Partida Rol por web

INTRODUCCIÓN:

"Pero volvamos un poco atrás en el tiempo. O adelante. O tal vez al mismo tiempo. No lo sé. La verdad, en el Inmaterium no se puede saber con certeza dónde ni cuando estás.

No se mucho de muchas cosas, pero respecto a la disformidad, se más de lo que nadie debería saber. Creedme, porque yo nací y me crié allí. No miento, pero sois libres de escuchar mi historia o tomarme por loco.

Mi nombre es Thadius, hijo de Thebe. Nunca conocí a mi padre. Mi madre me crió entre los soldados de lo que en su tiempo fue una formidable fragata de batalla, o eso decían, porque a donde yo miraba siempre veía gente asustada intentando sobrevivir en los más oscuros rincones de la nave. Escasos son los recuerdos de mi infancia, pero ninguno es agradable.

Siendo mutante y niño, era el último mono para todo; me despreciaban, temían y maltrataban. No llegué a tener muchos amigos, pero sí algunos muy buenos. Sin embargo, al ser uno de los supervivientes, mi ayuda se fue haciendo imprescindible para sobrevivir en nuestra prisión de metal. Y más aun cuando mis poderes psíquicos se desarrollaron. Debido a la situación me prohibieron usarlos, pero mi capacidad para sentir a las criaturas de la disformidad resultó indispensable para todos.

Pero no voy a aburriros con detalles que no os interesan. Os contaré lo que pasó. O lo que sé que pasó. El milagro que nos salvó a todos y nos guió hasta la luz del Emperador."

Fragmento de las memorias de Thadius

Libro prohibido, sección histórica de la biblioteca de la Inquisición del planeta Escintila

La rejilla del conducto de respiración cedió, y cayó al suelo con un sonoro estruendo. Del hueco cuadrado del techo, se descolgó una figura humanoide vestida con harapos. Miró a su alrededor, en busca de algún superviviente, pero la sala estaba desierta. Solo un rifle láser que atrancaba la puerta había impedido que el cuarto de suministros del sector fuera saqueado con anterioridad.

¡Al fin encuentro comida! Los demás se alegrarán cuando se lo cuente. Tal vez después de esto Morgul deje de tomarme por un inútil...

El hombrecillo huesudo se alejó de la puerta, y ejerció su derecho y obligación como descubridor de un lugar con recursos útiles: buscar lo que parezca útil y saquear solo lo que aun esté en buenas condiciones. La habitación, al igual que el resto de la nave, estaba a oscuras. Según las historias, eso se debía a un fallo en el generador principal cuando entraron en la disformidad, que dejó la nave sin suministro eléctrico casi por completo.

Ayudado de la escasa iluminación roja del piloto de emergencia que brillaba en la pared, recorrió la estancia. Había montones de municiones y comida enlatada, y esta última estaba bastante sabrosa. Thadius aun estaba disfrutando de su descubrimiento cuando tropezó con algo. Se agachó y vió que había pateado la mano de un esqueleto con uniforme de la Guardia recostado entre las cajas de munición. Los restos de su chaleco estaban carbonizados y fundidos a sus huesos; una visión desagradable, pero común en los que caían muertos bajo el fuego de "los otros". Seguramente fue herido y se refujió en la sala a la espera de ser rescatado, atrancando la puerta blindada con su rifle para que "los otros" no entraran.

La mano que había pateado aun empuñaba una pistola láser. En la otra, sujeta sobre lo que debió ser su abdomen, había otro objeto: un libro. Entusiasmado, Thadius cogió la pistola y comprobó que aun funcionaba, aunque cambió el cargador 1º por si acaso el viejo estaba dañado. Despues terminó de comer y rebuscar por la habitación, y se sentó bajo el foco de luz para leer.

Su madre le había enseñado a leer de pequeño, aunque no mucho, pero con lo básico él había perfeccionado su arte. Era de lo poco entretenído que se podía hacer en las interminables horas aburidas en la nave, y ahora que nadie estaba para arrebatárle su tesoro, aprovecharía para ser el primero en conocer la nueva obra.

"... Finalmente, la nave ha partido del puerto estelar de Tarsus. Me he emocionado al despedirme de los míos, pero me consuela saber que pronto volveremos todos a casa. Nuestra misión es solo recoger los restos muertos de una nave perdida en el espacio. De hecho, parece otra aburrida misión de entrenamiento para los pilotos..."

