Partida Rol por web

Todos suben al carruaje que los esperaba, aunque la última en llegar fue una asorada Karameneh, quei sube y se sienta en silencio al lado de Chia. Sin más salen a las afueras de Londres, donde los espera una enorme nave, la cual todos conocían excepto Chia.

Ya todas las hélices de esa especie de barco estaban girando y un montón de gente se veía poniendo todo a punto para comenzar el viaje. En la puerat de la nave se encontraba el capitán Robur, quien al verlos, les dijo:

- Me informó Bond que debíamos salir cuanto antes a París. si el clima no nos falla, en un par de horas podremos estar ahí. Espero que les haya ido bien con los problemas que tenñian en Londres.

Chia miro el extraño barco con un poco de desconfianza, pero se encogio de hombros y subio a el, aunque se acerco al capitan y le pregunto- hay algun sitio tranquilo dentro de este barco volador?- aunque viendo tanto movimiento de gente, estaba casi seguro de que la pregunta podia ser absurda.

Sonreí en cuanto vi al capitán y me acerqué a él para saludarle cordialmente. La verdad es que desde la primera vez que lo vi me pareció una persona verdaderamente agradable y me parecía lo correcto, pues ahora estábamos en su terreno.

- Muchas gracias por volver a llevarnos en su maravilloso vehículo volador. Es un placer volver a verle capitán. - Tras estrecharle la mano asentí. - Sí, ha quedado todo solucionado y como no sabemos estar tranquilos, vamos a ver si nos buscamos algún problema más..

El capitán era lo suficientemente inteligente para comprender mi chiste así que no dije nada más y me aparté a sentarme a algún lugar y esperar con paciencia a la llegada. Yo no tenía nada que hacer así que simplemente esperaría.

El capitán sonríe ante el comentario de Mina, pero al escuchar a Chia, la queda mirando y dice:ç

- La verdad es que una maquina como esta no ers un lugar muy tranquilo. Aunque la sensación de plenitud que se tiene cuando ve al mundo desde arriba es algo que trenquiliza a cualquiera.

en ese momento uno de los hombres les informa que ya esta todo listo para despegar. Entonces el Robur les dijo:

- Les he preparado un camarote a cada uno, aunque creo que no tendrtan tanto tiempo para ponerse cómodos. de todas maneras a las dos señoriras orientales no las tenía presupuestadas, así que mandaré a que les preparen algo.

Me adelanté antes de que mandara a nadie a preparar cualquier otro lugar, pues para el tiempo que íbamos a estar de viaje, siempre y cuando, como había dicho el capitán, el tiempo nos acompañara, no necesitaria descansar, así que ofrecí a Chia mi camarote.

- No se preocupe Robur, Chia y la muchacha pueden ir a mi camarote y descansar así, yo me quedaré tranquilamente por aquí sin molestar a nadie..

En realidad era que no me apetecía estar sola y aunque no hablara con nadie, al menos vería algo de movimiento frente a mis ojos, lo que se agradecía, pues sabía de sobra que la soledad tan sólo servía para que se avivaran los recuerdos y era lo que menos quería en aquel momento.

-Gracias - dije a Mina- no hace falta que te quedes aqui, si quieres puedes acompañarnos, aunque necesito tranquilidad.-Luego espero a que me lleven a la habitacion de Mina, si Mina o Karameneh me acompañan no me preocupa demasiado.

Negué con la cabeza e hice un gesto con las manos, para que no se preocupara.

- No es ninguna molestia.. Lo poco cortés sería que no aceptarais el ofrecimiento.. - Sonreía pues sabía que Chia no entendía demasiado bien el concepto de " comportamiento " que tan arraigado estaba en nuestra sociedad, pero tampoco se lo dije para molestarla, sólo para hacerla ver que aquello no me importunaba lo más mínimo, sino, simplemente no habría dicho nada.

mina te deja a solas en la habitación con tu acompañente. En ese momento Karameneh simplemente se sienta y espera a que tú dispongas. No obstante, tú interés interesada en comunicarte con el Emperador, asi que te sientes, tomas posición de loto y comienzas a concentrar tu chi para establecer un nexo empático. No es muy complicado entablar comunicación con el emperador Wangxu, pero no con la carcasa mortal que usa, sino con su verdadero ser, el Dragón celestial.

Wangxu, al sentir tu presencia, te dice con voz de trueno:

- ¿Cómo te atreves a importunarme, Dragón Negro? ¡Tu chi demoniaco es una indignidad frente a un dios del oriente! ¿Qué deseas? ¿Has cumplido con tu misión?.

