Partida Rol por web

El Albatros, unas horas después, en la ruta a Londrés.

Mas información acerca de lo que ha pasdado en Londres no han tenido. Así que tomaron inmediatamente el Albatros y emprendieron el regreso a la capital. Mientras viajaban, todo el ambiente estaba algo tenso por la presencia del monstruo que habían despertado. No obstante, a ti esa criatura te llama mucho la atención, pues es diferente a los monstruos que has conocido hasta ahora. Se muestra como una criatura taciturna y docil, a pesar de la explosion de ira que tuvo antes. En ese momento, como si fuera un caballero de alta alcurnia y no un monstruo hecho de cadaveres, se acerca a ti a dice:

- Debo agradecerle lo que hizo en ese castillo, señorita Murray. Es usted una mujer muy valiente.

Otra vez en la nave, esta vez de vuelta a casa de Pendragon, esperando poder averiguar qué es lo que había sucedido allí. El hecho de que hubieran asaltado su casa, que seguramente no hubiera sido un robo cualquiera, nos tenía a todos bastante desasosegados y bueno, tampoco es que conversáramos mucho durante el trayecto.

Al menos, las vistas seguían siendo preciosas y al menos a mí, eran capaz de distraerme y hacerme pensar en muchas cosas, incluso en sueños de esos que conservar en algún lugar y que únicamente conoces tú misma.

La apariencia de aquel no me resultaba nada agradable, aunque claramente, mi aspecto no se alteraba al tener su presencia cerca, por cosas peores había tenido que pasar ya mi compostura, como el hecho de no decirle a Moreau que era un maldito cobarde que debería estar muerto o no haberle dado aquel " sopapo " a Pendragon que tan agusto me hubiera hecho sentir.

- No tiene nada que agradecerme, sólo dije que lo que pensaba. ¿ Cómo debo llamarle? Creo que no nos hemos presentado formalmente. - Dije tendiendo la mano a aquella criatura, quien se merecía el mismo trato que cualquier otra persona. - A pesar de que yo creo haberlo hecho ya, mi nombre es Wilhemina Murray, pero puede llamarme Mina que es más corto y me gusta más. - Sonreí ante mis últimas palabras.

La criatura se nota algo contrariada por la pregunta. Como si un profundo dolor del pasado haya despertado, no obstante, te contesta:

- La verdad es que no tengo nombre. Mi padre estaba más interesado en destruirme que en darme uno... no entiendo por qué los humanos no piensan en sus acciones antes de cometerlas. No obstante, mi padre se llamaba Victor Frankenstein, por lo que yo debo llevar su apellido, asi que soy Frankenstein, señorita Murray.

El monstruo parece muy educado y extrañamente habla con perfecta corrección,como si tuviera estudios de algun tipo. La verdad es que esperabas un bruto por su aspecto, pero te das cuenta que de no ser por eso, se trataría de un perfecto caballero muy agradable.

No obstante, en ese momento llega Pendragon y carraspeando un poco para llamar la atención, les informa que estaban a punto de arribar a Londres. Cuando el armatoste volador se posa sobre un campo de criquet en las afueras de la ciudad, ustedes bajan y se encuentran con el señor Cratchit, quien les informa con congoja:

- Señores, perdonenme por ser portador de tan malas noticias, pero ha ocurrido algo terrible. La casa del señor Pendragon ha sido atacada y muchas cosas han desaparecido, pero lo peor es que también se han llevado al señor Quatermain.

No había duda de que esta criatura había recibido una buena educación y además, resultaba ser bastante más cortés que muchos de los hombres con los que ahora debía tratar a diario. En ese momento sonreí ya que por mi mente pasó que fuera Bond quien llevara ese horrible cuerpo y el de Bond este hombre, sin lugar a dudas el mundo sería un lugar mejor.

- Entonces un placer conocerle señor Frankestein. - Respondí con una sonrisa agradable, que a pesar de su aspecto, tuve que poner debido a su amabilidad.

