Partida Rol por web

El ataque de Dastar hiere aún más a la criatura, visiblemente agotada y con tajos y heridas sangrantes por doquier. Sin embargo sigue defendiéndose con furia inusitada, A pesar de verse rodeado, el proyectil de Rosco pasa de largo y el dardo de escarcha se estrella contra su escudo de madera, dejando restos de hielo en la zona de impacto.

Antes de que la guerrera lance su ataque, el osgo hace un barrido con su enorme maza de púas e impacta brutalmente contra la humana, que escupe sangre mientras aguanta un dolor insoportable.

El mediano se mueve en silencio entre las sombras intentando flanquear a su enemigo por el costado donde no tiene el escudo. Ese osgo se defiende bien, se mueve mientras le llueven los ataques, sin apenas levantarse alza su arco y dispara apuntando hacia las piernas de su enemigo, intentando herirlo y que no pueda moverse con comodidad.

Lamentablemente su disparo no es certero, justo en el momento que Rosco suelta la cuerda, el guerrero salta a un lado para esquivar un ataque y el proyectil se pierde en la oscuridad de la gruta. Klarg descarga un tremendo golpe sobre Aleyte e impacta contra las costillas de la mujer, puede ver el gesto de dolor de la guerrera, hasta el bueno de Rosco se estremece ante ese impacto, se escabulle de nuevo entre las sombras, buscando una posición mejor para disparar su arco. Es un enemigo duro, parece mantener el tipo mientras lo acosan desde varios ángulos y encima es capaz de contraatacar.

—¡No me des la espalda monstruosidad facinerosa! —grita el joven guerrero furioso por la brutalidad con que ha atacado a su compañera— Prueba el metal de mi espada nuevamente.

Y aprovechando que el osgo tomó la decisión de atacar primero a Aleyte y le dio la espalda por unos segundos Dastar manda otro mandoble sobre la criatura. Pero su arma encuentra resistencia en la armadura del osgo y no logra impactar, pero no se amilana y permanece en el flanqueo para que su grupo no pierda la ventaja.

La bendicion del todopoderoso  Marthammor Duin habia beneficiado en cierta manera al grupo. Era momento de pasar a la accion. 

Blandiendo una vez mas su martillo de guerra con ambas manos, Dwalin se dispuso a propinarle un golpe certero al osgo.

- Guardar silencio es una desición respetable, haslo por toda la eternidad entonces..- vuelve a decir unas breves palabras, de forma suelta y natural, como si lanzar aquell rayo helado de ventisca le resultara lo mas sencillo del mundo, sin embargo esta vez intentaría apuntar en un costado contrario a su escudo.

El osgo aguanta estoicamente las embestidas de sus enemigos pero el grueso y potente martillo del enano acaba por impactarle. Sus rodillas se doblan de forma grotesca y podéis ver algunos huesos rotos sobresaliendo horriblemente de la carne. El rayo mágico que aparece de la punta de los dedos del mago se estrella contra su pecho esparciendo restos de escarcha y empuja a la criatura hacia atrás, cayendo en la hoguera inerte y muerto mientras su cuerpo se quema irremediablemente. El olor a quemado no resulta agradable y más allá del humo podéis ver a los dos goblins durmiendo en pie.

Gracias a que eran mayoría lograron vencer al osgo sin mayores inconvenientes,  pero siempre Aleyte había recibido castigo del monstruo.

—Si alguien puede asistir a Aleyte sería excelente —dice dirigiéndose a Dwalin y a Laor,  y enseguida apunta a los dos goblins paralizados—. Y se me ocurre que atemos bien a esos y los obliguemos a decirnos dónde tienen a los prisioneros. Es imperativo que los encontremos cuanto antes. 

Luego empieza a buscar cuerdas para atar a los goblins dormidos. 

Con el revés del ataque la guerrera obtuvo el golpe certero que necesitaba contra el Osgo, recibiendo en cambio el golpe en lleno de su maza con púas atravesando la resistencia de su armadura, destrozando el cuero, desgarrando la carne y rompiendo todo a su paso generando que se estremeciese todo su cuerpo.  Inmediatamente, escupió sangre seguido de vomitarla quedando ligeramente desorientada. Aferrada a su arma aún severamente lastimada, otorgó dos pasos hacia atrás mientras la batalla aún se realizaba demostrando por vez primera una clara muestra de malestar con los dientes apretar.

Respirando entre el mar de sangre, contempló como sus aliados culminaban con el adversario logrando soltar su arma únicamente cuando el osgo otorgó su último suspiro; solamente así, logró recostarse de la caverna dejándose deslizar hasta quedar arrodillada, como si un mérito fuese a obtener reposando la cabeza hacia arriba manteniendo todo su alcance en respirar aferrando su mano a la mayor herida.

- Bienaventurados compañeros. - Felicitó pensando con rabia cómo pudo descuidarse en gran manera. - Ellos son nuestra prioridad. - Profesó en continuidad al Guerrero.

Tras el combate, Dwalin se acerco rapidamente a atender a Aleyte, que permanecia herida tras un fuerte golpe que le habia propinado el osgo. El enano acerco la mano a la herida de la guerrera y mostrando su simbolo .

Ya esta, mi querida compañera. El poder Marthammor Duin te hara sentir mejor.  

Una vez estabilizada, Dwalin se dirigio al resto de sus compañeros.

Que hacemos con estos dos goblins? estan dormidos como troncos.