Dejas a Chia para que haga sus cosas tranquila y te vas al puente de la nave para no sentir esa soledad a la cual le tenías miedo. Ahí Péndragón miraba el panorama de las islas britanicas desde el aire, cosa que para el debe ser más significativa que para cualquier otro... aunque no entendías muy bien por qué él perecía ser enemigo del Imperio. En tanto, sentado en un rincón y acompañado por Strogoff, Frankenstein saca melodías de un pequeña flauta, cosa es increible, pues no era algo que se esparara de un monstruo, aunque ya sabes que las apariencias siempre han sido engañosas.

Pendragon se acerca a ti y te dice:

- Cuando estemos en París vamos a contar con la ayuda de un viejo conocido suyo. El chavalier Auguste Dupin.

Frankestein era un encanto. Por mucho que estuviera hecho de cadáveres o muy horrible que fuera su aspecto, la verdad es que siempre conseguía que en mis labios se dibujara una sonrisa, a pesar de que mis ánimos dejaran bastante que desear. Al menos, sólo por eso ya había valido la pena el no haberme ido al camarote y haberme quedado con la gente, pues era agradable ver cosas así.

Pendragon parecía estar perdido en sus cavilaciones y seguramente, tendría muchas cosas en las que pensar, pues si ya daba que pensar una vida normal o corta como la mía habiéndome pasado tantas cosas como me habían sucedido, no quería imaginarme la de recuerdos que puede acumular una persona como él.

Cuando el hombre pareció salir de sus pensamientos se acercó a mí y me comentó aquello a lo que asentí.

- Sí, nos conocemos.. aunque empiezo a creer que sabe más cosas de mí que yo misma Jack. - Dije quizás con un ligero tono de ironía. - Debería guardar mejor mis diarios.. - No le estaba echando nada en cara, simplemente me resultaba gracioso toda aquella situación.

El aspecto del Dragón celestial era impresionante, seguramente ningun humano se atreveria siquiera a mirarlo, pero no era mi caso, pues sangre de demonio corria por mis benas, Puede que mi aspecto no fuera tan impresionante pero no tenia miedo, habia vivido demasiado y demasiadas cosas como para tenerlo por estar ante el Dragon celestial, aunque no era idiota, y sabia que debia tratarlo con respeto.

-Sere Rapida,siento interrumpirle, pero no estariamos manteniendo esta combersacion si no me hubiera engañado para que Si-fan volviera a estar bajo su control, si no lo hubiera hecho, podria haber actuado de otra forma, y a estas alturas mi hermano estaria capturado, ahora ha robado a Si-fan y estoy seguro de que obtendra mas poder con lo que ha robado. seguire con la misión por mi propio interes, no obstante debido al engaño sufrido agradeceria una pequeña muestra de buena voluntad de su celestial emperador, quiero que le concedas la libertad a la esclava de fu-manchu, conocida como Karameneh. Como ves es algo insignificante para una divinidad, y yo estaria mas... colaboradora, y olvidaria el engaño.

Pendragon parece entretenido por tu observación, aunque igual intenta disculparse:

- La verdad es que antes de esta misión leí varias veces su diario, el de su esposo y el Van helsing, además de la información que me dio Bond de la antigua liga. De todas formas no me precio de ser una persona muy abierta en cuanto a mi vida, aunque esta es de dominio público de una extraña forma.

El sonríe de manera picara y del bolsillo de su abrigo extrae un libro pequeño pero grueso y te lo entrega. Cuando lo miras ves que en la tapa lleva escrito "La mort d'Arthur" de Sir Thomas Mallory.

Mostré una sonrisa por el gesto, pero no cogí lo que me ofrecía, más bien hice el gesto con la mano y luego negué suavemente con la cabeza.

- Mientras siga siendo alguien " especial " que nos ayude, creo que prefiero saber la información que uno mismo da y no la que alguien escribe.. En  mi opinión, cada uno muestra a su manera su forma de ser o sus preferencias y eso lo hace todo bastante más agradable que si pides los datos de alguien y te los dan sin más.. Si deja de ser especial para ser uno de esos monstruos que hay que cazar, aunque no sepa exactamente donde termina que alguien sea especial y empiece a ser una criatura de la que deshacerse, entonces quizás si que quiera solicitar información sobre su persona..

