Partida Rol por web

-Bueno, como gusten... +responde con un leve encogimiento de hombros que realza sus curvas. Seguidamente alza un dedo y tras girarlo, apunta a un rincon donde tres chicas conversan en torno a un pequeño grabador. Una rubia y dos morenas.+ La morocha mas flaquita, la dueña del grabador, esa es Yani. Graba cada presentacion para buscar otros sonidos en el fondo, el alma de la musica o algo asi. Totalmente para vos Seba... Las otras son unas amigas suyas, Tatiana creo la rubia y Juli o Yuli la otra. Les va la onda ocultista creo. Son como las brujitas de aca. Asi que... encargate.

En tanto, Lucas se aleja por su cuenta. Ahora hay pocos grupos donde no se mezcle al menos uno de los miembros de la manada local. Pero rapidamente localiza cuatro todavia libres. El primero son los elegantes. El segundo un cuarteto de tipos con aspecto bastante malcarado, todo cuero negro y tachas, que casi ni hablan entre si sino que miran callados a los demas. El tercero son tres chicas en torno a un grabador, y el cuarto dos "negritos" de aspecto villero, humilde, algo fuera de onda, los cuales ven todo con expresion entre aburrida y temerosa, jugando con unas pistolas 9mm y sacandose fotos.

-Pues hasta ahora no lo había pensado. es más, diría que yo aún estoy en el entrenamiento.Pero me gustaría que todo esto se pareciera más a España y... para eso esta claro que debemos ampliar nuestras filas.
Quien sabe, igual encuentro alguien que me divierta mucho tiempo.
Hizo una pausa, no sabía muy bien como encarar el tema, asi qeu lo soltó sin más, -sobre lo de anoche con Sebas... no parece que os divirtáis mucho por aquí, esta noche había muchas miradas.

Sebas agradece la info a Fabiana con un gesto y mira con sorpresa a su compañero Lucas, "Vaya en verdad es un solitario que le gusta ir por libre"

Caminando tranquilamente no se dirije directamente hacia su objetivo, intenta acortar la distancia poco a poco, pasando la mirada de un lado a otro poco a poco reduce la distancia e intenta averiguar que hablan las tres mujeres para ver como entrarlas en la charla.

No me molesta tomar mi propio camino en esta situación, pero realmente no puedo evitar torcer el gesto ante las opciones que tengo frente a mí. ¡No es que no me guste el peligro!, mas no quiero quedar con una estaca por el culo o algo así por meterme con los que no son. Veamos: los elegantes no me atraen, yo soy un tipo de cárcel y vida (o no-vida) dura para sentirme cómodo con ese grupo, sin que, por otra parte, levante sospechas; los de la pistola, definitivamente no, yo no llevo una, así que mejor prevenir que lamentar. Me quedan las chicas y los de cuero. Y por raro que parezca, creo que donde mejor me iría es con aquellos matones. Así que lentamente, como quien no quiere la cosa, me acercó al grupo de esos hombres, me metó las manos en los bolsillos y observó al frente con fastidio, aunque sin mirar nada realmente, más bien pendiente de escuchar cualquier indiscreción.

- Eso es otra diferencia… +admite, tras una pausa organizando sus frases+ aunque creo que tiene que ver más con lo que te hallan dicho en tu educación. La mayoría de nosotros renunciamos a esas cosas humanas. No podemos comer, tomar, ni respirar… ¿Para qué vamos a garchar si no quedamos preñados? No nos sirve. Esas son necesidades y costumbres del ganado. Como si un humano se comportara igual que un mono, trepando árboles y viviendo de frutas… Nosotros somos vampiros y estamos para mucho más.

Toma un desvió hacia el Sur, saliendo de la autopista para meterse en los barrios.

-Además, si vamos al caso de hacerlo por placer, da mucho más gustito cazar un humano fresco que cojerselo, y peor a un vampiro, que nomas se le para si se esfuerza. Por eso, tiene que ver con cuanto sigas la filosofía del Sabbat. Igual hay quienes no pueden o no quieren dejar esos rasgos de humano, como Fabiana, Eli o el Yona, y se lo respeta mientras no sean un problema o molesten al resto. Los que sí lo pueden ir dejando de lado, lo van encontrando poco a poco desde primitivo hasta repugnante. Por eso las miraditas que sentiste. Algunas con envidia y otras de asco...

La señalada por Fabi es realmente una morocha delgadita, de edad muy corta. Quizas no llegue a la veintena. Su cuerpo menudito exibe una tez morena muy argentina, y la mirada extraviada ronda el aire en torno a ella, como si prestara atención a cosas que los demás ignoran.

Sus amigas estan enfrascadas en comentar unos CD que ha grabado. Por lo que alcanzas a escuchar son originales de ella, aunque se dificulta entender bien debido al bullicio reinante en el salón.

