Partida Rol por web

Esto no me gusta...digo al ver al trasgo,junto a mi,con lo que doy un paso,mientras conjuro,escudo.

Methgar da un paso para atrás para poder disparar al trasgo que estaba junto a ella con un grito de Muere maldito!! con el que libera parte de la frustración sentida anteriormente al disparar a la aldeana

Una saeta sale del interior de la Taberna en dirección a un nervioso Goblin que busca su presa. La saeta perfora el pecho de la criatura, dejandole sin vida, y ahogándose en su propia sangre. El humano, se sorprende al ver como esas pequeñas criaturas le ponen en un apuro, sacando unas palabras arcanas, sumerge su interior en magia pura, purificando su cuerpo. Acto seguido espera mas que una respuesta de sus enemigos.

Lo mismo hizo el mediano, que aunque con unas palabras mas simples, sacó a relucir un brillante escudo mágico.

Los Trasgos seguían abusando de los aldeanos, pero al ver seres mas poderosos, clavaron su mirada en ellos. La elfa, se dió cuenta de que la criatura enfrente de ella, le miraba. Llevó su mano al carcaj, extrajo una flecha, la tensó con dos dedos y la soltó. La flecha se clava en uno de sus hombros (-4pg), a pesar de tener una flecha en su hombro, eso parece no impedirle ir a por ella. La espada del goblin dibuja un ataque ascendente, intentando dañar a la elfa, sin embargo esta esquiva con facilidad el ataque.

Al ver que la mayoría de aldeanos han escapado, los Trasgos buscan nuevas víctimas. Racalín, se asombra al ver como uno de ellos se encara a el, sin embargo su escudo parece ser demasido resistente para una espada corta.

Caesar, por su parte se sorprede al ver la ridículez de la criatura que intentaba atacarle por la espalda. La espada cae al suelo antes de que ni siquiera le de tiempo a efectuar el ataque. El trasgo parece que no es del todo estúpido, y al errar su ataque eccha el cuerpo hacia tras (5')

Este curioso trasgo alza un cetro brillante y dorado, apuntando al cielo. De el sale una luz color purpura, dicha luz vuela hacia la niebla, creando una atmósfera de color púpura.

-¡Maldito bastón!..- Gruñe para sí, dándoles varios golpes con una de sus manos. El color de la niebla ha pasado de ser blanco, a color púpura no sabiendo muy bien si dicho efecto tendrá algún poder mágico.

Estos trasgos más poderosos, aún medio aturdidos debido a la explosión de sonido creado por la clérigo, cogen sus lanzas con fuerza y cargan contra Sejmet. Esta tiene tiempo para preparase la embestida, primero se hace un lado y la lanza golpea en su maciza armadura, no siente dolor. La segunda, vuelve a intentar otro quiebro, pero la punta de la lanza encuentra el hueco y perfora la piel de la humana, sacándola un gemido de dolor (-3pg)

-AjAjAjHaha.. isssh...- Los Trasgo ríen y se relamen la lengua.

¡¡Malditos!!

Me llevo la mano izquierda a la zona herida, reprimiendo un grito, y sólo dejo escapar un gemido.

El ver al trasgo reírse y lamerse maliciosamente aumenta mi furia y repulsión hacia él, y en general hacia todas las criaturas como él de esta batalla.

Mi mano, algo manchada de sangre, vuelve a la espada, y la ase con firmeza.

-¡¡No tendrás tiempo ni para arrepentirte por esto!! -grito.

Me muevo ligeramente hacia la izquierda y comienzo mi ataque.
Alzo la espada por detrás de mi hombro derecho y la bajo en diagonal, con tanta fuerza, precisión y rapidez como puedo, con la vista clavada en los ojos de aquel ser desagradable y la mente apuntando a su cuello.

La humana, respira hondo y se lanza al ataque. El espadón, dibuja un perfecto ataque descendente que nada puede hacer el Goblin. Sejmet se toma así la revancha, con violencia bajo su acero, observando como yace muerto con el cuello rebanado.

Antes de que el trasgo llegue a poder atacarme,me retiro,escabulléndome por la puerta,escondiendome tras el extraño individuo.

Hola!,cómo te llamas?,bueno quizá no haya tiempo de presentaciones,te sugiero que prestes atención hay un trasgo en la puerta...le digo señalando hacia la puerta,por la que escapé del trasgo.

Methgar, otra vez en combate cerrado con uno con los trasgos, se separa un poco para tener mejor ángulo con el que dispararle. Sin embargo un pequeño tropiezo hace que la flecha salga muy desviada.

Malditos trasgos, maldita piedra... y maldito pueblo!!!

Rapidamente saca otra flecha del carcaj con esperanza de tener más suerte la próxima vez...

El interior de la Taberna, sigue tal cual. Los dos únicos guardias, tratan de mantener la calma de los aldeanos. La mayoría, permanecen agazapados debajo de las mesas, y utilizando las sillas como escudo de protección. Los gritos siguen..

