Partida Rol por web

El cíclope había caído y Luna sonrió satisfecha, aunque eso no era suficiente, ya que el centauro parecía no muy amigable. Con la distracción de Norte, de seguro no sería tan complicado apresarlo, así que pensó un poco y recordó a la insufrible Dolores Umbridge. Ella sí que la había hecho enojar, además que la había tratado como extraña. Ella era excéntrica, pero eso no justificaba el maltrato hacia una estudiante.

Entonces, Luna tomó aire, pensando que era lo único que podía ayudarles por el momento y al ver que Sonea parecía auxiliar a Asriel, Luna gritó - ¡Incarcerous! - ya había comenzado a practicar los hechizos no verbales, pero prefería hacerlo así en momentos difíciles como este.

Era un blanco en movimiento, lo cual complicaba las cosas, pero esperaba poder atraparlo con este hechizo.

Lord Asriel fue quien más tardó en levantarse, aturdido era la palabra perfecta para describirlo, a las palabras de Sonea respondió primero con un gruñido antes de hablar.

Estoy bien Sonea -Por la forma en que se levantó denotaba lo contrario, y de la misma manera una costumbre a estar en situaciones difíciles para un humano. Norte Gracias por salvarme la vida.

Tomó su arma, pero todavia veia un poco borroso debido al golpe como para unirse a la lucha.

No se distraiga por mi joven Sonea.

Detras de el, Stelmaria estaba a salvo pero aunque ella no había recibido herida alguna, su aspecto felino compartía los malestares de Asriel.

Alguien que pueda reportar la situación. No quiero otra sorpresa como el portal.

Entre todo el caos debía saber que ocurría, además estaba tratando personalmente sus heridas.

Uno de los centauros que corría hacia ustedes fue a chocar contra la espada de Norte, el ruso logró darle un espadazo pero no lo suficientemente fuerte como para hacer que el centauro termine de luchar. Como respuesta por el golpe la criatura se encabritó y levantó las piernas hacia la cara del hombre casi golpeándolo.

El otro centauro que corría fue presa del hechizo de Luna, unas cuerdas invisibles ataron las patas traseras de la criatura lo que la hizo irse de boca contra el suelo. Una vez en el frió asfalto de Nueva York el centauro luchaba contra unas cuerdas que no podía ver para liberarse del hechizo de la joven.

A su alrededor podían ver como los esfuerzos conjuntos del Campamento Mestizo, Jupiter, la Casa de la Vida y el Hotel Valhalla empezaban a dar frutos y hacían retroceder a un ejercito que ya no podía recibir refuerzos. En los cielos no lograban ver más que luces, por lo que los dioses seguían luchando, pero era imposible saber la suerte que estaban corriendo en ese combate.

Sonea asintió con severidad con la respuesta de Asriel y respetó el hecho de que no quisiera ser tratado por ella, aún así se mantuvo a su lado porque pensaba que no podría defenderse si era blanco de alguna de esas criaturas extrañas. Sin embargo, cuando apenas comenzaba a tratar de discernir qué estaba pasando en el cierlo, miró por el rabillo cómo Norte era casi herido por ese hombre mitad humano mitad caballo, por lo que abrió los ojos y le gritó.

-¡Lord Norte! ¡Cuidado!-y en un intento de protegerlo, comenzó a invocar un destello rojo intentando paralizar a aquél ser que amenazaba la integridad de su compañero.

Stelmaria sentía todos los eventos de Asriel, ella misma estaba adolorida, respetaba que fuese un dos patas guerrero, solo que sentía la necesidad de cambiar su modo.

Prrr….

Le dijo, él sabía lo que quería decir, así que comenzó a olfatear, buscaba una bestia de metal, uno de esos monstruos de los que tanto gustaban los humanos, de tamaño robusto y rugido fuerte, los conocía de vista.

Salto de un lado a otro buscando, esas bestias de acero no eran buenas para pelear, pero ella buscaba una que si lo fuese.

Arremeto nuevamente contra la bestia que hay frente a mi, veo un destello rojizo pasar cercano tras las palabras que asumo son de Sonea.

-Lo tendré- pienso al hundir mis armas en la piel de la bestia.

Abro otra herida en la bestia...

