Partida Rol por web

Observo el camino pensativa preguntandome por donde será mejor ir, aunque llevo media vida recorriendo el paso del dragón nunca he sido una experta montañera, sino alguien mas bien intuitivo

-¿alguno tiene experiencia en montañas como estas?-

Me adelanto junto a la voz de las tormentas para añadir unas palaras mientro sigo su mirada para atisbar el posible camino.

Yo estoy más acostumbrado a vagar sin rumbo que a guiar gente o caravanas. Puedo arriesgarme a elegir una ruta, pero normalmente lo hago de esta manera. - cierro un ojo guiñando al cielo- Orlanth, no me metas en más líos de los que pueda manejar- digo para acto seguido escupir al cielo y seguir con la mirada la trayectoria del salibajo hasta ver donde cae. Señalo la dirección en que se encuentra, que por fortuna sigue más o menos hacia nuestro supuesto destino. - ¡Yo iría por ahí!

Sonrío mostrando la dentadura y me cruzo de brazos sosteniendo la cuerda que uso para guiar la mula, dando por sentado que alguien con un criterio más experto sugerirá otra ruta más realista...

 He hollado muchas cordilleras y montes, ninguno es igual pero en todos hay similitudes que al ojo experto no escapan, el grado de la pendiente en función de la forma de la sierra, el tipo de roca y la vegetación presente.

  Veran igual que tu te encomiendas al padre de los vientos yo me encomiendo a los principios del saber para mayor honra de Lakhormir, cada pequeño acierto basado en la deducción correcta es como una plegaria para cualquier otro dios, y cada fallo una muestra de que debo ser más humilde y aprender más para ser digno de la gracia del señor del conocimiento.

 Y parece ser que esta vez tu fe ciega y mi cuidadosa deducción coinciden.   Digo con una sonrisa en la cara.

Yo observo a a los demás. La orientación en roca nunca fue lo mío. Prefiero seguir a las presas por la pradera y tirarles palos afilados para que dejen de correr y se dejen comer tranquilos.

Mis nuevos compañeros hablan mucho, y mi nueva compeñera habla muy poco, en fin

-tal vez sea mejor subir la montaña por donde haya mas vegetación, eso suele indicar que está mas protegida del viento y es una ruta mejor- apunto mientras dejo que sea el mago el que dirija

Los consejos de Ulatha ayudaron al mago a transitar por las rutas más cómodas de las colinas, pero aun así el laberíntico paisaje despistaba una y otra vez al grupo. El lugar estaba plagado de extrañas protuberancias pétreas, arroyos de dibujaban extraños surcos y de vez en cuando se encontraban con pasos que acababan en una pared vertical que cerraba la ruta y tenían que dar media vuelta y volver sobre sus pasos. En algún momento les pasó por la cabeza si el Caos del Abismo cercano había llegado a contaminar a Ernalda* y había trastocado su, en general, armónica belleza.

Tras varios encuentros y desencuentros con el camino y cuando el sol ya se empieza a ocultar en la lejanía el grupo divisa en la distancia el altar. Al acercarse el entorno se hace extrañamente familiar para Ulatha. Ha visto a Yelm** cayendo tras esos riscos, reconoce el árbol que estaba en su visión y, cuando se fija con más detalle en el altar en colina, también observa las figuras oscuras que acechaban su sueño.

Levanta la mano en señal de alto y mirando alrededor se dirige a unas matas que crecen en un lado del camino. Desde allí encuentra un pasaje indetectable para alguien que no lo conociese y guía al grupo por un costado de la colina para poder acercarse a la construcción desde arriba, por un lado claramente ventajoso.

Cuando el grupo se encuentra a unos pocos metros ven con claridad quien ocupa el lugar, un grupo de trollkins holgazanea en el altar. Parece haber al menos una docena, algunos tumbados otros parecen jugar a algún juego de azar. También hay enorme escarabajo negro que parece activarse cuando los últimos rayos de sol se pierden en el horizonte.

