Partida Rol por web

Observe las tonterías que hacían mis compañeros, la mujer no sabia tener la boca cerrada, el ogro era demasiado idiota, y… bueno, los otros también eran idiotas. Me estaba empezando a molestar de estar ahí sin hacer nada.

Me acerque el brazo hacia el rostro, para que viniera Hugo.

-Si hacen alguna tontería dímelo.

Le susurre, y seguidamente volvió al hombro.

Hice avanzar a mi caballo por el camino.

No me atrevería a intentarlo ni aunque fuera la mitad de grande -continuó halagando al ogro con voz melosa, al tiempo que observaba la gigantesca espada clavada en el suelo- Y en cuanto a lo otro... -la elfa pasó las riendas de la carreta al hombre bestia para que no tuvieran que pararse- Por favor llévalas un rato -le susurró a Ergot con una amabilidad nada propia en ella.

Sonriendo traviesamente por lo que estaba a punto de hacer, Khaela pasó rápidamente a la parte de atrás del vehículo y, cogiendo impulso, saltó para encaramarse a la espalda de Mur´han- ¡Ésto son sesenta kilos! -exclamó divertida mientras trepaba por su cuerpo y se sentaba a caballito sobre él, pasando sus delicadas piernas a ambos lados del cuello.

Allí arriba parecía una niña mimada a la que acabaran de conceder su último capricho- ¡¿Has visto, nórdico?! -le pinchó de nuevo- Está claro que tu fuerza no puede ni compararse con la de Mur´han... es más, estoy segura de que hasta nuestro famélico compañero de la guadaña podría levantar esa gran rebanadora mejor que tú -rió con crueldad

¡Vamos mi campeón! -incitó a su improvisada montura, al parecer sin ninguna intención de bajarse- ¡Matemos unos cuantos humanos rosados!

El sendero hasta el pueblo era un tramo aun algo oscuro a pesar de que la mañana ya había llegado, el sol era opacado por la densa cantidad de árboles que había en esa región. El sendero además era demasiado viejo y descuidado, eso sin tomar en cuenta que en ciertas partes casi ni se distinguía de la uniformidad del bosque al pie de las montañas.

 No les llevo muchos minutos llegar hasta el poblado Aldium; era un muy de mañana y la actividad era casi nula, sin embargo desde las afueras del pueblo donde se encontraban  los aventureros ya podían ver a los mercaderes empezar a montar sus puestos, a los hornos empezar a exalar humo, a los mineros pica en mano empezar a avanzar hacia las montañas.

El viaje había empezado, la travesía hasta el bosque de Altern aun era larga; mas allá de Aldium encontrarían otros pocos poblados hasta llegar al paso de fuego negro, mas allá los esperaba el imperio.

El corsario sonrió A ver qué hacen ahora estos valientes. Bueno, elfa, ahí tienes tu pueblo lleno de "humanos rosados" -decía mientras con aspavientos hacía como que mostraba el pueblo.- Adelante, ¡matalos a todos! Será todo un espectáculo.

El corsario detuvo su caballo, estaba esperando la nueva sarta de tonterías que surgiría de boca de la elfa. Tal vez entrase en razón por una vez y podría ir él a comprar algo, aunque pensaba que eso sería para alguien como ella una humillación, así que hizo volverse su caballo para que sin que nadie lo viese coger el mango de su hacha, por si lo necesitaba. Con una gentuza así, nunca se sabía.

Al encalomarse la elfa encima de mis hombros resoplo, mientras mi cara se pone colorada de rabia.
¡¡¡BAJARTE AHORA MISMO DE MUR´HAN!!!, ¡¡¡EL REY FUTURO DE LOS OGROS NO SER MONTURA DE NADIEEEEE!!!
Aunque me irrita la actual situación, de momento no quiero matar a nadie del grupo, así que me doblo sobre mí mismo, para alzarme de repente, estirándome en toda mi envergadura de golpe, intentando zafarme de la elfa.
¡¡¡GUAAAAAAAAAAAAARGH!!!
Cuando consiga que se baje, me encaro a ella, poniendo mi cara al lado de la suya.
¡Tú no volver a hacer eso... NUNCA!, Mur´han no ser caballo, Mur´han come caballo.

