Partida Rol por web

Esperó pacientemente a que Mira Farbe decidiera hablar, siguiéndola con la mirada mientras intentaba comunicarse con ella de forma atropellada, atenta por si iba a darle un ataque de ansiedad o necesitara cualquier calmante momentáneo.

No fue hasta que se acercó cuando pareció ser sincera, guardando silencio y escuchando con atención la verdadera historia, conmovida a medida que relataba, colocándole incluso una mano en el hombro para inspirarle calma al ver que cada vez estaba más alterada.

- De acuerdo.- Tragó saliva antes de respirar hondo, buscando las palabras correctas.- Hay ocasiones en que una persona puede presentar síntomas de esquizofrenia o ligeros ataques de ira incontroladas. ¿Sabe si su marido toma alguna medición? – No quería tachar al hombre como “maltratador” aunque todas las señales apuntaban a ello, un título que llevaría en lo que le quedaba de vida fuera cierto o no.- Le recomiendo que se aloje en casa de una amiga o familiar, al menos hasta comprobar qué le pasó realmente.- Durante unos segundos temió por la doctora Lara, quien se lo había llevado aparte, esperando que no tuviera algún brote psíquico que la pusiera en peligro.- Todo saldrá bien, no se preocupe.

Pese a lo atractiva que mostraba ser la muchacha Harry (extrañamente) estaba concentrado en todos los sucesos que estaban ocurriendo. El viaje trascurrió en silencio hasta que llegaron al hospital. Una vez allí Harry ayudó a Alicia a bajar y la llevo para dentro para que la examinaran. Sin apartar la vista de ella en ningún momento Harry llamó al Sheriff.

Tomando el walkie llama al sheriff

Sheriff, ya hemos llegado al hospital. Están a punto de hacer una revisión a Alicia. Le estaremos esperando aquí. ¿Todo bien?

Asentí a las palabras de Timothy. Yo también había escuchado historias de ese estilo pero siempre me habian parecido cuentos para asustar a los niños, más que historias reales. Además,  en el estado en el que estaba Harold, con el pecho aparentemente destrozado, no tenía mucho sentido que se hubiera levantando y se hubiera simplemente largado.

-Gracias, Timothy. No sé que está ocurriendo pero llegaremos al fondo de esto. Hoy están pasando cosas bastante raras, así que lo mejor será que mantengas los ojos y oídos bien abiertos. Si descubres algo más, no dudes en llamar a la comisaria. 

Tras aquello salí de la sala, volviendo a la entrada principal donde Lee me había dicho que estaba. 

La doctora cogió una de las manazas de Will y la apretó con suavidad - Puede contarmelo.... No le voy a juzgar, de verdad. Además, las cosas que se guarda uno para si acaban enquistandose... -
 

Mira parecía mucho más calmada, como si el decir eso en voz alta le hubiera quitado un gran peso de encima. Te escuchó con atención, mostrando la más grande de las incertidumbres mientras te oía.

-Wil no toma nada- dijo negando con la cabeza repetidamente-. Nunca había actuado así o siquiera levantado la voz- se frotó las manos con fuerza, incapaz de mantenerlas quietas-. Eso… la esquizofrenia… ¿Qué es?- dijo la palabra con miedo, como si estuviera maldita. No dijo nada sobre lo de alojarse en otra casa, pero por su expresión no pareció muy convencida.

Korper asintió a todo lo dicho con Strarrosa, notándose que se sentía bastante más tranquilo, quizás porque ahora el problema era de otro o tenia ayuda para resolverlo. Antes de salir de la estancia, le dedico una última mirada a la puerta abierta metálica, sin atreverse a volver a cerrarla de momento. Luego cerró con llave, asegurandose luego que en verdad estuviera cerrada, quizas una costumbre que tendria de ahora en más.

Al salir de allí no vieron a la doctora o enfermeras, pero podían oír voces tenues en las salas, quizás estarían atendiendo. Geli se mantuvo cerca de los dos hombres, con el rostro pensativo, tal vez rezando, tal vez abrumado por este sinsentido. En la entrada vieron a Lee entrar con una joven.

Alicia se dejó conducir hacia el interior del hospital, aunque no estaba tan “frágil” como cuando fue encontrada, aún seguía un poco shockeada. Justo cuando ambos pasaron la puerta del frente del hospital, vieron a Strarrosa, Doorgod y Korper, los tres venían del interior del hospital.

La joven que acompañaba Lee iba vestida con un pantalón, zapatilla y un abrigo, aunque el ayudante del sheriff había indicado que la encontró en paños menores. También se la veía bastante lúcida. Lo único “descolocado” era su cabello, ligeramente revuelto y enredado, su rostro estaba también un poco sucio. Les dedico una mirada a los tres hombres, reconociendo a todos, sus ojos se humedecieron y bajó la mirada unos instantes.

