Partida Rol por web

Uggg...algo de esa bandeja de dulces me hizo mal....Ugggg....
Jallarzi...me envió un mensaje mágico...uggg...mientras yo comía y comía. Estaban atacando su torre! Creo que esos bollos de grasa y miel me hicieron daño...Huyyyy uyuyyyyy!
Cuando salí para volar a ayudarla, unos hombres me vieron y me persiguieron!
No eran amigos! Y olían muyy mal! No como los pasteles del chef del Fenix Dorado....

Zenram se acerca e intenta curar su enfermedad...sin embargo.

Mira hacia todos los lados intentando encontrar al que le habla, pero con escaso éxito. Las habilidades telepáticas de la criatura son demasiado extrañas para el semiorco, que con el ceño fruncido se limita a contestar a Zenram.

- Prag irá contigo. No sabe quien es esa mujer, pero necesita ayuda y Prag se la dará.

La criatura estaba enferma, por lo que decia, y el paladin intentaba ayudarla, ella también se acercó para examinarla pidiendiéndole permiso para hacerlo, obviamente - dejame ayudar - habló despacio, como siempre lo hacia cuando atendía a alguien. 

Te das cuenta de que la Pseudodragona está envenenada! Algo le han dado de comer y está muy grave!
En poco tiempo podría morir, o quedar en coma al menos...!

- Laura, liego de un acucioso examen de la criatura, se da cuenta de su estado, retira, sus manos con una evidente perturbación en su rostro - está envenenada...- dice sentenciosa a sus compañeros - alguien tiene algún antídoto? o algo... vamos, debemos llegar lo antes posible donde podamos conseguir uno... - además de llegar donde aquellas personas - no, mejor...Prag, Zeram, Alma, vayan donde esa persona...- claro, podía correr peligro, en consideración del estado de esa critura - yo me encagaré de ella, ¿de acuerdo? - les dice, esperando también que alguno tenga algún antídoto, en eso recuerda que tiene una botellita, aún, rebusca en su morral, abrieéndolo, para darle el líquido, esperando que resulte

- estará todo bien...- le dice con tranquilidad, aunque por dentro estaba nerviosa - vamos... vayan, yo me encargo de ella..- les dice a los demás ya casi en una orden más que en una petición.

- Laura, liego de un acucioso examen de la criatura, se da cuenta de su estado, retira, sus manos con una evidente perturbación en su rostro - está envenenada...- dice sentenciosa a sus compañeros - alguien tiene algún antídoto? o algo... vamos, debemos llegar lo antes posible donde podamos conseguir uno... - además de llegar donde aquellas personas - no, mejor...Prag, Zeram, Alma, vayan donde esa persona...- claro, podía correr peligro, en consideración del estado de esa critura - yo me encagaré de ella, ¿de acuerdo? - les dice, esperando también que alguno tenga algún antídoto, en eso recuerda que tiene una botellita, aún, rebusca en su morral, abrieéndolo, para darle el líquido, esperando que resulte

- estará todo bien...- le dice con tranquilidad, aunque por dentro estaba nerviosa - vamos... vayan, yo me encargo de ella..- les dice a los demás ya casi en una orden más que en una petición.

Laura trata de hacer algo por la dragona envenenada, pero sabe que sin los purgantes necesarios no hay mucho que pueda ayudarla. Evidentemente ha comido algo que le habian preparado, y se encuentra muy mal.

De pronto, la pseudodragona balbucea telepaticamente...
Ohh...dolor...dolor en mi pancita...uyuyuy...deben haber sido esos bollos azucarados...uy...eh? Ese olor! Ese olor a podrido...otra vez no!...ay ay,....

La dragona, mira hacia la ciudad, y abre y cierra el hocico, como olfateando algun aroma que reconoce.

De repente, un grupo de hombres vestidos con ricas ropas se acerca corriendo por el camino. La mayoría lleva ballestas cargadas, y señalan hacia Edwina en cuanto la ven.
Ahi está! Dice uno de los nobles.
Edwina, trata de alzar vuelo, pero por el veneno no logra más que aletear torpemente.