Esa enorme criatura cae finalmente ante los ataques de sus compañeros, el enorme cuerpo se desploma sobre la hoguera y pronto el lugar se impregna del olor dulzón a carne quemada. Rosco se apresura hacia los dos goblins que yacen inconscientes en el suelo de la caverna, aparta las armas que portan fuera de su alcalce, lanzandolas a algun lugar lejano de la caverna y con ayuda de una cuerda empieza a maniatarlos para que no puedan moverse, además toma la precaución de amordazarlos con algun trozo de de tela para que sus gritos no puedan alertar al resto de trasgos.

-Buen golpe maese enano, fue como si talaras un enorme árbol de un solo tajo fue realmente impresionante. -levantó la cabeza y vio a la guerrera con gestos de dolor, como la sangre impregnaba su boca y le costaba respirar - Dama Aleyte, quizá necesitemos un descanso, ese golpe hubiera tumbado a un jabalí, sois realmente resistente, me temí lo peor cuando os alcanzó con esa furia. - los ojos del mediano reflejan preocupación mientras termina de amarrar al último de los goblins.

Después se acerca hacia el cuerpo del osgo y comienza a tirar de el para alejarlo de la hoguera, mientras el clérigo se ocupa de las heridas de Aleyte.

-¡Dastar! Grandullón ¡ayúdame! - Rosco tiraba de una de las piernas del cadáver, sin conseguir moverlo apenas unos centimetros mientras tiraba con todas sus fuerzas - Veamos si este tipo tiene alguna cosa que nos pueda ser de utilidad ¡AAGH!

Luego de atar y amordazar a los goblins durmientes Dastar ayuda a sacar los restos del osgo de la hoguera y deja que el mediano revise los restos mortales. Deja a Rosco y se coloca en la otra entrada para vigilar que no llegue por ahí nada que los pueda sorprender. 

—Haré guardia mientras revisas mi hábil Rosco, y cuando termines revisa también por allí —le señala el final de la gruta donde había varias cajas y sacos ​​​​​—, seguro algo de utilidad encontrarás. 

Dwalin se encarga de asistir y sanar a Aleyte murmurando una plegaria divina con los ojos cerrados e implorando a su Dios que lo asista mientras canaliza la energía divina. Las heridas de la humana se cierran y ella deja de jadear, aunque aún tiene unos moratones en diferentes parte de su cuerpo. Nada que no pueda soportar la guerrera de sangre noble.

Mientras, Rosco, que no ha dejado de moverse ni un segundo desde que cayera la criatura, rebusca en ella en busca de alguna recompensa por su victoria. Además de un par de jabalinas sujetas en un cinto a la espalda, ahora ennegrecidas por el fuego, encuentras una pequeña llave de hierro guardada en una pequeña bolsa de cuero desgastado (y empapado de sangre de la bestia) que lleva colgada en el cinto. Su arma, el garrote con púas en los extremos, se ha quedado tendida cerca de la hoguera.

Como dije, al fondo de la sala hay dos montones de cajas y sacos como podéis ver en la imagen.

Dastar, cuando te acercas a la abertura rocosa para hacer guardia, ves al otro lado una estancia más amplia, con dos depósitos de agua hechos de piedra y cantos rodados toscamente construidos que no paran de llenarse gracias al agua que cae de un manantial natural. El ruido de la cascada es ensordecedor e inunda la caverna, impidiendo que se escuche nada entre una sala y otra. Cerca de los depósitos ves a otros tres goblins, aunque no descartas que pudieran haber más. No montan guardia, discuten entre ellos dándose algún que otro molesto golpe de vez en cuando.

Dio un breve vistazo a Alyete siendo trada por el enano, comprobando que se encontraba bien asintiendo con la cabeza para si mismo volteando.

- Ciertamente, fue una arremetida feroz la de aquella criatura...- dijo mirando los restos sobre la hoguera, tapándose la nariz con el dorso de la mano y caminando hacia los goblins siendo atados por dastar y Rosco.

- Estas criaturas no parecían ser muy leales a su líder...no deberían ser un problema ahora que está muerto. Tal vez sería buena idea agarrar alguna pertenencia del osgo...como prueba para los demás. Tal vez podamos convencerlos de rendirse...-

- Pero no me malinterpreten...estoy aqui para expulsarlos. Si creen que es mas conveniente acabarlos, no pondré pegas...- volteó nuevamente hacia el osgo.

- ¿A alguno le vienen bien esas jabalinas? Aunque estén un poco quemadas...¿Aleyte?¿Dastar? Hay una para cada uno..-

—Adelante hay más pielesverdes —dice el guerrero a los demás mientras vuelve y toma una de las dos jabalinas para seguir el consejo el del mago elfo. Luego manifiesta estar de acuerdo con la idea de negociar con los goblins—. Podemos intentar lo que sugieres Laor, yo estoy de acuerdo. Si logramos convencerles nos ahorraremos esfuerzo pero si mal no recuerdo existe también otro líder, uno mago eso creo que le escuché al primero que capturamos y dejamos atado junto a la carreta.

Y nuevamente se acerca hasta la entrada que vigilaba hace un momento.

Rosco guardo la llave que había encontrado en el cuerpo del osgo y la guardo en un saquito de cuero. Después se dirigió hacia el montón de cajas y sacos que aguardaba en el rincón y se puso a rebuscar cosas de valor.

-Seguro que hay alguna cosa por aquí, estos apestosos son descuidados y sucios -decia mientras iba abriendo cajas y rasgando sacos con su daga - No te preocupes Laor, los echaremos del lugar de una patada y liberaremos al patrón.

Siguió examinando hasta que Dastar advirtió la presencia de mas enemigos, entonces se puso en guardia, agarro de nuevo su arco y lentamente se dispuso a tomar posiciones.