Sacudí la cabeza. No podía quedarme en mis pensamientos tanto tiempo y menos en una situación como esta. COmo pude, me acerqué a Sonea y saqué la Neutrinno 2000 de la mochila buscando con la mirada el primer blanco al que disparar, esperando que no fuera tarde. Al menos haría algo.

-¡Sonea! ¿Qué ha pasado mientras estábamos dentro? ¿Quiénes son todos estos? -pregunté al tiempo que descargaba un disparo sobre el mismo ser al que ella estaba apuntando, el que se acercaba a Norte. 

Geralt esquivó las piedras con una voltereta lateral a una mano si soltar con la otra su espada de plata. En cuanto se incorporó, vió como una de las rocas golpeó a Lord Asriel y se temió lo peor. Su primera reacción fué acudir en su ayuda, pero Norte se le adelantó Seguro que estará bien.

No se equivocó el Brujo, ya que Lord Asriel enseguida se puso de pie y continuó luchando junto al resto del grupo. En el momento que Geralt iba a unirse al ataque contra el Centauro, Artemis apareció preguntando que había pasado durante su ausencia. Aunque había preguntado a Sonea, Geralt se tomó la libertad de responder - Una pequeña escaramuza. Por suerte nos están ayudando unos aliados de Percy. ¿Qué ha ocurrido dentro?

Si bien el grueso de los veículos de Nueva York estaban estacionados en estacionamientos subterraneos o grandes edificios de estacionamientos. Stelmaría logró encontrar una camioneta Ram estacionada al costado de la calle, la misma no estaba demasiado lejos por lo que el hombre y el daimonion no tuvieron ningún dolor por la separación física.

Del otro lado el combate empezaba a decantarse por la Liga, las dos chicas hicieron un esfuerzo cada una con sus herramientas para paralizar a los centauros. Al parecer en Hogwarts y en el Gremio enseñaban lo mismo pero con un enfoque diferente. Triste fue la fortuna de los centauros cuando el resto de la liga cayó sobre sus cuerpos paralizados.

Las espadas gemelas de Norte y la pistola de energía de Artemis lograron limpiar los cuerpos de los centauros borrandolos de la faz de la tierra. Fue en ese momento que escucharon un grito horrible en los cielos. Se prendió una luz cegadora y los ejercitos de monstruos empezaron a retirarse.

Asriel subió al vehículo, el momento que tardó en ponerlo en marcha fue en lo que reconoció como funcionaba la tecnología de ese mundo.

Gracias Stelmaria -Acaricio a su Daimonium. Vamos, debemos apoyarlos.

Aquel debía ser un mundo pacífico, pues aunque Asriel busco armas, estas eran inexistentes dentro del transporte.

Chicos -Alzó su voz a sus compañeros que tenía cerca. Alguien que suba, esta cosa es un transporte. Debemos movernos rápido.

Desconocia si algo de lo que ocurrido en el cielo era indicio de  una victoria aliada o enemiga.

Concentrada en que el azote diese en el blanco, Sonea no pudo evitar mostrar alivio al darse cuenta que Artemis estaba a salvo. Incluso, por menos de un segundo se pudo notar que sus ojos brillaban aunque ésto se podía malinterpretar por los hechizos arrojados que daban dicho efecto. A pesar de ello, la joven aprendiz se quedó callada porque Geralt había respondido por ella y porque se notaba que el combate terminaba para su lado.

No obstante, el grito en el cielo le tomó por sobre aviso y dedicó una mirada hacia arriba, frustrada de no saber qué estaba pasando exactamente.

-Iré arriba-exclamó Sonea y debajo de ella se canalizó un disco brillante de energía que rápidamente perdió intensidad y se elevó unos centímetros. Parecía que estaba levitando con los pies firmes si no fuera porque aquella canalización mágica era casi invisible-¿Quién viene conmigo? Solo puede una persona... y los demás que vayan con Lord Asriel.

Los centauros enormes habían caído y las tropas comenzaban a retirarse cuando un grito en el cielo me hizo detenerme en seco.

Volteé al notar a Asriel y Sonea, cada uno en una suerte de vehículo, pidiéndonos que subamos a los mismos. No sabía cual era más peligroso pero, como volar era algo habitual para mí, salté sobre el disco flotante.

-Vamos señorita- le dije -hay que averiguar que está pasando-. Prefería viajar sentado pero eso no estaría tan mal. Cuando el disco comenzaba a elevarse le comenté -esa magia de parálisis fue muy útil... ¿Se podría implementar en un arma?-.

