Partida Rol por web

Me dolía la cabeza un poco y me encontraba algo aturdida tras el viaje. Con un poco de suerte no tardaría en acostumbrarme a este nuevo lugar. Mientras buscaba algo de flora que reconociera miraba a mis compañeros, que por un momento me parecieron extrañas. Incluso yo misma no me sentía normal - Algo realmente raro cuando has vestido tantas caras distintas - reflexiono mientras empiezo a atender a la conversación de los demás.

- Arya... Stark - dudo por un segundo al ver la expresión de Sonea. Finalmente añado mi apellido - Me he ganado el derecho a usarlo después de este tiempo.

- ¿Subir a la luna? - pienso mientras intento no mostrar sorpresa - Siempre hay una primera vez.

Sigo atenta a la conversación sobre el mal y la oscuridad - En poniente lo llamamos invierno - pienso, quizás de forma cínica.

- Mejor apresurarnos entonces - añado entonces con un tono sombrío, sintiendo el cómodo tacto de la empuñadura de Aguja bajo mi mano izquierda.

Por un momento se pudo ver que Sonea se ruborizaba un poco, pero tal vez era por los viajes que hacían, porque últimamente trataba de ayudar y así sobresalir en vez de mantenerse en bajo perfil como siempre lo hacía.... o algo más. No obstante, algo le hizo retroceder con incredulidad y sorpresa.

-¿Ir a la Luna? ¿Es en serio?- a lo que podía discernir, cada mundo poseía una Luna como ella; puede que diferente, pero al menos todos compartían este hecho y hasta donde ella sabía, en su mundo era IMPOSIBLE acceder hasta esa cosa fuera de su planeta... Si Rothen supiera por todo lo que estaba viviendo-... ¿Es seguro? 

Apenas iba a preguntar lo del ascensor cuando Alatriste le ganó y Artemis respondió. Había mecanismos similares en el reino donde vivía, pero solo aplicaba a estructuras enormes o simplemente levitar como ella lo hacía. Ansiaba ir a su mundo y estar por fin en algo normal.

Lord Asriel asintió a las explicaciones. De igual manera agradeció a Artemis por la explicación del elevador.

A la luna será entonces.

Iremos juntos, agregó que muchos de los elevadores parecen cajas. Si alguien sufre en espacios pequeños, por favor que lo diga.

Se preguntó si eso servirá, nunca vio un elevador a la luna por lo que tampoco era seguro si tenia la forma convencional.

¿Vamos?

El ascensor era una torre de vidrio que se encontraba en el centro del árbol gigante. Al mirar al cielo no podían ver donde se terminaba el tubo, solo lo veían desaparecer entre las últimas copas del gran árbol que daba forma a Santoff Claussen. Al entrar en el tubo de vidrio, las puertas se cerraron y debajo de ustedes apareció una superficie blanca que hacía de piso.

Buen viaje amigos, espero que no le tengan miedo a las alturas. Aunque siempre sirve cerrar los ojos.

En ese momento el ascensor se activó y empezaron a subir a una velocidad alarmante, en menos de un segundo, Santoff Claussen dejó de ser un árbol gigante y empezó a parecerse a un trébol en la hierba. Si miraban hacia arriba podían ver la Luna. Lo que antes había sido un pequeño punto en el cielo ya parecía un planeta tan grande como la tierra.

Ninguno sabría decir cuando, pero en un momento el ascensor se invirtió. No habían sentido nada que les dijera que esto había pasado, pero podían ver como habían dejado de "subir" y ahora descendían hacia la superficie lunar con relativa calma.

Al llegar a la Luna vieron dos cosas, la primera eran unas criaturas alas de gran tamaño, a simple vista hacían acordar a las mariposas por sus colores, pero no lo eran. Eran polillas lunares, estas criaturas volaban tranquilamente de un lugar al otro de la Luna, parecían no darse cuenta que un grupo de extraños acababa de llegar.

