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La maldición del Mithril

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15/09/2010, 11:46
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Enanos:

Los enanos descienden de los Siete Padres, los primeros señores creados a partir de la tierra por el vala Aulé. Él es el Herrero de los Valar, el dador de las montañas y el señor de los oficios, y los enanos le llaman Mahal ("Hacedor"). Fueron creados primero pero Eru obligó a su siervo Aulé a retrasar su despertar hasta después de la llegada de los Elfos.

Después de su nacimiento, los Siete Reyes formaron tribus basadas en su linaje y se separaron. Aunque estas Siete Tribus se han diseminado por la Tierra Media, han seguido en contacto forjando su reputación universal de rudeza, sentido del pragmatismo y lealtad a toda prueba. La mayoría de los grupos prefieren las tierras altas y rocosas y las profundas cavernas de las montañas, ya que los enanos, quizá más que cualquier otra raza, recuerdan su origen y su herencia.

Características físicas:

-Complexión: Cortos de talla, rechonchos, fuertes, con extremidades muy robustas. Los varones suelen pesar unos 75 kilos por termino medio. Las hembras unos 65 kg.

-Color: Cabellos negros, rojos o castaño oscuro. Te tez rubia o rubicunda.

-Aguante: Pueden llevar grandes cargas durante largos recorridos con muy poco descanso.

-Estatura: Los varones suelen tener una media de 1,42 metros, las hembras de 1,32.

-Ciclo vital: Suelen vivir unos doscientos años aunque hay casos de vidas más largas.

-Resistencia: Resistencia contra las llamas y el hielo: bonificacion de 30 a la BD y a las TRs contra ataques de frío y calor.

-Capacidades especiales: Los enanos ven bien en la oscuridad extrema. Con la más minima luz, pueden ver perfectamente hasta los 30 metros. Pueden ver a 3 metros de distancia en la oscuridad total, a menos que sea mágica.

Cultura:

-Vestidos y adornos: Barbas, a veces trenzadas. Cabellos largos. Trajes pesados con capas y capuchas de brillante colorido. Los adornos son bastante populares.

-Miedos e incapacidades: Las aguas abiertas y el vala Ulmo (Señor de las Aguas). Los enanos no suelen saber nadar.

-Forma de vida: Los enanos son soberbios mineros y artesanos, y no tienen rival en el trabajo de la piedra. Viven en grupos cerrados y prefieren las ciudades subterráneas que suelen estar excabadas en abruptas colinas o en montañas.

-Emparejamiento: Monogamos. Sólo un tercio de la raza son hembras. El linaje se traza a través del varón.

-Religión: Los enanos creen que cada linaje tiene un espiritú común que impregna y une a todos sus miembros. Veneran a sus atepasados por encima de todo, veneración solo superada por la que sienten por Aulé, su hacedor, y creen que en cada rey pervive una parte de sus antepasados. Los que pertenecen al pueblo de Durin, los enanos de Moria y de las elevadas Tierras Ásperas, creen que sus reyes son un único enano, Durin el Inmortal.

Actitud:

Sobrios, tranquilos, posesivos, desconfiados, perseverantes, introvertidos y a menudo muy codiciosos. Guerreros tenaces, no dan cuartel y nunca retroceden. Cada enano trata a los de su raza como hermanos y a los no enanos como seres inferiores que, de una manera u otra, son una constante amenaza.

Su sangre es densa y sus lazos profundos. Cierran tratos con extremo cuidado, pero una vez hechos, los mantienen por encima de todo. Es cierto el viejo dicho: "Nunca hubo un amigo que hiciese un favor a un enano, ni un enemigo que le hiciese un mal, que no se viesen pagados por entero"

-Prejuicios: Los orcos, huargos y dragones son enemigos mortales de los enanos. Desprecian a estas especies por encima de todo, aunque desconfían en extremo de magos y elfos. Han sufrido demasiado por culpa de la magia. Ningún enano olvidará jamas las taimadas palabras de Sauron, cuyos encantamientos esclavizaron a muchos de sus grandes señores.

Restricciones a las profesiones:

No hay magos ni bardos enanos.

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15/09/2010, 12:22
Director

Historia:

En una gran estancia bajo las montañas de la Tierra Media, Aulë, el Herrero de los Valar, dio forma a los Siete Padres de los enanos durante las Edades de la Oscuridad, cuando Melkor y sus siervos malvados de Utumno y Angband dominaban toda la Tierra Media. Por ello Aulë hizo a los enanos fuertes y resistentes, inmunes al frío y al calor, y más recios que las razas que surgieron después de ellos. Aulë conocía la gran maldad de Melkor, y por eso hizo a los enanos tenaces, indomables y persistentes en el esfuerzo y el trabajo. Eran valientes en el combate y su voluntad y orgullo no podían doblegarse.

Los enanos eran mineros, albañiles, artesanos del metal y los más maravillosos artesanos de la piedra. Estaban bien preparados para los trabajos artesanales de Aulë, quien había dado forma a las montañas, ya que eran fuertes y duros, aunque no altos, pues sólo medían entre un metro y veinte y uno y medio de estatura. Como sus fatigas iban a ser muchas, se les concedió una esperanza de vida en torno a los dos siglos y medio, ya que eran mortales; también podían encontrar la muerte en el combate.