-Entiendo, gracias -respondí a Geralt con un asentimiento de cabeza. 

Sonreí a Sonea cuando me miró, agradeciéndole en un gesto mudo que se preocupara por mí. Entonces Asriel, que había cogido un coche, nos instó a que subiéramos y ella ofreció un disco volador también que Norte aceptó enseguida. Éramos demasiados para el coche de Asriel, por grande que fuera; así que, adivinando las intenciones de la hechicera, saqué las alas libélula y me las coloqué, abrochando bien las cintas y activándolas para volar, pero no la vibración para hacerme invisible. 

-Os sigo -afirmé mirando a ambos con una expresión determinada en el rostro y la Neutrino bien firme en mis brazos, mientras las alas me elevaban unos centímetros, como queriendo demostrarlo. 

El grito en el cielo hizo que Geralt se pusiera en guardia esperando lo peor; pero para su asombro, el ejército de monstruos comenzó a replegarse - ¿Que demonios...? Antes de que pudiera fijarse mejor, Lord Asriel apareció con una cosa negra enorme asegurando de que se trataba de un transporte

- Por lo menos no es un portal Pensó el brujo mientras subía siguiendo las indicaciones de Lord Asriel. Hubiera preferido subir con Sonea en el disco, pero Norte se le adelantó.

Cuando Sonea dejó claras sus intenciones de ir hacia las luces del cielo, Annabeth se plantó frente a la chica gritando desaforadamente.

¡No se te ocurra subir allí arriba, por lo que más quieras no lo hagas!

El grito era enfermizo y lograría hacer que cualquiera le prestara atención enseguida. Al ver que se giran hacia ella empieza a calmar la voz.

¡Lo que está ahí arriba es incomprensible para nuestras mentes! Los dioses están luchando contra el que envió todas estas criaturas, nosotros los mortales no podemos ver a los dioses en su máximo esplendor sin ser pulverizados. Si yo no puedo ver a mi propia madre en su forma real ustedes no tienen ninguna oportunidad de subir allí arriba y ver lo que está pasando sin morir.

Mientras la chica decía esto notaban que los monstruos empezaban a atacar cada vez menos, incluso algunos se batían en retirada.

Lo único que podemos hacer nosotros es matar a tantos monstruos como podamos antes que se retiren. ¡Campamento Mestizo conmigo por el Monte Olimpo ataquen!

El grupo de campistas corrió tras los monstruos que se estaban batiendo en retirada.

Lord Asriel al escuchar las palabras de la joven y viendo que los enemigos huían grito.

¡Señorita Anabelle, capture a alguno que pueda hablar!

Debemos obtener información.

No le gustaba las matanzas innecesarias pero apreciaba la ironía de una buena contienda.

Aun así debía hacer todo de lado para saber cual seria el siguiente movimiento del enemigo, además sospechaba que Luna, Sonea o Gerald podrían leer la mente de alguno de los enemigos si capturaban a uno inteligente.

El no tenia la fuerza, aceleró en dirección a uno de esos centauros, ni tenía poderes para hacer frente a esas bestias míticas, al menos sabía que ellos podían hablar, pero si los atropellaba dudaba matarlos, eran resistentes.

Sostente Stelmaria.

Sonea estaba dispuesta a irse junto a Norte y Artemis cuando fue interrumpida por la chica/amiga de Percy y se detuvo a una altura considerable escuchándola. Por los nervios y porque en ese momento no estaba concentrada en ser firme, el rostro de la aprendiz se desfiguró en una evidente forma de frustración y torcía su boca ante dicha negativa de su acción. Arqueó su ceja por la posibilidad de que su mente no comprendiese lo que miraba, pero había aprendido que cada mundo tenía sus propias reglas incluyendo del que ella venía. Se cruzó de brazos y miró a sus dos compañeros a modo de disculpa.

-Será para otra ocasión...-expresó decepcionada. Descendió el disco con su mente a una altura adecuada para que Norte bajase con cuidado, pero no lo desvaneció de momento-. No todos cabemos en esa... cosa... que... parece un carruaje... con ruedas... que no son de madera... y no confío en eso... prefiero irme en este disco-aunque lo decía dudosa, era firme en no meterse en dicho vehículo desconocido para ella. Si de por sí estar de pie en el camino cubierto por esa cosa dura negra y ver edificios de gran altura que solo podían ser concebidos de esa manera con magia le daba desconfianza.