A la pobre la habían envenenado, y claramente Laura no podía quedar impávida sin intentar hacer algo por la dragona, por eso les pedía   a sus compañeros que fueran donde la mujer que habían mencionado, pues, si vida corría peligro, sin embargo, antes que eso sucediese, un grupo de hombres aparece de la nada,  eran nobles, asume por sus ropajes, Laura aún mantiene a la dragon cerca de ella, quien infructuosamente intenta levantar el vuelo, así que la clérigo se pone de pie avanzando delante del grupo para detener a aquellos nobles.

- ¿ que sucede ? - pregunta, manteniendo la calma al enfrentarlos.

El guerrero observa a detalle las fachas de los individuos cuyo apestoso olor traiciona las bellas vestimentas...

Frunce el ceño mientras observa a los recién llegados, aunque no consigue distinguirlos claramente.

Estos sujetos, no parecen nobles en lo más mínimo. Por como se mueven, por la forma en que sostienen sus armas, con la suciedad en cuellos y mangas, bajo las costosas ropas.
Ademas, es extraño ver a un grupo de nobles, sin ningun plebeyo o guardia que le siga, portando armas tan peligrosas como las que llevan.

Notas que los hombres estan bastante sucios bajo las ropas. Cuellos y manos pegoteadas con sudor, barro y grasitud.

Los nobles, señalan a Edwina y apuntan con sus ballestas a la dragona.
Mientras tanto, dos de los importantes señores, se acercan unos pasos hacia vuestro grupo, y con voz seria y formal les ordena.
Señores, esto es asunto de Falkongris. Será mejor que se aparten de ésta peligrosa criatura, es un dragon muy feroz, y podrían salir lastimados!
Al ver las armas y armaduras que portan, su colega agrega.
Ayuden a rematarla, y la ciudad los recompensará!

Ellos! Ellos huelen igual a los que me perseguían! Ahhh, mi pancita!!...dolorrr!... chilla telepaticamente la pseudodragona

Claro!! El paladín desenvaina a "justicia" y sonríe al tiempo que mira de reojo a sus compañeros esperando que entiendan sus palabras... Alma, podrías dar a estos hombres nuestra respuesta formal...

Mira a la pequeña criatura y frunce el ceño mientras coloca despacio su hacha entre las manos.

¿Esta cosa tan pequeña es peligrosa?

Al ver al paladín desenfundar su espada, los tres nobles que están algo más atrás se abren, buscando un angulo para disparar sus saetas.
Por primera vez, parecen notar el aura de luz que emana de Alma de Fuego, con lo cual uno de ellos alza su ballesta y le lanza un pivote al grito de.
Matemos a la bruja! Ya nos encargaremos de la drogona después! Jajaja!

Otras dos saetas vuelan para clavarse en prag y zenram. Este ultimo tiene suerte, y el pivote pasa a pocos centímetros de su cabeza.
Mientras tanto, los dos hombres que se hallaban al frente, cargan contra Prag y Zenram, alcanzando a los valientes aventureros con sus excelentes espadas de acero que no tarda en tornarse de rojo sangre.

Más atras, corriendo por el camino que se tuerce hacia Falkongris, alcanzan a ver a otros cinco sujetos.

Sin tiempo a reaccionar recibe un par de impactos y de nuevo comienza a sangrar. Su cuerpo está tan acostumbrado que ni siquiera nota las pequeñas heridas.

Prag logra alcanzar con el hacha al noble que acaba de atravesarlo con su espada. Le da un corte bastante profundo en el brazo que lleva libre, pero cuando está a punto de rematarlo, el hombre alza la espada a tiempo y consigue desviar el hachazo que iba contra su cabeza.
A lo lejos, unos cuantos sujetos se acercan corriendo. Un par de semiorcos, y otros humanos, que se acercan a gran velocidad esgrimiendo hachas y espadas, y un estoque en el caso de uno de los sujetos.