Al llegar al pueblo, me mantengo a la espectativa, dispuesto a atacar si es lo que desean o a comprar viveres. Me resulta bastante indiferente lo uno o lo otro, pues de las dos maneras voy a comer.

Los bruscos movimientos no tardaron en hacer que la elfa mordiera el polvo. El primer impulso de la bruja al escuchar los vociferantes gritos de Mur´han fue abofetearle con fuerza, pero no era tan estúpida como para creer que podía iniciar una lucha cuerpo a cuerpo con un ogro y salir con vida, así que se limitó a levantarse con toda la dignidad que pudo y mantener la cabeza gacha- Sólo pretendía averiguar si serías capaz de cargar tanto peso... sería una loca si intentase ofender a un guerrero tan fuerte y valeroso como tú -siguió haciéndole cumplidos con voz pegajosa

Y, esperando que esas palabras fueran suficientes para apaciguarle, se subió rápidamente al carro para dirigirlo hasta el pueblo cercano. Apenas apareció Aldium ante sus ojos, los oscuros pensamientos se le llenaron de retorcidas posibilidades- No pasa nada, corsario -le contestó- Si tienes miedo puedes esperarnos aquí mientras los demás "compramos" -dijo con burla

Bien, éste es mi plan -se giró rápidamente hacia el resto de compañeros- El poderoso Mur´han y Ergot -miró los cuernos de este último, sabiendo que ninguna capucha podría ocultarlos- Irán en la carreta cubiertos con una lona, haciéndose pasar por mercancías -explicó con sencillez

Si, ya lo se -se apresuró a decir con suavidad antes de que el ogro protestase y se enfureciese- Es humillante, pero es la única manera de que esos campesinos no huyan aterrados al verte llegar... eres demasiado imponente y majestuoso

Los demás iremos alrededor de ella -retomó el hilo con soltura- Aprovecharemos que todavía no hay mucha actividad para llegar a la plaza del pueblo sin armar mucho escándalo: Si hay algún tipo de guardia en esta zona, sin duda su barracón estará allí

Sus ojos se inyectaron en sangre- Les pillaremos desprevenidos y acabaremos con todos ellos antes siquiera de que se den cuenta de que está pasando -esbozó una sonrisa- Seguro que con los pocos habitantes que hay, apenas habrá un puñado de soldados en una casucha destartalada

Una vez terminemos con ellos, el resto de la aldeucha será nuestra; podremos hacer lo que nos plazca que nadie se atreverá a plantarnos cara -Khaela se cubrió bien con su capa al tiempo que se cubría el rostro con la capucha- ¿Alguna pregunta?

Hice parar a mi caballo, observando el pueblo intentando ver que tiendas habían.

Vi la escena que estaba montando la elfa, parecía tener ganas de acabar dentro del estomago del ogro. Sin embargo su plan no estaba mal.

-Me parece bien, tengo mucha sed.

Dije con una risotada ronca, que en otro tiempo me habría parecido inquietante. Si el viaje era tan largo mas valía alimentarse bien.

- De acuerdo - Dice Ergot, quien es de pocas palabras, algo titubeante al aceptar el plan. Tal vez no sea lo que él haría en otras condiciones, a veces hacer entrar en pánico a los tenderos es la forma más rápida de "comprar", sobre todo si para cuando llegan los guardias, ya se está lejos. 

- No se yo si va a servir de mucho taparnos, pero vamos a ello. - comenta ya levantándose y yendo hacia la parte de atrás de la carreta. 

-Bueno, pues si quieres miro y aprendo cómo matas "humanos de piel rosada". Seguro que es muy instructivo, más viniendo de una maestra del asesinato como vos.- Dufniall sonrió. Sabía que aquella incursión dejaría algunas bajas en su grupo y le encantaría que la elfa fuese una de ellas, así puede que el resto comenzase a comportarse de una manera más lógica.

Decidió darles un par de consejos, aunque se mostrasen como unos cabezas huecas, no por ello necesitaban que los matasen a todos. -Admiro tu capacidad como lider, elfa, y puede que tu plan no os lleve a todos a la muerte. Solo prevenirte un par de cosas. Los guardias, aunque sean humanos, no van a estar todos dormidos, con lo que no cuentes con cogerlos a todos en el barracón. Lo segundo que ya que sois tan gran conocedora del Viejo Mundo, deberíais saber que esta zona sufre constantemente el acoso de  los pieles verdes, con lo que incluso esos campesinos, podrían darte una sorpresa.- Finalizó guiñándole un ojo.

