Partida Rol por web

La Luz de Antares

Amy Thompson

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10/02/2014, 21:05
Director

Día Viernes, 8:30 AM.

El día comienza de forma sencilla. Abres tus ojos y te encuentras tirada en la cama. Te sabes despierta, pero no quieres abrir los ojos, ya que lo único que te ha hecho despertar es el peso de la rutina en tu cuerpo. Lo primero que llega a tus sentidos, luego de la comodidad de la cama que no quisieras abandonar, es el amargor en la garganta provocado por una noche de licor, tragos, y humo de cigarrillo. 

Giras tu cuerpo, y observas por la ventana. Para estar a mediados del verano la mañana esta bastante nublada, aunque no pareciera que fuese a llover. 

Entonces los recuerdos de anoche comienzan a llegar a tu cabeza. Layla te llevó a un bar bastante underground cerca de los muelles, donde los tonos más duros de la música Industrial acompañaban al ir y venir de hombres y mujeres tomando pastillas para disfrutar mejor de la fiesta. Puede que no haya sido tu ambiente, quizá si, pero de todas formas no ibas a perder la oportunidad de acercarte más a Layla. Lo tenías claro, estar cerca de ella, era estar más cerca de tu objetivo.

Por suerte no tomaste ninguna pastilla, ni terminaste en la habitación de alguno de esos sujetos, aunque bebiste bastante (a la par con Layla), te mantuviste concentrada para no terminar en la cama con un desconocido. Aún así, hay lagunas en la memoria, recuerdas más o menos como llegaste a tu departamento, en un taxi con Layla, pero no tienes totalmente claro si ella al final siguió hacía su propio departamento o se ha quedado en el sofá a dormir en el tuyo. Bueno, ya cuando te levantaras habría tiempo de descubrirlo.

Te sientas y miras alrededor, tu ropa esta tirada en el suelo, y tu cartera con tus llaves y teléfono dejadas sin mayor cuidado sobre una mesita de noche junto a la cama. 

Seguir en la cama o levantarte. Pestañeas, preparándote para tomar una decisión.

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13/02/2014, 23:52
Amy Thompson

Carraspeo mientras estiro el brazo para alcanzar el reloj-despertador de mi mesilla de noche, intentando averiguar qué hora es y arrugo el ceño al descubrir que no son ni siquiera las nueve de la mañana. Los recuerdos de la noche anterior van llegando, entre las brumas del sueño y el leve dolor de cabeza que anuncia una resaca incipiente. Un suspiro sale de mis labios mientras me llevo la mano a la frente y me la froto con suavidad, no me gusta perder el control. Es peligroso para alguien en mi situación. Sin embargo, es necesario que le siga el rollo a Layla todo lo que puedo, y lo cierto es que también fue una noche divertida. Una pequeña sonrisa traviesa acude a mi rostro al pensar en ello. 

La verdad es que siendo tan temprano podría permitirme el lujo de volver a dormirme tranquilamente. No consigo recordar a qué hora volví a casa, pero desde luego no puede hacer demasiado. Siento la garganta reseca y dolorida por el alcohol y el tabaco, y me decido por fin. Aparto las sábanas y me levanto, con la intención de ir a la cocina y beberme un vaso enorme de zumo de naranja. Quizá acompañado de un analgésico que me quite el dolor de cabeza y me ayude a dormirme otra vez. Y ya de paso estaría bien averiguar si Layla está en mi casa o siguió con el taxi hasta la suya. 

Antes de salir de mi cuarto saco el móvil de la cartera, para comprobar si hay algún mensaje en él y cuánta batería le queda. Suelo enchufarlo por las noches al irme a dormir, pero ni siquiera recuerdo entrar en casa... Como para haber pensado en algo así.

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15/02/2014, 09:20
Director

Tras levantarte de la cama, coges el móvil de la mesita de noche, lo desbloqueas, y te salta el aviso de que solo le queda un 10% de batería, aunque ya tienes claro que es menos y que es una suerte de siga encendido. Sigues mirando en él y compruebas que no hay ningún mensaje de texto, pero si un mensaje de voz en el buzón. No suelen llegarte muchos de estos mensajes, pero bueno.

Sales de la habitación y das una rápida mirada por el lugar, buscando a Layla con la mirada. Das un paseo por la sala de estar, el comedor, el baño y la cocina. No la encuentras por ningún lado, así que asumes que podría haberse ido a casa. 