-… posta?! -… ja, totalmente abstracto. Pero muy cheto.- Uy que flash. Estan como los de Chacarita.- De one, aunque… hace una banda. Deberiamos volver a grabar ahí.

Los matones no te dicen nada, aunque pasas bajo un escrutinio grupal de inmediato. Pero ni se interesan ni se alarman por tu proximidad. Entre ellos hay muy poco dialogo. Solo un "tiene buenas tetas" seguido de una mirada hacia una de las chicas, una risita ronca de otro, y poco despues un "pinta bien" amargo. 

Pronto puedes sentir que no obstante sus escasas tonterias, todos ellos estan haciendo lo mismo que vos, es decir vigilar a los demas, prestar atencion a sus indiscreciones y que el ambiente siga calmo. Desde esa perspectiva no te diferencias. 

En particular sus miradas van hacia el grupo de los elegantes, eso si. Comparativamente apenas deslizan unas miradas a los demas, pero esos, son sometidos a la mayor vigilancia.

Sebas se acerca al grupito de muchachas y espera a ver la oportunidad de interrumpirlas:

-Buenas noches damitas, No quiero cargarles, pero no he podido evitar oir que tienen un grupo. - Con una sonrisa sincera- En estos días en que todos andan revolucionados, es muy lindo que tengan buenos propósitos. ¿Tal vez podría escucharles? - Si tenía que escuchar lo que aquellas jóvenes llamaban música, por el bien de obtener alguna información, lo haría.

No sé qué se guardan estos con el grupo de los elegantes. Realmente, no quiero estar entre el fuego cruzado si el carácter irascible de mis compañeros explota, pero por otra parte, ¿no es usual escuchar que son los poderosos los que saben los secretos? No sabría decir a ciencia cierta que estos elegantes son los "poderosos", pero que estos los observen tan atentamente no es un detalle que se pueda despreciar.

Después de todo, ¿y si escucho algo? ¿Si veo una indiscreción, que arroje alguna luz sobre los misterios que nos ocupan, sobre todo a mí, porque quiero encontrar el paradero de mi manada? Me preguntó si paro oreja y me pongo a escuchar, atraparé una palabra de entre lo que dicen. Tengo la coartada perfecta con estos. Así que me acomodo y fijo mi atención en cualquier parte inequivoca de la sala, aunque tratando de escuchar lo que se gesta entre los elegantes.

Selina tomó nota mental de todo cuanto Ernesto le decía, al parecer Maira no la había explicado nada de nada.Sólo le había enseñado la diversión, la sangre, el placer...
Sin embargo, y según las palabras de Ernesto aún tenía mucho que aprender.
-Vaya, parece que tengo aún mucho que aprender. Sin embargo, no sé si me gustaría renunciar a ciertas... cosas

Las chicas dirigen la vista hacia vos, menos la tal Yani, que en cambio mira sobre tu cabeza.

-¿Eh? No… nada que ver. Los del grupito son los de Kaos… ¿Vos quien sos? +responde algo sorprendida la otra morena, una alta y muy delgada, aunque con su atractivo.  Viste ropa ajustada a las curvas, y lleva el pelo muy largo suelto. La rubiecita por su parte es de ojos intensamente azules, bajita y redondeada. Su atención al menos la captaste, aunque algo parece no entendiste bien.

-Es una cuestión tuya… ¿Tenes que calcular hasta donde queres llegar, sabes? Un gran compromiso con el Sabbat, significa ser vampiro. Con todo lo que eso implica.

Las palabras quedan flotando. Ser vampiro. Ser humano.  Una elección que puede tener mucho que ver con tu futuro, una cosa que quizás sería tiempo de pensar. En especial que ahora parece extenderse para toda la eternidad

La chata finalmente se mete en una callecita secundaria y para. El Che se baja rápido, dando un vistazo general. Es una zona residencial humilde, donde lo único destacable es un gran almacén de chapas bastante similar al refugio de la cuadrilla, al menos en tamaño, ubicado a una media cuadra. Hay gente en la puerta conversando, como si fuera un lugar de reunión.

-Ahí es. Uno de los recovecos under de estos nenes… Cuando estés adentro, ya sabes. Mézclate y saca datos. Lo único, esquiva a Kaos si lo ves. Él puede que te saque ficha. Sabe mucho más de lo que aparenta su carita de boludo. ¿Alguna duda?

Selina había permanecido callada unos omentos. estaba reflexionando sobre las palabras de Ernesto.
¿Compromiso?¿Sabbath?¿Vampiros?¿Humanos? Demasiadas cuestiones, demasiadas decisiones. Seguramemte él tenía razón y debía plantearse hasta donde quería llegar.Pero no lo tenía claro, el sabbath de aquí era muy diferente del que había conocido en Madrid, donde el placer y la depravación no tenían límites. Aquí todo debía calcularse, medirse y decidirse, con calma y con antelación.
Su mente divagaba por su corto pasado como vampira y su esperaba extenso futuro cuando las últimas palabras del Che la sacaron de su ensimismamiento.-Sí, dijo de forma tajante, -¿Quién coño es Kaos?

