Partida Rol por web

Sonreí ante sus palabras, de forma cortés, aunque era eso simplemente, un formalismo, ya que me quedé un poco sorprendida al ver cómo salía de sudaba aquella mujer, pero si a eso le sumábamos que hay dentro no había una mujer sino dos.. mis pensamiento empezaban a irse por otros caminos en los que ni siquiera me apetecía demasiado pensar así que opté por sonreir, que eso siempre quedaba bien y te ahorraba el decir nada que no quisieras decir.

Caminé detrás de ambas mujeres hacia la cubierta de nuevo, en silencio, pues la verdad es que estaba un poco confusa y no sabía qué decir, aunque al final encontré alguna cosa por mi cabeza, pues me sentía un poco incómoda tan callada.

- Tenemos unas vistas preciosas de la ciudad. Incluso se ve la Torre Eiffel.

Cuando vuelven a el puente del Albatros, el capitán Robur ya estaba aterrizando en un campo a las afueras de París. El problema es que ahora tenían que era que debían movilizarse por tierra al centro de París y no tenían cuarruaje o nada por el estilo. Pero en ese momento una compuerta se abre en la parte tracera del Albatros y de ahi sale un extraño curruaje sin caballos.

Uno de los tripulantes del Albatros acciono algunas palancas y esa cosa comenzó a hacer un ruido infernal y expulsar vapor. Ante lo que les indica Pendragon, se montan en esa maquina y salen en dirección de París. Habían escuchado de esas carrosas sin caballos que llamaban automovil, pero eran solo experimentos de algunos ingenieros y no andaban por la calle. Ahora se dirigían por un camino a unos 40 km/hrs, lo cual austa un poco por la velocidad.

-La torre que?- le pregunte como respuesta a Mina- Bueno, con que huela mejor que londres estare contenta, por cierto, gracias otra vez por dejarnos tu camarote, y por cierto ¿sabes a quien hemos venido a buscar aqui?- Cuandohice la pregunta ya estabamos llegando junto a los demas, y vi aquel extraño aparato, y el ruido que hacia- yo no me monto en eso, me quedare sorda si lo hago- dije muy seria, pero al final a regañadiente accedi poniendome en los oido algodon para atenuar ese horrible ruido.

- Es una torre que... bueno da igual.. ahora la verás, seguro que llama tu atención.. - Respondí a Chia con una sonrisa. Al menos, que yo supiera en el lejano oriente no tenían nada similar, aunque claro, contaban con la majestuosa muralla china.

No me había dado cuenta de que no le habíamos dicho a Chia qué era lo que veníamos a hacer a París, y la verdad es que si hubiera sido yo, lo habría preguntado antes de montarme en el navío volador, pero claro, quizás todo el mundo no sintiera la curiosidad que sentía yo algunas veces, aunque más que curiosidad quizás fuera el saber a qué debía atenerme.

- Vamos a buscar a un músico que reside en un viejo teatro.. Creo que no debe estar muy en su sano juicio, pero por lo que me ha comentado Pendragon, recibiremos ayuda de un viejo amigo con el que ya he tenido el gusto de trabajar. Es una persona muy agradable y muy correcta, o al menos, lo era cuando yo lo conocí.

Cuando apareció aquel vehículo delante nuestro me quedé un poco sorprendida mirándolo. Jamás había visto algo así, aunque la muchacha oriental de nuevo me hizo sonreir por sus quejas.

- Seguro que no muerde, aunque sea capaz de levantar dolores de cabeza. - El sonido desde luego que era desagradable.

Por mi parte no puse ninguna pega a montarme en aquel artilugio y aunque no se lo dije a nadie, seguro que resultaba divertido.

La verdad es que esa cosa ruidosa se movía mucho más rapido que cualquier carruaje de la época. Además, todo el que anduviera por las calles paricinas para ba para ver el espectacula del automovil. Ahora, si tomamos en cuenta de que en el vehículo iban montado una extraña chica china y un sujeto muy feo de 2 metros de alto - el resto se veía vastante normal-.

