Partida Rol por web

Correr como un animal es lo más fácil. El instinto del miedo, presente en todo ser, incluso los no muertos… Todos están haciendo lo mismo. Pero algo pasa... no están avanzando.

Hacia la salida se forma un cuello de botella, por alguna razon. El escenario es demasiado caótico para apreciar todo lo que está pasando, incluso si Ulises te escucho, o algo. Los gritos de los vástagos heridos o destruidos, sumados a los otros, hacen imposible hablar. Tampoco tendrías con quien hacerlo.

Notas que la chica que disparaba te escucha y corre casi a tu lado. Su amigo queda tirado en las gradas.

En eso, no obstante, una sensación ominosa crece a tus espaldas... Basta un leve pispeo para comprobarlo. 

El jaguar viene hacia acá...

Mientras el caos se desata aprovecho la situación para escapar de las gradas lo más rápido posible. Mis ojos vislumbram por un momento la salida más cercana, por lo que me dirijo allí sin rechistar. El escape parece asegurado cuando me doy cuenta que la puerta está cerrada con un candado. ¡Maldición! ¡No es el momento para hacer trucos de magia e intentar abrir un candado sin llave! Mis esfuerzos por abrir la puerta a la fuerza no dan resultados. ¡Mejor será que busque otro plan si quiero salir de aquí! Empiezo a buscar con desesperación a derredor mío, tratando de encontrar algo que me permita maniobrar o romper el candado. 

Se estaban metiendo en un cuello de botella, Selina pensó que lo más inteligente sería poner todo su empeño y su sangre en salir de allí lo más rápido posible.

Entre el dolor que sentía y la ausencia de sangre en su organismo, Sebas no tenía otra solución que esperar que pasase el temporal, escondido bajo de una de las gradas intentó arrastrarse  hasta la parte trasera de la grada donde le había parecido escuchar a algunos hablar.

Lucas: Por desgracia a mano así no ves nada para usar como palanca. A un costado se apilan viejos barriles de metal, restos de cuando este lugar todavía era un almacén. Para la izquierda solo se ven algunos envoltorios, plásticos y telas viejas. Quizás el refugio de algún vagabundo, antes que Kevin reclamara el lugar.

Todo está en tus manos… O quizás no. Un flaquito de lentes se aproxima, gritándoles.

- Ey,ey, no,no! Así no! Busquen la llave, tiene que estar por acá nomas!

Selina y los demás se van amontonando con el gentío, pero eso no parece la mejor idea. Los jaguares cierran su cuello, y un par de anarcas más… una chica por el grito y otro uno de los de seguridad, caen en un montoncito de cenizas bajo sus garras. Las anarcas son muchos, pero la mayoría no han venido preparados a esta lucha. Otro tanto quizás de ustedes se podría decir…

El ultimo, ese que abriera a Sebas como un queso, el que viene por detrás,… sigue al parecer interesado en ustedes. Pero su mirada no te persigue. Persigue a la chica. Ni dudas que van tras de ella.

Pero por lo que parece, no tienen ningun problema en acabar con todo lo que este adjunto o en medio.

Sebas solo puede retorcerse en las tribunas. Sus entrañas, si las tuviera, se le estarían saliendo. Todo su cuerpo padece un acceso de debilidad, entre los gritos y el dolor… Quizás hubiera sido mejor que el gatito tuviera a bien de rematarlo.

Pispea entre las gradas pero la pareja que viera saltar sobre las mismas ya no está ahí. Se han movido y escapan hacia el portón… Esta solo.

Más anarcas van cayendo, mientras el caos y la confusión se esparcen.  Estos son los jóvenes. Los libertadores. Los niños de la democracia. Raro es que no estén matándose entre ellos mismos por salir primero.

Pero los jaguares lo hacen por ellos.

Pocos son los que se organizan, pero el Che y su grupo son unos de esos. Salvo los novatos, el resto acuden a la figura del líder y se agolpan en torno al escenario, para idear un plan de escape.

El gatito que atacara el mismo, tras acabar con el guardia, vacila. ¿Ir tras Ramiro o el Che?

Un rápido vistazo lo hace decidirse. El Che es más peligroso. Lo mejor es acabar con el líder subversivo cuanto antes.

Los demás… son solo el postre de esta hermosa noche.

