- Estuve mucho tiempo escuchando lo que todos decían mientras lo analizaba, hasta que decido decir mis conclusiones, respiro hondo y cuando todos están en silencio comienzo a hablar . 

- Desde que regrese he estado pensando sobre algo, cuando estaba allí encerrado, me pasaron comida y agua, en la situación que estaba no era algo que se esperaba, la comida no la toque, en una situación como esa no tenia apetito alguno, pero si tome el agua, después de hacerlo empecé a sentirme mejor, supuse que era una casualidad, pero visto que también Margarita ha vuelto de aquel lugar y que ahora no regresara nadie deja unas pocas posibilidades, 1ª : Alguien estaba curando a las personas que eran allí llevadas, fue llevada allá(Doc), lejos de donde tenia la cura y por esta razón nadie regreso esta vez. 2ª: lo que acaba de decir la señorita  Señalo a Mlle. Ginna Arcangeli  la persona con la cura llego tarde a tratar la enfermedad o solo no todos pueden curarse. 3ª: es posible que las personas que curan y enferman sean las mismas, y nos utilizan como conejillos de india para así asegurarse de que la cura funciona.

- Aunque esto no ayude a saber quien esta esparciendo la enfermedad y como detener a esa o esas personas podemos estar seguros de que los enfermos puede recibir ayuda, si se les llega a tiempo. 

- Sigo pensando que enviar gente a la otra habitación, sin una buena razón solo logra que perdamos gente sana y de esa forma hacemos lo que quien este esparciendo la enfermedad quiere, que todos aquí terminen enfermos.

- Suspiro, me siento en la silla más cercana que tenía. Si llego a tener razón en algo de lo que dije, podría ser de los siguientes en terminar en la otra habitación o volver a enfermar, si no es que me volví inmune o algo así ojala.

-Si me permitís la apreciación, dudo mucho que quienes enferman y curen sean los mismos, no tendría sentido. Es más probable que alguien se dedique a propagar la enfermedad, y algún otro que sí pueda curarla se mantenga oculto por miedo a ser contagiado también, y perder así la posibilidad de ayudar a los demás como lo está haciendo. ¡Dios bendiga a ese héroe anónimo que procura el bien de sus semejantes!

Parecía que Nicola no se había dado por aludido cuando el Gran Duque dijo su nombre, tal vez no quisiera entrar en una pelea que pudiera señalarle como a uno de los infectados, era difícil de saber.

-Pero quien compartiría un secreto sabiendo que puede estar la persona que se dedica a infectar entre nosotros, no podremos saberlo hasta que dejen de darse casos como el que ha sucedido con la Marquesa. Cuando dejemos de verlos, será que estemos a salvo, mientras unos mentirán para ocultar su maldad, otros mentirán por temor a ser atacados.-

No tenía muchas esperanzas, si ya no hubiera más contagios sería la señal, no quedaba otra.

-No veo soluciones fáciles a todo esto, pero es que no podemos confiar en que la información que se comparta sea cierta, debemos esperar a que los ataques cesen y de momento solo tenemos una manera.-

-Os referís a los votos, Violet.. Cierto. Y como dije, sin pruebas y diciendo nombres al azar es poco probable un ataque real sobre quienes convirtieron esta otrora alegre fiesta en su diana particular. Tenéis tantas pruebas y ocasión de votarme a mí como a cualquier otro, porque las palabras del Doctor no estaban amparadas por más que su arrojo al sacar nombres a la palestra para provocar su miedo. Si aún siguiese entre nosotros seguro que habría nombrado a más gente a estas alturas. Yo tengo mi conciencia harto tranquila. Allá vosotros con la vuestra.

-Con la diferencia que el Doctore ya no esta entre nosotros. Creo que llegados a este punto es de sumo importancia consolidar votos y saber cada uno a quien a votado la ultima hora para empezar a poder ponernos en común y discutir sobre esos votos, tal vez así las cosas empiecen a fluir y la gente que salga podrá tanto defenderse como acusar. Necesitamos conversar abiertamente de todo esto. O estaremos perdidos. -El Gran Duque empezaba a pensar que se repetía, pero que podría hacer el si no tenia apenas relación con otros ni idea de como atrapar a los causantes de todo aquello y la gran mayoría callaba o cambiaba de tema con suma facilidad.

