.

- Casi prefiero cenar fuera y ya volveré. Puedes acompañarme si quieres, o volver al templo. Lo que tu prefieras.

Elrick no pudo evitar sonreír al llegar a la habitación, aunque fuera por una noche, se encargaría de disfrutarla al máximo. Fue mirando uno a uno los detalles de la habitación, mientras preparaba el agua caliente para darse un baño. Una vez estuvo listo, se despojó de toda su ropa y entró a la tina. Allí, leyó con mucha calma la carta, y finalmente, tras aprenderse de memoria cada una de las palabras que esta carta contenía, cuando saliera de la tina, le echaría al fuego, para asegurarse de que nadie la leyera. Luego de eso, se vestiría con ropas más casuales, y bajaría a cenar con el resto.

Viendo la carta, Sachiko se preguntó cómo es que aquellas noticias habían llegado tan rápido a su Clan aunque, habiéndose encontrado con una gran cantidad de poderosos y habilidosos magos, supuso que algo habían tenido que ver. Tras leer su contenido buscando algo relevante, decidió quemar la carta para no dejar ninguna huella y salió al exterior, curiosa, a ver que se cocinaba en la noche de la ciudad. 

Cuando Karma llegó a la habitación pensó que era linda, se parecía un poco a la de su casa, dejo sus cosas y se recostó en la cama, desafortunadamente no pudo conciliar el sueño, así que el Elfo se levantó y decidió dar una vuelta por el jardín para relajarse.

En el jardín el rubio observaba las flores hasta que vio en un árbol una orquídea blanca, una pequeña sonrisa se formó en sus labios ya que esa flor le recordó a su madre, Karma  pensó: Si estuvieras conmigo me ayudarías a qué papá entendiera mejor las cosas y talvez no se avergonzaría tanto de mi

La bruja se quedó pensativa un momento.

 -Hmmm... Creo que deberíamos avisar a los demás. Por si se preocupan. Y luego ya ir a cenar algo, ¿te parece?

Porque la verdad fuera dicha, tantas emociones le habían dado un hambre garrafal. Y en esa ciudad tan grande seguro que había multitud de posadas donde tendrían menús deliciosos deseando a ser probados.

 -Por cierto, ¿conoces las posadas de la zona? ¿Sabes de alguna donde tengan una amplia variedad de postres deliciosos?

Al ver que no me dejaron ir a la taberna muy frustrado me pongo a dar vueltas en los jardines ... Mientras doy vueltas entreno un poco con flexiones,  sentadillas,  y demas,  mie tras hago esto pienso "Que demonios esta pasando" "¿Por que nos necesitan?" todas estas preguntas rondaban por mi cabeza

Tras dejar mis cosas en aquella habitación, procedí a preparar un plan de acción,  pues tenía un trabajo bastante complicado frente a mi y no podía cometer ninguna clase de error o de lo contrario terminaría en un canal de regadío abierto en canal en alguna zanja.

Lidiar con el submundo era una labor peligrosa y más me valía irme con muchísimo cuidado, lentamente repase mi lista de contactos para verificar si tenía a alguien que me abriera las puertas de la ciudad.

Tal vez tendría que hacer uno o dos trabajos para ganarme la con de mis objetivos, pues, al menos de momento no contaba con los recursos necesarios para sobornar a nadie.

Por suerte conocía a un par de traficantes que podría emplear para la tarea, tendría que cobrarles un viejo favor,  pero al menos era mejor que nada.

Tras realizar algunas anotaciones en mi libreta de trabajo decidí abandonar mi habitación e ir a buscar a Esther para dar un paseo por el jardín.

Mientras estais paseando por los jardines, preparando vuestras cosas o volviendo al templo (en el caso de Esther y Argus), una serie de explosiones retumban en mitad de la noche. Algunas fueron en el distrito militar, otras en el distrito comercial y algunas cerca del Senado.

Cuando salisteis para comprobar qué estaba pasando, pudisteis ver como unos encapuchados salían disparados por entre los edificios, fuera de vuestro alcance. Solo uno de vosotros se dio cuenta de quienes eran.

Ester y Argus se unieron a vosotros casi a los pocos minutos, tenían algo de polvo y escombros pero no les había pasado nada.

Sato, te has dado cuenta que esos encapuchados pertenecen a una facción ninja rebelde, conocida por cometer atentados y asesinatos al mejor postor. No tienen honor. Les llaman la Mano Sangrienta.

