Partida Rol por web

 Cuando Leia acerca las manos a su cuerpo el joven valletano cierra los ojos dejandose llevar por las intensas y reconfortantes sensaciones. Cuando abre los ojos ve a la Dama de Fuego, que lo contempla, con el rubor en las mejillas. Luego, sueve y lentamente sus labios se acercan a los del hombre de las rastas, este siente primero el cálido aliento, seguido en breve por el suave tacto de sus dulces labios.

 El joven abraza a la mujer en un estrecho y sentido gesto, juntándose más los cuerpos. Tras unos instantes en los que duda acerca de introducir la lengua en el beso, decide reprimirse, por el momento, por el echo de que ella perdió la suya, no queriéndola incomodar. En cualquier caso, la dulzura y la calidez de los gestos de los amantes logran evocar en ellos las más grandes de las emociones... Lástima que el tiempo apremiara. Así los encontró, con ella apoyando la frente en el pecho de él.

 - Vine para buscarte, para ayudarte... y tú eres quien me ha salvado. Quiero permanecer a tu lado, Leia.

 Tras esta íntima rebelación, el joven se dejó guiar por la mano de la dama para llegar al exterior de la posada, pasando de largo de la matanza que había en la recepción.

Con sigilo,me acerco hasta el semiorco,mientras me muevo saco mi Tottem y aprovechando el flanquéo le hago un ataque furtivo.

Mi aspecto de saurión puede austar a Garret,pero mi aguda voz le hace suponer que es realmente Racalín:

No debistes interrumpir mi descanso..jijijijijiji....menciono antes de introducir la mágica arma justo a la altura del hígado ,intentando hacer el mayor daño posible.

 Gáret sabe que la mejor defensa es un buen ataque, y sin dejar de proteger a sus compañeras lanza dos espadazos hacia el semiorco el primero falla por mucho, pero tiene lógica si está esquivando el hacha que se devuelve y luego opta por herir el brazo del verde ser mientras vuelve a levantar el arma.

Dónde está Racalín? Se encuentra bien?

Aturdida tanto por todo lo que acaba de escuchar como por la revelación de la verdadera identidad de Aslan, Methgar se detiene en medio de la calle.

A ver espera, vamos por partes... puedes estar tranquilo, no le diré a nadie tu identidad pero no me equivoco al pensar que tu padre no sabe nada de tus aventuras.. no es cierto? suspira seguro que cuando se entere nos mata, bromea aunque sin mucho entusiasmo. Quédate la poción, tengo un par aunque no muy potentes y esa te hará falta.. dice mientras se la devuelve

Echa a andar de nuevo y espera a que le conteste antes de proseguir. Entonces lo de las cenizas y la cueva.. por qué queria Curuvar sacarnos del pueblo si se iban a recuperar?.. se calla otro momento en el que su nerviosimo aumenta de nuevo por qué le dejasteis irse solo? os había dejado las marcas en el camino para que supieseis que estábamos bien.. pregunta sin esperar respuesta, más hablando para si misma recriminándose el no haber sido más clara.

Tengo que encontarle, Sebastian... ¿sabes dónde ha ido, has quedado con él?.. hummm si no deberé seguirle el rastro piensa en voz alta Pero lo primero es lo primero, suspira debemos encontrar al resto y salir de la ciudad cuanto antes... iban a la herrería en busca de Racalin y luego a otra posada a interrogar a un tipo.. espero que estén bien..

- Racalín salió corriendo tras uno de los medianos que logró escapar, pero no sé donde está... - grito a Gárret tras su pregunta entre ataques y esquivas del semiorco.
Dado que el mediano se ha puesto en medio entre el piel verde y nosotras, tanto Marpilla como yo nos miramos, estudio el estado de la pequeña esperando que sus heridas no sean muy graves ni profundas.

No me conviene acercarme de nuevo al semiorco, casi me mata con ese último hachazo, por suerte Silvanus ha sido piadoso y me ha ayudado a concentrarme lo suficiente como para sanarme. Alzo la mirada al techo de la taberna y doy las gracias a mi protector por ello.
Visto que es el único que queda, enfundo mi espada y saco mi arco para apuntarle directamente a la vez que le comento al mediano:
- Quizá él nos pueda decir dónde encontrar a Lhaeo.