Cuatro campanadas

El sonar del reloj despierta al Príncipe con un sobresalto, dormitando como estaba en su trono. Los guardias se acercan y uno de ellos habla sin esperar la orden.

- Los invitados han elegido a Niccola del Piamonte.

Con un gesto de la mano del Príncipe, los guardias se disponen a agarrarlo y llevarlo a la habitación Negra. Apenas se sorprenden cuando escuchan que alguien comienza a toser, en este caso Lord Herny Cavendish, al que también agarran y se lo llevan.

Los guardias vuelven minutos después, trayendo consigo a la Marquesa E. Auditore, que parece tener bastante buen aspecto.

- Y otra vez de vuelta. - Fue lo primero que dije nada más entrar nuevamente en la habitación Naranja, acompañada por los guardias. - En breve habrá más gente en la otra sala que en esta. - Dije con sarcasmo señalando hacia la puerta.

- Es curioso como Ruy ha cambiado estando en aquel lugar encerrado. Se ha vuelto más... atento, perceptivo... Como si no hubiese bebido absolutamente nada en este tiempo y... lo se, me estoy repitiendo pero... está demasiado lúcido. - Regresé junto a la Condesa y el Marqués, con quienes había estado anteriormente relacionándome, buscando un sitio donde sentarme. Ya había ido dos veces seguidas al mismo lugar y no me gustaba nada estar allí, aunque el ambiente era cada vez más concurrido. - O ido... está pidiendo vino y comida en aquel lugar, como si fuese otra sala de la fiesta...

Al volver de la habitación Verde, grande es mi sorpresa al ver a la Marquesa de regreso, abriendo mis brazos e inclinando el rostro a modo de bienvenida.

No sé si temer vuestra suerte por entrar dos veces en la sala negra... o envidiarla por vuestra capacidad de recuperación.

Me incorporo suavemente, aquella mujer posee un espíritu luchador imparable y aquello me enorgullece.

Bueno, la ingesta de alimentos ayuda a una buena recuperación. Aunque la mesura no es su fuerte, desde luego.

Me permito bromear un poco. Tomo una nueva copa de vino y la llevo a mi nariz para olerla y degustar los matices suaves, sutiles y casi desapercibidos que se dibujan. Entonces suspiro.

Parece que la confianza tampoco es nuestro fuerte. Me han robado una de mis esencias. En verdad no es nada importante... pero me pregunto si tendrá algo que ver. ¿A alguien más le han robado algo, aunque sea pequeño?

Casi me encontraba en estado de shock tras los acontecimientos. La Marquesa volvía a estar entre nosotros por suerte...

- Es de locos... Ruy no me gustaba, no inspira confianza, no... Todo indica que es un actor. Nadie puede pasar de la embriaguez a la lucidez que ha mostrado antes de que se lo llevaran. O quizás está loco. ¿La locura es uno de los síntomas?

Negué con la cabeza, aportando más sentimiento a las palabras.

Tras las palabras del Marqués, busco en los pliegues de mi ropa, asegurándome de tener todo.

- A mi no me falta nada... Disculpe mi pregunta, pero, ese vial que le falta... ¿qué contenía?

Señoras, señores... Centrémonos. Hoy ha caído otro. Agradezco que la Marquesa haya vuelto, tal vez nos pueda ser de utilidad, aparte del beodo ¿Se ha dado cuanta de algo mas? ¿Algo que nos pueda ayudar? Por otra parte es momento de soltar nombres y razones, no dudo de la importancia del robo, pero si no conoce sombra o nombre entonces de poco vale seguir hablando de ello. Busquemos al culpable de los enfermos primero. Prioricemos, por favor. -Gesticulaba mucho con las manos, sabia que otra vez la hora llegaría pronto y apenas se había hablado del tema que les atañe y de seguir así volverían a votar a ciegas.