"... Parece que hemos llegado al objetivo. Por fin hemos salido de la disformidad. ¡Gracias al Emperador! Nunca me siento tranquilo allí dentro. Es como si alguien fuera de la nave te llamara por tu nombre y te pidiera que apagases los escudos. El Padre Morgul los llama Demonios, y dice que solo quieren entrar para matarnos. No sabe que eso no me tranquiliza nada..."

"...Nos hemos apoderado del fragmento de nave con éxito. Sin embargo, no me da buenas vibraciones. Parece como si estubiera vivo. Creo que no es humano... Tampoco me gusta como actúan mis compañeros. Tilium y Zaak han estado comportándose muy raro últimamente: simepre están nerviosos y son más bordes que de costumbre. Creo que se traen algo entre manos. ¿Debería contárselo al Padre Morgul?.."

"...Parece que ha ocurrido algo; creo que se trata de un motín. Han llamado a todo el personal activo al hangar. Por desgracia yo me encuentro indispuesto. El Inmaterium cada vez le sienta peor a mi cuerpo. ¡Espera! Eso ha sonado como un disparo. ¡Y por aquí derca! Será mejor que vaya a ver..."

"...En efecto, un motín ha estallado. Sin embargo, por lo que he visto en los restos de mis camaradas, no usan las mismas armas que nosotros; no se parecen en nada que yo haya visto antes. Voy a ir a la sala de oficiales a presentarme como voluntario al servicio. ¡No puedo dejar a mis amigos solos!..."

"...¡Oh, santo Emperador! Parece que allí fuera encontramos algo más peligroso de lo que podíamos imaginar. ¡Xenos! Estaban ocultos en la nave, y ahora parece que quieren tomar esta..."

"...¡¿Pero qué?! Cuando parecía que habíamos asegurado el angar, la energía se ha ido. Parece que algo o alguien ha apagado el generador principal. Pero, ¡es imposible! Hemos reducido a los xenos y ninguno ha podido llegar al otro extremo de la nave. ¿Habrá traidores a bordo? Lo peor ahora es que los escudos de han debilitado, y las criaturas de la disformidad están entrando. Parece que no podremos contenerlas mucho más..."

"...Me han dado. Fue un xeno al que había tomado por muerto. He conseguido encerrarme en una de las salas de almacenaje, pero no creo que salga de esta. Si nadie aparece pronto... Es igual, creo que todo estamos condenados. Solo me arrepiento de una cosa: de no haber sido lo suficientemente fuerte como para acabar con los enemigos del Emperador  y la humanidad antes de morir..."

Extractos legibles del diario del cadáver

El sonido de un tiroteo sacó al joven de su ensimismamiento, y recordó la situación. Había dejado a su grupo en su anterior escondite, pero los exploradores decían haber visto intrusos acercándose por los pisos inferiores.

Tal vez la nueva habitación que he decubierto sea un buen refujio..., es igual, debo ir a ver si están bien.

Thadius guardó el libro, la pistola y un par de baterías y se puso en pie.

 Thadius, comprobó por un instante que todo estaba en orden, intentó memorizar lo más rápidamente posible la situación general de todos los objetos, por si a su vuelta algo había cambiado. No le cogerían por sorpresa, no esta vez. Mantenerse vivo dentro de la nave no es nada fácil. Si no lo fue para el pobre soldado, no lo será para nadie.

-Tengo que comprobar su estado. Mi presencia les es indispensable, pueden ser asaltados sin darse cuenta... Aunque no sea mucho mi presencia ayuda a encontrarlos.

Y saliendo de la habitación se dirigió hacia el anterior escondite.

Al llegar a la puerta, me encuentro que está totalmente atrancada.

-Maldita sea, tengo que dejar de ser tan impetuoso. Algún día de estos me va a costar la cabeza, y no es ninguna broma, no estoy aquí como para cometer errores.

Diciendo esto, escudriño la puerta, tratando de comprobar como demonios (nunca mejor dicho) ha logrado cerrar la puerta de tal manera que no pudiera ser asaltado por los Xenos.

-Vamos, no puede ser tan difícil, el tiempo apremia.

Mientras se acariciaba la dolorida frente después de comerse una puerta blindada, Tahdius recordó por qué habñia entrado por el respiradero.