Muerto no nos sirve de mucho aunque no las tengo todas conmigo respecto a si sería capaz de contarnos lo que sabe.

Tal vez podamos sacarle información, aunque lo veo realmente complicado, pero dado que el resto han muerto o huído, es la unica oportunidad de enterarnos de dónde se encuentra Lhaeo ahora.

Miyanuvie prefiere mantener las distancias mientras hace un cambio de armas y cuenta la información que sabe sobre Racalín, además advierte al mediano de que quizá sea mejor dejar vivo, o medio muerto, según se mire para que pueda serles de utilidad a la hora de sacar información.

En ese mismo instante, Racalín con forma de reptil, pero inconfundible por sus gestos y sus palabras hace una aparición milgrosa tras el semiorco. Su misteriosa daga atraviesa la piel del semiorco con facilidad, y un dolor punzante golpea con intensidad al piel verdosa (-2 pg). Seguidamente, Gárret responde con un preciso golpe de espada en la parte del antebrazo (-8 pg)

Marpilla por su parte decide quedarse en esa posición, al lado de la elfa. -Si viene hacia aquí, clavalé una flecha entre ceja y ceja Miya.- Parece que tiene algunas heridas, pero eso no le es impedimento para mostrar un comportamiento digno de una gnoma. Mira por encima de su hombro, y a pesar de que ella no tiene arco apunta con su cayado, adoptando una postura muy similar a la que mantiene Miyanuviel.

El semiorco, gruñe furioso y en un abrir y cerrar de ojos se puede comprobar como sus músculos crecen de tamaño. Sus ojos han adoptando un rojo más intenso y con brutalidad golpea al mediano de ropas azules, provocándole una gravísima herida entre el pecho y el brazo (-17 pg). Contraído por la furia se deja hacer y un nuevo y veloz ataque se dirige hacia Racalín, el cuál consigue agacharse a tiempo.

Se guarda el víal de nuevo mientras escucha atentamente cada una de tus palabras. Parece quedar satisfecho con que no revelaras su identidad, lo único que te interrumpe es cuando le llamas por su verdadero nombre. Reconoce que no lo has hecho a mala fé y te ha salido de forma natural, pero prefiere que te acostumbres a llamarle Aslan. Tras eso sigue prosiguiendo la marcha y pasáis cercano a una herrería dónde os llama la atención la escasez de luz de las calles y lo solitaria que se encuentra. Incomprensiblemente no se ven guardias por los alrededores.

Lo zona de le Herreria se encuentra plagada de casas unidas entre sí y con tejados de pizarra, todo se encuentra en incómodo silencio. Con forme llegáis, te das cuenta de que la entrada a la tienda de armas se encuentra derribada.

-Lo de las cenizas es cierto, sólo que... finalmente, y aunque desconozco el motivo los dos se están recuperando. El caso es que, sea como sea, esas cenizas no pueden caer en manos equivocadas, o no habrá nada más en este mundo. ¿Entiendes lo que significa eso? No trata de meter miedo, sólo que cuesta le imaginar un mundo sin nada verde que lo rodee, sin tener ni una sóla oportunidad para salvar a los seres queridos, o cualquiera que esté a su alcance.

Pero no te preocupes, ¿de acuerdo? Encontraremos a Hima, es posible que ese elfo cabezota se haya arriesgado a salvar el mundo él sólo. Bromea. Después con un tono más serio dice. Le encontraremos, te lo prometo.

Bien, ahora encontremos al resto y larguemonos de aquí.-

Lanza una mirada hacia atrás para asegurarse si Leia y el valletano no distan de mucha distancia. Mientras ingieres las palabras de Aslan, sumergida en tus pensamientos, percibes un rastro de sangre en el suelo empedrado. Muy cerca de la herrería.

