Partida Rol por web

El bárbaro estalló en una sonora carcajada al escuchar las palabras de Freyr.

-¡Por la melena azabache de Rauatai! ¡¿Tu dios es un martillo?! Y yo que creía que Izmael era extraño...-. Thalai sacudió la cabeza, una amplia sonrisa en su rostro. -¡Los habitantes de esta región tenéis unas creencias bastante peculiares! ¡Vamos, Freyr, primo de Gundren, Creyente del Martillo! ¡Adelante, siempre adelante!-. Se encorvó como un animal, como un depredador. Mantuvo la sonrisa afilada que le caracterizaba, pero ya no emitió sonido alguno. Sus pasos apenas resonaban al contacto con la hierba, como lo harían los de un cazador.

Comenzais a andar, el camino es facil de seguir si bien la parte inicial estaba muy hábilmente oculta para evitar que alguien lo localizara con facilidad, el resto de camino hasta para un hombre con pocas luces es evidente que es un camino muy transitados por pequeñas criaturas ... parece que el lugar donde tuvo lugar la lucha es un sitio muy usado para hacer trampas a los viajeros que van hacia Phandalin, pequeños pasos y señales de arrastre se ven con claridad hacia delante, el camino sigue mas o menos recto entre los arboles hacia el norte.

Isildel pasó de la incomodidad al puro y simple desprecio. Aquel bárbaro estaba adorando a un demonio, no existía ese tal Ruatai en el panteón de Faerun, por no decir que su dogma era mucho más que maligno. El desmembramiento y la muerte ¿De donde sacaba Grunden a esos despojos humanos? Tendría que mantenerse alerta y alejado de esa aberración hereje si quería mantenerse a salvo. Por suerte Latahander era el Dios de la bondad y las segundas oportunidades. Si los estuviera acompañando un protector de Helm o un siervo de Ilmater en estos momentos estarían enfrentándose a vida o muerte.

Respiró profundamente, con un rictus de odio que no se molestó en disimular. El enano tenía razón, si ahora se enfrentaban estarían condenando toda la sagrada campaña. Aunque tendría que asegurarse de poder asesinar a ese maldito hereje antes de llegar a su destino final. No podía arriesgarse a comprometer el nexo de la Diosa en manos de un bárbaro descerebrado a las órdenes de un dios demonio.

A cada paso que daban se encontraban con más y más trabas. Dirigió una mirada al portador del alba. Una que trasmitía preocupación y decidió acelerar el paso para susurrar algo a su oído. Tenían que ir con cuidado. El enemigo estaba entre sus filas. Pero era lo bastante listo como para no iniciar un combate estúpido en esos momentos tan delicados. Quizás lo mejor sería abandonarlo en el camino más adelante.

Tenemos un problema. ¿Habéis oído la descripción de ese supuesto Dios? Estamos ante un adorador de un demonio. Habrá engañado a su tribu para esclavizarlos a un culto hereje. Vos sois el sacerdote, confío en vuestro juicio. Pero tendremos que enfrentar que hacer con el dentro de poco.

-"Como bien dices Isildel, parece que su tribu rinde culto a un ser demoniaco. Si es así, tendré que tomar cartas en el asunto, comunicárselo a mis superiores e investigar a esa secta pagana... en su momento. Ahora mismo, debemos de darle una oportunidad, ya que es amigo y elegido de Gundren para esta misión. Tendremos que vigilarle de cerca, por si acaso. Sus actos en esta misión nos dirá qué clase de persona es. También puede darse el caso de que no esté muy bien de sus cabales... ya sabes... los bárbaros suelen ser muy exagerados en sus alocuciones dada su escasa cultura. Aún así, le mantendremos vigilado."

El cuarteto empezó a avanzar por el sendero con la verborrea del bárbaro de fondo, sólo interrumpida por la furiosa reprimenda del enano. Los otros dos se quedaron esperando junto al carromato para proteger las mercancías.