Ya con el tema de Layla aclarado, de momento, te diriges a la cocina a por un analgésico y un vaso de zumo de naranja para comenzar a hidratar tu cuerpo. El sabor cítrico del jugo parece realzar un poco la amargura de tu boca, pero aquello apenas te disgusta. Luego revisas en una de las gafetas de la cocina en búsqueda de un analgésico, encontrado allí una tira de pastillas de aspirinas. 

Ya más tranquila, revisas el mensaje, pero solo escuchas estática, y el número que luego te entregaba la operadora era desconocido para ti.

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20/02/2014, 02:21
Amy Thompson

El primer vaso de zumo me provoca un leve escozor en la garganta irritada, pero resulta lo suficientemente refrescante como para que ni eso ni el poso amargo que me deja su sabor me importen demasiado. 

Sin pensármelo mucho saco dos aspirinas del blíster y me las meto en la boca. Lleno de nuevo el vaso de zumo y me lo bebo, tragándome las pastillas con él. Hago una mueca después y carraspeo, tratando de aliviar mi garganta antes de dirigirme de nuevo a mi habitación, en busca del móvil. 

Lo primero que hago es mandarle un emoticono a Layla por whatsapp. Uno que exprese lo más claramente posible la resaca que tengo. Cuando ella lo vea probablemente me mande uno igual, a modo de saludo tras la noche de fiesta.

Después escucho el mensaje, aunque realmente no hay mucho que escuchar. Cuando la operadora termina de hablar cuelgo, para revisar la hora de la llamada y marcar el número que me han indicado justo después, echando un pequeño vistazo lleno de añoranza a mi cama, que posiblemente todavía guarde el calor bajo las mantas. Sin embargo, prefiero solucionar el tema de la llamada antes de volver a ella, es probable que tan sólo fuese alguien que se ha confundido, pero es mejor asegurarme. Así no tendré que preocuparme por ello después. 

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26/02/2014, 07:18
Director

Tras enviar el mensaje con los emoticonos a Layla, marcas el número que te dejo el mensaje. Suena el tono. Sigue sonando. Sigue. No contesta. 

Te sientas en la cama mientras miras la pantalla, arqueando una ceja. Este pseudo-misterio es demasiado para empezar una mañana con resaca y habiendo dormido poco, por lo que cuando llega la respuesta de Layla al teléfono, tu mente se olvida por instantes del tema. La chica envía emoticonos de un edificio, un taxi, y una carita enferma. Traducción sencilla, iba en camino a su departamento, y se sentía mal. 

No mucho después de ello recibes una nueva llamada al teléfono, desde un número oculto, la pantalla solo muestra "Número desconocido". 

Notas de juego

No añado que contestas porque, mientras escribía, se me ha venido a la mente "si algún master me hiciera elegir entre contestar o no, cuando todo apunta a que lo haga, probablemente no lo haría". Para mi es gracioso esto, no sé porque, por ello te dejo la elección a ti. 

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01/03/2014, 03:17
Amy Thompson

La respuesta de Layla me saca una sonrisa divertida y respondo de nuevo con una cama y una carita como la suya. Finalmente le envío una carita sacando la lengua y me dejo caer en la cama de nuevo, apoyando la cabeza sobre la almohada. 

Sin embargo, antes de que llegue a meter las piernas bajo las mantas una vez más, el teléfono suena y suspiro con hastío mientras miro la pantalla. Lo cierto es que me apetece más pasar del tema, silenciar el móvil y volver a dormirme de una vez. Pero podría ser una llamada de trabajo, quizá de alguno de mis informadores, o tal vez un nuevo encargo o algo similar y mentalmente me recuerdo que eso es infinitamente más importante que mi resaca. No es por curiosidad, sino por una extraña obligación autoimpuesta. 

Hago una mueca y carraspeo antes de descolgar. A pesar de ello, mi voz suena más ronca de lo habitual y siento la garganta rasposa todavía al hablar. - ¿Diga? 

Notas de juego

Me parece bien, podría haberme dado por no cogerlo perfectamente XD.

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03/03/2014, 19:59
Director

Lo primero que escuchas tras coger el móvil, es ruido ambiental. No tardas nada en darte cuenta de quién quiera que sea que te llama esta en la calle, y un par de segundos, una voz que desconoces te saluda. No reconoces la voz, pero por su tono sabes que es un hombre algo mayor.

- Hablo con Amy Thompson. ¿No es así? - La voz suena resuelta, por su tono dirías que es estadounidense, aunque tiene un aire de formalidad quizás un tanto excesivo.-Al menos, figura en los papeles bajo ese nombre.