Detrás del campo lleno de polillas, encontraron lo que parecía un antiguo templo budista. Desde donde estaban ustedes no podían ver a nadie, pero no parecía estar abandonado.

El viaje de Nicholas pudo describirse en un cerrar de ojos y un tarareo suave de alguna pegajosa tonada. En el fondo jamás le había gustado viajar en cosas que el no controlara. La nave era apenas tolerable y porque no sentía que se moviese, los barcos eran otra historia.
Odiaba esas cosas.

Cuando llegaron miró al resto y les dijo -vamos hacia el templo, ¡no hay tiempo que perder!-.

Geralt agradeció la explicación que hizo Artemis sobre los ascensores, ya que él tampoco sabía que era.  Respiró hondo cuando se subió al ascensor y se preparó para lo peor. El viaje fué rápido y, aunque pensaba que sería similar a viajar entre portales, le sorprendió lo divertido que había sido Esto si es viajar, y no esos malditos portales

No le habían contado nada de la Luna, y no sabía que esperarse, así que tendría que hacer caso a su instinto. Lo primero que vió, fueron unos seres similares a las mariposas pero de enorme tamaño y se preparó por si eran hostiles. En su mundo, había insectos de gran tamaño que podían acabar con la vida de un humano en un abrir y cerrar de ojos, pero esas mariposas no parecían hostiles. Como las mariposas no parecían atacar y Norte les apremió en que se dirigieran al templo a toda prisa sin preocuparse en los insectos, Geralt se olvidó de estos y comenzó a caminar hacia el templo - Vamos.

-Un segundo... -retuve un momento a Geralt a mi lado, justo donde nos había dejado el ascensor- Necesito tu ayuda, amigo. A ver si puedes encontrar alrededor del ascensor rastro de alguna huella que no sean las nuestras. No estaría de más saber cómo se lo llevaron, si utilizaron el ascensor o no... Si no lo utilizaron, eso nos daría una pista de cuán inmenso es su poder. Por otro lado, Sonea, ya has rastreado magia antes: creo que aquí encontrarás mucha, pero, ¿serías capaz de detectar algún trazo de magia que no perteneciera estrictamente al funcionamiento del ascensor o a la propia luna?

Mientras decía aquello, yo mismo me dediqué a examinar los alrededores, buscando cualquier pista que me pudiera decir si alguien, aparte de nosotros, había pasado por allí últimamente... Preferiblemente alguien cargando un peso considerable, presumiblemente llevando al Hombre de la Luna inconsciente*. Mi mente calculó todas las posibilidades por las que se podría secuestrar a alguien allí y, por desgracia, todas pasaban por la magia. Así que, en realidad, podrían haberlo hecho de cualquier forma. 

- Por los Dioses - se me escapa cuando el ascensor empieza a subir a toda velocidad.

¿Sería este árbol como los de los primeros hombres de Poniente cuando era joven? - no puedo evitar pensar mientras veo como el Gran Árbol pasa alrededor de nosotros. Miro con ojos curiosos como el paisaje va cambiando poco a poco hasta que "bajamos" a la Luna.

- ¿Qué son esas cosas? - pienso al ver las polillas lunares - Son hermosas, ¿serán peligrosas? - pienso mientras barro con mi mirada la superficie lunar y la zona entre nuestra posición y el templo.

- Estoy lista - digo mirando a los demás.

Lord Asriel recordó con esa misión lo platicado con Aticus. Cuando Norte se lanzó como el primero, solo alcanzó a ver como Arya dijo estar lista.

Nos dividiremos, Arya ¿Podrías cuidar las espaldas de Norte?

Se giró a los demás, veía a Artemis planeando algo por lo que dividirse parecía lo más adecuado.

Norte necesitará apoyo, que alguien más lo apoye.

El mismo examinó el lugar tratando de buscar rastros de magia fuera de lugar, si este era el mundo de Norte, las habilidades del Pich deberían dejar una huella oscura, tal vez su conocimiento teórico de magia en otros mundos podría ayudar aquí.