-Me alegra verla de vuelta Marquesa, no creo que nadie dude ya de usted, así que por lo menos a mí me gustaría escucharla si tiene algo más que contar.- Dije a modo de bienvenida.

Al Marqués le habían robado algo, era extraño, solo estábamos nosotros aquí y por lo visto además de alguna persona que se dedicaba a trasmitir la enfermedad, también teníamos algún granujilla que se estaba entreteniendo robando. De mal en peor…-¿Le han robado un frasco? ¿Y qué era?-  Dije curiosa.

El borracho una persona bastante despreocupada y seguramente solo se lo estaba haciendo, hay gente con mucho aguante, debía estar acostumbrado. No me gustaba su actitud, pero ahora estaba lejos y quizás fuera mejor así… A saber…

-Sí, lo más importante es encontrar a los que nos han metido en este lío.- El Gran Duque tenía razón, un pequeño hurto no podía compararse con transmitir semejante enfermedad, eso era una abominación. 

Niccola del Piamonte es retirado de la sala, para alivio de Andras. Nunca le gustó ese hombre. Echa un vistazo al resto y le sorprende ver que ya casi debe haber más gente en la sala Negra que aquí en la Naranja. Un escalofrío le asciende zigzagueante por la columna.

-Reveladoras son tus palabras, Marquesa Auditore. El señor Toscán se ha comportado de una manera errática desde el principio mismo de la velada, y su actitud taciturna y pensativa que según tus palabras ha adoptado en el encierro lo vuelven todavía más sospechoso...

Andras rebusca entre su propia ropa por su faltara alguna de las escasas pertenencias que llevaba consigo. Todo en orden. Luego se dirige hacia el Marqués.

-Yo tampoco echo en falta ninguno de mis enseres. De todos modos lamento la pérdida de su esencia, espero que no fuese la última... - se acerca más al Marqués Casati, y añade con un tono neutro - Porque sería una pena haber perdido el último antídoto, ¿verdad Marqués? ¿O hasta cuando piensa usted ocultar que dispone de una cura para la plaga? ¿Una cura que sutilmente proporcionó, delante de todos los presentes, al supuestamente embriagado señor Toscán, un individuo que ya ha demostrado con su actitud que no es de fiar?

EL Gran Duque miro a Andras y se intereso por sus ultimas palabras. -¿Sabe algo mas de alguien, algo que nos ayude a saber por quien votar? -Doger fue directo, a estas alturas ya no pensaba que fuera necesario ocultar el interes por encontrar al culpable de las enfermedades.

Alessandro se dirigió al Gran Duque Doger y a Andras, consternado ante las últimas bajas, para unirse a la conversación:

—Que me fulmine el Todopoderoso ahora mismo si sé algo. Como tampoco sé por qué cada vez regresan menos de la Sala Negra. Lo único de lo que estoy seguro es de que la comida no está envenenada, y que alguien parece estar planeando muy cuidadosamente estas muertes. ¿Por qué sino han caído enfermos o sido llevados por los guardias aquellos que se atrevieron a hacer suposiciones? Yo desde luego no pienso quedarme aquí parado, como un cerdo esperando el cuchillo del carnicero. Yo, Alessandro Viatore, aunque me lleve la mismísima Muerte Roja, juro llegar al fondo de este entuerto. 

Me complace ver como la Marquesa E. Auditore llega de la sala negra otra vez. También me alegra ver como algunos de los presentes empiezan a perder el miedo, imagino que no se puede hacer otra cosa.

- Todo aquel que sepa algo que aporte algo de luz a este asunto. Cada vez somos menos aquí, por un lado es más fácil que podamos encontrar al asesino, por por la otra, parece ser que se está abriendo camino, infectando cada vez a más miembros de esta "fiesta". Marqués Casati, ¿con qué tipo de esencias trabajo usted? ¿Ha estado investigando o tratando de curar esta enfermedad? Sé que es una pregunta peligrosa, pues podría revelar información muy detallada al asesino. Pero nos arriesgamos a que se lo lleven a usted, y perdamos una oportunidad de curar a presentes. 