-"ThAlai, supongo que tus palabras son fruto de la inexperiencia en los campos académicos, tales como la oratoria y la teología. Tomaré tus palabras como cuando salen de la boca de un niño y no sabe exactamente lo que dice. Cuando acampemos, gustosamente, te explicaré el significado de esa palabra y de cómo está formado el panteón divino. Puede que te haga abrir los ojos. Pero como bien dice nuestro querido Freír, debemos aparcar esta charla y continuar."

Al momento se me acerca Isildel y me habla al oído. Yo le respondo de igual manera. Miro de reojo al bárbaro y continuo la marcha, atento a algún rastro u otra cosa que pueda ser interesante.

Percepción de los alrededores : La verdad es que el combate de los goblin te han despertado los sentidos, asi que eres consciente de todo lo que te rodea, observas las marcas del suelo, ves claramente que hace tiempo que nadie pasa por ahi, ni salen del camino y que hay marcas arrastrando algo pesado, no sabrias concretar, pero si que arrastran algo con cierto cuidado, no de cualquier manera.

Perspicacia para saber si lo que cuenta Tholai es verdad o se lo inventa : La verdad es que no sabrias saber si es verdad o mentira, pero el se lo cree sin ninguna duda, cada palabra que dice.  

Religión para saber si se algo del 'Dios' de Thalai : Eres un acólito, has estudiado los dioses verdaderos, aunque sea solo sus nombres, y los principales demonios, y ese nombre o esa descripcion no se corresponde con ninguno que tu conozcas.

Seguis caminando por el sendero, y si bien, Freyr y Thalai, a veces parecen que no saben por donde seguir, Izmael esta muy pendiente y detecta el camino rapidamente, aunque aprece que es clerigo, se mueve muy bien por el bosque o eso os parece observandolo este dia.

Llevais 1 hora andando, pensabais que estaria mas cerca el destino, pero no, este camino va muy dentro del bosque, cuando de repente, Thalai y Freyr, escuchais un ruido en el bosque ...

Resultaba que la tal Teología ahora tenía una hermana bastarda... ¡Oratoria! El clérigo era politeísta, no cabía la menor duda. El bárbaro la verdad es que se puso a lo suyo. Lo verdaderamente suyo. Esto es, avanzar sin ningún tipo de reparo y atento, vigilante, preparado para cualquier eventualidad que pudiera surgir en el camino.

Tras un largo paseo y sin rastro de ningún tipo, el gigante de ébano alzó el puño -¡Y QUÉ PUÑO!- mientras detenía la marcha de repente y sin previo aviso, gesto que sus compañeros interpretaron como que algo -no precisamente bueno- le había llamado la atención. Thalai, en absoluto silencio, giró el rostro lentamente, en dirección a Freyr.

-¿Tú también lo has oído, Freyr?-. Susurró con su cavernosa voz a su compañero enano. En su rostro se dibujó una sonrisa lobuna. Bastante lobuna, de hecho. Miró atrás a Izmael y a Isildel e hizo un gesto bastante elocuente mientras se agachaba como una pantera y acechaba lo que pudiera aguardar más adelante, esperándoles.

Freyr se había puesto en modo enano y no dudo en girar el cuello y mirar al creyente de Latahander con una mirada fulminante cuando después de su disertación siguió hablando. Tampoco dudo en chistar a la parejita cada vez cuchicheaban, a sus ojos, como críos pequeños. Sin embargo, no alzo la voz en ningún momento mas.

El enano siguió avanzando y avanzando a la altura del acólito del dios demonio, hasta que un ruido le hizo apretar sus puños contra la resistente madera de su martillo, el cual no había guardado en ningún momento para estar preparado. Claro que lo he oído... Respondió a Thalai con otro susurro. 

Al igual que el gigantón Freyr extremó las precauciones intentando no hacer ruido, aunque no se agachó, total, aún agachado Thalai seguía más alto que él. El enano hizo un gesto con las manos a Izmael para que se pusiera a su lado para ocupar más terreno y en caso de enfrentamiento tardar menos en llegar a la ayuda. En cambio, a Isildel le hizo otro para que se mantuviera en la retaguardia, Freyr era consciente de sus habilidades y de que era mejor no exponerlo al peligro directamente.

