Partida Rol por web

La madeja carmesi

Notas pjs

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14/05/2019, 17:16
Veran Beargrunt
Sólo para el director

GUERRERO ORLANTHI


Veran es un hombre alto de complexión fuerte y musculatura fibrosa. Su piel está oscurecida y un poco cuarteada por el sol, que también ha quemado su pelo desaliñado y su barba descuidada hasta darles un color similar al del bronce bruñido. Luce tatuajes tribales en sus brazos, pecho y espalda realizados con pigmentos azules. Se le suele describir como nudoso y reseco como el tronco de un viejo árbol. A menudo se envuelve en una raída capa de viaje de pieles de cabra que según parece es lo único que le queda de su hogar. Veran no aprecia mucho casi nada material. Es un animal de espacios abiertos y como tal, meterlo en una jaula son ganas de buscarle las cosquillas. Ha pasado mucho tiempo viajando en soledad por lo que la impresión que da es hosca y huraña. Pero lo cierto es que ha visto bastante más mundo que sus congéneres y su mentalidad es sorprendemente abierta.


La canción de Veran:

La tribu a la que perteneció el joven Veran emigró procedente del sur huyendo del Faraón Cisne que había surgido para someter a los pueblos libres de las tierras de Hendriki. Llegaron  desde Heortland hasta la actual Sartar hace más de 300 años. Allí habitaron a la usanza de los orlanthi viviendo y muriendo libres hasta la llegada del Imperio Lunar. Veran llegó al mundo algo después de la caída de Boldhome. Para él la llama de Sartar sólo es una leyenda porque jamás la vio arder. No ha conocido a ningún rey o príncipe legítimo de los Quivini salvo en canciones o cuentos. No tiene el recuerdo de la unión de las tribus y los clanes bajo un único líder. Lo único que recuerda es combatir al Imperio Lunar, degollar a sus soldados y mearse en sus cascos apilados tras la gloria de la victoria. También conoce las miserias de la  derrota, la vergüenza de la huida y la lucha por la supervivencia. Su clan, el Clan Bloodybear, de la tribu de los Dundealos combatió sin tregua desde la llamada a la insurrección de  Kallyr Starbrow hasta que fueron masacrados en 1618. Veran era poco más que un muchacho entonces. La tribu estaba en su refugio de las colinas cuando los destacamentos lunares aparecieron al alba. Cuando el sol llegó al cenit, Veran era el último de los Bloodybears con vida. No por la fuerza de su brazo, sino por la intercesión de un extraño sueño. Esa misma noche, probablemente con los soldados lunares acechando a unas leguas, el joven Veran se incorporó en su lecho empapado en un sudor frío que le cubría los pocos tatuajes de los que había sido merecedor. Acababa de abordarlo la aparición de un enorme toro cuyo rostro se había detenido después de una aterradora embestida a sólo unos centímetros de su cara. Y así le habló con voz tronadora y fuerte: “obedece, último de los Bloodybears, camina, enfrenta tu destino  ahora, ahora, ahora!” Con poco más que una lanza  y su capa el joven Veran partió sin mirar atrás, sin apenas ser dueño de su voluntad. Cuando realmente despertó del trance al siguiente anochecer corrió de regreso a su clan temiendo el castigo de los desertores. Por supuesto, cadáveres y cenizas fue lo que encontró. Temeroso de las consecuencias de su deserción, voluntaria o no, ante los ojos de los demás clanes de la tribu fue consciente de que su destino estaba sellado. Desde entonces, ha sobrevivido como mercenario, bandido, e incluso ha pasado tiempo refugiado en otras tribus ocultando sus orígenes bajo el nombre Veran Beargrunt. Siempre luchando contra el Imperio Lunar en la medida de lo posible. Desde la muerte de Kallyr Starbrow y la consolidación de la ocupación sus andanzas se han convertido en simple supervivencia más que resistencia. Abandonar Sartar parece la única opción razonable. Pero se resiste a ello. Aún oculta ser el llamado desertor de la última batalla de los Bloodybear, aunque lo cierto es que ya pocos recuerdan aquella historia. Aunque la memoria de los orlanthi puede parecer apagarse, sin embargo es, como la llama de Sartar, casi imposible de extinguir.


