Partida Rol por web

La navaja de Ockham -Sangre en las calles (Cap-II)

Lu

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28/12/2017, 20:49
Gwilherm

Eran las 18:00 y la noche empezaba a caer en la ciudad. Sabías que hoy Isolda iba a ir para que le echaseis un ojo y poder ver que tal trabajaba. Tu compi quería tenerlo un ojo echado. Era como tu, no se terminaba de fiar. Tu habías logrado cambiar de forma el día anterior, pero por la tarde. Había sido bastante doloroso, otra maldita vez. 

¿Cómo te encuentras?- Se estaba revisando los botones de la camisa celeste que llevaba, para luego con cuidado doblar las mangas. Hacía calor. Estabais en tu oficina, esperando a que os avisasen de que la chica estaba allí. Tendrían que llevarla hasta la zona donde ella trabajaría, que no era mas ni menos que una pequeña oficina cerca de las vuestras. Aun con eso, no podría entrar sin un permiso y un pase antes. 

Tiene que estar al caer...-Dicho y hecho, apenas a los dos minutos, ya os estaban avisando de que estaba allí. Guille suspiró y fue a recogerla con la sempiterna sonrisa mientras esperabas allí. Tu eras la jefa, eso te había dicho él al menos a lo que se refería a ella. Confiaba en tu instinto, eso lo sabías. Tendría que pasar por tu visto bueno. 

 

 

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28/12/2017, 21:21
Isolda

Tras tocar a la puerta, y que dieses tu consentimiento esta se abrió y viste entrar a los dos. -Esta es Isolda. Isolda, esta es la señora Lu- hizo las presentaciones adecuadas para el momento. 

Tenía el pelo de un azul oscuro, apagado, grisaceo casi. Una cara redonda pero alargada, y unos labios morados regular pintados. No pegaba para nada con aquella ciudad. Su cuerpo rotundo, estaba siendo ocultado por un pantalón de pinza negro con unos botines de tacón bajo y grueso, cómodos. Una camisa fina pero oscura, de azul marino y cuello triangular, de cuyas puntas colgaban dos broches plateados bien aprisionados, el de la derecha con forma de ruiseñor, el de la izquierda, de otro pájaro que no sabrías diferenciar muy bien ¿Un cuervo? Ambos miraban hacia dentro. 

Un placer conocerla- Ofreció la mano con timidez pulsada. Tenía la palma algo sudada. No olía mal, de hecho, olía a como debería de oler el mar en sus buenos tiempos. 

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28/12/2017, 21:30
Lu

-Estoy bien -le respondió a Gwilherm en lo que casi podría haber sido un gruñido. Estaba dolorida, preocupada. No se había quedado a gusto después de gritarle varios improperios a Larry por teléfono, pero no tenía tiempo para pasarse por su casa, ni tampoco quería incordiar a su familia. Pero, a pesar de todo, estaba bien. Siempre estaba bien.

Se recogió el pelo haciendo un moño improvisado en la nuca, pasándose la mano por allí para recoger el sudor. Era humana, o estaba en forma homínida, pero el olfato, el oído... Había cosas que aun en aquel cuerpo irrisorio se acentuaban. No porque fuesen más notables, sino porque como garou uno aprendía a prestarles más atención. Los humanos se basaban en la vista. Los lupus, como había aprendido de su Galliard, en olisquearlo todo como una manía compulsiva. Y al final uno aprendía. Y juzgaba.

-Encantada -saludó, estrechando la mano en un gesto firme y fluido, algo que no espantase a aquella muchacha pero estableciese las bases del juego.

Ya no era cosa de la apariencia sino de la Rabia. Los humanos lo sabían, lo notaban a un nivel subconsciente, que el depredador estaba cerca. Incluso en aquellos tiempos, era inimaginable lo que un garou Ahroun podía intimidar con una sola mirada. Ella, por suerte, limitaba bastante bien aquella sensación enmascarándola con otras cosas y el aspecto de jefa y de madame y saber que tenía una destreza innata con la fusta y las cuerdas daban para hablar. Pero aun así se mostró como quien era, una alpha, y adornó el saludo con una sonrisa tibia. Después la examinó rápidamente de arriba abajo. Había cosas, signos que claramente la diferenciaban: el pelo azul, los labios de un color fuerte. Buscaba esa diferenciación genuina sin llegar a lanzarse del todo, como si su propia naturaleza se lo impidiese. Y luego estaban los pájaros, lo que le pareció curioso dada la elección de palabras de Gwilherm para describirla el día anterior.