Pendragon no tardó en aparecer para decirnos que ya íbamos a llegar a nuestro destino, no sin cierto deje de ansiedad en sus palabras, lo que era normal si a alguien le dicen que acaban de asaltar su casa. Me dirigí a donde estaban todos, ya que prefería estar resguardada mientras nuestro " navío flotante " aterrizaba. Según lo hucimos, al primero que vimos fue al abogado, pero sus palabras me hicieron palidecer y perder toda la compostura que pudiera tener.

- ¿ Cómo que se han llevado a Quatermain?

Las lágrimas volvían a mis ojos, aunque me contuve en no ponerme a llorar delante de toda esa gente. No sabía lo que estaba pasando, pero parecía que no iban a darme tregua y que lo que se estaban proponiendo era hundirme en un pozo hasta que dejara de patalear.

El señor Cratchit no sabe muy bien como contestarles. Quizá nunca haya estado en esta situacion, pero el bonachón abogado parecía muy contrariado. Entonces Pendragon decide que deben de ir a la casa a buscar pistas acerca de este ataque, para asi ir sobre algo seguro. Cuando llegan lo primero que ven son las sirvientas muertas, con los panzas abierta así como las gargantas. Todo esta desordenado, y al parecer en esa especie de coleccion de raresas que tenía Pendragon en su estudio, faltaban algunos objetos.

Entonces, en una parte del piso algo lama tu atención y te das cuenta que es una flor dejada primorosamente en un lugar visible. Se trata de una flor de loto, lo que te recuerda historias que has escuchado acerca de la mafia china.

La mansión daba pena sólo con verla, por no decir nada, de que ver los cadáveres que quien hubiera hecho esto había dejado a su paso no resultaba nada agradable.

Tampoco es que me importara demasiado el hecho de que a Pendragon le hubiera desaparecido alguna filigrana, sobre todo cuando se acababan de llevar a Quatermain.

Me acerqué a la flor y la cogí en mis manos, para luego acercarme a " Jack " y decirle mientras le mostraba la flor: - ¿ Tiene muchos tratos con la mafia china o sólo se pasaron a robarle a un enfermo?

En ese momento Pendragon estaba leyendo una nota que estana clavada sobre la superficie de su escritorio y luego te la extiende para que veas las letras orientales.

我們一直在病人和老年人是另一個重要的人質。使我們與該名女子頸部標記。

Como ve que no entiendes nada, te traduce:

- Nos hemos llevado al anciano enfermo y tenemos otro rehen importante. Traigannos a la mujer con el cuello marcado.

Pero esto no es lo único que hay para ti. En ese momento escuchas una voz familiar que vocifera y exige que los dejen entrar. Caundo sales a la sala te encuentras con u ex esposo, que te dice con ojos desencajados:

- Que le has hecho a mi hijo, maldita mujer. Han asaltado a mi casa y se lo han llevado... ¡Devuelveme a mi hijo!.

Entonces te toma de los brazos y te sarandea, pero pronto Pendragon llega en tu auxilio y lo aleja de ti, diciendo:

- ¡Calmese y tendre que sacarlo de mi casa, señor!

Pendragon leyó lo que había escrito allí pero no sabía a quién se podían referir, tan sólo pensaba en qué es lo que tendrían contra Quatermain para habérselo llevado o si sólo era todo por algo que Pendragon habría hecho.

No tardé mucho en darme cuenta de que no era a cuenta de Jack por el que se había formado todo esto. La voz de Jonathan me hizo girarme, tan sólo pasando una cosa por mi cabeza una y otra vez: - No, no puede ser.

Salí fuera, sabiendo que a la otra persona que se habían llevado era a mi pequeño. Mi rostro estaba totalmente desencajado, y ni siquiera hice amago de defenderme cuando mi ex marido comenzó a zarandearme, y por unos instantes más, mientras veía como Pendragon le separaba de mí permanecí inmóvil, aunque no me duró demasiado.

