Partida Rol por web

Hospedados en una vieja y sucia posada en el poblado de Aldium al norte de los reinos fronterizos se encontraban 6 peculiares personajes; habían sido convocados desde lejanas tierras con diversas promesas y a pesar de la lejanía habían sido obligados a esperar en ese lugar hasta que estuvieran todos presentes para ser llamados.

Aun era muy de madrugada cuando se les pidió que se presentaran ante su anfitrión en aquel lugar lúgubre, el lugar estaba ubicado a las afueras del poblado en las proximidades con las faldas de las montañas negras. Tanto el patio como la casa misma donde se encontraban estaban demasiado descuidados, y los aventureros tuvieron que abrirse paso entre matorrales, ratas y muebles viejos.

A su llegada un extraño humano larguirucho y de cara chistosa los había recibido, les había indicado que deberían esperar por su amo en una especie de habitación que fungía como sala del lugar.

Dicha habitación no contaba prácticamente con iluminación salvo por un par de velas que se ubicaban en 2 de las esquinas; el lugar no era para nada agradable, había demasiada humedad y el olor del lugar no era agradable. Y si bien había varios muebles donde sentarse, estos no parecían garantizar su seguridad pues al menor descuido podrían venirse abajo o podría salir alguna alimaña de entre sus muchos agujeros con los que contaban.

La luz del alba empezaba a asomar lejana aún tras las ventanas de la vieja casa; si es que a eso se le podría llamar casa. El lugar se mantenía en silencio salvo por el sonido del viento que se filtraba en algún lugar del edificio provocando un siniestro silbido con cada racha de viento; además de esto habría que agregar la gran cantidad de polvo que se levantaba durante esos momentos. La situación habría permanecido igual de no ser por un sonido que les llego claro a todos, en las profundidades de la casa una mujer sollozaba; parecía pedirle perdón a alguien que la estaba maltratando, sus llantos se volvían cada vez mas desesperados, llegando a gritos… y al final suaves suplicas, el silencio se apodero de nuevo de la habitación; solo para ser interrumpidos unos pocos instantes después por unos fuertes quejidos de placer provenientes aparentemente de la misma mujer, era claro como había acabado la discusión.

Algunos momentos después mientras los intensos quejidos de la mujer habían terminado por apaciguarse la figura de hombre envuelto en una túnica oscura surgió de entre las sombras de la habitación sin que los allí presentes se hubieran percatado de su presencia momentos antes; dicha figura se mantenía en las sombras y parecía querer evitar los primeros rayos del sol que ya empezaban a entrar por las ventanas de la habitación.

 -Helos aquí señores, los adoradores de la noche les damos la bienvenida. Espero disculpen mi torpeza al haberlos hecho esperar tanto; había ciertos asuntos de suma urgencia que debía atender-

La voz de aquel ser era siniestra y a la vez burlona; no parecía decir las cosas con sinceridad alguna. Y el hecho de que se mantuviera en la oscuridad envuelto en su túnica lo hacia sumamente misterioso.

-Se que han hecho un largo viaje, y espero que haya valido la pena- y tras estas palabras se hecho reír, con un sonido que era aun mas desagradable que escucharlo hablar –Pero la recompensa lo vale, claro que lo vale; los he observado durante largo tiempo y he escogido a cada uno por sus capacidades, espero no haber equivocado y que sean capases de llegar tan lejos como espero que lo hagan- Y tras esto se hecho a reír de nuevo, con esa risa que empezaba a volverse seriamente desagradable.

Tras recorrer un largo camino con algunos percances, solventados con muchisimo agrado por mi parte, aqui me encontraba, en la posada mas ruinosa que habia visto en mi vida, pero.... me gustaba aquel lugar, un toque malefico cargaba el ambiente y hacia que me sintiera comodo, podria decirse que los poderes ruinosos poblaban y observaban ese lugar y extraña reunion...
Poco sabia de mis acompañantes, situados en diferentes lugares de la posada, retirados unos de los otros, para medir a los demas y poder reaccionar en caso de cualquier accion ofensiva..., todos nos observabamos, midiendo el potencial, bueno todos no..., un enorme ogro, el mas feo que he visto en mi vida, se encontraba asomado por una de las ventanas de aquel sitio, espero que no entre porque puede echar este sitio abajo, y no me agrada la idea de salir de debajo de un monton de escombros, pienso mientras le echo un ultimo vistazo, en ese momento entro el que parecia ser nuestro anfitrion...
Escucho con una mezcla de expectacion y asco su discurso, en cuanto termina, hablo en voz alta para que todos me oigan, y cual es el nombre de nuestro.. benefactor?, esta ultima palabra articulada con un tono de burla.