El hombre se removió incomodo al sentir tus manos sobre la suya, quizás no tan acostumbrado a que otra mujer que no sea su esposa le tocara. Apartó la mirada unos instantes, tragando saliva un par de veces y ordenando sus pensamientos.

-La verdad es que no lo recuerdo- se tocó la frente, aprovechando ese gesto para apartarse un poco de tu tacto-. Estaba viendo la tormenta, algo sorprendido por su fuerza- ligeramente se tironeó la venda-. Luego… nada. Solo recuerdo estar en el suelo, Mira me observaba con lágrimas en los ojos y aferrándose el costado. Había sangre en sus manos…- sus ojos te parecen ausentes, como si no estuviera allí-. Me dolía la cabeza, había pedazos del florero en el suelo… Creo que me caí…- entonces se miró la mano derecha, cerrándola, pero no del todo, como si sostuviera algo-. Ver… Verk…

Alzó la mirada con sorpresa, como si algo le hubiera aferrado el alma. Su rostro estaba pálido y una gota de sudor cayó por su frente y te sonrió incómodo.

-Debí caerme….

Viste como Lee bajó en el hospital, llevando a la joven hacia su interior. Tú continuaste hasta la alcaldía, en donde te sorprendió ver un hermoso coche aparcado en la entrada. Lo reconociste al instante, era el de Legrand.

Del interior te llegaron unos susurros, aunque era difícil entender. Quizás si te acercabas con suavidad pudieras oír. Las voces eran de mujer y te pareció que una era de tu secretaria.

La cabeza me iba a estallar. Había tenido más que suficiente el día anterior con toda mi paranoia satánica. Estaba totalmente absorto en mis pensamientos. Apenas escuchaba ya a Körper. Estamos hablando de un tema muy serio. Tengo que hablar a solas con Felix. Si hay gente tan loca como para robar un cuerpo de la morgue, puede haberla para secuestrar a una persona e incluso matarla. He estudiado muchos casos de sectas, congregaciones satánicas y rituales negros como para saber que no sería la primera vez que esto ocurre. Puede que no tenga nada que ver con todo esto, pero es evidente que el robo de un cuerpo no es algo normal ni bueno.

Justo antes de alcanzar a Lee y su acompañante, dije a Felix en voz baja:
- Esto se está poniendo muy feo, amigo mío. Un cuerpo desaparecido, gente con túnica y lenguas irreconocibles no son buena combinación. No te digo que sea nada sobrenatural, pero cuando uno está tan loco como para robar un cadáver puede estarlo para matar a alguien. Y ni se te ocurra pensar que Harold no estaba realmente muerto. Estaba destrozado, lo vi con mis propios ojos.

La esquizofrenia es una enfermedad mental que algunas personas presentan sin previo aviso a lo largo de los años. Alteración de la personalidad, alucinaciones, no saber distinguir lo real de lo imaginario…- Recitó los síntomas más conocidos en alta voz, lo que cualquiera encontraba con una búsqueda rápida por páginas médicas.- Tiene tratamiento y, controlado, puede llevar una vida normal sin preocupaciones.

Por eso es importante que, mientras no sepamos si fue un caso aislado o algo premeditado, tanto usted como su hijo busquen un lugar seguro donde estar.- Sabía que la mujer no había respondido a su petición de marcharse a casa de un conocido durante unos días, algo que la preocupó.- Puedo intentar hablar con su marido si está más tranquila, proponerle hacerse algunas pruebas.

No supe qué pensar sobre la anécdota que me había contado Ellen acerca de Waffe. Si bien era cierto que se contaban muchos rumores acerca del huraño individuo, nunca había llegado a poder comprobar esas hiostorias de primera mano. Quizá Waffe tenía algún tipo de trastorno a consecuencia de la guerra o simplemente tenía la costumbre de comentar sus pensamientos en voz alta, tal vez...

-Ahora que Waffe ha apartado ya el árbol, creo que salir es seguro -le indiqué a la joven embarazada, extendiéndole la mano para que la agarrase-. Vamos, no te separes de mí. Con cuidado. Te ayudaré a salir.

Lara dió un paso hacia atrás al sentir la incomodidad del hombre. A veces no se daba cuenta de que trataba a la gente con  demasiada familiaridad. ¿Sería quizás por la falta de su familia? Ya no había nadie en su casa que corriera a saludarla cuando llegaba. Nadie la abrazaba por detrás mientras preparaba la cena ni le daba besos en el cuello. Tampoco tenía ya esos bracitos que le rodeaban sus piernas cuando quería llegar a un sitio alto. Quizás por eso buscaba contacto, aunque fuera de un desconocido.

Y ahora tenía un hombre del que su compañera pensaba que maltrataba a su mujer y ella ahora pensaba... ¿qué? ¿Qué era ella la que le había estampado a él el jarrón en la cabeza? ¿Qué se habían golpeado uno al otro? Se abrazó a si misma mientras intentaba que en su rostro no se trasluciera ninguno de esos pensamientos.