Las lágrimas brotaban de mis ojos, pero mi sangre ardía. Olvidé donde estaba y olvide mis modales y todo lo que nada tenía que ver con esta situación. Ni siquiera presté la más mínima atención a Pendragon en ese momento y ahora, fue Jonathan el blanco de mi frustación.

- Se han llevado a mi hijo.. - Susurré por lo bajo varias veces como si no diera crédito a mis palabras. Levanté la vista y mis ojos, cargados de odio se posaron en Harcker. Mi tono de voz se elevó como para que me escucharan a tres kilómetros a la redonda. - TU! TU VIENES A EXIGIRME ALGO A MÍ!! ESE NIÑO SALIÓ DE MIS ENTRAÑAS Y NI SIQUIERA QUERÍAS DEJARME VERLE. ERES UN MALDITO MALNACIDO!! ¿ ASÍ PENSABAS CUIDARLO? ¿DEJANDO QUE LE LO LLEVARAN? - Me escapé de los brazos de Pendragon para acercarme a Jonathan, al que sin dilación dejé los dedos marcados en la cara tras soltarle el mayor bofetón que le hubiera soltado a nadie en mi vida. - VOY A ENCONTRARLO, Y CUANDO LO HAGA TE JURO POR MI VIDA QUE NO LO VAS A VOLVER A VER, AUNQUE TENGA QUE ESCONDERLO EN EL FIN DEL MUNDO ¿ ME OYES?! TE HA QUEDADO CLARO?!!

Harker estaba libido de ira y levantó la mano para devolver el golpepero Pendragon le toma la mano ferreamente y le dice:

- Creo que aun no entiende su situación, Harker. Esta es mi casa y no permitiré que le ponga un solo dedo encima a la señorita Murray. Si quiere ser de alguna utilidad díganos lo que sabe, sino vallase antes de que en verdad me enfade.

Asi, dueño de la situación, Pendragon te lleva con firmesa, pero amablemente al estudio, ahi te da de beber un trago de licor que en el primer sorbo hace que tu lengua arda. No obstante, cuando están todos reunidos, Pendragon les dice:

- La situación es la siguiente. Quatermain y le hijo de Mina han sido secuestrados por la mafia china. Quieren a la mujer con el cuello marcado, asi que la cosa es con usted Mina. Seguramente son los miembros de esa organizacion que fue la primera que enfrento la antigua liga, cuando murio el doctor Moriarty. Lo importante es ir por ellos inmediatamente, antes que los chinos le hagan daño. Asi que lo mas obvio es ir a Limehouse y White Chapel para ver que averiguamos.

Sin embargo, Harker no parece contentocon esto, pues dice:

- Yo no voy a ningun lugar con este montón de fenomenos, no menos con esta mujer de mal vivir - Entonces te mira con profundo desprecio y dice - Desde que dejaste que ese maldito transilvano te tocara todo lo bueno en ti se volvio sucio y ruin. Voy a ir a Scotland Yard.

Un poco más tranquila, al menos en lo que al ataque de genio se refería, permanecí en silencio escuchando las palabras de Pendragon sobre lo que parecía estar sucediendo.

Me sentía bastante extraña, como si todo eso no fuera conmigo, pero a la vez todo fuera mi culpa, como si estuviera viendo toda esta situación desde una mirilla y supiera que no tendría que estar cotilleando.

Las palabras de jonathan me hicieron bajar la vista, no lo miré, ni respondí, tan sólo miré al suelo, aún con las lágrimas surcando por mi cara. No podía decirle nada sobre eso, sabiendo que nuestro matrimonio se había echado a perder por eso mismo precisamente. Esa era una culpa por la que debería cargar para siempre y tenía razón en estar así de resentido conmigo. El problema, era que seguramente, si se volviera a dar la situación, seguramente volvería a caer en exactamente el mismo error, y aunque era algo que sólo yo sabía, algo que estaba alojado muy dentro de mi mente, me hacía sentir aún más culpable.

