Partida Rol por web

Cuando vi a los dos periodistas en el coche patrulla me extrañé muchísimo, pero tras oir sus explicaciones todo parecía bastante lógico. Ellen era un buen motivo. Durante un momento había olvidado la noche tan terrible que había pasado nuestro pequeño pueblo.

El sentimiento de impaciencia y ansiedad que había experimentado antes parecía ir remitiendo por lo que pudo saludar a la paciente con su sonrisa profesional y encantadora

- Encantada Alicia. Subase a la camilla y vaya contándonos - le dijo antes de buscar la caja de guantes

- Evelyn, puedes ir tomándole las constantes por favor? -

Al ver que el contacto era Andrew soltó una discreta sonrisa, aquella que lleva esperando un buen rato por su persona especial, esperando que todo estuviera bien. Sin embargo el mensaje la dejó bastante indiferente, esperando incluso un par de segundos por si iba a responderle algo más.

¿Qué tenga cuidado? – Alzó una ceja extrañada de que el mensaje podría enviarlo perfectamente a su prima en vez de a su novia. Evelyn estaba acostumbrada a la caballerosidad de la que le enamoró, incluso ese lado atento que tanto le gustaba y sólo le mostraba a ella, aunque fuera a base de mensajes cargados de promesas futuras. Ahora sólo había algo escueto, soso y frío.

Hizo una mueca de ligero enfado mientras guardaba el móvil, preguntándose el motivo de tanto pasotismo y qué quería decirle con eso. Espero que luego me llames, Andrew.

Tardó unos segundos en mirar el móvil, cambiando su visión de ilusión a un ligero enfado de párpados caídos y una fina línea en sus labios mientras volvía a guardarlo, colocándose junto a Lara antes de entrar en la habitación.

Sonrió con ternura ante la timidez de la joven, acercándose con cuidado para no asustarla mientras abría uno de los cajones y sacaba el tensiómetro, dejándolo a su lado.

- Un placer Alicia, soy Evelyn, pero puedes llamarme Eve.- Con cuidado, cogió el brazo de la muchacha sin dejar de mirarla a los ojos, como si estuviera pidiéndole permiso antes de hacer cualquier movimiento brusco.- Voy a tomarte la tensión, no te preocupes es rutinario, apenas será unos segundos.- Le levantó la manga todo lo que pudo antes de ponerle la correa del tensiómetro.- Ahora, no te muevas. Respira hondo.- Dejó el brazo de la muchacha sobre el regazo, controlando la presión antes de mirar la máquina donde podían verse las constantes.

Alicia sonrió otra vez, relajando su postura y dejando hacer a Evelyn. Al levantarle la manga de su ropa, notaron que había algunos rasguños recientes en su brazo, nada grave, pero resultaban curiosos. El rostro de la joven estaba limpio, como si se hubiera lavado la cara. Tenía un pequeño rasguño también en la mejilla, apenas visible.

-Yo… no recuerdo mucho- comenzó algo dubitativa a la pregunta de la doctora Scofield-. Solo recuerdo que me iba a bañar, estaba leyendo a Wilde, era de noche ya… Luego estaba al lado de Batterman y en medio de la calle- Eve notó como a la joven se le ponía los bellos del brazo de punta-. Yo estaba en ropa interior, como cuando me disponía a bañarme- su rostro se puso pálido de repente-. Pero sucia y desorientada. Nunca me había pasado algo así.

Si alguna idea pasó por su cabeza, no la dijo en voz alta, pero tenía la mirada perdida en la nada, como si esa posible idea diera aun vueltas en su mente.

-Quizá lo mejor sea llevar a Ellen al interior del hospital -dije, dirigiendo una mirada nerviosa al sheriff y al Padre Doorgod. No era el mejor momento para explicar que probablemente la joven estuviese rompiendo aguas, a juzgar por los dolores que había mostrado cuando estábamos en su casa-. Sheriff, ¿se sabe algo sobre ese chico, Adam Kuchen? Ayer prácticamente recorrí medio Sonnenlicht, pero no lo encontré por ninguna parte.