P.U.: Una posesión divina durante el sueño evitó mi muerte el día que se extinguió mi clan. Soy el último del Clan BloodyBear por designio divino. El resto de clanes de la tribu me considera un traidor por no compartir el destino del Clan y haber huido. Tengo que ocultar mis verdaderos orígenes ante las represalias por desertor o traidor 

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14/05/2019, 17:21
Ulatha
Sólo para el director

VOZ DE LAS TORMENTAS


Ulatha es una humana menuda (1,60)con cabello castaño oscuro y complexión ligera. Lleva numerosas runas tatuadas en su piel, la mas visible la runa del agua de Heler en su mejilla derecha.


Ulatha nacio hija del lider del clan Desvralian en las tierras de Heortland. Pese a ser mujer se cargaron un gran numero de esperanzas sobre sus hombros. En su mayoría de edad su matrimonio serviría como lazo de unión con el clan Badamadi. Así desde niña con su destino fijado se le educo para ser la esposa de un lider de clan, aprendiendo las tareas de su cargo.

Sin embargo a los siete años los dioses se pusieron en contra de este destino, Ulatha fue tocada por Helar y empezo a profetizar en el nombre del dios de la lluvia.

Donde algunos habrían visto una bendición los padres de Ulatha vieron un gran trastorno e intentaron apartar a su hija de la senda elegida por los dioses, sin mucho éxito.

A los diez años la noticia de sus dones se había extendido y los sacerdotes de Heler pidieron hacerse cargo de su educación. Con resignación los padres aceptaron y Ulatha se marcho de su hogar.

Siete años después Ulatha eligio la senda del explorador para servir a todos los clanes, y evitar a su familia. Este camino la llevo a recorrer todo el paso del dragón en los siguientes años conociendo numerosas tribus así como mercenarios y grupos de guerreros herrantes.


Desde pequeña sueño con una serpiente cornuda que me espera en el futuro, a veces es una amiga, a veces una aliada, pero sus cuernos me recuerdan mucho a la luna

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14/05/2019, 17:29
Aksha
Sólo para el director

TORO TORMENTOSO


Es baja, incluso para ser una praxiana. Tiene el pelo largo y la piel muy morena. Viste con ropas de su tierra y bajo ella tiene un tatuaje que la identifica como parte de la tribu a la que pertenecía, que posiblemente ya tenía en el momento de su salida a la naturaleza. Son sus vínculos con su pasado.

Es muy delgada, algunos dirían que incluso frágil. No da el perfil de una persona dedicada a al combate físico, y menos con las enormes armas que maneja. Sin embargo al mirarla a sus ojos oscuros sabes que es muy capaz de usarlas y que, además, es letal con ellas. Su cuerpo, tallado en acero y madera, parece irradiar furia. Cada gramo de sus apenas 46 kilos parece preparado para la supervivencia y el combate. Puede que haya sido razonablemente civilizada por su entrenamiento, pero sigue siendo un animal salvaje.


Aksha nunca ha conocido unos padres o una tribu, pero está claro que pertenece a las estepas. Solo alguien de la sangre de la tribu hubiera soportado tantas estaciones sin mayor apoyo que su propio ingenio y determinación. Nadie que no perteneciera a esa tierra hubiera logrado mirar a los ojos a las bestias que pueblan esos páramos y hubiera impuesto su propia voluntad a la de ellos. Nadie que no fuera un habitante de pleno derecho de ese lugar hubiera sido aceptado por su entorno. Pues durante su infancia y los primeros años de adolescencia Aksha no conoció otro ser humano.

Durante años nadie usó el lenguaje humano con ella. Nadie le ofreció comida o abrigo. Nadie veló su sueño. Pero sobrevivió y se fortaleció, como el acero más puro. Cazó sin armas y obligó a los animales a respetarla, reclamando su territorio como el lobo reclama el lugar en el que se yergue su coto de caza. Algunos pagaron muy caro el deseo de disputarlo.

Cuando la encontraron era una joven de 14 años. Estaba cerca de una pequeña ciudad a la que había llegado persiguiendo a un venado al que había matado usando un hueso roto por toda arma y al que había destrozado el cráneo hasta alcanzar su cerebro. Los soldados que la encontraron trataron de atraparla, pero pronto quedó claro que no lo lograrían sin perder algún hombre. Permitieron que huyera de nuevo.

La noticia llegó a oídos de una congregación cercana de seguidores de una religión atávica y salvaje que vio en esa joven un diamante en potencia. Varios de sus guerreros se acercaron y rastrearon a ese extraño ser hasta encontrarlo en lo profundo del mar de hierba. Allí, ya frente a ella, le ofrecieron comida y calor y ganaron su confianza. Le ofrecieron un hogar y un futuro. Si deseaba vivir un camino de violencia y sangre ellos le ofrecerían algo que destruir por el bien común. A regañadientes ella aceptó su oferta a cambio de la promesa de poder volver a esa tierra si decidía que ese hogar y ese futuro no eran para ella.