Legan a una de las casa de la Rue Morgue, parando delante y parando el motor del automovil ante la vista sorprendida de unos niños. Al tocar la puerta, sale a recibirlos un anciano pequeño, de mirada penetrante y barba. Al ver a Mina, esboza una sonrisa y le dice mientras besa su mano:

- Mademoiselle Murray. Como siempre es un placer verla. Sabía que me mandarían gente extraordinaria para volver a ayudarles, pero no esperaba volver a contar con el placer de verla... Ahora dígame ¿Qué grandes personajes tienen el honor de acompañarla?.

Dupin tampoco estaba solo. Junto al él estaba un hombre hindú, por lo menos eso indicaba su aspecto, otro delgado y alto, con vivaces ojos grices y uno pequeño y rechoncho, pero de impecable apariencia.

Cuando estaban conversando, sientes un enorme ruido afuera, como las calderas de un barco a vapor. Luego tocan a la puerta y el señor Dupin se dirije a atender. Aunque no es apropiado, ustedes lo siguen para saber a que se debía todo ese escandalo. Al salir se encuentran con un carruaje muy raro, si caballos, pero con una especie de mini caldera a vapor.

Tambien el grupo que estaba esperando era, por así decirlo, interesante. Habñia un hombre delgado y joven de pelo negro, una atractiva mujer con una bufanda el el cuello y vestido oscuro, una chica china con lentes de sol y cara de pocos amigos, un anciano con uniforme militar y, el mas raro, Un sujeto alto y feo, con enormes heridas en la cara que mostraban una burdas costuras.

Dupin parece conocer a la mujer atractiva, ya que se adelanta, le besa la mano y le dice:

- Mademoiselle Murray. Como siempre es un placer verla. Sabía que me mandarían gente extraordinaria para volver a ayudarles, pero no esperaba volver a contar con el placer de verla... Ahora dígame ¿Qué grandes personajes tienen el honor de acompañarla?.

Sonreí al ver una cara conocida, aunque ya era una de esas que esperaba ver y respondí amigablemente a sus palabras.

- Monsieur Dupín, el placer es mútuo. - Le respondí con una sonrisa. - ¿ Que tal va todo por la bella París? - Fue una pregunta de cortesía más que una de esas que esperan ser respondidas.

Me giré y fui presentando a mis compañeros uno por uno y de forma totalmente correcta, pues era como merecían ser presentados.

- Ella es Chia - Empecé por las mujeres como era costumbre, haciendo un gesto para señalar a la mujer oriental. - y ella es Karameneh. - La mujer que estaba a su lado y que más bien era de poco hablar. De ellas pasé a nuestro anfitrión. - Jack Pendragon, que es quien está organizando toda esta " expedición." - Señalé al apuesto hombre. - Mikhail Strogoff y él es Frankenstein. - Sabía que la cara de Dupín no cambiaría al ver a nuestro amigo " el monstruo " pues ante todo era un caballero.

Ahora era su turno para las presentaciones así que aguardé pacientemente.

Dupin hizo una leve inclinación de cabeza ante cada uno de los presentes y luego dijo:

- Pues en esta ocasión me acompañan visitas ilustres. Este es el señor Sandokán de Malasia - indica al honbre vestido como hindú -, lo acompaña el caballero portugués Yañez de Gomera - el delgado de ojos grises - y allá está mi pupilo, el detective belga Hercule Poirot.

la velocidad era algo divertido de aquel infernal trasto, pero cuando al fin paramos, fue todo un alivio, pues era un descanso estar sin ese ruido, de pronto todos empezaron a hablar de una forma extraña, yo no encajaba entre tantos modales, asi que simplemente dije- hola.

El pirata de Malasia abrió mucho los ojos al ver aquel aparato movido por una caldera similar a la del barco que les había traído hasta Europa. No obstante, aunque pirata, Sandokán también e preciaba de tener unos modales exquisitos, de modo que cuando las mujeres hubieron bajado del carruaje y el anciano Dupin los hubo presentado, el malasio tomó la mano de la joven de gafas oscuras, a pesar que de ella no parecía saber muy bien porqué

Madmoiselle dijo besando su mano cortésmente Es un verdadero placer ver otro rostro asiático por aquí. Mi nombre es Sandokán, aunque en ocasiones me llaman el Tigre de Mompracém.