¡Coño! Es verdad, el sistéma eléctrico de apertura estaba arrancado de la puerta por fuera, y el manual se había fundido. No se me ocurre que hacer para abrirla, salvo quitar el rifle de en medio. también puedo intentar alcanzar el respiradero de nuevo, aunque tardaría más en regresar.

Volver por el respiradero sería lento, y a luces del sonido del tiroteo no tengo tiempo que perder. Arranco como puedo el rifle de la puerta tratando de desbloquearla.

Compruebo si soy capaz de escuchar, (o ver) algo a través de la puerta para saber si mi posible salida será segura o por el contrario tendré problemas.

-Venga, no puede ser tan dificil. Uno, Dos... y TRES!!!!

Parece que la cualata sobresale un poco y no esta bien enganchada, asi que agarras de ahí y tiras haciendo palanca con tu cuerpo para intentar sacarlo.

A paesar de tus esfuerzos, el rifle no se mueve. Parece que tendrás que buscar otra salida,... o hacer una.

- ¡Mierda! ¿Totalmente bloqueado? y yo perdiendo el tiempo intentando abrirlo. Maldita sea, qué hago...

Observo la habitación y compruebo su tamaño. ¿Habrá suficiente espacio para disparar a la puerta, o al rifle, o a algo y que no me de el golpe?

La habitación es un compartimento de almacenaje rectangular, de unos 12 metros de largo por 4 de ancho. La puerta se haya en uno de los lados cortos, mientras que el cadáver está en frente de esta, junto a la pared opuesta.

Hay todo tipo de materias primas y municiones en las cajas, y dispones de una pistola láser que acabas de recoger.

[Nota: Las baterías láser dañadas o sobrecargadas son áltamente inestables y pueden usasrse como granada. Una batería puede recargarse con cualquier fuente de energía si se te ocurreo como conectarla (¡incluso tirándola al fuego!). Las armas láser generan gran cantidad de calor en los puntos a donde disparan, aunque a lo mejor no será suficiente para forzar el sistema de anclaje de la puerta]

 -Pobre hombre, debió pasarlo fatal en sus últimos momentos de vida. Se apartó todo lo que pudo de la puerta que él mismo había bloqueado. Miedo, es lo que parece que se atisba en sus pequeños ojos.

Me inclino un momento, aunque la nave, y mi grupo esté siendo atacado, siento la urgencia de cerrar los ojos al muerto. 

-Descansa tranquilo, valiente soldado, y espero que tu muerte no haya sido en vano. Es cierto que no pudiste acabar con los enemigos del Emperador que te acosaban pero lo hiciste lo mejor que pudiste.

En estos tiempos de guerra, sen trata fatal a los muertos. No se les rinde el honor que deberían. Entristecido, pero agitado por la urgencia de mi salida rebusco entre la habitación alguna batería laser. 

-Si no soy capaz de abrir la puerta, no queda más remedio que hacerme una. ¡Por el Emperador que salgo de esta habitación!

Thadius recogió un par de baterías de rifle láser (algo más grandes que las que él llevaba de pistola).

Primero intentó desmontar su carcasa protectora para poder manipular su núcleo, pero no tenía ni idea de por donde empezar.

Frustrado, las golpeó contra la pared para intentar dañarlas, pero resultó inútil. ¡Las baterías de la Guardia lo resisten todo!

Una vez cansado de golpearlas sin conseguir nada, buscó la manera de sobrecargarlas, pero no tuvo mejo éxito que con las acciones anteriores.

Sin más ideas en su cabeza, símplemete las colocó delante de la puerta y les disparó con su pistola desde la otra esquina de la habitación, pero como ya hemos dicho antes, todo lo diseñado por la Guardia es increíblemente resistente, por lo que cuando se cansó de practicar puntería decidió cambiar de planes.

Con todo el tiempo que he perdido aquí, casi me habría salido mejor ir por el respiradero desde el principio...

 ¡A la mierda! Sí que estabas seguro aquí, zagal.

Digo dirigiéndome al pobre cadáver.

-No creo que quede otra maldita alternativa que volver por el conducto. Será un poco largo pero, Por el Emperador que eso soy capaz de hacerlo, he venido desde ahí.