Llevé mi mano a mi cara y me limpié las lágrimas, y cuando levanté la vista, tan sólo pude mirar a Pendragon a la cara y hacerlo totalmente avergonzada, ya que no tenía por qué estar en medio de mis problemas " familiares ". No creía haberlo pasado tan mal en la vida.

- Si lo que quieren es a mí, haga un trato con ellos Pendragon. Mi hijo y Quatermain a cambio de que yo me entregue y no, no voy a aceptar una negativa como respuesta. Si no hace el trato usted, Jack, lo haré yo. - Lo siguiente que iba a decir me resultaba demasiado doloroso, pero tenía que decirlo. - Estoy segura de que Jonathan podrá seguir ocupándose de mi pequeño me pase lo que me pase a mí.

Pendragon mira incredulo tanto a ti como a Jonathan cuando hablan. Después les dice:

- Usted Harcker parece un hombre muy moral para tratar a su ex esposa de esa manera. En especial si se tiene en cuenta que paso varias semanas fornicando con mujeres vampiro en el castillo de Drácula, en Transilvania... por lo menos eso leí.

Pendragon parece que cuando se lo proponia podía ser realmente muy insultante, pues Jonathan se puso rojo de ira y salió aireado de la casa.

Ya solos para poder conversar tranquilos. Pendragon te dice.

- Entiendo su interés en salvar a su hijo, Mina, pero entregarla tan facilmente solo hara que a su pequeño y a Quatermain los maten mas rapidamente. Es neceario saber donde los tienen y tener nuestras cartas bien estudiadas... - luego te mira y un dejo de pena se dibuja en sus ojos al decirte - Lo siento, Mina, pero debemos actuar con cuidado. Creame que haré lo posible y lo imposible para que vuelva a tener a su pequeño en los brazos. Ahora creo que hay una persona a la que podemos recurrir por ayuda.

No dije nada ante las palabras de Pendragon, aunque tampoco miré a Jonathan, hubiera lo que hubiera pasado yo me seguía sintiendo culpable por lo sucedido en el pasado, aunque eso no quería decir más que eso ya que comenzaba a aborrecer a mi ex como si fuera un fantasma.

Escuché las palabras de Pendragon, pero no las compartía, creía que lo mejor era n egociar, yo me entregaría gustosa si con ello le salvaba la vida a mi pequeño.

- Creo que debería hablar con esa gente y decirles que me entregará cuando mi hijo y Quatermain estén a salvo.. Si lo que quieren es a mí creo que negociarán sin ningún problema ¿ no?

Lo que no tenía claro era para qué me podían querer a mí, aunque suponía que para alguna clase de venganza o por si tenía algo de información que les pudiera hacer falta, porque por lo demás..

- Fue un error dejarme convencer para volver y fue un grandísimo error haber vuelto..

Strogoff, quie hasta ese momento se había mantenido en silencio, se acerca a ti y, de una manera muy paternal toma tu mano y te dice:

- Escuche, Mina, yo la entiendo perfectamente bien. Tengo hijos y nietos, pero creo que esos chinos no son de confiar. No debe ir asi como asi al encuentro de ellos. En especial si no sabemos aun donde encontrarlos. Miré, veamos que podemos recabar con el policía del que nos habla el señor Pendragon y le prometo que la apoyaré en lo que decida.

Hace mucho tiempo que no sentías la comprención y el reconfortante contacto con alguien que desea cobijarte en un momento como ese. Esa sensación es solo igualable con la que experimentabas cuando te padre te consolaba de pequeña.

Llegaba un momento en el que por muy fuerte que fuera tu caracter te derrumbabas y costaba mucho volver a levantar la cabeza. Aún recordaba las palabras de Pendragon diciendo que no podía continuar comportándome así, pero es que ahora mismo me sentía como si en mitad del pecho tuviera un agujero enorme, como si hubieran hecho que mi corazón se congelara y un enorme frío invadiera la zona, sin latidos, sin nada más que la sensación de estar perdida en el más negro y profundo vacío y sola, totalmente sola.