El corsario se sentía intrigado. Serian capaces sus compañeros solos de saquear una aldea?

Sonrío ante la expectativa del inminente ataque sobre la aldea y con un paso elástico me acerco a la carreta y con cuidado me tumbo en ella, colocando la rebanadora a un lado, lista para usarla.
Hoy Mur´han va a comer de lo lindo, jurjurjur.

En cuanto oigo el plan digo con voz grave, elfa, parece como si quisieras conducirnos a una trampa, te has parado a pensar, que un grupo compuesto por ti, un guerrero del caos, un barbaro, y nuestro amigo de la tunica, pasara desapercibido, creo que no llegariamos ni al centro de la plaza, ni siquiera nos daria tiempo a entrar por la puerta, para poner sobre aviso a toda la guarnicion.

Si quieres que tu plan funcione, en primer lugar, deberiamos vestir todos con tunicas y hacernos pasar por peregrinos, si los guardias de la puerta preguntan por el contenido de la carreta, les diremos que transportamos estiercol para abonar el jardin del templo..., esperemos que tengan jardin, ademas el ogro huele como tal.

En cuanto pasemos la puerta, uno o dos de nosotros se quedaran esperando cerca de la entrada, por si nuestros calculos fallan y hay que salir del pueblo, para que mantengan la puerta abierta, no me malinterpreteis, no temo a la muerte, pero tampoco me interesa desperdiciar mi vida, sin haber conseguido mi objetivo...

El resto sera lo que has dicho....

El nordico asintio, parecia que por lo menos habia alguien con medio cerebro. Era una pena que no se ejecutara el plan de Khaela, al final puede que hasta sobreviviese la elfa... parecia que iba a tener que aguantar sus tonterias un rato mas, aunque rezo mentalmente a Kharnath, dios de los craneos y la violencia, para que el hazadon de alguno de esos labriegos abriera algo mas que la tierra esa fria mañana. Solo necesitaba un golpe de suerte y se libraria de aquella presencia que ya hartaba en demasia a pesar del poco tiempo pasado juntos. Dufniall agarro uno de sus amuletos hasta que sus nudillos se pusieron blancos, concentrado en aquel pensamiento en el que una horca agravesaba la suave espalda de la elfa...

-Dejad de cacarear y moveros.

Les dije a mis compañeros, estaba molesto de tanto plan y poca acción.

Yo que pensaba que serian cuatro imbéciles y resulta que tienen un gramo de cerebro. Pensé, y no pude evitar reírme.

Hice que mi caballo avanzara lentamente, esperando que esos se movieran.

Khaela sonrió complacida ante las palabras del corsario, recreándose en su halagos Así que admira mi capacidad de liderazgo...- Es posible que me equivocase contigo, norteño -le dijo con el tono aterciopelado que normalmente dedicaba sólo a Mur´han- Tendré en cuenta tus consejos -girándose lentamente para poder atender a las palabras del guerrero del caos.

Impresionante -comentó algo sorprendida cuando este terminó- Lo de las capas ya lo había dado por sentado -señalando débilmente la que ella misma había utilizado para cubrirse- Pero tu idea de dejar a dos de nosotros en la puerta es totalmente acertada -miró con curiosidad a las ranuras de su casco, intentando ver lo que sea que se escondiese bajo esa armadura- Está claro que eres previsor...

La atención de la elfa se desvió un instante de nuevo hacia el nórdico, que parecía tener los ojos fijos en su pálida espalda- ¿Ves algo que te guste? -le preguntó insinuante, sonriendo para si misma.

Las quejas del portador de la guadaña la devolvieron al presente- Flacucho, podrías esconder tu arma ¿no te parece? -le replicó algo molesta por la interrupción- No resultarás de mucha ayuda si te apresan a la entrada

-Podría.

Le digo a la elfa en un tono de aquel que no desea seguir hablando, no tenia intención de esconder mi arma ni de seguir escuchando esas tonterías

Seguí mirando hacia el pueblo, avanzando un poco mas aunque no fuera necesario, dado mi excelente vista ((utilizo sentir magia)).