Decido quedarme en segundo plano para poder cargar contra los enemigos cuanto el combate empiece. Es mejor golpear antes de ser golpeada.

Agarro con fuerza mi martillo y me alisto para el combate.

Rápidamente reacciono a los trollkings pero en mi apresuramiento el conjuro falla estrepitosamente dejándome una quemadura de ácido ne la mano con la que lo estaba apuntando.

El rayo del mago ilumina la escena* y pone en alerta a las criaturas de la oscuridad. Comienzan a chillar con gritos agudos mientras ascienden la pendiente mientras sacan sus armas. Ahora que el grupo los ve más de cerca observan como las criaturas están escuálidas, sus rasgos tan marcados por el hambre que los ojos aparecen como pequeñas orbes flotando en las cuencas.

De la cueva sale un gigantesco troll negro de piel grisácea pero los aventureros no tienen oportunidad de fijarse demasiado en él debido a la turba de criaturas que se abalanzan encima de ellos. Solo ven como da unas órdenes a gritos y sale corriendo en dirección opuesta al grupo, parece que huyendo de la escena.

El grupo de enemigos más retrasados lanza una nube de piedras sobre el grupo. Algunas simplemente rozan a los aventureros pero la que golgea a Aksha y, especialmente, la que impacta en Ulatha abren buenas brechas en la respectivas cabezas.

Cuando las piedras comienzan a llover sobre mi cabeza escupo al suelo y maldigo a los trollkind: ¡malditos miserables, que Orlanth os cague encima hasta que os ahoguéis en su mierda sagrada!

Entonces, cuando me preparo para lanzar otro escupitajo veo aparecer el troll. Eso sí que va a ser un problema. Aksha! hora de ganarse el pan! 

Corro en dirección de grupo de trollkin a nuestra izquierda, sacando mis armas y dejando la mula a su suerte... espero que alguno de mis compañeros se haga cargo de ella. 

La pedrada en la cabeza hace que vea las estrellas, algo de sangre baja desde mi frente haciendome parpadear para despejar la vista, pero ante el avance de los trollkin eso tendrá que esperar.

En vez de eso entono con voz potente -Heler, escucha mi llamada, dame tu poder para vencer a mis enemigos. ¡Heler! tu sierva te llama-

El viento ahulla a mi alrededor agitando mi túnica hasta que me eleva del suelo, se escucha un trueno lejano

El golpe me hace trastabillar un segundo, pero mantengo mi intención de comenzar a destrozar cosas. Miro hacia delante y busco algo que golpear.

Cargo contra el trollkin más cercano, levanto mi martillo en un gran arco y lo descargo contra su cabeza, tratando de finiquitarlo al instante.

Si lo he entendido bien ahora vuelo 

Vuelas, o más bien eres desplazada en volandas, solo durante este asalto sí.

¿Soy al único al que los mapas no le muestran cambio de posición?

Confirmadme por favor si al resto le pasa.

yo no me he movido pero no veo el movimiento de nadie tampoco.

Al llegar a los trollkins me avalanzo sobre ellos a golpe de espada contra el más próximo...

La fría tranquilidad del atardecer se ha vuelto un torbellino de gritos agudos de dolor y de rabia. El ataque de Aksha impacta flojo pero el Trollkin acaba cayendo por el ácido que borbotea sobre su pálida piel. Mientras la sacerdotisa conjura y forma un torbellino de viento a su alrededor, Veran carga contra el flanco izquierdo pero su espada pasa lejos de la cabeza del rival.

Este grupo, rápidamente se abalanzan encima suyo lanzando sus pusilánimes garras o mordiendo directamente al orlanthi, llenándolo de rasguños sus piernas y brazos. Por su parte Aksha también sufre el acoso de los pequeños y deformes Uz pero tan solo se enfrenta a dos de ellos. El trollkin que cuidaba al escarabajo avanza hacia la retaguardia del grupo que ha quedado desprotegida y el grupo más retrasado busca ángulo para disparar sus hondas.