-Creo que te lo mencione... Es uno de los lideres anarquistas. El otro es Yumi, pero no se si va a venir.  Los tres somos mas o menos de la misma epoca, pero nos formamos muy diferente. Kaos ademas es ingles, asi que conoce algo de la movida en Europa. Por eso puede ser complicado arrimarte...

Mientras habla, el ultimo de los chicos sale de la camioneta y se despereza. Los tres camina despacio hacia el galpon, una construccion sosa y sin ningun adorno por fuera, solo llamativa por los 4 o 5 personajes en la puerta, dos de ellos sin duda patovicas armados. La lluvia golpea sobre vuestras cabezas, pero es lo de menos esta noche.

Sebas maldice para si el desacierto, pero intenta reponerse del error.

- Perdonar me llamo Sebastian, soy nuevo y vine acá recomendado en busca de un poco de entretenimiento, pero el ambiente está un poco raro estos días...no creen?- Echando una mirada a Yani- no quisiera ser plomo, no busco achucharme ni nada, solo pasar un rato no aburrido. - mirando al resto de gente que andaba por la sala - ¿Saben por que hay gente tan variopinta por aca?

Selina le muestra a Ernesto una de sus mejores sonrisas,- no te preocupes, ya te he dicho que aprendo rápido. Sabré manejarme con estos tipos. Comienza a caminar junto a él con su habitual contoneo.-Si se dejan llevar por sus instintos humanos un poco más que tú me irá de maravilla.  Le guiñó un ojo de manera descarada,-A algunos les gusto,¿sabes?.

No resulta nada fácil  ser selectivo en las escuchas. El murmullo mezclado varia. Igualmente entre lo que alcanzas a oír, los comentarios en general son de naturaleza muy trivial. Sobre quien salió en el Bailando, un concierto que hubo anoche donde se podía comer bien, la ropa sugerente de una chica que por las miradas es Lucrecia, etc. En resumen un ambiente relajado. No parecen tener nada de la tensión respecto a las desapariciones ni ningún problema. Dichosos neonatos.

Por otra parte, eso mismo es significativo. El rumor de una amenaza debería ser algo charlado, y sin embargo no parece estar circulando. La excepción es un ambiguo comentario de tu mismo grupo. Uno de los grandotes le dice a otro “Esto va bien, parece que todos van a venir. Ninguna ausencia rara.”

-Por la reunión de las bandas, claro… ¿Cómo te dejaron entrar si no sabes de que va esto?

La alarma se prende en las luces de los ojos de ambas chicas. Pero más inquietante resultan los de la morochita callada, que finalmente se desvían y rozan con los tuyos. Son muy vacíos, como cascarones abandonados. Como si no estuviera allí. Y sin embargo, te indagaran más allá de la máscara de la piel.

Seguidamente interviene, con un susurro áspero.

-Si yo tampoco supiera tendría tu aura. Pero no grites mucho, ¿sí? La canción no huele bien si la ahogan los colores…

No hace comentarios a la última sugerencia, simplemente se centra en sí mismo, acomodando su ropa para estar digno, representante como es de la banda.

Los que encuentran en la entrada bien podrían haber sido colegas tuyos, salvo por el inconfundible acento argentino de su charla. Visten ropas de cuero, tachas, en una mezcla de looks emo-gotico-rock muy descoordinada. Como si no supieran lo que son y lo hubieran rejuntado todo. Adentro no es mejor el panorama.

El lugar, después de pasar los patovicas, es poco más que lo que aparenta por fuera, es decir un amplio galpón. Pero hay tres amplias gradas montadas en el mismo número de lados, y al Norte del lugar un escenario, donde las lonas tapan lo que sin duda son un conjunto típico de instrumentos. Todo es muy basto, sin decorar, pero funcional.

Entre los tablones y espacios se amontonan unos 30 o 40 vástagos, un numero realmente importante, muchos más de los que vieras nunca juntos en España. Entre los mismos reconoces a los miembros de la banda. Al parecer ustedes son los últimos en llegar.

De tus compañeros de lucha, ves a Lucas de pie con cara de aburrido junto a unos cuantos grandotes de aspecto matón, que solo observan al resto. Valentín está hablando con un par de chicas góticas y un gordito rocker. Y Sebastián se halla sobre una de las gradas, junto a tres flaquitas con un equipito de música, al parecer buscando conversación. Los demás de la banda andan dispersos de aquí para allá.

El ambiente en general es muy propio de la onda que inspira esta gente, con una sola excepción. Un grupo de 7 u 8 que están sentados en un rincón, de ropas de marca, con aspecto de universitarios o profesionales. Esos si que desentonan. Vos en cambio, encajas como un guante. Al menos en la pinta.