Partida Rol por web

Encogiéndose de hombros se sentía frustrado, pues por más que lo intentaban no conseguían nada. No había voluntad, era como si la gran mayoría de enanos del asentamiento no viesen absolutamente nada. ¿ Otra desaparición ? se habrá escondido... así era imposible así que Fingar decidió que se lo iba a tomar con tranquilidad y se iba a sentar tranquilamente a verlas venir. Le daba igual , ya vendrían a pedirle ayuda.

Así que  se limitó a decir:

- Como ordenéis- y sin más, volvió a sus quehaceres.

Halin asintió.

Lejos de obedecer las ordenes directas, ando disimulando hasta colocarse detrás de alguna columna. Sin duda había llegado suficiente lejos con el asunto como para parar ahora. Él sospechaba de ese tipo y quería ver la casa con sus propios ojos.

Halin desapareció ocultandose en las sombras y siguiendo a los soldados que marchaban a cumplir las ordenes de su jefe. Tan sigiloso fue que ni sus amigos se percataron de que se había ido hasta que alguno de ellos fue a comentar algo con Halin y para su sorpresa también había desaparecido.

Los demás volvieron a la rutina y a los trabajos de aquella jornada, tratando de que todo volviera a la normalidad aunque no hubo pocos comentarios acerca de lo ocurrido precisamente.

Siguiendo a los enanos de la guarida de Grór sin que estos se percataran de su presencia, Halin logró ir tras ellos hasta que llegaron a la casa de Khuzdor Ojodelince y observó desde un lugar seguro como intentaban abrir la puerta. Al igual que les había ocurrido a ellos cuando lo intentaron no pudieron lograrlo ya que la cerradura era muy compleja.

-¡Maldita sea! ¿Qué clase de cerradura es esta? ¡Ha partido todas mis ganzuas!

-Aparta inútil. Mi martillo si que es una buena ganzúa... Ya se encargara Grór de comprarle una nueva puerta a Khuzdor.

El enano lanzó un martillazo a la puerta, pero lejos de romperla, pareció como si en lugar de un trozo de madera hubiera amartillado la roca más dura que el mundo hubiese visto ya que le hizo retumbar el cuerpo entero y el enano cayó de espaldas al suelo, el martillo salió despedido de su mano, el yelmo se el encajó en la cabeza y cuando se lo ajustó y se recompuso escupió una muela.

-¿Qué clase de brujería es esta?- Exclamó indignado y dolorido.

-Déjalo. -Dijo el otro asustado. -No quiero tener nada que ver con esto, si la puerta nos recibe así, imaginate lo que habrá dentro. Le diremos a Grór que no encontramos nada. Lo que en parte es verdad...

- ¡ Vaya con Halin! irse sin ni siquiera despedirse ¿ dónde demonios se habrá metido ? espero que no le haya pasado nada aunque me imagino que tendrá un buen motivo para desaparecer. - No puede evitar estar preocupado, otra desaparición más sería demasiado...

Halin observaba desde detrás unos sacos de arena y otros materiales de minería que había amontonados cerca de una de las casa de ahí. Estaba pensando en como acercarse mas una vez hubieran entrado en aquella casa.

Se quedó sorprendido ante las acciones de aquellos enanos, y cada vez tenía menos dudas que aquel enano si tenía cosas que ocultar.

Espero a que se alejaran aquellos dos enanos y con cuidado se acercó de nuevo a la casa, pero esta vez ignoró la puerta por el momento y dio un rodeo a la casa, a ver si había alguna ventana, chimenea u otra posibilidad que se mostrase ante sus ojos.

Como muchas de las casas enanas, aquella carecía de ventanas y chimeneas. Puesto que al estar en el interior de una ciudad enana en el corazón de la roca no eran necesarias. Si tenía, en cambio, algún que otro respiradero. Pero la idea de cruzar por ahí resultaba descartada por el minúsculo tamaño de estos.

Halin acabó su corto recorrido de inspección alrededor. Tras esto se plantó de nuevo delante de esa puerta, pero en ese momento no tenía miedo a que alguien lo viera, pues iba a hacer el trabajo que esos dos enanos no habían hecho.

Inspeccionó la entrada, a ver si encontraba algún indicativo que le diera una pista, una llave escondida debajo una piedra o cualquier cosa remarcable.

Tras esto, sacó un par de ganzúas e intentó otra vez a abrir esa maldita puerta.

La puerta carecía de ningún tipo de ornamentación, era sobria y fría, muchas de las puertas de las casas de los enanos, sobretodo de los más pobres, eran así. Aunque a la mayoría le gustaban los adornos y los detalles que pudieran distinguir su casa de la de otro.

