Partida Rol por web

Tras cerrar con el Sheriff. Harry continúo un poco más dentro de la casa para ver si encontraba alguna pista que le pudiera ayudar a empezar a conectar la diferentes piezas de un puzzle que cada vez se hacía más y más complicado. 

Veamos... Voy a intentar ordenar un poco las ideas y datos que tengo de momento:

- Una mujer bastante rara junto al árbol que buscaba a "madre" y desaparece sin dejar rastro.

- Un hombre que desaparece "Adam Smith" el primo de Dylan, según él.

- Un grupo de cinco encapuchados que parece que busca al desaparecido entre ellos gente del pueblo como Dylan Kuchen el hijo del panadero y Ronan Eisen con pintas muy raras.

- El accidente con el tractor que puede que mate a Harold Swacht un vecino del pueblo y marido de Anne Swacth.

- Una noche extrañamente tormentosa.

- Un rayo rompe por la mitad el árbol milenario del pueblo.

- La presa que parece que no está en buen estado tras la tormenta según el encargado Dukovich.

- Una mujer medio loca, Erkoren Alicia, que escribe Verkoruvalec en el espejo de su casa.

- Roban el cadáver  del Harold Swacht del hospital.

Seguro que me dejo cosas...

Inmerso en sus pensamientos mientras busca alguna pista más...

Fruncí el ceño ante el hallazgo de Lee. Los eventos extraños no dejaban de sucederse uno tras otro.

-Este día no deja de darnos sorpresas. Trae la chica al hospital, lo primero que necesita es un análisis médico. Una vez diagnostiquen lo que le pasa podremos hablar con ella. Yo por aquí sigo investigando la desaparición del cadáver, aunque por lo que cuenta el forense parece un robo increíblemente difícil de perpetrar, ya sin hablar de para qué demonios querría nadie robarlo. Si no fuera imposible, diría que el maldito Harold ha salido de aquí por su propio pie. Voy a investigar la morgue, a ver sin encuentro alguna pista que nos de más información. Buen trabajo Lee, corto.

Agradeció con una sonrisa y un leve gesto de asentimiento que la doctora Scofield la ayudara llevándose al marido, preciados minutos que tenía para saber qué estaba ocurriendo y no sólo como enfermera, sino como mujer. Al conseguir estar a solas cerró la puerta de la consulta y la invitó a sentarse, mirándola con ternura al ver que se apartaba.

- Mira, debo ser sincera.- Se apoyó en la mesa, sentándose levemente en ella sin llegar a dejar todo el peso sobre el escritorio.- Entiendo que no quiera hablar de ello, pero no puedo pasar por alto esta situación frente a mis ojos.- Suspiró, sin saber cómo abordar el tema. A lo largo de su corta carrera había visto de todo, pero nunca trató directamente con este tipo de casos.- Su herida no fue un accidente, ¿verdad? – La miró directamente, aunque intentaba no intimidarla.- Estoy aquí para ayudarla, pero necesito que coopere o no podré hacer nada. Aquí está a salvo.

La joven te observó como si le estuvieras contando que ahora los simios gobernaban el mundo. Arrugaba el ceño con fuerza, esforzándose por darle sentido a todo lo que pasaba.

-Yo… no sé qué está pasando- susurró, llenándose de lágrimas los ojos-. No lo entiendo…- negó con la cabeza varias veces, para luego secarse las lágrimas que comenzaban  brotar y alzar la mirada hacia ti-. Si, vamos al hospital…

No parecía herida, pero su estado mental era otra cosa.

Lanzó un silbido de sorpresa cuando le contaste que la tormenta fue  bastante fuerte, al menos para ambas casas. Pero lo que verdaderamente le impresionó fue la mención del nombre Waffe.

-¿Ese loco va a ayudarnos?- enarcó una ceja de incredulidad y se asomó discretamente por la ventana-. ¿Nunca lo oíste hablar solo? Da escalofríos…

Hablaba en susurros aunque era imposible que el veterano les oyera, no solo por la distancia sino porque hablaba con Luana.

-Claro- dijo con una sonrisa cuando volviste de amarrar el árbol-. Siempre salgo a cazar. Hay muchos venados en los bosques.