Demasiado cerca, no tenía armas, sólo quedaba escapar, o esperar que los demás los detuvieran, pero como veía a todos escapar, dudaba que alguien en su sano juicio les hiciera frente. Matarían, destruirían, buscaban acallarlos, acallarla, la habían seguido, o quizás estaba programado este ataque. Javiera ya vio no no era posible escapar de manera convencional, el cuello de botella era evidente, y al ver a la chica que se acercaba a ella, sus ojos se clavaron en la joven.

- Vamos, ¿conoces otra salida? - acogió la mano de la chica, y corrió hacia detrás de los demás vampiros, quizás entre muchos puedan hacer algo si atacan, pero debe ver otra salida.

- si no podemos escapar, entre todos podemos...- no terminó la frase, su vientre dolía.

Con el dolor, la incapacitación de moverse ágilmente, Sebas se arrastra al paso que puede a la derecha intentando pasarse a la grada más cercana a la puerta y y usarla de parapeto para su huída, mientras los anarkas organizan la resistencia...

Desesperado, intento encontrar un objeto con el que romper el candando, para poder escapar, cuando escuchó la voz de un hombre, diciéndome que la llave de este debía de estar por algún lugar. Sin esperar más que los necesarios minutos para procesar aquella frase en mi mente, me pongo a buscar con ahínco la dichosa llave.

- Llavecita, llavecita - masculló en voz baja -, ¿dónde demonios estás?

-Entre todos no haremos ni una puta mierda. dijo mientras se soltaba de la mano de la chica.
Su puta madre, esta mierda no es lo que Maira me prometió, estos no son los juegos que me gustan... que se pudran, yo me piro.
Trató de huir hacia la parte de atrás, parecía estúpido pues venían de allí, pero ahora todos los felinos estaban agolpados en la zona delantera y todos los sitios del mundo tienen puerta trasera, o al menos eso esperaba.
 

Selina se suelta de un tirón, arrancando a correr como una flecha por donde había venido, solo que ahora desviándose hacia la parte posterior del lugar… El jaguar ni se molesta en interceptarla, centrado como esta.

Al pasar ve a Sebas revolviéndose en las gradas… todavía. También, al otro lado, al grupo de Sabbat, enfrentándose en conjunto contra uno de los felinos…

Un grupo.

Sus pasos se detienen mientras las pulsiones del Vinculum la llaman…. A ayudar y a luchar. Es esta la fuerza de la secta. El lazo. El lazo que la está llamando.

La llave, la llave…. Si! Colgando sobre el dintel de la puerta, a un costadito casi imperceptible, divisas la condenada. Toma solo un momento estirar la mano y tomarla.

Ahora podes abrir el candado y escapar. Ni escuchas las exclamaciones de alborozo a tu alrededor de los que te siguen.

Pero entonces se siente como si los sonidos se apagaran. No podes huir solo. No sin ver que Sebas y Agustin estén bien. ¿Y si el tigrecito no destruyo a tu compañero?

Sabes bien que no son tus pensamientos. Es el vinculum. Es la fuerza de la secta, que te impulsa y molesta, preocupándote por tus compañeros cuando solo deberías huir…Y esa fuerza esta buscando que des la vuelta y los ayudes…

Nada. Todo es retorcerse y revolverse como un miserable gusano en las gradas, incapaz hasta de huir. Mirar como tus compañeros te abandonan, escapando, aunque están siendo acorralados junto a los anarcas por los malditos jaguares...

O quizás no es que exactamente te abandonen. Allá en el escenario el Che, como un faro, está reuniendo a los suyos y montando la resistencia, un héroe como siempre. Lucrecia y Pablo están junto a él, genios, los soldados fieles, ella como una valkiria y el un sereno boxeador… Si ellos pueden porque ¿vos no podes? Donde está tu orgullo, tu fuerza? Si tan solo consiguieras llegar con ellos seguro que te salvarían… seguro.

La chica se suelta y corre por su cuenta, con una velocidad cegadora, por donde habían venido. Un movimiento listo, ya que ahora todos los gatitos están acá. Al parecer, igual que vos, sabe usar esa “celeridad”… y lo hace de la forma que más le conviene.

Tiene lógica, no van a por ella.

No, el gatito esta acá. Y sus garras se alzan contra vos una vez más… El frio hueso corta tu ropa y carne, aunque metida entre el gentío logras escapar de su plena fuerza. Aun así, el dolor creciente es más que suficiente para arrancarte un gemido. No es nada, comparado con los que están muriendo en otras partes del salón. Pero podes sentirlo, con tanta certeza  como esa vez en el sótano de la universidad.