Agradecí muchísimo las palabras de Strogoff, que era lo más cercano a un padre que podía tener en aquel momento, y a pesar de que sus palabras me hicieron sentir algo mejor, volví a echarme a llorar. Si algo le pasara a mi pequeño y más sabiendo que la culpa sería totalmente mía no me lo podría perdonar en la vida, todo dejaría de tener sentido.

No pude hablar, no pude decir ni una palabra, tan sólo asentir. No podía pensar con claridad, tan sólo perderme en el vacío aquel en el que no veía ninguna luz a la que aferrarme.

Pendragon y Strogoff se encargan de atenderte solicitos. Jack te entrega un pañuelo y toma tu mano para reconfortarte. Luego, volviendo a ser el hombre encantador del principio, te dice:

- Si nos quedamos aquí poco es lo que podemos hacer. Vamos, Mina, saque fuerzas de la fraqueza, por su pequeño.

Entonces te ayuda a ponerte de pie y los guia a todos a una parte de su estudio, donde se encuentra una enorme biblioteca. Ahí, sacó un libro y se abrió una puerta secreta. Esto los lleva a un subterraneo lleno de todo tipo de armas y explosivos. Pendragon saca un par de pistolas, un rifle y varios cartuchos de dinamita. Le entrega armas a todos, incluyendote. Te da una pistola pequeña y un cuchillo.

Con esto, listo, todos vuelven arriba y salen para ir a solo dónde Pendragon sabía. En ese momento, una chica china se acerca con cara de pocos amigos.

Tenías razón. No podía quedarme quieta, sin hacer nada como estaba tenía que ser fuerte, por muy preocupada que estuviera tenía que intentar despejar un poco mi cabeza para poder ayudarle, para poder traerlo de vuelta.. si no lo conseguía nada más importaría.

Acompañé a los hombres y cogí las armas, aunque esperaba no tener que usarlas ya que no era demasiado partidaria de arreglar así las cosas, aunque sin duda, por mi hijo mataría a quién se opusiera a que lo encontrara.

Por lo demás permanecí sumida en un mutismo sepulcral, no tenía ganas de hablar ni de decir nada, aunque al menos, había dejado de llorar hacia ya un rato, para que ahora fuera una terrible ira la que se apoderada de mis más oscuros pensamientos.

Cuando la mujer apareció, dejé que fuera Pendragon quien tomara la iniciativa y hablara, después de todo, seguía siendo el " anfitrión y organizador " de todo este " jaleo ".

Como esperabas, el que tomo el control de la situación fue Pendragon, quien saca su escopeta y le apunta a la recién llegada al mismo tiempo que le dice:

- Yo soy Jack Pendragon. Si vienes de parte de los que se llevaron al señor Quatermain y  al hijo de la señorita Murray, deja tu mensaje y vete.

En ese momento una expreción de absoluta sorpresa se dibuja en la cara de la chica china, como si realmente estuviera en desconocimiento de lo que le hablaban. Por lo menos tu intuicion te decia que ella venñia por algun otra cosa.

Me acerqué rápidamente a Pendragon y le puse una mano en en hombro, para negar con la cabeza como diciéndole que esas no eran las formas, ya que daba la sensación de que la muchacha más que para amenazarnos o pedir el intercambio venía oara alguna otra cosa.

- Mi nombre es Mina Murray. - Dije a la muchacha oriental, presentándome y así haciéndole ver que cuando queríamos podíamos atender a razones. - ¿ Me parece que vienes a hablar con nosotros acerca de algo verdad? ¿ De qué se trata? - Pregunté ya que en realidad no sabía a qué se debía su visita, pero estaba dispuesta a averiguarlo, cosa que pegándole un tiro no íbamos a hacer seguro.