La madera parecía dura con un simple vistazo, y Halin sabía que debía de serlo después de lo que había visto. Dudaba de que fuera madera. Tal vez la ornamentación de la puerta de Khuzdor consistía en aparentar ser una madera normal y corriente, fría y sin vida.

Halin trató nuevamente de forzar la cerradura, pero partió todas las ganzuas que tenía. Lo único que sacó de aquello fue tener que comprarse un nuevo juego.

Fastidiado por no haber conseguido nada, pero a la vez confirmando sus sospechas, se fue de ese lugar para reencontrarse de nuevo con sus compañeros. Sin duda les interesaría saber que es lo que había averiguado.

Nagredog se fue algo molesto. Solo intentaban esclarecer lo ocurrido. En el fondo seguia pensando que su eleccion y la de sus amigos les habia otorgado cierto estatus entre sus compañeros, tambien entre Turi y los jefes del asentamiento. Quizas estaba equivocado y todo ello lo frustaba. Con la seriedad calada en su cara marcho hacia su pusto de trabajo. 

Aun quedaba mucho por hacer en la mina, ya mas bien ciudad. Grandes salas habian sido habilitadas y decoradas. Galerias inmensas con pilares fuertes tambien habian sido grabados. Todo ello daba mas tiempo para entretenerse en detalles que podrian pasar desapercibidos. En esas columnas, en su parte mas alta, apenas visible, Nagredog se encaramo al andamio, herramientas en mano, para continuar con unas volutas que dejo a medias. Tal vez nadie las viese nunca.

- Ya me avisarian... - pensaba el enano mientras golpeaba con el mazo y el escoplo la roca que conformaba la columna.

Llevaban un rato ya de vuelta en el trabajo, algo indignados por no haber sido considerados por Grór para ir a inspeccionar la casa de Khuzdor, cuando Halin Sombrágil apareció en la mina. Iba buscandolos y los fue llamando para reunirlos uno a uno según los iba divisando en sus respectivos trabajos. 

Dejando el pico a un lado mientras se seca el sudor con su manga derecha

- ¿ Qué ocurre amigo ? ¿ has descubierto algo interesante ? ¿ escondía algo aquél ?  ¿ se sabe algo de los demás desaparecidos ? - todo eran incógnitas e interrogantes - estaba muy preocupado.

Se congregó con sus compañeros y con vos baja empezó a relatar:

- Seguí a esos dos guardias encargados, por Grór, para que fueran a rebuscar en la casa de Ojodelince. Me escondí tras unos materiales y .. - hizo una pausa, para tomar aire y seguir con su explicación - .. primer intentaron, como nosotros, abrir la llave con ganzúas, y aunque parecían tener algo de idea, se les rompieron todas. Luego pasaron a algo más drástico y uno de los enanos, descargó un potente golpe contra la puerta.

Hizo una pausa momentánea, para aclarar las ideas, pues al parecer algo había sido suficiente confuso para consternarlo.

- Al darle el golpe, el enano salió despedido hacía atrás y el martillo salió volando, como si hubiera golpeado la roca mas dura que podáis imaginar. Se asustaron un poco y decidieron irse y reportar que no "habían encontrado nada".

- Lo que cuentas es bastante extraño, puedo entender que las ganzúas se rompan... pero ¿ que salgan despedidos al darle una patada a una puerta ? eso sí que no es normal. ¿ sabéis lo que me viene a la cabeza ? MAGIA. Y si mis sospechas son ciertas... esto cada vez se pone peor.

Detesta la magia.

.- Ya decía yo que el tipo este no era de fiar, parecía peligroso y por lo visto lo es, aunque no se si para bien o si para mal de todos nosotros.- Batum se rascaba detrás de las orejas pensativo.

.- Hay que entrar ahí como sea! .- concluyó.- alguna propuesta?

- Si realmente es magia lo que protege esa casa, poco podremos hacer para entrar. Mas aun sin el permiso expreso de Gror o de Turi. Me temo que no podremos hacerlo por las buenas - dijo en una plena insinuacion de lo que habia que hacer, hablaba en voz baja.

- Podemos volver alli y tratar de entrar por alguna ventana. Creo que ese enano esconde algo..., por todo el oro del mundo que si que lo esconde... - Se perdio en sus pensamientos, imaginando lo que podrian encontrar en esa casa.

La casa carece de ventanas. Informó Halin. Solamente hay unos cuantos respiraderos pero no son lo suficientemente amplios para poder acceder por uno de ellos.