Tu has escuchado el ruido antes tambien, pero sabes que es un conejito pequeño, ya que incluso lo has visto cuando se metio en el matorran que hay junto a los dos guerreros de delante.

Todos os preparais, al menos Freyr y Thalai, junto al camino, al lado del enorme bárbaro un poco más adelante es de donde parece que venía el ruido. El matorral se agita ligeramente y se escucha como el matorral roza con piel o algo parecido, sin embargo en principio no podéis ver nada.

Llevábamos ya un buen trecho y aún no habíamos llegado a ningún sitio destacable. El camino continuaba y continuaba, adentrándose más aún en el bosque y subiendo hacia las montañas. El sendero, a mis ojos, seguía siendo claro por el momento; de vez en cuando veía signos de rastros. Yo iba en retaguardia junto al elfo, tratando de que no se nos escapara ningún detalle.

De repente, se oyó un ruido un poco más adelante, junto a un arbusto. FreYr y ThAlai (guiño, guiño) se pusieron tensos y en guardia; algún peligro habían visto u oído. Sus sentidos eran excepcionales y seguro que detectaban el peligro con antelación, eso indicaba que eran guerreros cualificados y diestros. ThAlai hizo una seña para que nos detuviéramos. Yo me preparé también... y en voz baja pero in crescendo les digo:

-"Amigos, creo haber visto algo en ese matorral. Un goblin, creo. Seguro que es un vigía y nos estaba espiando. Hay que capturarlo antes de que de la alarma. ¡RÁPIDO!"

Me preparo...

¿Se me permite hacer la broma? Si no cambio el post.

Izmael es un poco bromista, incluso en estas situaciones.

Isildel se preparó al ver las señas de sus compañeros. Lo mas probable era que se tratara de un conejo, estuvo tentado de enviar a mithrandir a cazarlo pero prefirió no arriesgarse. un mago ha de ser sabio, prudente y estar preparado. por suerte la fuerza de su armadura fantasmal conjurada hacía un par de horas seguía en su sitio, podía notar el leve zumbido alrededor de su cuerpo. Respiró hondo y concentró su atención en el matorral. Quizás esta vez conseguirían evitar ser asaltados por sorpresa de nuevo.

El matorral se movió de nuevo, parecia que seria una gran amenaza, pero ... de repente, mirando una moneda algo oxidada y con un agujero en medio, surgió del matorral Kendra, habia dicho que iria con el draconiano hasta Phandalin con el carromato, pero era una mediana, y eso de tener ideas fijas o claras era algo poco común en su raza. A pesar de que estaban los cuatro preparados, incluso Izmael con una sonrisa traviesa en su rostro, Kendra ni se habia coscado de su presencia.

No sabes muy bien como o de que manera has llegado alli, salvo tu desde el camino hasta ese matorral con esa extraña moneda, lo que si es que estas a tu vola y gracias a la suerte de tu raza, sin quererlo has alcanzado a tus compañeros que van en busca de los Goblin que parece que han atacado o secuestrado a tu buen amigo Gundren.

Del arbusto emerge una mediana con el pelo más alborotado que habéis visto nunca. Es de un rojo tan intenso que parece incandescente cuando lo alcanzan los rayos del sol. Algunas hojas verdes del arbusto se han quedado prendadas en su pelo y parecen adornarle la cabeza. Es muy pequeña, aunque desprende energía por todos sus poros. Su aspecto resulta verdaderamente encantador; parece una niña a ojos de los incautos, aunque los que la conocéis sabéis que lo es solo en apariencia. Circunstancia que suele aprovechar a su favor sin ningún atisbo de vergüenza. Con un salto triunfante y sosteniendo en alto la moneda, como si de un tesoro valiosísimo se tratara, irrumpe en el camino.