Aulë hizo a los enanos muy sabios en el conocimiento de sus técnicas artesanales y les dio un idioma propio, el khuzdul. En este idioma, Aulë era Mahal y los enanos los khazâd, pero era un idioma secreto que nadie que no fuera enano conocía, aparte de unas pocas palabras, y que ellos protegían celosamente. Los enanos siempre dieron las gracias a Aulë y reconocían que por él adquirieron forma. Pero la verdadera vida se la dio Ilúvatar. Se cuenta que, cuando Aulë hizo a los enanos, los ocultó a los demás Valar y creyó que tanto ellos como él mismo escapaban al conocimiento de Ilúvatar. Pero Ilúvatar se apercibió de lo hecho por Aulë y juzgó que era un acto sin malicia, por lo que santificó a los enanos. Pero no permitió que esta raza apareciera antes que los elfos, que debían ser los Primeros Nacidos. Así que, aunque los enanos ya estuvieran completamente acabados, Aulë los cogió y los escondió muy profundo bajo las rocas y en esa oscuridad durmieron los Siete Padres de los enanos durante muchas edades antes de que volvieran a iluminarse las estrellas y se acercara el Tiempo del Despertar. Fue así que los elfos despertaron en Cuiviénen en el este, en la Primera Edad de las Estrellas. En los años que siguieron, los Siete Padres de los enanos despertaron y su cámara de piedra se abrió y se alzaron y quedaron maravillados. Se dice que cada uno de estos Siete Padres construyó una gran mansión bajo las montañas de la Tierra Media, pero las historias élficas de estos primeros días sólo hablan de tres. Eran los reinos enanos llamados Belegost y Nogrod en las Montañas Azules, y Khazad-dûm (Moria) en las Montañas Nubladas.

La historia de Khazad-dûm es la más larga porque ésta era la casa del Primer Padre, llamado Durin I o Durin el Inmortal. Durante la Edad de las Estrellas, los enanos de Belegost y Nogrod fueron una bendición para los elfos de Beleriand, porque fueron al reino de los elfos grises con armas y herramientas de acero y mostraron gran habilidad en el trabajo de la piedra. Y, aunque los elfos grises no conocían previamente a aquella raza, a la que encontraban poco agraciada, y a la que llamaron los naugrim, el «pueblo menguado», pronto comprendieron que los enanos eran diestros en las artesanías de Aulë, y por eso los llamaron gonnhirrim, «maestros de la piedra». Hubo mucho comercio entre elfos y enanos, y ambos pueblos prosperaron. En las Edades de las Estrellas, los enanos de las Montañas Azules dieron forma al mejor acero que nunca había visto el mundo. En Belegost (que también recibía los nombres de Gabilgathol y Mickleburgo) se hizo por primera vez la famosa cota de malla enana, hecha de anillos engarzados, mientras que en Nogrod (que también se llamaba Tumunzahar y Morada Hueca) vivió Telchar, el mayor herrero enano de todos los tiempos. En aquella época, los enanos forjaban las armas de los sindar y construyeron para los elfos grises del rey Thingol su ciudadela de Menegroth, las Mil Cavernas, que tuvo fama de ser la más hermosa de las mansiones de la Tierra Media.

La Guerra de las Joyas estalló en la Primera Edad del Sol, y en ella la mayoría de los enanos lucharon al lado de los elfos contra los siervos de Morgoth. De todos los enanos de esa época, el rey Azaghâl, Señor de Belegost, fue el más famoso. En la Batalla de las Lágrimas Innumerables sólo los enanos resistieron las llamaradas del fuego de los dragones, porque eran una raza de herreros, acostumbrados a las altas temperaturas, y en sus yelmos llevaban máscaras de acero que les protegían los rostros de las llamas.

Pero no todos los hechos de los enanos en esa edad fueron dignos de elogio. Porque, según se cuenta, los enanos de Nogrod codiciaban el Silmaril que Beren había arrancado de la corona de Morgoth, y para conseguirlo asesinaron al rey Thingol y saquearon Menegroth. A partir de finales de la Primera Edad del Sol, las historias de elfos y hombres que hablan de los enanos se refieren principalmente a aquellos del linaje de Durin que vivían en Khazad-dûm. Cuando llegó la destrucción de Beleriand con la Guerra de la Ira, las mansiones de Belegost y Nogrod se derrumbaron y desaparecieron. Los enanos de estos reinos fueron a las Montañas Nubladas en la Segunda Edad e hicieron que Khazad-dûm, la más grande mansión de los enanos en la Tierra Media, fuera aún más grande. En la Segunda Edad muchos de los elfos noldor de Lindon entraron en Eregion, cerca de la Puerta Occidental de Khazad-dûm, y fundaron un reino para poder comerciar con los enanos y conseguir mithril, el metal precioso que allí se encontraba en abundancia. Estos elfos eran los Gwaith-i-Mírdain, que más tarde se llamaron a sí mismos Herreros elfos. Gracias a la sabiduría de estos elfos y al engaño de Sauron, se forjaron en este lugar los Anillos de Poder. Y, aunque siete de estos Anillos fueron entregados a los enanos, no se vieron arrastrados a las terribles guerras que se sucedieron hasta el final de la Segunda Edad. En Khazad-dûm, los enanos cerraron las puertas de sus mansiones a los problemas del mundo. Nadie podía forzar la entrada en su reino, pero a partir de entonces se pensó que era un reino aislado y tenebroso y por eso Khazad-dûm fue rebautizado como Moria (el abismo negro). Así los enanos del linaje de Durin llegaron a la Tercera Edad del Sol, aunque para entonces sus mejores días ya habían pasado y el pueblo enano había comenzado a menguar. Pero Moria se mantuvo durante cinco Edades de las Estrellas y tres Edades del Sol, y hasta el siglo veinte de la Tercera Edad seguía siendo rica y orgullosa.