 Wilson escucha atentamente a su secretaria: ha estado atenta a cada detalle; siempre tan minuciosa y trabajadora como lo han dicho los rumores. Pero él alcalde tampoco era un hombre holgazán que no hiciera nada por su pueblo: tenía información de urgencia.

- Estaba pensando, ya que esta circulando la información sobre acogida a los damnificados, que también se haga circular esta importante noticia: el pueblo se encuentra completamente aislado. El puente al exterior desapareció bajo las turbulentas aguas despachadas por el roto dique, que... se encuentra estable; según me ha dicho el propio encargado.

 Wilson tomo un temple pensativo: la seriedad colmaba su expresión. Fue evidente que el momento de bromas ya había acabado para él.

- Sin embargo, es un tema que puede provocar pánico o enojo en primera instancia por parte de nuestros sonnelitcheanos... Debemos buscar alguna manera tranquilizadora y elocuente de hacerles llegar la noticia sin que el pavor del aislamiento los afecte... ¿Alguna idea, Judy?

- Y por cierto... ¿Alguna novedad del Sr. Swatch?

El rostro de Lara no revelaba ninguna reacción ante aquella información mientras se terminaba de ajustar los guantes y se dirigia a la batea para coger los útiles de cura.

- ¿Habias tomado alguna medicación? Una aspirina, algún antihistaminico... ¿quizás bebiste una cerveza o algo de vino? Mucha gente no sabe que algunos fármacos reaccionan ante el alcohol. - sonreia con aprecio para evitar que pensara que estaba juzgandola. Mucha gente se tomaba las preguntas como un ataque, cuando solamente era un protocolo necesarioa para confeccionar una buena anamnesis

Al levantarle la manga paró brevemente al ver los rasguños, aprovechando ese acercamiento para palpar levemente y comprobar el grado de importancia. Miró a Scofield, una rápida pregunta muda donde señalaba de forma sutil las heridas, aunque todavía no supiera su procedencia.

Mientras hablaba notó cómo el bello se erizaba, quitándole la correa del tensiómetro y bajándole la manga poco después*.

- ¿Qué crees que te ocurrió? – Notaba que quería seguir hablando, intentando animarla para que expusiera sus ideas.

Judy ni siquiera alteró el rostro cuando supo lo de la represa o que tenían todas las salidas cortadas. Quizás ya lo sabía por lo hablado con Dukovich o por imaginarlo ella misma. También podría ser un simple mecanismo de defensa. Evaluó unos instantes tú pregunta, tomándose el tiempo para poder contestar adecuadamente.

-La solución del puente no será rápida, así que no conviene generar más caos- chasqueó la lengua-. Puede decir la verdad, suavizada, para que la gente no intente salir del pueblo- aunque nadie intentaría cruzar el puente en ese estado, uno totalmente destruido y el otro pasándole el rio por encima-. La noticia del rio se esparcirá, así que lo mejor es darla cuanto antes- se encogió de hombros-. Creo que la radio seria el medio ideal.

La mención de Swacht provocó un gesto de pena y la mujer bajó la mirada un segundo. Luego la alzó para dar la mala noticia.

-Hablé con Olivia, me dijo que Swacht falleció en la noche. Lo siento.

La presión era normal, sus pupilas estaban bien y no parecía desorientada o bajo el efecto de drogas. Al menos en ese momento. Si había algo mas, no podían verlo a simple vista. Seguramente por eso Korper pidió muestras de sangre.

-No, solo me hice un té de manzanilla- dijo la joven abriendo mucho los ojos-. No bebo alcohol. No me gusta- dijo bajando la mirada hacia un costado-. Los medicamentos tampoco- sonrió enarcando ambas cejas-. O los hospitales.

La pregunta de Evelyn la puso tensa, mojándose los labios varias veces antes de contestar.

-Tengo miedo de que me drogaran…- tragó saliva ruidosamente-. He leído que pasa mucho... afuera... en otros lugares del mundo. ¿Podría pasar aquí?- sus ojos se alternaron de una mujer a otra, esperando una respuesta-. Mi casa era un desastre y el espejo del baño…- se levantó de repente, con la urgencia pintada en el rostro-. Estoy segura que algo pasó… solo que no lo recuerdo.