Este hombre, recarga su ballesta y observa por la ventana. -¿Por qué no vas a molestar a otra parte pequeño?. Lanza el virote y murmura. ¡Ajá! Maldito trasgo bastardo. Tras ver su éxito se dirige hacia el mediano, pero sin quitar ojo de la ventana. Me llaman Curuvar, más conocido como 'El Descarado'-

-¿Y tú pequeño amigo?-

Me llamo Racalín!,sabes?,esos trasgos vienen a por un objeto mágico,que se encuentra en la tienda de Carwan,sabes dónde se encuentra esa tienda?

-Maldito cachibache del Tito.. arghhh-

El mediano, al fin ha terminado su búsqueda. Empieza a encaminarse hacia la puerta con decisión. En sus manos lleva una ballesta de buena madera, y bastante grande. Bueno, al menos a manos de un mediano se ve bastante grande.

-Os vais a enterar ahora.. aquí en mi Taberna. ¡JA!- Marsh, mientras se encara hacia la puerta no deja de refunfuñar.

Curuvar, parece que no se sorprende por las palabras del mediano. Sigue mirando al exterior, tras la ventana. -Lo sé pequeño, vienen a por ese Tótem que yo mismo le vendí a Carwan. Mira al mediano y sonríe, seguro de si. La tienda la tienes enfrente de tí-

Después, despega la mirada de Racalín y vuelve a otear el exterior.

El hechicero siente como un escalofrío recorre su cuerpo fruto de la presencia de su diosa quien parece molestarse con él, por lo que decide mejor recurrir a sus dotes arcanas y luego de retroceder algunos pasos a la izquierda murmura nuevamente aquellas extrañas palabras que despiertan el fuego en sus entrañas y se manifiestan a traves de sus manos... Las llamas envuelven a los dos enemigos frente a él...

De nuevo una saeta cruza las calles, endiabladamente perfora al Goblin que se estaba entreteniendo con un aldeano desgarrado de arriba abajo, por suerte para esta criatura, aún tuvo suerte de probar algo de carne fresca antes de ser perforado por esa saeta. (Muerto). Por otr lado, el hechicero, vuelve a convocar su poderosa magia. Sus manos se vuelven incandescentes, hasta el punto de que una llama en línea sale de ellas.

La ubicación de los Trasgos está camuflada por la espesidad de esa extraña niebla de color púpura, sin embargo, se escucha el dolor que debe provoca la llama de fuego. Dos Trasgos arden aún con vida en el interior de esa nube brumosa. (-4pg y -2pg). Methgar, por su parte no encuentra la estabilidad en el combate, darle un felchazo a aquella aldeana, quizá la dejó un poco desconcentrada..

Racalín, entró en el interior de la taberna para hacer 'buenas migas'. De paso, se desenfundó su arco...

Uno de los Trasgos, estaba prácticamente caído. Sus fuerzas flanquearon tanto, que Methgar, tan solo tuvo que hacerse a un lado para ver como el arma del patético Goblin, caía al suelo. No corrío la misma suerte Sejmet, que veía como una de esas criaturas se le venía encima.

Se encaró a ella mientras desenfundaba una de sus armas restantes, su espada dibujó un feo tajo en el cuello de la clérigo (-3pg). Por su parte, Caesar, vió como los dos cuerpos ardientes se encaraban a él con sus armas en alto, con gritos desoladores, atacaton al hechicero, un golpe tras otro (-3pg)

El portador de este cetro maravilloso, vuelve a sonreír. -Jeje.. ya era hora- Con ironía gira su vista hacia el hechicero del grupo, y le señala con el cetro.

-¡TOMA FUEGO INSENSATO!- Como si de un bufón se tratara comienza a reír alocadamente. Su mágica explosión de fuego le crea un mundo imaginario en su cabeza, llevándole hasta ese punto de locura.

-Sakkarjja- Susurran sus labios, con un aire distinto a toda esa locura.

Este Trasgo, maloliente y picaresco, trata de clavar su lanza en el cuerpo de Sejmet por la espalda. Este, a pesar de su fallo, sigue relamiéndose y queriendo probar su carne.

Paso dos de mis dedos por el cuello, para deshacer ese líquido rojo que corre por mi cuello. Detesto con la mirada a esa criatura que acaba de dañarme, empuñando mi arma con mis dos manos, dirigo la mirada esta vez hacia la explorador.

Al verla rodeada de esos bichos, me muevo hacia tras para propinar un certero golpe a espada.

El Maldecidor, sacaba una carcajada tras otra mientras notaba como su cetro empezaba a canalizar energía mágica. Con un leve susurro, de su cetro salió una inmensa bola de fuego que nada pudo hacer el atrevido Caesar, las llamas envolvió por completo su cuerpo, tanto al humano como a su compañero animal. Los Trasgos que estaban a su lado, murieron en el acto.

Los dos heróes están achicharrados en el suelo, medio muertos e inconscientes, por suerte las llamas no se han cogido a las ropas y aún respiran. Argus, con la mayoría de las plumas quemadas, mueve sus patas intentando alzar el vuelo, pero no hace otra cosa mas que picotear el rostro de su amo, intentando despertarle.

Por otro lado, Sejmet, rebana la cabeza de ese fetido trasgo.