Temerosa, Sonea tuvo que confiar en que aquella cosa fuese segura y no ocurriese nada grave, pues le parecía muy largo sin poder ver hasta dónde terminaba e hizo caso de la sugerencia de Ombric para cerrar sus ojos con gran fuerza cuando inició el viaje. Una sensación de vacío y mareo se hizo presente en su cuerpo y no pudo evitar marearse y recargarse en la cosa enorme de cristal esperando que no se rompiese por su peso; pero a la misma velocidad el recorrido terminó y fue de las primeras en salir a prisa para poder sentir suelo firme.

Retrocedió al ver a las criaturas, pero rápidamente notó que eran inofensivas porque no tomaron alguna actitud agresiva o de defensa y suspiró de alivio. Miró como Norte, seguramente y con obvias razones preocupado, se iba al edificio que le recordaba a una estructura antigua que le describían sus libros de historia; pero se detuvo porque recordó que ayudaría a inspeccionar la magia para ver qué detectaba y escuchó la petición de Artemis.

-Es posible, haré lo mejor que pueda-y cuando Arya quiso seguir a Norte iba a sugerir algo que Lord Asriel le ganó y solo quedó reafirmarlo-. Él tiene razón, los que podamos rastrear magia o energías podemos quedarnos y los demás vayan con Lord Norte y Arya.

Y dicho esto, activó sus poderes y habilidades de rastreo basándose en la magia del sitio. Todos dejaban una huella por su forma de caminar, de moverse y de su propia existencia; había visitado sitios donde la magia era algo de todos los días, que era solo para seres superiores que iban más allá de los mortales u otros modos de "magia", así que esperaba usar todo ese conocimiento para lograr diferenciar la energía de ese mundo (la cual era del propio Norte y debía serle familiar de identificar) y alguna ajena o de naturaleza distinta. 

-Yo acompañare a lord Norte, la mejor forma de ser util es dandole apoyo.

 Asiento cuando se dirigen a mi y le hago un gesto con la cabeza a Alatriste dando a entender que le he oído.

 Empiezo a andar a paso vivo mientras me fijo en mis alrededores, buscando cualquier tipo de huellas que no sean las nuestras o restos de cualquier tipo de vida que no sean las polillas lunares.

 Mientras voy avanzando con mi mano izquierda sobre la empuñadura de Aguja, mi visión se fija en los detalles del templo, intentando buscar cualquier detalle reconocible de una religión conocida para mí. 

Geralt detuvo su avance hacia el templo cuando Artemis le pidió que buscara huellas cerca del ascensor. No sabia nada acerca de quien vivía en la luna ni de cómo serian las huellas del hombre de la luna, pero no perdía nada por echar un vistazo. 

Geralt se concentró en el suelo de alrededor y, usando sus sentidos de brujo, buscó huellas que no pertenecieran a ningún miembro de La Liga. Sus sentidos de Brujo, adquiridos durante la prueba de las hierbas, eran similares a los de los animales y le permitían ver, oler y oír cosas que ningún otro humano convencional sería capaz. 

El grupo se separó y empezó a investigar los alrededores, algunos solo con su vista y otros con herramientas más mágicas. De todas formas, no encontraron polvo movido, ni zurcos en la tierra de la luna. Las cosas parecían que no iban a llevarles a nada hasta que vieron las polillas lunares.

Si bien muchas de las polillas lunares eran efectivamente polillas, algunas no eran seres vivos sino que eran robots. Si las miraban con atención podían ver que en lugar de ojos esas criaturas tenían unos lentes, las alas eran metálicas y los pelos del cuerpo eran cualquier cosa menos pelo real.

No tenían forma de saberlo, pero en el fondo todos sentían lo mismo. Esas polillas los estaban observando y estaban esperando el momento adecuado para atacarlos.