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03/03/2014, 20:34
Amy Thompson

En cuanto escucho la voz desconocida me pongo en alerta y me incorporo en la cama. Me acerco a la ventana y me pego a la pared para atisbar la calle por la rendija de la cortina. Ni siquiera sé de quién se trata, ni si es un peligro para mí, pero si he sobrevivido hasta ahora ha sido en gran parte por ser bastante paranoica. Sus últimas palabras aumentan mi desconfianza y tras vigilar la calle busco con la mirada mi ropa, preparándome mentalmente para salir por la escalera de incendios si es necesario.

- Sí, soy Amy Thompson. - Respondo, tratando de que mi voz suene suave y dulce, mientras mi mente funciona a toda velocidad analizando todas las alternativas de salidas que hay en mi apartamento y listando las cosas imprescindibles que tendría que llevarme del doble fondo. - ¿Y quién es usted? - Pregunto de forma cordial, como si no hubiese nada de raro, ni me estuviera preparando para huir a toda velocidad.

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03/03/2014, 20:45
Director

Al mirar por la ventana no observas nada raro, solo vehículos y taxis andando por la calle, personas cruzando, nada fuera de lo normal, aparentemente. 

Apenas preguntas por él hombre, casi puedes imaginarte una sonrisa en el rostro del sujeto cuando este responde.- Realmente no le interesa saber quién soy, Amy, pero bastaría mencionar que tenemos ciertos... amigos en común.- Su tono de voz te dice que es un hombre confiado de confiado de lo que dice, y la idea de que pudiese conocerte aumenta tras la insinuación de aquellos "amigos".- Podríamos decir, incluso, que somos "colegas"... aunque nuestros métodos sean distintos.- 

 

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03/03/2014, 20:57
Amy Thompson

Una vez me he asegurado de que el hombre no parece estar en mi calle, abro el armario y empiezo a vestirme a toda velocidad con unos vaqueros y una sudadera gris. 

Las palabras del tipo terminan de alarmarme. No sólo ha conseguido mi número de teléfono y parece saber que Amy Thompson no es mi nombre real, también parece tener claro que no tengo nada de periodista. No sé cómo ha podido averiguar todas esas cosas, pero no me gusta ni un pelo. Me pregunto si lo que quiere es chantajearme, o tal vez es de la CIA tratando de reunir pruebas, o quizá realmente alguien me lo ha enviado por algún motivo...

Suelto una risita fácil y boba, en un último esfuerzo por sonar dulce e inocente. Nunca se sabe quién podría estar grabando una conversación. Reconocer algo en voz alta podría ser mi perdición y no tengo ninguna intención de hacerlo. - Ah, no sé a qué métodos se refiere... ¿Quiénes son esos amigos que tenemos en común? - Pregunto mientras termino de ponerme unas deportivas y me dispongo a abrir el doble fondo del armario. - Quizá si me lo dijera podría saber de qué me habla. - Termino, dejando la pelota en el tejado del desconocido y con la resaca completamente olvidada por la descarga de adrenalina que me recorre ahora.

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03/03/2014, 21:55
Director

Tus sentidos parecen agudizarse por las emociones que sientes en aquel momento, tanto que parece escucharse una risa cercana al hombre que te habla por teléfono, sin embargo, el tono del sujeto se mantiene imperturbable, mientras te habla durante tu fuga del departamento.

- Bueno Amy, la lista de amigos que compartimos es un tanto amplía... aunque precisamente usted, y yo, no les llamaríamos "amigos", ¿verdad? - La risa que te pareció escuchar antes aumenta en intensidad, dejando salir una carcajada, masculina te atreverías a suponer.- Y en cuanto a los métodos... Digamos que mientras usted se decanta por un trabajo más solitario, yo prefiero la cooperación. Ahora, Amy... ¿Esta usted interesada en un trabajo más cooperativo?- 

 

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04/03/2014, 22:57
Amy Thompson

Un escalofrío recorre mi espalda al escuchar la risa del acompañante de mi interlocutor. Me detengo durante un instante, con las manos sobre el fondo del armario y sujetando el teléfono con el hombro. Perfecto, la conversación no es sólo con una persona. Cada vez me da peor espina todo el asunto. Busco con los dedos las pequeñas muescas con las que levantar el fondo mientras mi mente trabaja a toda velocidad. 

- Oh, la verdad es que como dice, suelo trabajar en solitario. - Respondo manteniendo el tono cordial para soltar una nueva risita boba y apartando la tarima que normalmente sirve como fondo al armario. - Pero en ocasiones los trabajos cooperativos no están mal, claro. - Sujeto de nuevo el teléfono con la mano y con la que me queda libre busco un revólver ligero y una navaja para llevarlos encima.