Te consta que hay muchos animales en el bosque, aunque rara vez oyes algún disparo, quizás Trevor se alejaba internaba bastante en el bosque o no cazaba tan seguido como creías. De todos modos, sentías que no decía la verdad, al menos no toda. Como cuando oías hablar a Dylan Kuchen, pero en este caso no intentaba disfrazar la verdad, simplemente no te contó TODO.

Luego de un intercambio de palabras que solo Luana podría oír y ya con el árbol firmemente amarrado con la soga de meta, Waffe amarró el otro extremo a la parte de atrás de su camioneta. Subió a la misma y comenzó a tirar sin compasión, moviendo lentamente el árbol. Pronto la entrada estuvo desocupada, pudiendo salir de la casa sin problemas.

-LISTO- grito el hombre bajando otra vez de su vehículo y poniéndose a recoger sus cosas.

En unos pocos minutos, la totalidad de la sala fue revisada. Korper se mantuvo apartado, en un rincón y viendo con suma atención el obrar del Sheriff. Cada tanto daba alguna explicación cuando veía a Strarrosa centrar su atención sobre un determinado objeto. Lo cierto es que el veterano hombre de ley no logró encontrar ninguna pista. No vio cerraduras marcadas o rotas, más allá del desgaste habitual. En donde se guardaban los cadáveres solo encontró una sábana azul, apartada a un costado y único testimonio de que debajo estuviera el cuerpo de Harold.

La idea de que el propio anciano se hubiera levantado y largado de allí empezaba a cobrar fuerza. Eso o que alguien con conocimientos sobre la ubicación de las llaves entrara, robara el cadáver y volviera a cerrar.

-¿Encontró algo?- se podía notar la esperanza en la voz del médico, como si se sintiera culpable por alguna cosa y necesitara confirmar algo.

Recorriste el lugar una última vez, sin encontrar nada más relevante. El desorden podría ser producto de la tormenta o dejadez de la joven, pues solo afectaba a la zona donde estaban las puertas abiertas. Aun así, sentías una ligera incertidumbre en el pecho, como si hubieras visto algo muy malo.

Repasaste todo lo ocurrido en tu mente, sin encontrar ningún dato más aparte de que con el estado de los puentes salir del pueblo era algo imposible. Viendo que allí no podrías encontrar ningún otro indicio y las preguntas no hacían más que aumentar, saliste de la casa.

Batterman y la joven parecían estar hablando. Se podía ver que ella estaba un poco más estable, pues se cubría el cuerpo con la manta que el agente Lee le había entregado. Aun había algo de miedo en su rostro, pero no era nada comparado a lo que percibieron cuando la encontraron.

Cuando Lee llegó a su posición, le dedico una muda pregunta con la mirada, pues el agente había salido de su casa.

Ser totalmente honesta pareció rendir sus frutos, pues la mujer intento hablar atropelladamente, aunque no soltaba más que incoherencias. Luego pareció tranquilizarse y se acercó más hacia ti, como si quisiera que lo que fuera a contar quedara entre las dos mujeres.

-No sé qué pasó- dijo con lentitud, mirándote directamente a los ojos-. La tormenta era ensordecedora y William observaba por la ventana- una solitaria lágrima comenzó a rodar por su mejilla-. Dijo algo, pero no logré oírle. Le pregunté que había dicho y…- abrió su boca para decir algo más pero las palabras quedaron atascadas en su garganta. Tragó saliva con fuerza antes de continuar-. Entonces tomó un cuchillo de la mesa y se me acercó- se tapó la boca, ahogando un sollozo-. Me cortó y le golpeé con un florero… Solo con eso reaccionó. Me pidió perdón y me dijo que no sabía que le había pasado- aferró tus manos con fuerza, con miedo-. Él no es una mala persona. Jamás me hizo daño.

Ahora sus ojos miraban por sobre tu cabeza, como si estuviera reviviendo lo sucedido en su mente. Algo deformó sus facciones, un recuerdo.

-Cuando tomó el cuchillo, no lo pude reconocer- boqueó intentando coordinar frases-. Parecía otra persona.