Si el tal sandokan consiguio agarrar y besar la mano de chia, es porque esta no se lo esperaba, no obstante aparto la mano en las ultimas palabra de Sandokan, y se la limpio contra su ropa mientras contestaba- Si aprecias tu vida no vuelvas a hacer algo parecido.- Chia en verdad se estaba conteniendo, aunque no lo pareciera, en otro momento hubiera roto el cuello a ese hombre, pero al parecer eran amigos, y les ayudarian, asi que fue lo mas amable que fue capaz.

- Es un verdadero placer conocerles.. - dije de nuevo de la forma más cortés que sabía, ya que como siempre decía, había que ser educado independientemente de lo que luego se pudiera pensar y en este caso, segura que resultaban agradables ya que venían con Dupín.

Me quedé observando el gesto de aquel hombre oriental y la reacción de Chia me hizo echarme a reir. Seguramente aquello ya se salía de mis obligaciones en cuanto forma, pero es que la " muchacha " era un caso, aunque me parecía que debía interferir antes de que hubiera algún malentendido.. aunque ya sería tarde para una primera impresión con ella, aunque fuera la cierta.. porque hasta a mí había llegado a hablarme con malas formas en algún momento y eso que aún no le había faltado al respeto a ninguno de ellos, pero no lo había echo a malas así que tampoco se lo había tenido en cuenta debido a la situación.

- No se lo tome a mal Sandokán. Chia tiene unas costumbres que distan mucho de ser las habituales y además no soporta demasiado que la toquen.. digamos que suele tender a estas reacciones, pero es de gran ayuda y ya ha demostrado que no abandonaría a cualquiera de nosotros a su suerte..

Y menos mal que contábamos con las " habilidades especiales " de aquellas personas, porque si no fuera por ellos ahora mismo estaría bajo tierra y con una bala en el pecho como poco.

Hahaha... ¡que cáracter, es digno de una leona! rio Sandokan ante el violento desplante de la joven Chia ¿Ves Yañez? Las mujeres del este siguen siendo mucho más fogosas que las occidentales. Hiciste bien en abandonar Europa. bromeó con su buen amigo portugués.

Mina disculpó a la joven asiática, pero el propio Sandokán le restó importacia, olvidando su reacción de inmediato. Y usted, señorita Murray ¿Es tan volátil como su amiga? En tal caso me abstendré de repetir mi gesto, no quisiera ofender a dos damas en un día.

No obstante el buen carácter del pirata malayo, el primer impulso que Yañez observó en su amigo fue echar mano a su alfanje. Afortunadamente, Sandokán recordó en milésimas de segundo que se encontraban entre amigos, invitados a la casa del señor Dupin, y la hoja del de Mompracén no salió de su vaina.

Señor Dupín, imagino que desea charlar con sus visitantes, de modo que no le entretendremos más, volveremos a nuestro barco.

Al menos aquel hombre se tomaba las cosas con humor, aunque sin duda, seguro que a Chia no le hacían tanta gracia sus palabras, pero en vista de que apenas había mirado al resto para simplemente saludarla a ella, supuse que ya me había entrometido lo suficiente, aunque sólo hubiera sido por hacer reinar la paz.

- Las occidentales, como bien dice, somos menos " fogosas ". - Respondí sin ningún tono irónico, sino más bien reprochando que aquellas palabras podían molestar a alguien, aunque dudaba que le importara demasiado. Por no decir que no tenía pinta de que mi respuesta fuera a importarle lo más mínimo, así que como ya había cumplido con las presentaciones me mantuve en el sitio y observando en silencio, había que saber cuando estaba de más decir nada.

Dupin, ante lo que le dice Sandokan de retirarse, hace una seña de negación con la mano y dice:

- Por ningún motivo dejaré que se vallan así como así. Han viajado medio mundo para traerme una carta y serán mis huespodes. Lo que trae a estas honorables personas a mi cosa solo es una simple busqueda que no nos tomará mucho tiempo.