Pero en el año 1980, siendo rey Durin VI, los mineros enanos excavaron demasiado hondo bajo las montañas y liberaron a un gran demonio al que llamaron el Daño de Durin. Se trataba de uno de los balrogs de Morgoth, quien avanzó furioso y mató a Durin VI y a su hijo Náin y expulsó a los enanos de Moria. El pueblo de Durin se convirtió en un pueblo errante, sin hogar, pero en el año 1999 el hijo de Náin, Thráin, fundó el Reino bajo la Montaña, en Erebor. Durante un tiempo Thráin y algunos de los enanos de Moria prosperaron, porque Erebor era rico en metales y piedras preciosas, pero el hijo de Thráin, Thorin, abandonó el lugar y en el año 2210 se marchó a las Montañas Grises, donde se decía que ya vivían la mayor parte de los antiguos habitantes de Moria. Aquí Thorin fue aceptado como rey y con su Anillo de Poder consiguió que su pueblo volviera a crecer y prosperar. Tras Thorin gobernó su hijo Gróin, después Óin y Náin II, y las Montañas Grises se hicieron famosas por el oro de los enanos. Y ocurrió que durante el reinado del hijo de Náin II, Dáin, llegaron del Desierto del Norte muchos dragones del frío. Estos dragones codiciaban la riqueza de los enanos y venían en son de guerra y mataron a los enanos y los expulsaron de las Montañas Grises.

En el año 2590 el heredero de Dáin I, Thrór, llevó a parte de los supervivientes de las Montañas Grises de vuelta al Reino bajo la Montaña en Erebor, mientras que ese mismo año, su hermano, Grór, llevaba a los que quedaban a las Colinas de Hierro. Y de nuevo, durante un tiempo, todos prosperaron porque había mucho comercio entre los enanos, los hombres de Valle y Esgaroth y los elfos del Bosque Negro. Pero para el pueblo de Durin la paz fue breve, porque en 2770, durante el largo reinado de Thrór, el mayor dragón de la Tercera Edad, el dragón alado de fuego llamado Smaug el Dorado, llegó a Erebor. Nadie podía hacer frente a esta fiera. Mató como quiso, arrasó Valle y expulsó a los enanos de la Montaña. Smaug permaneció allí durante dos siglos, como Señor de la Montaña Solitaria.

Una vez más los enanos habían sido expulsados de sus hogares. Algunos se retiraron a la colonia de las Colinas de Hierro en busca de refugio. Y aquí es donde empieza nuestra historia.

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15/09/2010, 12:29
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Mithril:

El Mithril es un metal que descubrieron los enanos del pueblo de Durin exacavando en sus minas de Khazad-Dûm (Mina del Enano) también conocido en la TE (Tercera Edad) como Minas de Moria.

Los enanos lo amaban por encima de todas las otras cosas y lo valoraban en "diez veces más que el oro". Era un metal que se encontraba tan sólo en algunas vetas excavadas en las Minas de Moria y por tanto escasísimo.

Este pueblo lo apreciaba al tener unas características portentosas, es decir, era extremadamente ligero, más fácil de trabajar que cualquier metal, aún más duro que el acero y tenía la belleza de la plata pero nunca perdía el brillo ni se oxidaba.

La codicia de los enanos por el Mithril los llevó a excavar más y más hondo hasta que llegaron al corazón de la montaña y entonces encontraron su perdición. En tiempos de Dúrin VI (1980 TE) buscando una nueva veta de Mithril despertaron a un Balrog de los Días Antiguos que se había ocultado allí huyendo de la cólera de los Valar. El Balrog fue la perdición del reino de Moria e incluso llegó a asesinar al mismo Dúrin VI y por eso recibió el nombre de "Daño de Dúrin". Después de esa fecha las Minas se tornaron inhabitables; los enanos supervivientes abandonaron Moria y colonizaron Erebor, la Montaña Solitaria.

Entre los muchos objetos que se forjaron en Mithril destacaron los Ithildin de los Elfos de Eregion, la Cota de Malla de Bilbo, Nenya (el Anillo de Galadriel), los yelmos de los guardianes de la Ciudadela de Minas Tirith, las figuras del Estandarte del Rey Elessar (bordado por Arwen) y las "Segundas Puertas" de Minas Tirith.