-Y Lord Norte... nosotros podemos imbuir de magia los objetos... pero darle propiedad de paralizar no... si no tenemos cuidado podemos hacer explotar y causar daños. Solo podría dar energía extra para potenciar o moverlo con la mente.. en el reino cargamos piedras para lanzarlas y causar daños...-en ese instante Sonea no pudo evitar recordar cierto evento que sin querer marcó su vida para siempre y por breves segundos su rostro palideció, pero rápidamente negó con la cabeza para desechar esa memoria-... Si lo notó, usé dagas al principio para atacar, pero no para dar algo extra. Aunque permítame decirle que es una idea que recibirían muy bien los Magos Guerreros del Gremio...

Luego de esto se quedó callada, esperando a que Norte decidiese si bajar o no. Mientras tanto se quedó al lado de Artemis esperando ver qué hacía el chico y observa a Asriel haciendo algo en lo cual no se entrometería. Ha estado usando mucha de su energía y requería reposar.

Luna apresó al centauro con facilidad y pudo notar que la magia de Sonea era similar a la suya. Luna miró a Sonea y le sonrió sin más, pensando que le gustaría que su padre la conociera. Luna no tenía muchos amigos, después de todo.

Un grito amenazador vino del Olimpo y todos se disponían a subir, cuando Luna recordó que ella podía aparecerse. Después de todo, ya conocía el lugar. Entonces, Annabeth habló y trató de detenerlos. ¿La forma corpórea de su madre? Vaya, eso era un concepto nuevo para ella, ya que todos los monstruos en su mundo tenían una forma determinada. Luna escuchó a Asriel decir que necesitaban información y señaló al centauro que estaba atrapado sobre su red. Ella podía hacerlo y aunque no era su magia favorita, de hecho la consideraba de magos oscuros, era lo único que podría ayudarles.

- Yo puedo invadir la mente de este centauro con un hechizo - lo señaló con su varita -, pero puede ser peligroso. Si algo sale mal, no sé qué sucederá. En mi mundo, esta magia era usada por los magos oscuros, así que se le considera magia peligrosa. Pero si es para conseguir información, yo puedo hacerlo - Luna miró a Sonea, quien era la otra persona que manejaba su mismo arte allí y, con una sonrisa amable y gentil, le hizo una petición - Espero que puedas ayudarme de alguna manera, si las cosas salen mal - entonces, se hizo frente al centauro, respiró profundo y anunció su hechizo con voz calma, aunque sus manos temblaban.

- Legeremens -.

Medité las palabras de la maga durante un tiempo dudando ligeramente si esto era así. Él sabía que podía dotar de magia a ciertos objetos si tenía el tiempo necesario.

Mesé mi barba durante un tiempo mientras Luna sugería invadir la mente del centauro, miré entonces a Sonea, parecía agotada tras el combate y eso era comprensible.

-No es peligroso, son armatostes de metal movidos por una forma de alquimia muy avanzada- le comenté señalando a la camioneta -es decir, es tan peligroso como cualquier otro medio de transporte- pensé en bajar de su disco para no drenar más energía de la necesaria pero luego recordé la forma en que ella usaba su magia, ya la había usado, ahora habría que saber aprovecharla.

-Viajaré a su lado si no le molesta, señorita- dije alcanzándole un pañuelo para que limpiara su cara de transpiración. Irónicamente Norte estaba bañado en sangre, pero el pañuelo estaba limpio.

Geralt estaba subiendo al medio de transporte de Lord Asriel cuando la amiga de Percy comenzó a gritar. Las palabras de la joven resonaron en los oídos del brujo, y por un segundo deseó subir arriba para ver esa batalla Parece una batalla digna de contemplarse 

No pudo pensar mucho más en esa batalla, ya que Lord Asriel puso en movimiento el transporte en dirección a uno de los centauros. Geralt estaba preparado para lanzar la señal de Yrden a uno de ellos y así atraparlo, pero Luna se le había adelantado y ya tenía a uno de ellos atrapado. Salió del coche y, desenvainando su espada de plata, se colocó al lado de Luna para protegerla por si el centauro intentaba algo - No temas, yo te protegeré.