Incómodamente sorprendida al ver que no era la única que había sido llamada a aquella posada en ruinas, la elfa fingió no ver a los demás mientras esperaba impaciente a que alguien se presentase como el anfitrión. Sin embargo, y por mucho que lo intentó, no fue capaz de ignorar al ogro que se esforzaba en introducir su enorme cabeza por la ventana- ¿Quieres que te ayude? -le preguntó burlona mientras se acercaba a él

Pero algo hizo que se parase en seco, con una expresión de alerta en el rostro. Los gemidos que antes se escuchaban habían cesado y un hombre envuelto en sombras se encontraba ahora en medio de la habitación. Incapaz de descubrir como había conseguido aquel desconocido entrar sin ser visto, Khaela escuchó atentamente sus palabras

Te parecerá curioso -dijo con una voz demasiado dulzona para ser inocente, dirigiéndose al que había preguntado el nombre a su benefactor- Pero siempre creí que los soldados del Caos eran simples armaduras animadas, sin ninguna capacidad de razonar o de elaborar pensamientos más allá del levantamiento de hachas...

Y sin dar tiempo a que este contestara, se giró con una leve sonrisa hacia el que les había convocado allí- Puedo imaginar de que asuntos os ocupábais

Lo que no alcanzo a entender es porqué habéis contratado a cinco hombres más de los que necesitábais

Mur´han se encontraba un poco incómodo asomado por la ventana.
Malditas casas de canijos, siempre tan pequeñas...

Al acercarse la elfa, Mur´han sonríe enseñando su magnífica dentadura ogra intentando, sin éxito, parecer simpático.

Tras el discurso de El Ser Desconocido, Mur´han frunce el entrecejo. Éste canijo cae mal a Mur´han. Como intente engañar a Mur´han, Mur´han se lo comerá.

Mur´han estar dispuesto. ¿A quién hay que matar?

La elfa bruja no pudo más que suspirar ante la brutal contundencia del ogro- Mur´han no debería ser tan impaciente -le recriminó con sorna, al tiempo que volvía a acercar a él para darle unas palmaditas en la calva y retirar velozmente la mano antes de que pudiera arrancársela de un mordisco- Ya podrás matar más adelante: Creo nuestro anfitrión estaba a punto de contarnos más sobre ese "encargo"

¡Humpf! Contrariado cruzo mis brazos y miro hacia el cielo a mi derecha.
Pues que lo diga ya, Mur´han empieza a tener hambre....

A los pocos días de viaje llegue al lugar que indicaba la carta.

No había tenido percances por el camino, sin duda era sospechoso ver a una persona cubierto completamente con una túnica medio destrozada, una guadaña gigante e un cuervo en el hombro, por eso era sorprendente que nadie hubiera intentado robarme.

Pero no me preocupaba demasiado eso, estaba demasiado ocupado viendo el mundo, los vientos de la magia estaban por todos sitios, y le daban color al ambiente, de por si monótono, predecible e aburrido. Pero no solo veía eso, veía toda clase de cosas que no habría podido ver antes, cosas siniestras.

Había llegado a la puerta de lo que parecía una posada en ruinas, cuando un sirviente me dijo que pasara, eso era realmente molesto.

En el interior, por lo que pude ver, cuatro personas mas, así como un gigante que asomaba por la ventana estaban allí reunidos.

Observe a los presentes, ¿Quiénes serán? No parecía que fueran muy amistosos, de hecho, una mujer se burlaba del ogro.

Mientras, abajo oía a una mujer chillando, eso me hizo pensar en sangre… oh si, dulce sangre saliendo del cuello de una joven…

La mujer dejo de chillar y empezó a gemir, estúpidos mortales, esclavos de esos deseos tan bajos, pensé con disgusto.

De repente, sin que pudiera darme cuenta, un hombre apareció en las sombras. No me sobresalte, pero mi mente estaba pensado a toda velocidad,  ¿Era posible que hubiera aparecido, así, sin ser detectado?, ¿Y si era una trampa?, tenía que pensar en huir, mire de reojo hacia la puerta, estaba abierta. Esa era una de las desventajas de la inmortalidad, la paranoia…

Antes de que pudiera seguir pensando, una voz desagradable hablo, sacándome de mis profundas reflexiones. Era la voz del hombre que acaba de aparecer, decidí escuchar lo que tenia que decir.

