Partida Rol por web

Allí encontré al mayordomo de la casa: señor puede darme la llaves de la cripta de la familia Westenra y del doctor Seward. Quiero cumplir la última petición del Doctor.

La sesión de hipnosis termina. Poco a poco Lord Wiston Charlton regresa al mundo real. Después hay una ligera discusión entre los presentes sobre lo sobrenatural de los eventos. El doctor Moore sigue sin estar convencido pero las extrañas marcas en el cuello siguen gritando a todos su presencia.

En un arranque de ímpetu Vivian se pertrecha con sus armas cargando varias pistolas y un rifle. Incluso se dirige a su habitación y saca un arco de corte deportivo y varias flechas. Y se dirige al vestíbulo esperando a quien quiera seguirle.

El doctor Moore, el almirante y el professor Klassen se apresuraron a seguirla.

Vivian bajó hasta el rellano de la planta de abajo. Desde allí buscó los cuartos de la servidumbre. Se dirigió al ala izquierda de la mansión y llamó para ser atendida.

El señor Dawes salió en camisón, con rostro ojeroso y bastante sorprendido.

¿Las llaves de la cripta dice?

El Señor Dawes miraba a Vivian con asombro al verla cargando todas sus armas. Y al ver al resto de los que le acompañaban que también estaban preparados para salir en plena noche. Su flema británica se impuso y con un rostro que dejó de mostrar ningún emociones respondió nuevamente.

Por supuesto.

Se dirigió a una cómoda que había en el pasillo donde se guardaban diferentes llaves entre las que probablemente estarían las de la carbonera, la caseta del jardinero y otras de armarios de la casa o de otro tipo y finalmente sacó una gran llave y se la entregó a Vivian.

¿Sucede algo señora? ¿Necesitan ayuda?

Dawes se ofrecía a acompañarles pero lo su rostro mostraba que había sido una muestra de cortesía. Lo último que deseaba era salir de allí para entrar de noche en un cementerio.

Weatherbee también salió finalmente. En camisón también se dirigió al grupo.

Si no quieren caminar media hora en el frío de la noche permitanme vestirme y les llevaré con uno de los coches. En unos minutos estaremos en camino.

El señor Weatherbee parecía menos cansado que Dawes pero mostraba una gran dosis de coraje para ofrecerse de cochero.

Estupendo Weatherbe ¡Llévenos!

Acompañé a los demás algo confuso. Tenía la sensación de haber dormido mucho, pero mal. Me dolía el cuello, tenía una ligera sensación de malestar y la boca reseca. Había bebido algo de agua, y aunque me encontraba mejor y prefería quedarme en casa descansando, por alguna extraña razón la mera representación de tal idea encogía mi corazón. Por ende, terminé vistiéndome y acompañando a los demás en su periplo al cementerio.

Mi memoria estaba algo encogida. Me acerqué al Doctor. Doctor Klassen, permítame preguntarle por el objeto de acercarnos al cementerio. Intuyo que vamos a buscar algo, pero...¿el qué? Me siento abotargado, y mi memoria no termina de responder a las necesidades de mi intelecto.

Tras observar con detenimiento todo lo que había ocurrido hasta el momento y escuchado las diferentes opiniones al respecto, por fin, la baronesa se pronunció...

Teniendo en cuenta que el buen señor Weatherbee se ha ofrecido a llevarnos y por tanto, no les retrasare por mi cojera, yo también iré al cementerio. Durante el camino, responderé a su pregunta, señorita Vivian...

A pesar de su promesa, la baronesa no se sentía aún lo suficientemente cómoda como para hablar de lo que había escuchado en cuentos y leyendas del este, sabía que tendría que enfrentarse al escepticismo del doctor Moore y del resto del grupo.