Partida Rol por web

—Muchas gracias, señorita Pierce, ha sido de gran ayuda. ¿Le quedan habitaciones? Es posible que tengamos que hacer noche aquí.

Tomo nota de la dirección. Podemos ir a preguntar a la fábrica de enlatados a ver si hay alguna pista sobre lo que se trae entre manos Bhule. Con un poco de suerte la tal Lester se fue de la lengua y le contó a alguien lo del viajecito con Bhule, o quizá lo del secreto que esconde bajo la camisa. Ya se sabe, entre amigas no hay secretos.
Luego está la cuestión del antropólogo cuyo teléfono me dio el padre de Bhule.
Si no hay nada que rascar de todo esto, podemos ir tras él. Mierda, ese Bhule apenas ha dejado pistas. Es más listo de lo que parecía.

- No hay de qué - dice sonriendo ante la perspectiva de haber cazado huéspedes de la manera más inesperada -me quedan tres habitaciones de lo más espaciosas y confortables- o lo que era lo mismo, la hospedería debía estar prácticamente vacía, pues dudábais mucho de que hubiera muchas más habitaciones.

Collins miró extrañado a Marlowe ante el comentario de las habitaciones, aunque decidió no decir nada. Quizá era una nueva técnica para sonsacar información. 

-Hasta la noche pues -digo haciendo una leve inclinación de cabeza y marchando hacia la salida.
Una vez fuera, estando a solas con mis compañeros empiezo a hablar.

-He visto su expresión, Collins. No es mala idea quedarse, la señorita Pierce puede contarnos algo más si congeniamos con ella, y de paso podemos inspeccionar el lugar de forma concienzuda por si Bhule olvidó algo que pueda darnos más información. Ya olvidó las direcciones que nos trajeron aquí en el antro de aquel tipo. Puede que encontremos alguna anotación en la biblia de la mesita, una nota cualquiera bajo la cama, lo que sea. Ha estado viviendo bastante tiempo en esa casa. Y bueno, si la señorita Pierce no es tan pulcra como quiere aparentar, puede que entre las sábanas encontremos material del interés del señor Palance y que pueda darnos alguna idea mejor sobre lo que esconde bajo la camisa.
Por otra parte, husmear un poco en la empresa de enlatados y entre los compañeros de la tal Lester puede que nos arroje algo de luz sobre el asunto. Deberíamos llamar al teléfono del antropólogo que me dio el padre de Bhule para saber más sobre sus estudios.
Si encontramos lo que estimo que podemos encontrar al final de esta aventura, no importa que Bhule nos tome la delantera y se las vea con otro ser tentaculado. Al fin y al cabo huyó como una niña y dejó morir al pobre Poncelet sin hacer nada.

Me restrego un poco los ojos.

-Creo que ahí hay una cabina, podemos llamar.

-No es cuestión de éso... Es que le recuerdo que ya tenemos habitaciones pagadas en un hotel. Y mi olfato periodístico me dice que esta mujer no nos puede ofrecer mucho más. La fábrica de conservas puede ser un buen punto, éso sí. 

-Si se trata de dinero o de amortizar la inversión de la habitación, no hay inconveniente en hacer yo solo noche en el lugar de la señorita Pierce para indagar un poco. Si no encuentro nada, no mencionaré nada más sobre este asunto.
Si les parece bien entonces, podemos ir a la fábrica de enlatados. Antes de eso voy a hacer la llamada.

-Adelante entonces, aunque en un futuro sugiero invertir el dinero con más mesura... Ya sabe que no crece en los árboles, y la situación tampoco está para tirarlo. 

Sonrío y me acerco al teléfono público con el fin de llamar al antropólogo.

La operadora te conecta con el despacho del profesor Petrie, pero en lugar de contestar él mismo, contesta un becario del departamento de que te informa de que el profesor se encuentra fuera, te da cita para mañana a primera hora de la mañana pues le dices que te urge ver al profesor cuanto antes.

Así que te despides del becario y cuelgas el teléfono, parece que os váis a tener que quedar un día más en Toronto al menos.

Tras salir de la cabina:

-Señores, el profesor Petrie no estaba. Me he citado mañana con él a primera hora.

-Bien... ¿A la fábrica pues?-preguntó Collins.

-Sí, vayamos, a ver si corremos mejor suerte y sacamos algo en claro.

- No tengo muy claro que clase de pistas vamos a encontrar en una fábrica, me gustaría más lanzarme ya a la caza a campo abierto, a ver si es tan bueno ese Bhule. De todos modos vosotros sois los expertos.

Dicho esto continuo mi camino encogiendo los hombros.

LLegáis antes de una hora a la fábrica de conservas, allí hay al menos dos docenas de personas (varias de ellas niños) trabajando sin descanso en una de esas cadenas modernas de montaje. Nadie parece haceros el menor caso y siguen a lo suyo como si no existiérais.

- Viendo el panorama, creo que deberíamos buscar a algún encargado o responsable. ¿Cómo lo veis?

Dirijo mi mirada hacia los niños trabajadores, el gobierno debería tomar medidas para que estas cosas dejaran de ocurrir.

-Sí, sería lo más apropiado... 

El periodista echó una ojeada alrededor, frunciendo el ceño ante la visión de los niños trabajando.

"Si siguiera en el periódico, ya tendría un artículo interesante..."

En el extremo de la pared oriental(la de la derecha), ves un despacho rectangular con una puerta de cristal en la que puede leerse "Manager".

-Compañeros, creo que en ésa oficina encontraremos al responsable de la fábrica-dijo Collins señalando una puerta con un cartelito que ponía "Manager"

León caminaba con sus compañeros entre las maquinas y los niños trabajando y pensar que muchos lo tachaban de loco a él cuando había niños trabajando hasta el agotamiento en fabricas canadienses.

Lo mejor sería empezar a hablar con el encargado y no tener problemas a la hora de querer hablar con los empelados, nunca es bueno preguntarle a un empleado sobre un ex compañero de trabajo siendo un extraño

León se acercó a la puerta y espero a que se acerquen los otros, sin duda los expertos debían dar las primeras palabras.

Toco educadamente antes de abrir la puerta. Veamos qué podemos sacar de la tal Lester.