Así que era el quien me había convocado, y al parecer no solo a mi.

tra un buen viaje para llegar a estas tierras ergot el indescriptible chaman ha logrado encontrar la posada donde a sido llamado asombrado de no ser el unico alli y viendo la diversidad de razas lo unico que puede ser reelevante esque algun conocido llegue a ese lugar tras ver al enorme ogro asomado por la ventana solo sonrrie y se queda con su capucha que solo deja ver u grande mandibula y el brillo de sus grandes ojos rojos al parecer inyectados con odio o con ravia solo las mismas pesadillas sabran ke esconde bajo esa tunica

al sentir la precencia de un hombre que salia de las sombras o la penumbra fue muy interesante todo esto.

entonces digo.- buenas noches mi señor al parecer ustede a sido quien nos a llamado, pues decidnos porfavor el motivo de la llamada

Aquel ser se calzó una oscura túnica que lo cubría por completo ocultando aun mas su rostro mientras escucha a la elfa hablarle.

-Quien soy, el que sepas quien soy no tiene importancia, es lo que tengo que decirte lo que debería interesarte, al igual a que a tus compañeros- Justo cuando aquel ser le respondía con una leve risita molesta a Guerrero del Caos se detuvo a escuchar las palabras de Khaela. 

-Esta es una interesante y magnifica elfa sin duda; creo que voy a tomarte cariño pronto preciosa. Pero dime Khaela, por que molestarte por llevar contigo 5 acompañantes masculinos, es que prefieres otro tipo de compañía, muy mal- dijo entre risas -quizá yo pueda enseñarte cosas que jamás has conocido; incluso si lo deseas puede darte un agregado calido, excitante y placentero a tu recompensa- De nuevo esa molesta risa se escucho en el cuarto, aunque con menor intensidad.

Aquel ser se detuvo de súbito y su expresión se volvió seria,  incluso se podría decir que aparentaba estar molesto.  Camino un poco hacia luz pero siempre manteniendo su cuerpo fuera de esta; parecía incluso que las sombras del lugar se movieran con él de alguna forma mágica.

-Noto que todos están desesperados por saber por que los he llamado, por saber a quien hay que matar en palabras de mi gran amigo, aunque lamento decirte feroz Ogro que se nos han adelantado, pero déjenme contarles por que están aquí realmente. Los he traído aquí por que necesito que consigan algo importante para mí; pero antes permítanme que les cuente sobre el viejo Haldir:

Ese viejo y molesto elfo, fue un supuesto sabio que vivía en el bosque eterno en un extraño templo en ruinas en lo mas profundo del bosque; muchas historias se cuentan sobre él, se dice que las propias criaturas del bosque le proporcionaban alimento y lo protegían; aunque esto ultimo dudo que sea cierto dado que lo han asesinado jajajaja.

Pero no me miren así; no creerán que yo tuve algo que ver con eso verdad?, jajajaja. Lo importante es que esta muerto, el porque o el como no me interesa; aunque una de las cosas que les pediré es que confirmen la noticia antes de empezar actuar, quiero estar seguro de que ese elfo esta bien muerto.

Pero que torpe de mi, aun no he terminado la historia, permítanme  continué con ella; resulta que según muchos mitos que provienen de tiempos muy antiguos, el viejo Haldir guardaba grandes secretos de inigualable valor. Si, ahora si están en lo cierto, quiero que los cojan para mi; ese es su objetivo, quiero que revisen el cadáver, su templo, su casa; revisen todo lo que tenga que ver con ese viejo. Cualquier cosa que encuentren interesante deben traerla ante mi, cualquier trozo de papel con extraños escritos podrían ser de suma importancia; tráiganme todo lo que encuentren que yo sabré que es lo que busco cuando lo tenga ante mis ojos. Y se los repito de nuevo por si todos llegasen a tener un cerebro como el de su mascota (refiriéndose al gato), cualquier trozo de papel que se vea interesante deberán traerlo y mas aun si esta guardado de forma especial. No olviden investigar todo sobre ese viejo, uno nunca sabe donde un elfo puede esconder sus tesoros.-

Su risa inundo de nuevo la estancia, el día ya había llegado y el sol se mostraba en todo su esplendor por una de las ventanas. Aquel ser los escrutaba inquieto, esperando su respuesta.