Al escuchar las explosiones mi mente se despierta de la laguna mental que tenia... Corro a ver que estaba pasando y veo a unos encapuchados no tenia ni idea de quienes eran pero al ver el desastre que dejaron voy buscando heridos para ayudarlos... Cada vez era peor cada vez me preguntaba aun mas "QUE DEMONIOS ESTA PASANDO" ... Ya no era una supocision sabia que algo estaba pasando pero ¿que? Al ver que todo estaba "Bien" le pregunto al grupo

-¿Alguien vio algo? .... Que demonios esta pasando el senado me debe respuestas

Al escuchar las explosiones salgo al jardín y dedico una mirada de desagrado hacia el lugar de donde viene las mismas, al parecer, el enemigo había movido ficha antes que el Senado.

Bajo rápidamente las escaleras y me topo con mis compañeros quienes parecen bastante sorprendidos por la situación.

Pues parece que ya no nos van a pagar por el trabajito, aunque, claro está, que eso prueba mi punto, los honorarios ofrecidos por esos nobles tacaños son demasiado bajos.

¿Alguien quiere ir a ver si esa panda de avaros sobrevivió al ataque o prefieren leerlo en el diario de mañana? - comento con tono absolutamente despreocupado y carente de cualquier clase de empatía por los nobles.

La explosión sacó a Karma de sus pensamientos y fue lo más rápido que pudo hacia el lugar de los hechos, desafortunadamente no pudo ver quiénes eran los encapuchados.

El dragonido sugirió ir a ver si los miembros del congreso estaban con vida, por lo que el Elfo dijo el Sr. Volgar tiene razón, deberíamos ver cómo están las cosas en el senado y averiguar qué es lo que está pasando

Las explosiones sorprendieron a Sachiko que esperaba tener una velada tranquila y reponer fuerzas para el día siguiente, pero unos encapuchados de los que había oído hablar hicieron de las suyas para impedirlo, haciendo que todos los anteriormente reunidos salieran prácticamente al unísono y se encontraran. Las palabras de sus compañeros le sorprendieron, sobretodo las del comerciante que parecía más acostumbrado a aquellas cosas de lo que aparentaba, demostrando que los allí reunidos distaba mucho de ser mensajeros y quizás por eso el senado les había asociado aquellos mandatos.

- Yo prefiero verlo en las noticias. - Respondió fríamente mientras se marchaba de aquel lugar buscando seguir el rastro de los perpretadores de aquel atentado, obviando el destrozo de lo que habían hecho. - Quizás sólo seamos un estorbo para los medios de protección locales. 

Si bien es cierto que la ninja no sabía cómo se disponía la ciudad en aquellos casos, pensó que perseguir a los encapuchados que huían sería mejor que hacer de asistente de heridos, pues eso podría hacerlo cualquiera, mientras que seguir un rastro volátil no era tan sencillo. 

Al salir del senado, Ester y Argus habían decidido ir al templo a avisar a los demás de que se iban a cenar algo por ahí. Sin embargo el plan se cortó de raíz cuando todo a su alrededor comenzó a explotar. Bueno, no todo, pero sí lo bastante como para asustar a la bruja a base de bien.

 -¡Argus, ¿estás bien?!

Tras comprobar que ella no tenía heridas, la bruja examinó a su amigo. Y sólo cuando estuvo segura de que los dos estaban sanos, apremió al invocador para ir a donde el resto de sus compañeros. Afortunadamente estaban muy cerca del templo y no tardaron en reunirse con los demás.

 -¿Estáis todos bien? ¿Algún herido?

Gracias a los dioses sus compañeros estaban ilesos. La cuestión era, ¿y el resto de la gente de la ciudad? Después de todo, no había habido explosiones sólo cerca del senado. Además, Ester estaba bastante segura de que ninguna explosión podría acabar con la Archimaga Jana.

 -Creo que deberíamos unirnos a esos medios de protección locales y ayudar en todo lo que podamos. Podría haber muchos heridos y me imagino que necesitarán voluntarios de todo tipo. No obstante, el senado nos queda razonablemente cerca, voto por ir allí a ver si podemos averiguar qué ha pasado y cómo podemos ayudar. ¿Quién está conmigo?

Elrick, se tomó su tiempo para salir preparado de la habitación, y una vez listo, bajó junto al resto, y mirándolos, desenvainó su espadón y les dijo;

-Pues comencemos a correr, no perdamos más tiempo, si encontramos algún enemigo, tendremos oportunidad de hacerle frente. -Dijo, con determinación, tras eso, fue el primero en ponerse a correr en dirección al senado, buscando la ruta más corta para llegar al lugar y averiguar que estaba sucediendo.

Al ver la reaccion de todos por lo que estaba pasando le digo al grupo

-Tengo una idea ¿Sato es que te llamas tu? *miro a sato* Eres una ninja y como tal eres la mas agil del grupo tu deberias perseguirlos y acorralar aun que sea a uno .... Yo iria pero soy lento persiguiendo prefiero ayudar a los ciudadanos junto a ester ... Yo me quedo *miro a ester* Señorita ester vamos a buscar heridos