Al salir de la casa y unirse a la pareja, Harry se percató de la intención de Alicia por preguntar, pero ya habría tiempo de preguntas. Ahora tenía que llevar a la mujer a que le hicieran una revisión médica, y seguramente tendría que dar alguna que otra explicación. Con lo que Harry les comenta a ambos.

Señorita, si le parece bien la acompañaré al hospital para que le hagan una revisión. A mi juicio, no parece que se encuentre demasiado bien y la verdad que creo que si pasa el día en algún otro lugar que no sea este seguro que se encontrará mejor. Así que será mejor que se vista un poco más, coja lo que quiera de su casa y vayamos hacia el hospital.

Sr alcalde, supongo que se encuentra bien, siempre impresiona encontrar a alguien en estado de shok. Si quiere le acompaño hasta el pueblo-. Tras una pausa Harry recuerda algo que quería comentarle.- Por cierto, me ha comentado su asistente que iba a hablar con el encargado de la presa. ¿Está todo en orden?-. 

-¿Hablar solo? -le pregunté a Ellen, extrañado. Sabía que Waffe era un hombre quizá un tanto huraño y extravagante, aunque nunca había pasado suficiente tiempo con él como para escucharlo conversar solo-. No, la verdad es que nunca lo he escuchado. Puede que se trate de algún tipo de trauma por "la guerra". Independientemente de cuál fuera la guerra en la que participó...

Mientras hablaba, me di cuenta de lo poco que conocía al tal Waffe. Según se decía había participado en algún conflicto bélico, aunque parecía saber en cuál. ¿Quizá la Guerra del Golfo?

Inspeccioné la habitación a fondo y no encontré absolutamente ninguna pista. Aquello me dejó desconcertado. Esperaba allí hubiera alguna explicación que me ayudara a atar cabos, pero no había absolutamente ninguna evidencia de la que tirar. No tenía ni sospechosos, ni móvil, ni pistas. Todo era un callejón sin salida. La pregunta de Timothy metió el dedo en la llaga, y con una brusquedad más producto de la frustración que del enfado, negué con la cabeza.

-No hay una sola pista de que nadie haya estado aquí. No hay indicios de que forzaran la cerradura, ningún indicio de que revolvieran el sitio, nada de donde tirar. Me temo que ahora mismo poco más puedo hacer por este asunto más que tener los ojos y las orejas bien abiertos. ¿No hay nada más que recuerdes o que hayas obviado? Cualquier detalle, por tonto que sea, puede ser crucial. 

Mi expresión, como siempre en aquellas situaciones, era bastante seria. No tenía la intención de intimidar a Timothy, sabía que era un buen chico, pero tenía la sensación de que había algo más que no me estaba contando. No llegaría al punto de amedrentarlo, pero quería dejarle claro que, si tenía algo más que añadir, esta sería su última oportunidad.

Lara acomodó al hombre en la pequeña consulta mientras cogia lo necesario para realizar un pequeño raspado. Solo tenía que coger una pequeña muestra de celulas epiteliales. Era un proceso rápido y como mucho solo le provocaria una pequeña gota de sangre. Menor incluso que la que podria haberse hecho el hombre al afeitarse una mañana cualquiera.

- Bueno, Olivia es enfermera, no medico. Y a pesar de su veterania algo se le puede pasar. Incluido a mi - sonrió con calidez para tranquilizarlo. Al verlo más de cerca no sabía muy bien porque Evelyn había llegado a esa conclusión, pero mejor descartar que quedarse con la duda.

- Si quiere, cuenteme que pasó, mientras termino con esto - con destreza realizó la tecnica y colocó una tirita en la infima heridita que había quedado en la mejilla del hombre. Luego etiquetó la muestra. Había pensado tirarla una vez él se marchara, pero a veces se aburria. No le costaba nada analizarla ya que estaba hecho.

- ¿En la presa? Por lo menos se puede decir que las cosas está... estables allí. Hable con el supervisor de la misma y me ha dicho de que a pesar de las quebraduras y el sobrepaso del agua por sobre la presa, no hay mayores riesgos de lo que actualmente ha ocurrido. Lamentablemente, ya tenemos consecuencias terribles: el puente de salida de la ciudad se encuentra destruido. Y cualquier otra conexión con el exterior se vio cortada...