Tras tus últimas palabras Leia no suelta tu mano en ningún momento, incluso notas como aprieta con fuerza al pasar al lado de los cadáveres. Tras eso sigue prosiguiendo la marcha y pasáis cercano a una herrería dónde os llama la atención la escasez de luz de las calles y lo solitaria que se encuentra. Incomprensiblemente no se ven guardias por los alrededores.

Lo zona de le Herreria se encuentra plagada de casas unidas entre sí y con tejados de pizarra, todo se encuentra en incómodo silencio. Con forme llegáis, te das cuenta de que la entrada a la tienda de armas se encuentra derribada. Muy cerca, a pocos metros percibes como Aslan voltea la cabeza para comprobar la distancia que os separa y decide detenerse junto a Methgar para esperaros. Escuchas esto:

Cita:

Asiento a las palabras de Marpilla, a mi lado, sin mirarla siquiera, concentrándome en apuntar bien a la cabeza del semiorco por si las cosas se complican. ¡Y vaya si lo hacen!
El contrincante se vuelve medio loco, parece crecer en tamaño y sus músculos parecen más enormes que antes, sus ojos rojos claman venganza o quién sabe qué otros horrores, pero desde luego tiene cara de pocos amigos.

Un poco asuatada pero manteniéndome firme en mi posición, aprovechando la ventaja de haberme alejado del mismo, no me lo pienso dos veces y le lanzo una flecha a la cabeza, con suma puntería. Y que no se acerque aquí... pienso, aunque entonces me percato de que realmente yo soy la única que no está malherida ahora mismo, así que tal vez deba sacrificarme si todos nuestros ataques no consiguen abatirlo de una vez por todas. Como vuelva  asestar otro golpe así tendremos problemas serios...

Como el rival es bastante escurridizo a pesar de flanquearle,decido por dar un paso hacia atrás,alejándome del semiorco para poder conjurar con tranquilidad mi armadura mágica.

Será mejor protegerme,no quiero arriesgarme.

 G'ah!  Esa herida ha hecho blanco fácil en gárret, quien estos seis segundos se dedica a tomar la poción que no usó en la posada.

Miya... no creo poder resistir otra embestida de este bruto, aún puedes curar? Sus ojos se estrechan ante el golpe del semiorco, el dolor es evidente.

El mediano trata de esquivar el siguiente ataque del semiorco con una finta, pero es evidente por el poco espacio que tiene y la locura que acaba de tomar al verdoso que no le será fácil seguir la atención del bárbaro mucho más.

Cuando Aslan, guarda la poción ella saca una de las suyas de la mochila y se la bebe..

Gracias... Aslan remarca para acostumbrarse y no volver a cometer un desliz

En estas, cuando se acercan a la herrería, su preocupación por Hima no evita que vea el desorden reinante y la mancha de sangre en el suelo

No es una buena señal.. Racalin vino a la herrería y los demás a buscarle porque no volvía.. dice mientras coge el arco que llevaba en la espalda para no levantar sospechas por la calle. A continuación se acerca despacio a examinar el rastro que ha visto y buscar hacia donde conduce. Después mira el interior de la herrería (con cuidado para que si hay alguien dentro no la vea) mientras llegan Querelar y Leia.

Debemos entrar.. dice en voz baja puede que los demás estén aqui todavía.. Espero que estén bien...

 Querelar rompe el encantamiento en el que se ha embelesado desde que ha estado junto a Leia, con una simbólica sacudida de cabeza se centra en la nueva situación. Tras un suave estrechamiento de mano de Leia, la suelta y se prepara para lo peor...

 Desde el exterior se ubica de forma que pueda tener una mayor perspectiva de la herrería e intenta hacerse una idea de las dimensiones de esta y si da acceso a una calle posterior.

La elfa tensa su arco con maestría y la flecha va a parar al cuello del gigante verde. El semiorco se lleva la mano al cuello, sintiendo como le pincha el proyectil, rápidamente rompe la flecha por la mitad y percibe a la agresora (-5 pg). Racalín, un poco más alejado, puede comprobar que el estado del semiorco está en los límites. Aún así decide protegerse con magia por lo que pueda pasar.