- ¿Verk? ¿Qué es eso? - preguntó con cautela. Esperó unos prudenciales segundos a que el hombre le contestara, si no lo hacia, le guiaria de nuevo hacia la puerta tras decirle que los resultados estarían en un par de semanas

Geli, que hasta entonces se había mantenido silencioso, salió de sus cavilaciones para compartir sus pensamientos conmigo. 

-No estoy seguro de que sea un robo, Geli. Aunque coincido en que es la conclusión más lógica, nada apunta a que el cuerpo haya sido robado. Nadie en este pueblo es tan hábil como para perpetrar este crimen, y aun así se ha cometido. Noto que se nos escapa algo, algo importante. Quizás visitando a Anna podamos resolver este entuerto. 

Era el siguiente paso lógico, avisarla de la desaparición del cadáver y preguntarle si tenía alguna idea de que había podido pasar. No esperaba que la pobre anciana, tras todo lo que había tenido que soportar, fuera de mucha ayuda, pero no había mejor manera de proceder en este momento.

Al volver a la entrada pude ver a Lee junto a la chica que suponía que sería Alicia. La pobre tenía un aspecto bastante desaliñado, aunque su mirada era despierta. El ataque que había sufrido parecía haber acabado, y pude notar un poco de vergüenza en su mirada cuando nuestros ojos se cruzaron. Con paso decidido y contento por el buen trabajo de mi ayudante me acerqué a ellos. Al ver que la muchacha seguía con la cabeza gacha quise darle algún tipo de ánimo, algunas palabras de aliento, pero no fui capaz. ¿Qué se decía en esos casos? "Ey, alza la vista, no me parece que estés tan loca como me había descrito Lee" o estupideces mayores era lo único que se me ocurría. Al final, tras unos segundos bloqueado delante de ella, le posé una mano en el hombro, apretando suavemente conforme pasaba a su lado. Esperaba que de una forma u otra lograra transmitirle algo de apoyo. Tras aquello, me dirigí a mi ayudante y lo aparté un poco para hablar en privado, sin que la chica nos escuchase.

-Acabo de venir de la morgue para investigar la desaparición del cuerpo de Harold. No he encontrado nada, ni una sola pista. Este asunto me trae de cabeza, voy a visitar ahora a Anna para informarla del asunto. -Suspiré y me giré para mirar a Alicia-. Me alegra ver que la chica está más o menos bien, por lo que me habías dicho estaba bastante preocupado. ¿Sabes algo más sobre ella?

Me acerqué a la muchacha con una sonrisa, intentando que se sintiese más cómoda.
- ¿Cómo estás, hija?. Están siendo unas horas duras para todos. Confía en el sheriff, no hay nadie en todo el pueblo que pueda ayudarte como lo hará él.

Mira parecía intentar asimilar todo lo que le estabas diciendo, mucha nueva información que no esperaba, más se la notaba aliviada. Como si la idea de que todo fuera culpa de una enfermedad le resultara mucho más digerible que cualquiera de las explicaciones que haya formulado por sí misma.

-Él no recordaba nada- dijo acariciando ligeramente el vendaje de su herida-. Ni siquiera entendía porque estaba herido.

Sabes que para poder diagnosticar algo como eso, necesitarías ayuda y no la conseguirías en ese pueblo. Incluso dudabas que hubiera medicamentos para tratarlo y que necesitarían traerlos de afuera.

-Mi esposo no lo hizo a propósito, seguro que fue por eso que dice usted-  negó con la cabeza varias veces, convencida ahora que el problema podía solucionarse-. Wil jamás me lastimaría…

La joven aceptó gustosa salir de allí, mantenía en todo momento su mano en el vientre y cada tanto parecía susurrarle algo. Al ver que notabas esto se encogió de hombros.

-Tengo la excusa que sé que él está aquí- y rió por lo bajo justo cuando llegaban a la puerta de enfrente. Afuera se veía a Waffe y Luana, junto con el molesto árbol que descansaba a pocos metros de la entrada. Ellen observó el árbol con gesto cansado, quizás pensando en todo lo que debería hacer para quitarlo. Cuando vio el estado general del porche lanzó un largo y pesado suspiro-. Esta todo destrozado…

Sacudió su cabeza y se acercó a la periodista y Waffe, acompañada por Eric quien le ayudaba a pasar por todo ese destrozo. Le dedicó una enorme sonrisa a Luana y una mirada un poco más discreta a Trevor.

-Muchísimas gracias- acariciaba su estómago mientras hablaba-. Este pequeño estaba impaciente, aunque no creo que quiera salir pronto- a pesar de sus palabras, se notaba que sentía molestias, pues de vez en cuando su rostro se deformaba por el dolor.