 Wilson cierra la puerta del copiloto de su auto y le hace una pequeña señal a Alicia de que se dirija al auto de Harry. Es lo más conveniente en estas clase de situaciones, después de todo.

- Ahora mismo tengo que ir hacia la alcaldía a dar a conocer la cuestión... no se si habrá mucha discusión sobre esto, pero debemos empezar con las medidas de contención de desastres. Pero antes, quisiera que me ayude a llevar a esta joven al hospital. Vamos al centro...

La joven asintió a las palabras de Harry, siendo mucho más receptiva que cuando el alcalde la había encontrado. Aun aferrando la manta por sobre sus hombros, caminó hacia su casa, mirando todo con atención. No podía ir por allí en paños menores, por lo que conseguir un pantalón, calzado y abrigo sería lo ideal.

Tardó unos cinco minutos, en los que Lee estuvo a punto de ir a buscarla, pero la joven apareció, ya cambiada, caminando a paso rápido hacia ellos. Tenía el rostro pálido y aún más confuso, pero al llegar a su lado solo subió a la patrulla con gesto ausente. Al menos no había oído lo de la represa y que estaban atrapados, eso podría haber sido peor.

Ambos subieron a sus respectivos vehículos, avanzando luego hacia el centro del pueblo. Sus mentes aun revisaban todo lo que ocurrió, desde el día anterior hasta ahora. En el auto de Lee, la mujer se mantuvo callada, mirando por la ventana el desastre que había provocado la tormenta.

-No lo sé- dijo encogiéndose de hombros-. Solo lo oí de casualidad mientras caminaba por el bosque- la chica volvió a asomarse discretamente por la ventana-. Parecía que hablaba con alguien, pero estaba solo- pudiste notar como la piel del cuello de Ellen se erizaba-. Cuando me vio casi me hizo orinar. Y eso que no dijo nada, pero tiene una mirada que da mucho miedo.

Se giró hacia ti con una sonrisa, al comprobar que Waffe había quitado el árbol con bastante facilidad con su camioneta.

-Siempre me dije que no me guiaría por los rumores, pero a veces son hasta creíbles- apoyó la mano en su vientre con un gesto de dolor-. Gracias por ayudarme.

El medico se frotó el cabello algo nervioso. No era una persona conflictiva y prefería evitar los problemas. El estar en medio de uno muy grande le estaba destrozando los nervios.

-Siempre temí algo- dijo mirando fijamente la puerta metálica en donde descansaban los cadáveres-. Que un día enterraría a alguien que en verdad no estuviera muerto- les dedicó una rápida y evasiva mirada-. Mi abuelo me contaba historias de personas que murieron y al ser exhumadas se encontraron con arañazos en sus ataúdes y posiciones raras- ambos notaron como se retorció en un escalofrío-. Era todo mentira. Mi abuelo adoraba aterrarme. De todos modos siempre tuve la precaución de asegurarme que mis… pacientes, los que morían, estuvieran en verdad muertos- su expresión cansada se fijó intensamente en Felix-. Creí que había fallado esta vez.

Carraspeó para quitarse el nudo que se habia alojado en su garganta, se frotó los ojos con fuerza mientras continuaba hablando:

-No hay nada mas aparte de lo que le conté. Pero le prometo que si encuentro alguna pista, por minima que sea, le llamaré directamente.

-Olivia es bastante eficiente- dijo el hombre algo extrañado-. Trajo al mundo a la mayoría de los del pueblo- sonrió de costado-.  Aunque da algo de miedo a veces jeje.

El tipo parecía una buena persona o quizás era muy buen actor y se había equivocado de carrera. Pero en cuanto preguntaste sobre lo que le ocurrió, sus ojos buscaron cualquier punto en la sala que no fueran tus ojos. Tragó saliva e intentó esbozar una sonrisa.

-Una tontería… La tormenta me volvió torpe y atolondrado- sus manos se volvieron puños, aunque no te sentiste amenazada, era un gesto de rabia pero no hacia tu persona.

No eras una persona que pudiera reconocer si alguien miente o no, pero tenías otras capacidades. Aparte de la evidente herida en la cabeza, tenía un pequeño moretón a la altura del mentón. No era grande, al menos no en comparación del otro golpe, pero estabas casi segura que era tan reciente como la de la cabeza.