 El alcalde se había quedado en un silencio casi sombrío luego de escuchar la noticia del fallecimiento del Sr. Swacht. Ese suceso había marcado parte de lo que fue el día anterior; y por más celebraciones e historia que se pusieran en juego ayer... la desgracia ahora era otro componente del día después de la tormenta. Tomando un respiro hondo y volviendo al tema de principal urgencia del pueblo, Wilson se dirigió nuevamente a su secretaria.

- Una tragedia, en un día tan importante...- tose dos veces -Bueno, creo que lo mejor sera dirigirme hacia la estación de radio... no quisiera forzar una entrevista yendo allí, pero seguramente calmaré más la situación si yo mismo voy a hablar con la Sra. Zniet. Luego me dirigiré a la secundaria y ayudaré en lo que pueda.

- Todo en orden.

Tras confirmar que estuviera estable físicamente, al menos a lo que tensión y presión se tratase, asintió a Lara mientras apuntó en una libreta sus constantes por si había que redactar después un informe. Guardó el tensiómetro en su lugar correspondiente, primero con cuidado en la caja negra y, después, en el cajón, antes de seguir escuchando a Alicia.

- No te preocupes, cuando estamos en tensión nuestra mente suele olvidar algunos momentos de nuestro día.- Sonrió mientras se apoyaba en la mesa con los brazos cruzados, intentando calmar a la chica.- Seguro que cuando estés más tranquila te acordarás de algunas cosas, pero ahora es mejor que no fuerces.- Miró a su compañera, esperando que ella dijera también su veredicto.- Ayer por la noche hubo una tormenta importante. Muchas casas fueron arrasadas por el viento, lo más seguro es que el desastre de la tuya haya sido por eso. ¿Puede que se diera un golpe y la tormenta la arrastrara a otro lado? – Soltó una idea al aire, esperando que Scofield respondiera.- Eso explicaría los arañazos y el cambio de lugar. Tal vez se dio un golpe en la cabeza y estuviera inconsciente. En cualquier caso que esté aquí ilesa es buena señal.

-Los accidentes ocurren y las personas mueren- dijo Judy negando con la cabeza-. Por muy desagradable que fuera ese hecho, no se puede hacer mucho más. Este pueblo le necesita en este momento, más de lo que usted cree- lanzó un suspiro sin dejar de mirarte a los ojos-. Necesitará ser fuerte y tener sangre fría. Estoy segura que esto no terminará sin más novedades- dicho estas palabras de “animo”, sonrió transmitiendo tranquilidad-. Elizabeth no se negará, la conozco y estará entusiasmada de hablar con usted… De los otros dos ya no pondría las manos en el fuego…

Al salir de la alcaldía ya no viste el auto de Legrand, así que seguramente estaría en la secundaria, mostrando lo amable que era. Como fuera, era una gran ayuda tener a gente influyente dando una mano en esas situaciones.

Subiste a tu auto y manejaste hasta las afueras del pueblo, llegando con rapidez hasta la radio. No estabas seguro, pero te pareció que la antena que se erguía sobre ella estaba un poco inclinada hacia un lado. De esa ante dependía que los teléfonos celulares funcionaran, así que más le valía mantenerse en su lugar.

La puerta del edificio estaba abierta, a un costado de la misma había un secador de piso y algunos papeles mojados tirados. Del interior del recinto te llegaba la inconfundible vos de Zniet, la jovencita parecía estar anunciando algo.

-Para todos aquellos que estuvieron muy ocupados sacando agua de sus casas o quitando ramas de sus puertas y no hayan podido comer nada, pueden visitar la Secundaria de Sonnenlich para llenar el estómago. Ya conocen las capacidades culinarias de la señora Crown, así que vayan en orden- era fácil intuir una sonrisa luego de eso-. También dispondrán de un lugar donde descansar en caso de que su hogar estuviera muy deteriorado. Incluso podrán dormir allí… mucho más cómodo que dormir en la radio. Créanme. Si tienen algo que aportar, diríjanse allí. Cualquier ayuda en bienvenida. Ahora pondré algo de música, pero su querida amiga Elizabeth continuara por aquí.