El aliento de la muerte, si no escapas. Y esta vez será la Definitiva.

Ernesto es un buen peleador, uno de los mejores de hecho. Por eso se entiende que el ataque del jaguar apenas le arañe el costado. Era de esperarse.

Lo que no contaba era que los demás no huyeran. Los muy desgraciados… Lucrecia y Pablo se unen a su jefe y apalean al gatito entre los tres, sacudiendo sus costillas con tremendos puñetazos. Las armas de fuego ya probaron ser inútiles. Ojala estuviera el Yona con sus garras… Pero a mano es como mejor se han entrenado, y lo hacen valer. Incluso una bestia de su tamaño, ruge furiosa al sentir esos impactos como martillazos...

Valentin se queda atrás, dubitativo, pensando una estrategia quizas, mientras Elizabeth va con Kevin. Su misión parece ser otra. Puede que protegerlo o sacarlo de ahí. El músico parece tranquilo, dentro de todo, pero por otra parte no mueve un dedo para ayudar…

Ellos son el único foco de pelea. Todos los demás solo piensan en huir. Todos los demás solo se amontonan donde los gatitos les han rodeado, en el cuello de botella que conducía a una salida… la cual, sin saberlo ellos, está cerrada.

Todos los demás van muriendo uno a uno entre esas garras, con las entrañas saliéndose antes de volverse cenizas.

Sebas vió a sus compañeros montar defense alrededor del lider, allí estaban Pablo, Ernesto y Lucrecia..., intentó por todos los medios acercarse a ellos para poder aportar lo que pudiera antes de caer inconsciente.

Reuniendo los últimas fuerzas que contenía su cuerpo se levantó y se movió hacía allí.

Puta sangre...Necesito salir y entrar de aquí, coger la furgo y usarla como un puto ariete para entrar aquí a salvarlos a todos... pero... no, no puedo marcharme sin más mientras todos ellos luchan.
A pesar de que había pensado en salir de allí para ir por la furgo sintió como una extraña fuerza, debida sin ninguna duda a la sangre, la arrastraba hacia sus compañeros. Buscó con la mirada a Sebas, había quedado muy mal parado por el ataque del felino... cuando lo localizó se acercó para ayudarle a caminar.
-Tenemos que salir a por la furgo, es la única forma de salvarlos.¿no crees?
 

No pensé que ocurriría tan rápido, ¡pero he encontrado la llave! ¡Y yo que quería romper la cadena! Por poco me echo a reír de manera enloquecida, pero lo urgente de la situación me detiene. ¡Al fin voy a salir! ¡A escapar de esta!

Pero entre más me acercó a la puerta los efectos del vinculum se apoderan de mi cuerpo. Siento como si mi mente se nubla, como lo que está pasando: el encontrar la llave, la euforia del momento, los vítores de quienes me acompañan se pierde en algún lugar oscuro. Debes ayudar a tus compañeros, mi habla una vocecita en la cabeza. Debes hacerlo. Molesto, más conmigo mismo que con la situación, lanzó un fuerte suspiro, e inmediatamente después le entregó la llave a uno de los que están allí.

- ¡Abran la puerta! - les gritó a los demás al momento de lanzarme a correr.

Primero que nada me dirijo hasta Sebas. Selina ya lo está ayudando, pero aún así me ofrezco para colaborar con mi compañero.

- ¡Llevémoslo hasta allá! - le digo a Selina, indicando con el dedo hacia el lugar en donde había estado hasta el momento. - Por allá podemos escapar.

Sebas es arrastrado por sus dos hermanos, y sólo puede susurrar una pocas palabras de agradecimiento:

- Gracias, hermanos...Que bueno tenerles acá...- En su rostro asoma una sonrisa pero desaparece al instante al retornar el dolor que padece en el vientre.

El trio comparte algo y ese algo los va sacando poco a poco por detrás, ya que el ánimo repentino de Sebas decae pronto al esfuerzo de sus heridas. En tanto, el flaco al que Lucas le dejara la llave abre el candado y sale entre alborozos, seguido de otro par… El de negro, en cambio, intercambia dos palabras con el de lentes, y se vuelve corriendo por el mismo lado que ustedes, sin mirarlos..

Quizás no son los únicos que conocen lo que representa tener vínculos con alguien (aunque en su caso sea uno muy literal). Y eso por no mencionar los fuertes tirones que todos sienten hacia los miembros de la banda porteña, los únicos que están jugándosela ahí dentro para hacer algo, realmente, contra los jaguares…