-Por favor, siéntate -dijo, dejando que escogiese entre la butaca bermellón y la verde-. Que broches tan elegantes. ¿Aficionada a la naturaleza?

- Tiradas (1)
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28/12/2017, 21:56
Isolda

Apretó la mano con nerviosismo, lo notaste, podías olerlo practicamente. Cuando le diste a elegir las butacas lo primero que hizo fue mirar al hombre de la sala, y solo cuando este negó pareció mirarlos como si no supiese muy bien cual tomar. 

El Bermellón. 

Si, a los pájaros principalmente- rodillas juntas, espalda recta, pose algo forzada. No estaba acostumbrada a eso. Y aun con todo, empezaste a ver que era lo que no encajaba en ella. Eran los ojos. Marrones como cualquiera, pero...pero había algo. Ni su sonrisa educada, ni los giros de la melena, ni siquiera el olor, que ayudaba a que pensaras que era una persona tranquila. Tenía algo, algo que te removía un poco las entrañas. No era malo, pero...pero...

Guille se apoyó en la mesa, dedicándole una sonrisa mas que atenta. Viste como su nuez bajaba y subía, como algo le maravillaba. Eso era. Ese era el peligro. O al menos, uno de ellos. Rodeados como estabais de "perfección" un ave raris como ella era llamativa para ciertas personas. 

Tienen un local muy elegante- os miró a los dos para bajar al final la vista sin saber que mas añadir. Pero seguía teniendo algo en ojos ¿o eran las cejas? ¿Qué era? No lo sabías. 

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28/12/2017, 22:16
Lu

Lu tomó asiento en la otra y sus ojos fueron sucesivamente de la muchacha a su compañero. Sonrió de nuevo, casi divertida. Así que era eso, un pajarillo... Bueno, todos tenían su aquel, igual que a ella se le escapaba el aliento y la vida cuando Aisha estaba sobre el escenario, su piel bronceada perlada de sudor bajo los focos, toda la atención en ella y en su cuerpo y en esa gracia felina y fiera con la que dominaba el ambiente y la tensión sin apenas esfuerzo. Y a Lucía le encantaba colarse en el bar algunas noches, cuando las luces ya estaban bajas y no se escuchaba ni un susurro, para sentarse en la barra con un whisky de los caros, completamente absorta en el espectáculo, mientras la tensión se acumulaba en sus muslos con un dolor placentero y vibrante dejando que la anticipación de algo que no iba a ocurrir se acumulase. Luego la luz volvía, la gente aplaudía y Aisha volvía a ser una mujer encantadora y no aquel sensual terremoto que atoraba los sentidos.

Pero aquella no era Aisha, y supuso que el corazón del lupus iba por otros derroteros diferentes. Era casi enternecedor.

-Gracias, encanto. Va con el negocio y el saber estar. Y, como empleada, eres bienvenida a disfrutar de ello dentro de unos límites razonables. Es un oficio peculiar el nuestro. Complejo. Nuestros clientes esperan mucho de nosotros, ya sea sentados en la sala de abajo como en las habitaciones privadas, y nuestra primera regla es, por supuesto, la seguridad. En su amplio espectro. La gente viene aquí porque sabe que está segura, que sus identidades no se van a divulgar y que, por arriesgado que parezca, nada va a ir mal si uno está, bueno... -sonrió con malicia- amordazado y atado elegantemente, expuesto a los deseos de otra persona de la forma más vulnerable que un ser humano podría estar jamás. Subyugado como una presa ante su depredador. Is that right, love? -inquirió, mirando a su compañero.