Ante estas últimas palabras sonreí, pues sabía que entendería lo que quería decir. Lo bueno de ser una persona normal era que me permitía hacer chistes como esos, aunque fueran totalmente sin malicia, pues sólo trataba de hacerle ver que a mí me daba exactamente igual que llevara vivo más tiempo que diez personas sucesivas de la misma familia, yo no era quién para juzgar a nadie y mi curiosidad no era exactamente de ese tipo.

- No sé si me he explicado demasiado bien. Me ha ayudado mucho y por eso, sé que es una persona con la que puedo trabajar y en la que se puede confiar, con eso me basta. El resto de cosas que deba saber o quiera que sepa, me las tendrá que contar usted Pendragon, no un libro.

El dragón fija sus ojos llenos de ira en ti y dice:

- ¿Cómo te atreves a exigirme algo, demonio? Tendrías que reencarnar mil veces para poder mirarme a los ojos y pretender ser igual a mi. Atrapa a tu hermano y traelo para que lo podamos encerrar y veremos si te mereces algún premio. Sino, será mejor que no vuelvas a molestarme.

Al final sientes el calor abrazador del aliento del dragón, lo cual te quita la concentración y sales del trance. Cuando abres los ojos estás cubierta de sudor y Karameneh te mira preocupada.

Pendragon te sonrie agradecido, pero no alcanza contestar nada pues Strogoff les llama la atención, ya que entre las nuves ven aparecer a París. Lo más llamativo era la Tour de 330 Mètres, o como le decían otros, la Torre Eiffel, en honor al ingeniero que la diseñó. La verdad es que se vaía bastante rara esa mole de metal en medio de una ciudad tan linda, pero esos franceses siempre han sido muy raros.

Strogoff y Frankenstein miran esa cosa maravillados, mientras Robur, haciendo gala de la maravillosa nave que comanda, hace que sobrevuelen la torre de más cerca. Entonces ves como los parisino se agolpan en las calles para ver esa nave voladora y Pendragon bromea:

- Esta es la mejor manera de mantener nuestra misión en secreto... Mina ¿Puede avisarle a Chia que ya llegamos?.

Devolví la sonrisa a Pendragon y luego miré a Strogoff cuando nos dijo que ya estábamos sobrevolando París, lo que hizo que mi atención se centrara en aquella maravillosa ciudad y en aquella torre enorme.. que en el fondo, no era más que una amasijo de hierros.

El capitán hizo el vuelo más bajo y la gente nos miraba con curiosidad desde casi cualquier lugar d ela ciudad, lo que me hizo dejar de sonreir para negar con la cabeza. No aprobaba llamar tanto la atención, pero a ver quién le decía a un orgulloso capitán de navío que no era una buena idea llamar la atención de toda una ciudad.. No sería yo la que lo hiciera, eso seguro.

- Claro, ahora mismo iré a buscarla.

Me encaminé hacia el camarote en la que se encontraban las dos mujeres y llamé suavemente a la puerta, hablando desde fuera.

- ¿ Chia? Soy Mina. - dije aunque sabía que no hacía falta que especificara tanto. - Ya estamos sobrevolando París.

-Estoy bien- digo al ver la preocupación en el rostro de Karameneh, luego añado- Me temo que por el momento, tendras que seguir siendo mi exclava, al menos hasta que capturemos a mi hermano y lo entreguemos al emperador, pero tranquila por lo que a mi respecta, mientras seas mi exclava podras tomar tus propias decisiones.

en ese momento Mina llama a la puerta y dice que estamos ya en francia, me pongo en pie, pero casi me caig e instintivamente apolle mi mano en el hombro de Karameneh. pero solo fue unsgundo. no es que estubiera cansada, pero despues de una audiencia mental y mas con un dragon celestial, el cuerpo tardaba unos instantes en volver a la normalidad.

- Lo siento- le dije a Karameneh disculpandome por apollarme en ella-en un par de minutos estare perfectamente.

Cuando Mina abisa que estamos en francia puede escuchar al otro lado de la puerta- Lo siento, en un par de minutos estare perfectamente- Parece que habla con Karameneh. Luego se  escucho a alguien acercarse a la puerta. y cuando esta se abrio, Mina pudo ver a Chia que la saludo- Hola- Chia estaba cubierta de sudor, parecia que acabara de salir de una sauna- si hemos llegado ya, vamos .

desde luego no era una mujer muy expresiva, pero no parecia de demasiado buen humor, aunque costaba saber cuando no estaba de buen humor.