¡Ajá! ¡Una moneda! - sin haberse percatado de vuestra presencia la observa a la luz del sol, acercándola y alejándola de sus ojos. Finalmente, la muerde. ¡Puaj, puaj! Sabe como si hubiera estado metida un año en el sobaco de un goblin... - suelta entre arcadas, tras lo cual se limpia ostensiblemente la lengua y empieza a frotar la moneda con energía. En ese momento, se da cuenta de vuestra presencia en el camino observándola y, tras un momento de estupefacción total, empieza a dar saltitos de alegría y mover los brazos ostensiblemente sobre su cabeza. 

¡Os he encontrado! ¡Lo conseguí! - de repente se para en seco y observa la moneda con gesto de asombro, que se transforma rápidamente en un gesto de felicidad mientras la señala con el dedo. ¡¡ES UNA MONEDA DE LA SUERTE!! - de pura alegría empieza a moverse con mucha gracia en un baile sin sentido, pero ciertamente armonioso, agitando la moneda. ¡Mirad! ¡Tengo una moneda de la suerte! - Se acerca corriendo al grupo y se estira orgullosa todo lo que puede poniéndose de puntillas para enseñársela a los presentes.

Tras su exhibición y para evitar miradas envidiosas con un gesto ágil la hace desaparecer bajo sus ropas e increpa a sus compañeros con una rápida retahíla de preguntas, con sus enormes ojos verdes muy abiertos mirando a uno y otro lado del camino - ¿Qué hacéis aquí? ¿A dónde vamos? ¿Por qué tenéis esa cara de pasmados? ¿Qué pasa?

De primeras, Thalai se queda quieto cual felino observando sin parpadear a la mediana. Cuando empieza a bailar, el bárbaro no puede reprimir su particular sonrisa plagada de colmillos. Demasiado peluda para ser una goblin.

-Falsa alarma, muchachos. Es una moneda agarrada a una cosa muy pequeña ¡JA!-. El colosal guerrero avanza hasta la diminuta personita saltimbanqui y se agacha. Comprueba que no es suficiente y se vuelve a agachar. -¿Que nos has encontrado? ¿Tú a nosotros? Espera... No estarás insinuando que... ¿¡TÚ TAMBIÉN ERES AMIGA DE GUNDREN BUSCARROCAS!?-. El bárbaro adopta una mueca a medio camino entre la sorpresa mayúscula y el desconcierto absoluto. -No entiendo nada... ¿¡PERO CUÁNTOS AMIGOS TIENE GUNDREN EN ESTA REGIÓN?! Hummm... Quizás quiera presentarse a Alcalde en Phandalin...-, murmura el enorme Thalai con cierta confusión. Señala al arbusto. -¿Hay algún amigo más de Gundren en ese arbusto?-. Sonríe con afabilidad. Da un poco de miedo, cierto es.

-Mi nombre es Thalai Vaimei-Laga-, se golpea el pecho y parece el retumbar de una montaña. -Éste es Freyr, primo de Gundren Buscarrocas, Creyente del Martillo-, el bárbaro da un par de sus ya legendarias caricias al enano en su moflete. Se ve que le ha cogido cariño al barbudo pariente de Gundren. -Ése de ahí es el noble Izmael, adorador de muchas deidades...-, Thalai se acerca al oído de la mediana y susurra. -Es politeísta y se inventa muchos dioses, pero es buen tipo-. Y, finalmente, el gigante señala con gesto ceremonioso al elfo. -Y ahí tienes a I...Isil...Isildel...-. Hace un silencio, valorando si ha pronunciado el nombre correctamente. -Le gusta leer. MUCHO-, Thalai sonríe y vuelve a susurrar. -Creo que esnifa vinagre, de ahí esa mueca de disgusto. También es buen tipo-. Luego el bárbaro estalla en una carcajada mientras da una palmada en el hombro a Kendra. Casi la descompone.

-Por cierto, no has dicho tu nombre ni qué haces aquí...-. Thalai señala con el dedo a la mediana, presionando la punta de su nariz. -¿Cómo te llamas, melenuda?-.