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28/12/2017, 22:45
Isolda

La muchacha se puso roja cuando hablaste de esos términos tan mundanos pero a la vez de forma tan sutil. ¿sería nueva en la ciudad? ¿Que edad tendría? No era demasiado común ese tipo de comportamientos. O puede que solo estuviese nerviosa de más.

Le dedicaste una frase a tu compañero que aceptó con un asentimiento- Así es, por lo que el hecho de que controles parte del papeleo de las cuentas aunque solo sea de lo que se consume y no tengas acceso de nombres ya te obliga a no poder decir nada de lo que veas aquí dentro.- Te devolvió la pelota, dándose ahora cuenta de algo, pues se te quedó mirando un par de segundos con el ceño fruncido. 

Lo se- respondió ella con prontitud- soy consciente de ello, y con el tiempo verán que soy de confianza, supongo que tendrán cámaras por los pasillos y las puertas de las oficinas- Miró a Lu con un pestañeo inocente.- No pretendo traerles ningún problema, solo, trabajar en un lugar agradable- se frotó ligeramente las palmas de las manos. 

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28/12/2017, 23:02
Lu

Lu asintió brevemente. Eso esperaba. Más le valía. No estaba segura de si en algún momento, antes de todo aquello, la vida había sido más fácil y menos complicada, pero siempre le quedaba la sensación de que uno nunca podía ser lo suficientemente precavido a la hora de cuidar de su negocio. Había gente importante allí, gente que su reputación podría verse seriamente afectada. Pero era más complicado que eso: la Ciudad Carmesí era su casa, su obra. Era un estilo de vida que la definía por excelencia, un refugio donde muchas otras almas podían ser sin máscaras. Obviando los locos de turno, que siempre los había, claro. Por eso, aunque las finanzas le robaban la existencia y la felicidad, siempre las había llevado hasta la fecha.

-Bien. Espero mucho de mis empleados, Isolda. Por ello también pagamos bien y siempre estamos dispuestos a escuchar cualquier queja, sugerencia, duda o comentario. La confianza es vital y se construye por ambas partes. Pareces de naturaleza tímida, pero no quiero que te sientas intimidada por nada de lo que hay aquí. La curiosidad es algo natural, así que siéntete libre de preguntar a cualquiera. -Consultó el reloj de su muñeca rápidamente-. Roberto y Caroline deben estar ocupados, pero podemos enseñarte el resto del local y tu oficina, si quieres.

Volvió a sonreirle, esta vez de forma mucho más afable. Ya había visto suficiente de su cojera. Quería ver de lo que realmente era capaz de hacer.

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28/12/2017, 23:20
Isolda

Te escuchó con toda la atención el mundo. Como si la vida se le fuera en ello de verdad. Sabías que había grabado si no a fuego si con vehemencia tus palabras.- Lo haré, gracias- Esperó a que primero te levantaras tu, y luego o casi a la vez lo hizo ella. Conocías a la gente que se asemejaba a ella, era no solo tímida, si no que disponía de un poco de miedo quizás. No quería cagarla. 

Gwilherm revisó la puerta por un segundo antes de hablar- yo debo de ausentarme, pero seguro que podéis apañaros las dos muy bien. Madame Lu te mostrará el lugar y luego hablará contigo sobre el horario, el tiempo de trabajo, beneficios y paga, así como si las dos partes están de acuerdo, la firma del contrato.- Procuró no miraros a ninguna de las dos- nos veremos a la noche- se retiró dejándoos a solas. 

Pobre chica, lo que se le venía encima

 

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28/12/2017, 23:27
Lu

Se acababa de ir sin darle tiempo a plantarle un beso en la mejilla. Sí que estaba rápido esa noche o, más probablemente, algo le rondaba la cabeza. Y no era para menos, la verdad.

-Vamos -hizo un gesto con la cabeza, dirigiéndose hacia la puerta-. ¿Hablas inglés? Gwilherm y yo solemos preferirlo para ciertas cosas. Reduce las probabilidades de que gente indeseada lea lo que no debe. Sería conveniente que, si no hablar, aprendieses. No todos en la plantilla hablan de forma fluida, pero se defienden.