Entonces el señor Dupin hace que todos entren y se sienten en su sala. Les sirve algo de beber y de fumar, mientras les dice:

- Desde Londres me escribió un encargado de inteligencia... un tal Bond y busque la información necesaria. El fantasma que buscamos es un hombre de carne y hueso, se llama Erik y nacio en Ruan. Una horrible deformación de nacimiento lo obligó a llevar una vida dura, aunque llegó a ser asesino del Sha de Persia. Volvió a París y vivió en las catacumbas bajo el palacio de la opera Garnier, ahí se enamoró de una de las cantanbtes llamada Christine Daaé, quien no le correspondió y se casó con un noble. Después no se supo nada de él hasta que hace unos meses una mujer austraca y un noble inglés compraron la ópera, La condesa de Karnstein y el señor Francis Varney. Se dice que desde entonces se ha visto a un sujeto enmascarado en el cementerio de Montmartre, por lo que deduzco que debe tener una guarida en ese lugar.

Yañez escucha muy atento lo que Dupin cuenta y le dice por lo bajo a su amigo.

- Fantasmas y cementerios... mmm... suena a una buena aventura, como en los viejos tiempo. Ademas esa señorita Murray está muy guapa, aunque muy estirada como son las inglesas... - luego recuerda que tu amada Marianne era inglesa y se disculpa - Perdona, no quería abrir viejas heridas... de todas maneras ¿qué opinas?.

- Al menos espero que ese idiota de Bond no se señales de vida por aquí.. mira que es.. - Contuve incluso mis pensamientos, ya que comencé a desplumar a aquel hombre al que no soportaba y tampoco era plan, pues al menos su trabajo parecía hacerlo bien, independientemente de que fuera peor que la peste, aunque lo peor era que mi mente, inconscientemente, ya lo asociaba a Moreau y eso me ponía aún más enferma.

- Buscas a un hombre deformado en un cementerio.. Creo que habré hecho cosas peores en la vida, aunque sigo pensando que deberíamos tener cuidado pues igual sus " ánimos " estén un poco trastocados.. - Sutil forma de decir que seguramente estaría un poco loco o algo similar.

- ¿ Se sabe si ha creado algún problema o si simplemente se limita a estar allí sin molestar a nadie? ¿ Pacífico o violento? - Importante saber la respuesta a eso.

Sandokán escuchó las palabras que Yañez le susurró sin que los demás presentes se dieran cuenta, y por respuesta sonrió y asintió. El porqué quedaba entre ellos dos por el momento.

Como mi buen amigo Yañez dice, todo lo que cuentan suena a una formidable aventura. habló el malayo cuando Mina hubo acabado Si necesitan un par de brazos fuertes, no duden en contar con nosotros y nuestra tripulación. Son los más duros piratas que puedan encontrar hoy día, y hace tiempo que deseamos recordar las aventuras de antaño.

Chia se sento y acepto un te, se lo bebia tranquilamente mietras los demas hablaban, si habia que capturar a alguien, lo haria rapidamente para poder salir camino a africa tras su hermano lo antes posible.- Solo un tipo?, lo queremos vivo o muerto ?- pregunte a pendragon.

Pendragon, quien saludo cordialmente a las personas que acompañaban a Dupin, se mantuvo aparte hasta que dijo:

- Ese hombre es uno de los más peligrosos que hay en Francia y al mismo tiempo podría ser de excelente ayuda para nuestra misión. El gobierno francés esta dispuesto a indultarle si se une a nosotros, pero atambién nos ha pedido que lo antreguemos a las autoridades si se niega... vivo o muerto.

Después, cuando escucha las palabras de Sandokan, se le queda mirando y dice:

- He escuchado historias sobre usted, señor. Los periodicos ingleses lo llamaban pirata y criminal... así que si los ingleses tienen esa opinión de usted de seguro que debe ser un héroe. Sería un honor que nos acompañe... además, no se si me he vuelto paranoico, pero presiento que esto será más dificil de lo que esperaba... ¿Alguna otra pregunta antes de partir?.