¿Pero con quien se pensaba que hablaba ese estúpido?, ¿Tantas ganas tenia de que le rebanara la garganta y me bebiera hasta la última gota de su, segura, contaminada sangre? Sin duda es lo que merecía… Pero no era necesario tomarse tantas molestias, no, y además este ser era el que me había contratado, y el que, supuestamente, tendría eso…

-No voy a cuestionar de que fuentes ha sacado que tal anciano, y por ende poderoso elfo, ha sido asesinado. Tampoco que según unos mitos tiene tales secretos de gran valor. Ni que porque da la impresión de que ni usted mismo sepa si todo esto es cierto. Pero me pregunto, y seguro que comprende mi intriga; ¿que prueba tengo de que usted tiene esa recompensa?

Apoyándome en mi guadaña y notando como Hugo, mi cuervo, estaba inquieto, clavando la mirada en el extraño ser, pensé en lo ronca que salía mi voz, hacia semanas que no hablaba…

Por otra parte, el grupo no parecía demasiado adecuado para una faena de recolección de información, demasiado toscos todos ellos… Seguramente el camino estaría trabado de complicaciones.

La ira comienza a crecer en mi interior con cada palabra articulada por aquel... ser, hasta que llega un punto en el cual no puedo evitar toda la furia que se ha acumulado y esta sale de golpe, entonces me levanto y lanzo la mesa a un lado, con una facilidad pasmosa, como si esta estuviera echa de papel en vez de madera, pero no lo es, ya que emite un sonoro crujido al estrellarse contra el suelo y romperse en decenas de trozos...
Siempre que entro en ese estado, al hablar, de mi garganta salen varias voces hablando a coro, como si dentro de mi habitasen otros seres que despiertan al llegar a este punto, y para esto he recorrido tanta distancia, para esto he abandonado una campaña de saqueo y grandes batallas, para venir a este antro y que me digas que tengo que hacer de explorador en primer lugar y a continuacion de recadero, que has creido que soy, ¿un cortesano?..., nunca he aceptado ordenes de nadie, salvo de los 4 poderes ruinosos, asi que dame una prueba de que puedes proporcionarme lo que decias en la carta que recibí, o esta estancia se tornara roja, aunque me cueste la vida...

Tras un larguísimo viaje, Dufniall llegó al caserón. Allí en la oscura estancia se encontró con lo que seguramente serían sus nuevos compañeros. La penumbra apenas le dejaba verlos con claridad, pero le pareció que no todos eran humanos... ya habría tiempo de conocerlos.

Vaciló ante el desvencijado mobiliario, pero su cansancio lo llevó a sentarse en una mohosa silla con reposabrazos y durante la espera dejó caer sus pies sobre... una mesa? Aquello estaba lleno de basura. No pudo evitar cabecear y despertarse durante un rato, el cansancio le podía.

Los gritos de una mujer y luego sus jadeos, lo despertaron. Luego como en sueños oyó voces dentro de la propia estancia, parecía que la mujer había entrado en la misma y discutía con alguien. Por fin de fuera llegó una profunda voz, eso lo sacó de su ensoñación, se trataba de un ogro, no parecía agresivo, de momento al menos.

Luego prestó atención a la discusión que se llevaba a cabo en la sala. Parecía que aquel tipo se había equivocado de gente a la que invocar a su "cruzada". No eran más que un atajo de engreidos egocéntricos sin sentido ninguno de la camaradería, aquello como bien sabía Dufniall, no llevaba a buen puerto. Incluso los más fervorosos seguirodore del dios de los cráneos cejaban en su brabuconería en cuanto tenían que subir a bordo de un drakkar. Era una lección que hasta el más idiota de los berserkers sabía: "solo no puedes".

Por lo pronto Dufniall, esperaría a que el extraño respondiese a cómo pensaba pagarnos, era lo que más le interesaba al nórdico. Tal vez luego tratara de razonar con aquella caterba, aunque mucho dudaba que fueran a entrar en razón, pero eso ya no era su problema...