- Todo depende de con quién se coopere, ¿no cree? - Continúo, mientras me pongo en pie. Después tomo la mochila de deporte en la que guardo dinero, las armas, mi documentación falsa y la información recopilada sobre El ojo de la sirena. Me la cuelgo a la espalda en bandolera y echo un vistazo rápido a mi alrededor tras el cual cojo el cargador del móvil y lo meto en un bolsillo también. Nunca se sabe qué podría pasar ni si podré volver después. - De la confianza que se tenga en las personas de ese equipo cooperativo y todo eso... - Termino, para coger una cazadora de cuero después y dirigirme a la ventana desde la que pueda acceder a la escalera de incendios, decidida a largarme cuanto antes.

En cierta forma la sensación de la adrenalina recorriéndome, afilando mis sentidos y manteniéndome completamente en alerta es agradable. Me siento más viva que hace un rato, que la noche anterior o que hace una semana. Es la sensación del peligro inminente, el riesgo. De algún modo se podría decir que soy adicta a esta sensación. Si se lo contase a cualquiera no se lo creería, pero huir siempre me ha proporcionado un curioso placer.

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22/12/2014, 21:41
Director

Una pequeña risa sale de la boca del hombre, arrogante y satisfecha, la cual percibes a través del teléfono. Antes de que él pueda retomar la charla, puedes observar por la ventana, la cual da al callejón en el cual esta instalada la escalera de emergencia. Abajo no se ve nada ni nadie, salvo los contenedores de basura, y un perro hurgando entre los restos de una bolsa de plástico negra mal guardada en los contenedores. Un poco más allá, en la calle, un par de personas yendo, otra hablando paseando a un perro. Nada fuera de lo normal, ningún detalle que pudiese resaltar a la vista. Como nada ha cambiado desde la primera inspección puedes sentirte segura de utilizar esa vía de escape.

- Ciertamente, Amy, la confianza es algo muy importante. Se que es difícil poder confiar en alguien, pues aquello implicaría someterse al riesgo de la traición... y personas como nosotros no pueden darse aquel lujo, ¿verdad? Por ello quiero que venga y se reúna conmigo, y mis asociados en un lugar no muy lejano a su residencia.- Por la forma en que lo mencionaba, podía notarse que la identidad de Amy no era lo único que conocía, y que los papeles antes mencionados no eran una broma.- Si acepta, le enviare la dirección al correo que esta usando actualmente.

Notas de juego

Estoy retomando, leí y re-leí para asegurarme de no cometer incongruencias, pero fallar es humano. Si detectas que me he equivocado en algo, por favor avísame para corregirlo. 

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30/12/2014, 17:01
Amy Thompson

En el momento en que la risa del hombre suena de nuevo doy gracias mentalmente por tener un entrenamiento que me permite mantener la calma, incluso a pesar de sentir una amenaza velada vibrando en cada una de las palabras de mi interlocutor. Sabe dónde vivo, sabe dónde me llamo y por lo que parece tiene algún documento para incriminarme de algo. Huir se presenta como una salida rápida, sencilla y cómoda, mi primera opción. Pero lo cierto es que su insinuación sobre esos papeles me preocupa. No sé quién es, ni lo que quiere de mí, pero no puedo permitirme que alguien me encuentre con esa facilidad.

Sin embargo, me esfuerzo por continuar con un tono de voz amable y risueño, mientras salgo por la ventana a la escalera de incendios y empiezo a ascender hacia la azotea. - Oh, pero comprenderá que sin saber quién es usted, o quiénes son sus asociados, es muy arriesgado para mí aceptar su invitación. Tal vez si tuviera algún tipo de referencias de alguno de esos amigos comunes que menciona... - Dejo la frase en el aire mientras subo los escalones, mirando hacia abajo y hacia arriba cada pocos segundos, movida por la adrenalina. 

Lo peor es que a pesar de que sigo insistiendo para tratar de averiguar algo más, ya he decidido que acudiré. Si tengo un enemigo capaz de llamarme por teléfono me interesa quitármelo de encima cuanto antes. Uno puede huir de la policía o del FBI, pero hay cosas mucho peores que los agentes gubernamentales. Y si es ese el caso, no quiero tenerlas pisándome los talones. Me muerdo el labio mientras espero la respuesta. Esto parece realmente serio y ni siquiera tengo el número desde el que ha sido hecha la llamada. - Voy a tener que contactar con Clave. Tal vez él pueda rastrear la llamada. 

 

Notas de juego

Perdón por el retraso, he estado releyéndome todo lo del pj y lo jugado, pero creo que ya estoy lista ^^.