Gárret está obligado a retroceder, pues tomar la poción desde una posición tan cercana sería muy peligroso. Abre el víal y siente como ese líquido dulzón regenera parte  de sus heridas (+11 pg). Después trata de engañar al semiorco, sin éxito.

Marpilla parece muy afectada al ver el tremendo golpe que se acababa de llevar el mediano. -No puedo gastar este hechizo aquí, sería muy peligroso para todos. Pero si no tengo más remedio lo utilizaré.

¡Bien hecho Miya! La pequeña gnoma da un ligero brinco de alegría al comprobar que su amiga ha acertado con el disparo. Su pequeña figura y sus pocas fuerzas le impiden mantener un combate cuerpo a cuerpo, así que prefiere mantener las distancias.

El semiorco es incontrolable, se deja llevar por la furia que le empapa. El filo de su hacha, completamente ensagrentado hasta el mango se balancea, como si estuviera eligiendo a su siguiente víctima. Al final parece reconocer a alguien y le señala.

-¡TÚ! ¡TÚ ERES LA ZORRA DE ANTES! NO DESCANSARÉ HASTA VERTE ENSARTADA EN MI HACHA-

Con decisión se encara a la elfa. La feroz arma del piel verdosa hace un ataque descendente. La elfa es consciente del peligro, pero no puede hacer nada por esquivarla (- 8pg)

Las manchas de sangre quedan muy cercanas al edificio de armas. Incluso una mancha roja también ha decidido instalarse en la misma pared de la herrería. Con forme os váis acercando percibís que la entrada a la tienda se encuentra en un estado muy diferente a lo que debería ser; los cristales de los mostradores rotos, el letrero descolgado y la puerta claramente se ha forzado para entrar a robar.

El edificio no parece que de a un segundo callejón, si no, que queda empotrado en mitad de multitud de viviendas.

El silencio sigue reinante por las calles, lo que en cierto modo, os ayuda a percibir mejor los sonidos. La herrería quizá esté abandonada desde hace algún tiempo, pero serían demasiadas casualidades. La sangre está casi reciente, por lo que indica que un combate se acababa de llevar a cabo. Finalmente, Methagr descubre que la misma sangre del exterior conduce al interior del edificio de armas.

Aslan sonríe -muy pocas veces lo hace- desde el interior de la capucha cuando Methgar le da las gracias. Seguidamente hace un movimiento de cabeza para ver como se acercan el valletano y Leia. Con un nuevo movimiento de cabeza, a modo de saludo, les recibe.

-La Herrería parece muy cercana a la Estrella Negra, por lo que si lo que os dijo ese mediano es cierto, posiblemente éste sea el edificio en el que entró.

Si entramos, deberíamos hacerlo con cuidado. Quizá el dueño aún esté dentro, y seguramente armado.- Deduce el joven encapuchado, no teniendo muy claro que pasó realmente.

Gárret ve como de nuevo su compañera está en peligro y se lanza en pos del semi-orco, esperando que pronto se canse de su ataque de furia y ceda a la fatiga del combate.  Cuando llega sólo le queda tiempo para un ataque que acierta de nuevo En su blanco, esperando que la desangrada que recibe por crédito de sus espadazos y las flechas de la elfa surtan efecto.

 Querelar asiente.

 - Vayamos, seguidme.

 Dice a la vez que se adentra en la herrería, vigilando en donde pone los pies. Lo hace desarmado, pero con el brazo del broquel levemente adelantado y en posición defensiva. Pero antes de adentrarse pronuncia unas palabras arcanas. Luminis Esferum. Y abre la boca como si exhalara anillos de humo, pero en lugar de humo crea unas esferas de luz, cuatro veces, como burbujas de jabon flotando en el aire. Luego con unos gestos de la mano orienta estas por el interior de la osucra tienda, flotando cerca de las paredes, derramando luz en la oscuriad.

Desde mi posición,aprovecho mi poder para lanzar un proyectil mágico hacia el semiorco,al que no se le puede controlar sin o es con medios mágicos o marciales.

Magic ray

Dos rayos azulados surgen de mis dedos e impactan sin error sobre el bárbaro.