Sin poder creer las insinuaciones que aquel desconocido se estaba tomando la libertad de hacerla, Khaela decidió que lo mejor era pasar por alto sus comentarios y dejar que terminase de hablar. En su tierra natal todo el mundo sabía que las elfas brujas estaban casadas con su dios Khaine, y aunque hasta la más devota se buscaba un capricho de vez en cuando, eran ellas las que elegían donde y con quien. Cualquiera que se mostrase tan descarado en su presencia no tardaría en perder el poco cerebro que le quedase, normalmente junto al resto de su cabeza.

Al parecer no todos son tan comprensivos como yo se dijo al ver como el guerrero hacia pedazos la mesa. No conocía de nada a su anfitrión, pero si había sido capaz de encontrar a una guerrera de Naggaroth que vagabundeaba sola por tierras Imperiales, debía de tener mucho poder. No podía permitir que lo ofendieran y arriesgarse así a perder la recompensa prometida.

Estoy segura de que no te habría llamado si ese templo no estuviese protegido por fuerzas que solo un servidor de los cuatro Poderes Ruinosos podría vencer -ronroneó al que parecía más enfurecido de los dos, mientras posaba insinuante la mano en el pecho de su armadura

Aquel ser guardo silencio un instante ante los comentarios de Rogret, parecía haberse puesto muy serio. Esta vez su voz se hizo más tétrica y seria cuando hablo.

-Claro, joven mortal- le indico a Rogret para continuar - sin duda como esta exquisita mujer ha dicho es peligro lo que encontraran en ese bosque; el lugar es protegido por las criaturas del bosque, por lo que ser sigilosos quizá no se suficiente, quizá tengan que enfrentarse a los guardianes del lugar para hacerse con la información que necesito, aunque en el fondo no me interesa como lo hagan. Si lo que desean es arrasar la aldea de elfos para poder saquear su cuerpo por mi estaré encantado- volvió a reír, al parecer su seriedad no duraba mucho.

-Pero supongo que lo que mas ronda o rondara por su mente es, por donde empezar?, podrían empezar por mover los pies y salir de aquí en dirección al bosque de Althern, aunque claro entiendo que no sean capaces de investigar nada por su cuenta. Les diré algo entonces, hasta donde se el cuerpo del elfo fue encontrado en un río junto a una aldea de elfos llamada Gihaf dentro del mismo bosque, el templo donde Haldir vivía no estaba lejos de allí. Si, ese será un buen lugar por donde empezar.-

-Y que ganan con todo esto, ustedes saben que ganaran con todo esto, pero el camino es largo y no solo recibirán aquello que tanto ansían sino muchos mas…, alguna vez se han imaginado ser llamado dioses, eso es solo un poco de lo que obtendrán. Pero para ello deben ayudarme a forzar su camino-

Aquel ser se movía muy poco y por instantes los allí presentes podrían jurar que la voz mas bien venia del vació en la habitación que de aquellas sombras que se movían donde se suponía estaba el.

Veo que nos agasaja con milongas, pero estimo que si quiere nuestra ayuda, bien debe de darnos un adelanto o bien dar muestras de ese poder que le llevará a hacernos dioses... no es que no crea en su palabra, que no la creo, es que el hambiente está un poco tenso y bueno, creo que vendría bien un algo que lo calmase.

A Dufniall toda aquella brujería no le gustaba. No le gustaba la gente de la que se veía rodeado y no le gustaba tener que ir a un poblado de elfos. Aquellas gentes eran famosas por su poca hospitalidad, altanería y creerse el ombligo del mundo. Tal vez sí que fuera bueno que hubiera un ogro entre ellos, así al menos los ataques irían hacia un blanco más grande, pensó, pero si tenían que investigar algo, o bien cambiaban de actitud o aquella empresa naufragaba antes de zarpar siquiera....

Viendo que aquella insolente armadura del caos se mantenía totalmente indiferente a sus atenciones, la elfa se volvió de nuevo hacia su anfitrión- Lo siento, pero he de unirme a las peticiones de los demás -canturreó inocentemente, al tiempo que se situaba junto al último que había hablado.

Como bien ha dicho nuestro muy musculoso compañero del norte -lanzando una mirada apreciativa al corsario- Lo mejor sería que nos diese alguna prueba de que puede cumplir lo pactado... todos sabemos que el cerebro de un ogro no tarda en olvidar las simples promesas -añadió, sin poder evitar observar a Mur´han para ver si había pillado aquel sencillo comentario No tiene gracia si no se enteran de que les estás insultando...- Y no queremos que en medio del camino se encuentre sin saber que hace viajando con nosotros y decida que lo mejor es comernos por si acaso