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28/12/2017, 23:43
Isolda

La muchacha se despidió de tu amigo con un gesto de mano que no pudo ver. Te miró sin saber muy bien que hacer cuando comentaste lo del inglés

No puedo tener una conversación fluida, pero si se me da mejor leerlo que hablarlo- apretó los labios.- Estoy estudiando francés- un idioma bastante usado en Africa.- puedo adaptarme claro, pero necesitaria desempolvarlo un poco. 

 

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28/12/2017, 23:48
Lu

-No hay prisa. Veamos cómo te desenvuelves unas semanas, si las condiciones te parecen razonables, y podemos seguir hablando de otros requisitos más adelante

Era cierto que había algo singular en ella, algo exquisito y delicado que le recordaba a un figurín de peluche. O a un chocolate de textura aterciopelada en la boca. Alguna cosa de esas que un poeta habría sabido poner en palabras mucho mejor que ella. Lo suyo no era hablar exactamente; eran otras cosas...

-Sígueme, por favor. Puedes dejar las cosas aquí si quieres. Volveremos después -ofreció. Después se irguió sobre los tacones en un gesto altivo, con el mentón ligeramente alzado. Recordaba ligeramente a la pavoneo de un pájaro en época de galanteo, y es que aquel local era motivo de orgullos. Habría mentido como una zorra de haber dicho que no lo era.

Quiso darle la 'experiencia del cliente', así que bajaron por las escaleras directamente para llevarla hasta el hall, donde se recibían a todos los invitados. Le explicó brevemente el proceso, quién solía estar allí y cómo se manejaban las citas privadas, que se anotaban a mano cada día en un libro de cuero. Después la guió hacia el salón, que era el esplendor de la casa, el lugar que se ganaba los aplausos y la confianza. Era, en palabras de Lu, el envoltorio del bombón. Estaba diseñado para impresionar y acomodar, ofreciendo un espacio abierto donde encontrarse, y también cierta privacidad en los sofás redondeados y apartados, donde la intimidad reinaba cuando las luces se volvían tenues y sinuosas. El bar, con su cristalera de espejos, dominaba el otro extremo y se servían toda clase de bebidas de nombres rimbombantes que normalmente aludían al sexo. Porque allí todos sabían para lo que estaban. Aprovechó para presentarle a Lucien, quien solía estar a cargo del bar.

De allí regresaron a través del corredor de los espejos a la parte de arriba, deteniéndose brevemente en la sala de reuniones. Pero lo que realmente quería enseñarle eran las habitaciones de juego, sólo por el placer de verla enrojecer y sus ojos abrirse como ventanas a un mundo desconocido. Era divertido. Excitante. Uno podía decir con facilidad cuando a alguien se le removía el inconsciente tan sólo de contemplarlo y a Lu le apasionaba leer a la gente sin decir palabra. Dos de ellas estaban ocupadas, y el sonido quedaba mudado por la insonorización, pero pudo darle paso a las otras dos, animándose a describir con brevedad y sin detalles, sin sonar vulgar, para qué o cómo se usaban ciertos elementos que uno podía encontrar a simple vista. A fin de cuentas, tarde o temprano iba a terminar hablando su misma jerga.

Por último volvieron a la sección privada, donde estaba su oficina, la que ya conocía, el lobby de sus chicas y, por fin, el sitio donde Isolda se instalaría para trabajar. No era una habitación precisamente pequeña, pero la mayor parte del espacio se lo comían los archivadores y estanterías que empapelaban la pared. Era digital, decían muchos, pero Lu seguía siendo aférrima al papel y su tangibilidad. Las máquinas le daban urticaria, y a Gwilherm también. Por eso estaban en tratos con una tercera compañía que les llevase la seguridad y necesitaban de alguien que se manejase mejor que ellos con el dichoso ordenador y los programas de cuentas que se necesitaban para todas las transacciones habidas y por haber. En fin, un coñazo del que Lu estaba contenta de poder alejarse a medio plazo.