Mientras cada quien se encargaba de buscar o dirigirse al Templ, Sonea inspeccionaba la zona tratando de rastrear algo… lamentablemente en balde. No podía detectar alguna energía o magia que le permitiese descubrir algo, aunque mientras lo realizaba notó que algunas de las polillas no parecían tener una constitución propia de esas criaturas. No lo comprendía, pero algo le decía que no eran insectos “naturales”: sus ojos carecían de vida, las alas eran de una constitución que le recordaba a la aleación de las espadas que algunos guardias de Imardin e incluso de objetos que usaba en clases y los pelos no eran tan fluidos como los que ella llegó a conocer de otros animales e insectos.

-Díganme que alguien más nota algo extraño en estas criaturas.

Podría estar alucinando, pero mejor lo comentaba antes de hacer algo imprudente.

Esperando que no sea demasiado tarde llamo a Norte:

- ¡Norte! Ven un segundo - digo intentando mantener un tono neutro para no alertar a quien pudiera estar controlando los robots - hay que mantener la cabeza fría - pienso.

- Algunos de esos bichos no son naturales, sino que son otra cosa - digo ante la pregunta de Sonea - No sé si los están controlando o qué, pero puede que nos estén vigilando. Estad atentos - digo mientras me preparo para desenvainar a Aguja ante el menor indicio de ataque por parte de las polillas - esto está a punto de ponerse complicado - pienso - relájate - reflexiono mientras dejo que la tensión salga de mis músculos, para mejorar mis movimientos.

Pese a sus sentidos de brujo, Geralt no encontró ninguna prueba de que nadie hubiera pasado por allí, pero si que advirtió algo raro en las polillas gigantes. Fijando más su vista en ellas, se dió cuenta de que algunas no estaban vivas, si no que parecían marionetas de metal ¿Qué clase de hechizo es ese?

Antes de que pudiera decir nada, sus compañeros empezaron a percatarse de lo mismo, y Geralt llevó lentamente su mano derecha hacia la espada de acero que tenía en la espalda. Buscó con la mirada a Norte para ver si podía darles alguna explicación mientras preparaba la señal de Quen con la mano izquierda.

-Si, muchacha, lo sé. Creo que son robots y creo que nos están inspeccionando... Tengo una idea- dije finalmente sin acercarme más al templo.

Me dirigí a una de aquellas robo-polillas y la saludé con mi mano en alto -hola polilla- le dije -nuestra intención no es hostil hacia ustedes, simplemente buscamos al Hombre de la Luna-.

El estúpido insecto mecánico podía ser útil si los conducía con el desaparecido, pero si no bién podría abrirlo para examinarlo.

Asriel no conocía sobre las polillas lunares, pero ver metal en algunas de ellas saltó tanto sus sentidos como los de Stelmaria.

Joven Artemis, Sr Geralt, espero que alguno sepa lidiar con insectos pues estos bichos son mas de lo que aparentan.

A lo lejos vio las acciones de Norte. ¿Tal vez él conocía algo?

Insectos de metal… sin importar como estan aquí o funcionan, debemos evitar que nos toquen.

Al percatarme de aquello, asentí a Lord Asriel y a los demás. 

-Si son insectos robot, entonces responden a algún tipo de energía eléctrica o mecánica. 

Rebusqué un momento en la mochila y finalmente saqué un par de cosas que andaba buscando. Una de ellas era un emisor de pulsos electromagnéticos y el otro un simple megáfono. Desmonté el megáfono y rápidamente coloqué un par de sus piezas en el emisor de pulsos electromagnéticos: de este modo, el pulso sería lanzado en todas direcciones alrededor del aparato, cubriendo así la totalidad del terreno que nos rodeaba. 

En ese momento escuché a Norte intentando hablar con uno de esos bichos, pero dudaba que lo fuera a conseguir; más parecía que eran hostiles. Así que levanté el aparato por encima de mi cabeza. Lo había programado con la suficiente potencia como para que cortocircuitara a los bichos, pero no demasiada como para dañar a organismos vivos. 

-Sentiréis todos una breve descarga electromagnética, pero no os preocupéis, no es malo ni dañiño -avisé, justo antes de accionar el mecanismo y emitir el pulso electromagnético a mi alrededor.