El tiempo había pasado demasiado rápido en esta sala, en comparación con la negra. Miré el reloj, las campanadas estaban próximas. - Marqués, os recuerdo que le cedisteis un vial a buen doctor. ¿No será ese el que os falta? - pregunté por si se trataba de un mal entendido.

- Del otro lado solo puedo decir que... no tengo muchas esperanzas en que regrese nadie. Me sacaron de allí porque era la única que no sangraba... Espero que se recuperen pero... No voy a descartar que estén todos infectados. - Sentencié con pesar en mis palabras. Incluso a mi me resultaba extraño todo aquello. - Iré haciendo memoria, quizás más tarde pueda decir algo más.

Doger nego suspirando. -Mas tarde me temo que sera tarde. Una vez mas esa falta de comunicación nos habrá costado uno de nosotros. Solo espero que quien este causando esto no sea mas de una persona, porque de estar organizados, es muy fácil equilibrar estas votaciones a su favor.

Curioso, muy curioso.

Son mis primeras palabras tras sus intervenciones, me apoyo en una pared y mis ojos bailan de unos a otros, pensando el orden en el que exponer lo que pasa por mi cabeza y la situación tal cual está.

Traje bastantes frascos... son esencias simples con aromas, sirven para maximizar las propiedades de los ingredientes. Como dicen, hay cosas más importantes... sólo era un comentario. Tal vez alguien -mis ojos van hacia Andras, con un aire pensativo- pensó que eran una cura. Más no, en caso contrario habría más gente sana. Al señor Toscan, tal cual podrán verificar el resto de varones, tan solo eran unas sales, diferentes de mis esencias, para recuperarse del alcohol que estaba ingiriendo.

Inclino mi cabeza con respeto hacia la mujer a la que ha ido mi última explicación.

No obstante, he de reconocer que sois perceptiva y sutil. ¿Acaso intentáis sembrar la discordia contra mí... aún si, como decís, tuviese una cura? ¿O sencillamente centrar la atención de aquellos que nos están contagiando en mi ser para salvar el vuestro? ¿O es pura inconsciencia o, tal vez, miedo a la muerte?

No hay maldad en mis palabras, sencillamente un análisis de la situación. Me separo de la pared y ante las palabras de Pietro río un poco y asiento despacio.

Por eso digo que Andras es perceptiva. Sí, he estado investigando en una cura, más no he dado con ella. Cuando alguien enferma, no soy capaz de revertirlo... lamento estropear vuestras esperanzas.

En verdad no me gusta admitir que he sido incapaz de conseguir algo... debería haber tenido más tiempo, pero ahora estamos atrapados a merced de quien sea que intenta acabar con nosotros. Por último miro a la Marquesa.

No, no es ese el vial que me falta. Soy bastante cuidadoso con cada cosa que entrego. Más si alguien quiere alguna esencia... ya ofrecí anteriormente, de ajo, mezclada en mi copa de vino, y nadie quiso.

Alessandro reflexionó acerca de las palabras del marqués.

—Muy curioso, sí señor. Yo también tenía entendido que no existía cura alguna. En todo caso, no puedo hacer otra cosa que alegrarme por aquellos que han logrado sobreponerse, como la Marquesa Auditore. ¿Creen ustedes que la persona o grupo que está haciendo esto está jugando con nosotros? Porque de no ser así, significaría que el Príncipe posee un remedio para la Muerte Roja. De ser así, tendría que dar muchas explicaciones. ¿Por qué dejar morir al pueblo? ¿Por qué organizar esta charada para "protegernos" si ya sabía cómo combatir la enfermedad? Cada vez encuentro más preguntas sin respuesta, señores. Solo espero poder vivir para conocer alguna respuesta.

Su mensaje podía parecer derrotista, pero había decisión en su forma de entonarlo.