-Somos bastante organizados y rigurosos, como verás. Todo lo que ha pasado por el local desde su apertura está aquí. Juraría. Lucien suele ser quien cierra caja en el bar, salvo dos días a la semana. Al día siguiente o Gwilherm o yo nos ponemos al día con ello. De la otra parte, muchos prefieren pagar en efectivo, así que los viajes al banco son regulares y la caja fuerte queda en mi oficina. Se paga por adelantado y las propinas de las quedan las chicas-Suspiró por la nariz, apoyada en el marco de la puerta, dándole espacio para moverse y curiosear cual pajarillo que era-. ¿Preguntas? ¿Dudas?

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30/12/2017, 21:54
Isolda

La chica era rara, no diferente, si no rara. Te seguía como un animal asustadizo, como una cría de algún tipo. Cuando le presentaste a Lucien apenas pudo hilar una presentación oficial antes de seguirte con pasos pequeños hasta los cuartos de arriba. 

Lo que pensaste que iba a ser divertido te dio con un canto en los dientes, pues aunque te escuchaba no había muestra de asombro. Ni sonrojos. Nada. Preguntó por algunas cosas, bastante simples la verdad, que no sabían para que eran y eso quizás pudo darte algunas pistas. O no. Y aun así, no te mantenía la mirada demasiado tiempo, ni se quedaba mirando nada mas de la cuenta. Es como si estuviese acostumbrada a pasar desapercibida. 

Una vez ya en la oficina si pudiste ver la cara de la chica, al ver tanto papeleo, archivadores y cosas varias.- Pero no debo de revisar cuentas antiguas ¿no?- dudó- ¿solo las que se hagan a partir de ahora?- pasó de nuevo la mirada por todo y luego la deslizó hasta tus ojos- ¿Cual exactamente va a ser mi cometido? ¿Cuanto tiempo se me da? ¿En que horario y cuanto es tanto el tiempo de prueba como el sueldo? ¿posibles beneficios?- No quería dejar nada al aire, y no tenía ese tono de quien lo quiere todo y más. Solo saber.

Notas de juego

*¿Cómo no tengo una foto de Lucien!!! (he revisado pero no la he visto, si quieres le pongo yo cara )

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03/01/2018, 01:16
Lu

La garou alzó las manos con calma, y también requiriéndola. Había algo en ella que le despertaba ternura en cierto modo e intuyó la curiosidad en sus preguntas. Había detalles que no recordaba con particular claridad, ya que había sido Gwilherm quien había insistido en buscar una cabeza pensante adicional. Que hubiese sido una casi-clienta era algo que no terminaba de gustarle particularmente. Placer y trabajo debían ir cada uno por su lado y, sin embargo, ¿quién era ella para decir nada?

-Tres días a la semana. Lunes, Jueves y queda a tu elección si Viernes, Sábado o Domingo. Son los días más ajetreados, como imaginarás. Aunque si necesitas un día más para completar tus tareas, por supuesto se te pagará. Procuramos llevar todo al día, como ya he dicho, así que no hace falta que mires las cuentas viejas salvo que necesites consultar datos o saber cómo funciona el sistema. Es un mes de prueba, pagado, por supuesto. Después hay bonus adicionales cada tres meses, claro que nunca habíamos contado con una administradora así que tendría que hacer un contrato preliminar con nuestro abogado.

Dicho aquello, procedió a explicarle en detalle cómo hacían ellos todo el proceso, paso por paso, y cuáles serían sus responsabilidades. Si todo iba bien, quizás en un año y pico le pasarían la responsabilidad de llevar las cuentas de la otra mitad del negocio y hacerse cargo de todas las gestiones relevantes respecto al local, algo que hacía que Lu se volviese muy nerviosa. Sería, si llegaba a ocurrir, como otorgarle plena responsabilidad de su negocio y le resultaba ciertamente complicado acceder a algo así. Siempre le había costado enormemente, sobre todo cuando se trataba de alguien fuera de la manada. Ángela o Roberto... Era diferente. A ellos no les confiaba la seguridad de su vida. Habría que ver.

-Creo que no me dejo nada en el tintero -comentó, después de varios segundos en paro, revisando mentalmente todas las cosas que tenía que decirle-. ¿Qué te parece, Isolda?

Notas de juego

Lo he pasado un poquito por encima por no meterme en detalles que no controlo xD