No lo hizo. Pues en ese pequeño templo encontró aquello que había estado buscando a pesar de no saber siquiera que estaba perdida. Una forma de conducir su espíritu y canalizarlo hacia un objetivo. Ellos encontraron a una joven que encarnaba los ideales de su orden. Para ella la rabia era algo natural, puro. Como el fuego, carecía de todo bien y todo mal, era solo destrucción. No había nada en ella aparte de esa energía que parecía querer estallar y que, lanzada en la dirección correcta, sería capaz de atravesar montañas y desviar ríos. Era una encarnación de su propia filosofía.

A pesar de haber empezado más tarde que otros iniciados en la orden, para cuando llegó el momento salir a combatir al caos estaba al mismo nivel que los demás. Lo que no tenía en técnica lo suplía en una mayor conexión con su parte salvaje. No tenía tanta precisión como sus compañeros, pero dejaba el alma en cada golpe y sus enemigos, que hubieran soportado un par de impactos de sus hermanos, caían destrozados por los suyos.

Es tosca, pero también lo es su hacha de guerra.


P.U.: Es capaz de hablar cualquier idioma humano, aunque no ha recibido educación formal

 

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15/05/2019, 09:25
Irik de Ralios
Sólo para el director

MAGO


Irik Besen Munestrug, nació en Kustria en el 1595 el día divino de la estación del mar hijo de Irina Munestrung Sacerdotisa de Lakhor Mir , encargada de los registros del coliseo y Orset Besen juez hechicero del coliseo. Su Juventud y su infancia fueron muy benignas pero dentro de las estrictas  normas de la mentalidad Malkonita de su padre que desde que apenas empezó a andar  se hizo cargo de la educación  de Irick, pués las obligaciones de su cargo eran muy relajadas salvo en la temporada de torneos.

Ambos progenitores de Irik tenian como pasión y motor de su vida el conocimiento, Irina  como devota fiel del dios del conocimiento y Orset como buen mago. Orset era un mago malkionita atípico, si bien se hallaba dentro e la corriente "herética" Stygiana su mentalidad y principios, incluso en su vida día a día, salvo la dedicación en exclusiva al culto del Dios Invisible le hacían un idealista(hrestoli)  perfecto. Así pues  la educación del joven Irick se desarrollo en un ambiente protegido y casi de lujo pero dentro de una estrictas y muy rígidas reglas que le dejaban poco tiempo al joven de despierto intelecto y memoria prodigiosa para nada que no fuera su formación.

 Dada su dotada inteligencia y perspicacia Orset logro convencer a Irina de que el camino  de Irik era el del mago y no el del sacerdote, y que prestaría mejor servicio al dios del conocimiento en su rama laica que ecleseástica. Así Irick recorrió el camino del aprendiz y posteriormente el del adepto, para entonces la llama que ambos progenitores  habían sembrado en el alma de Irick se había transformado en un fuego que le devoraba y su sed de conocimientos se había convertido en su meta y su propósito en la vida.

         A los 20 había alcanzado el título de adepto, dos años antes de lo normal, y a los 25 ya había pasado las pruebas para ostentar el título de mago. Una alcanzado el rango de mago y para honrar a su madre pasó un año entero al servicio del templo de Lakhor Mir  sirviendo como traductor y transcriptor, siendo aceptado como adepto del culto por los servicios prestados.

 Una vez honrados ambos progenitores, y sintiendose libre por fin de deudas, Irick tomo sus más preciadas pertenencias y se hecho al camino. Quería satisfacer su sed de conocimiento de primera mano, recorrer los caminos y ver las maravillas del mundo con sus propios ojos, documentarlo de su puño y letras tras sus propias experiencias. Quería dejar de obtener el conocimiento de otros y generarlo él mismo.

  Y tenía un destino claro y cierto en su mente, el paso del Dragón un lugar casi mítico repleto de historias y leyendas, que ahora mismo y dada la situación actual era posiblemente el lugar donde se decidiría el destino de Genertela. Con la decisión tomada Irick se unió a una caravana que se dirigía al imperio Lunar 


P.U.: Encarnación de un santo malkionita con un secreto escondido en su alma.