Mientras se intercambiaban algunas palaras, una vieja camioneta aparcó en doble fila, justo al lado de la patrulla de Lee. El vehículo parecía estar totalmente cubierto de barro y maleza, como si hubiera tenido que pasar por el medio de un campo. En la caja de la misma, había muchas personas, quizás unas cinco, todos parecían tener algún tipo de herida y la mayoría estaba cubiertos de barro. De la puerta del conductor bajó un tipo alto y de aspecto rudo, con aspecto cansado pero luciendo enérgico.

-Buenos días- dijo a nadie en particular. Luego se dirigió a sus hombres-. Muy bien, hagan una fila, intenten no ensuciar todo y ustedes dos- señaló a dos sujetos, los cuales tenían sendas marcas en la cara-. No quiero líos aquí.

Algunos reconocieron al conductor, era el encargado de la finca Batterman, Ricky Swellson, un tipo un poco difícil de llevar cuando hay que llevarle la contraria, pero confiable en su trabajo.

La radio de Strarrosa sonó con un pitido y al instante la voz de Ellie Bystrý pudo oírse perfectamente.

-¿Sheriff? Necesito que haga algo- era raro que la joven no fuera más delicada en su trato, por lo que debería ser algún tipo de emergencia.

La explicación de Eve pareció tranquilizarla brevemente, asintiendo mientras ella hablaba y sonriendo con alivio. Pero entonces comenzó a negar con la cabeza con fuera.

-Pero… en el baño…- hizo una mueca de desagrado-. Había escrito en el espejo una palabra- arrugó los ojos, como si buscara entender algo-. Era mi letra… debí escribirlo con lápiz labial- bajó la cabeza llevando sus manos a su nuca, masajeando la zona-. ¿Qué tan fuerte pudo ser el golpe? No me duele la cabeza ni nada, pero es la explicación más creíble. Me deja un poco mas tranquila.

Cuando creía que medianamente le había encontrado sentido a lo sucedido, la escritura del espejo le supuso una vuelta de tuerca, rompiendo todas sus teorías. Volvió a meditar de si la joven las estaba engañando y había consumido algún tipo de sustancia ilegal que le hiciera olvidar lo vivido las últimas horas, estaba claro que no les confesaría de ser así, pero verla en tan “buen” estado y con las constantes perfectas tachaba esa opción.

- ¿Qué palabra? – Aprovechó que le preguntó sobre el golpe para acercarse, colocándose en un lateral de la joven mientras se ponía los guantes antes de tocarle, con cuidado, la cabeza, buscando alguna herida o chichón.- Si estás más tranquila, podemos llamar a alguien para que inspeccione tu casa, para ver si hay más que no recuerdes.

-El oficial Lee estuvo en mi casa- dijo ella mientras se dejaba revisar obedientemente por Eve. La enfermera revisó a conciencia el cuero cabelludo de la joven, moviendo su cabello de un lado a otro con delicadeza. No había ningún tipo de marca, ni corte, la piel blanca se podía ver con facilidad a través del cabello negro-. Odio esa palabra…- su voz se tiñó de rabia-. Verkoruvalek… - todos sintieron que olvidaron algo, como si tendrían una importante tarea que hacer y la hubieran olvidado completamente. Casi sentía la necesidad de abandonar todo allí para hacer “eso”, solo que no tenían idea de que era eso que deberían hacer-. Estaba escrito una y otra vez- Lara pudo notar como los ojos de la joven parecían perderse en la nada-. Verkoruvalek… verkoruvalek, verkoruvalekverkoruvalekverkoruvalek – la palabra se enlazó con la siguiente, formando un asqueroso cantico que pareció colarse a través de sus oídos, reptando por este hasta alojarse en sus mentes, como un gusano implacable.