Antes de irme, hecho un nuevo vistazo a la habitación, en busca de granadas, alguna pistola de fusión, soplete, alguna maldita ganzúa, baterías de escudos, o algún comunicador.

-Por si tardo en volver a este lugar. Voy a intentar aprovisionarme para la batalla que se está desarrollando en la leganía. Bueno, para las sobras. No creo que me de tiempo a intervenir. He perdido demasiado tiempo intentando pasar por la maldita puerta. Una ocasión para pillar por sorpresa a esos bastardos tirada a la basura. Una superioridad táctica que se ha convertido en desventaja.

Thadius apiló un par de cajas de munición para alcanzar fácilmente el respiradero, y se aupó para salir. El tiroteo había sido brebe y hacía unos cuantos minutos que no se oía ningún ruido.

No se había arrastrado ni  una tercera parte del recorrido que hizo para llegar cuando un crujido metálico le puso los pelos de punta. Sonaba como un lastimero llanto procedente de la estructura por la que se arrastraba, y antes de darse cuanta de lo que estaba pasando.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH!

El suelo bajo su cuerpo cedió, dejándole caer desde más de dos metros de hacia el suelo. Aunque se encontraba dolorido y aturdido a partes iguales, comprobó que podía moverse con normalidad. Solo había sido un golpe sin importancia.

Miró a su alrededor para orientarse. Se encontraba en una de las galerías del nivel 27, donde se encontraban sus compañeros. No debían estar muy lejos en dirección al pasillo que quedaba a su derecha. Pasillo del que súbitamente vino el sonido de disparos: ¡Otro tiroteo!

Mientras me arrastro por el conducto, intentando recordar el camino que me llevará a mi anterior posición, la ausencia de evidencias acústicas de la batalla que en teoría estaba sucediendo cesa.El corazón me da un vuelco de repente. Mis amigos, o mejor dicho, mi familia, o incluso mejor: lo que puedo llamar familia; están al otro lado. Y solo quedan  dos opciones. O bien han acabado con los asaltantes, o... los asaltantes han acabado con ellos.

Es una asidua compañera la muerte en este infierno. Me han contado historias de que la vida en otros lugares no es así. No están constantemente asediados por Xenos, y no tienen que escanear la zona antes de poder asomarse a un cruce de caminos. Peo bueno... Qué se le va a hacer, he crecido aquí, es mi vida.

Con prisas intento tomar el mejor camino posible hasta donde me separé del grupo.

- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH!

-Tengo que empezar a adelgazar, esto no es bueno.- Digo mientras oteo la zona, intentando vagamente recordar donde me encuentro.

-Ah! Si, Nv 27. Creo que tengo que ir hacia la dere...

El sonido de un nuevo tiroteo, proveniente del lugar hacia donde quería dirigirse me sobresalta. Uno nunca termina de acostumbrarse a la guerra. Instantes después, el instinto de supervivencia permite que me active. Desenvaino mi arma, cuidando de no hacer demasiado ruido.

Venga, con cuidado, vamos a asomarnos para ver que es lo que realmente está sucediendo.Poco a poco, no me gustaría que mi frente quedara marcada con un bonito tatuaje laser.

En un momento de breve pausa del constante intercambio de proyectiles, intendo descubrir que pasa.

El pasillo, oscuro y tenebroso se extiende hasta donde alcanza tu vista. El sonido de los disparos parece provenir de más allá de tu rango de visión, ya que no hay ni un alma vivente a la vista. Si no fuera por las marcas de sangre y agujeros de balas provenientes de años de combate continuados, podrías afirmar que estás solo en la nave.

Sin embargo, el característico sonido de las armas alienígenas no parece acompañar a la orquesta. La pieza de hoy está compuesta únicamente por armas humanas... o que fueron construidas por humanos, más bien.

[Nota: Recuerdas que los grupos de supervivientes se dividen en dos facciones: los leales y los traidores. No sabes el por qué de esta separación, solo sabes que tú eres un leal y los traidores intentarán matarte si te encuentran. Algunos rumores dicen que ni siquiera son humanos debido a que se encuentran en los niveles inferiores de la nave, donde hay fugas de radiación del viejo núcleo de energía y el escudo de disformidad es más fino.]

Parece que esto no es cosa de "los otros"... ¡Mierda, no puden haber llegado los traidores hasta tan arriba!

"Lucha fraternal. Me encanta."-pienso con tono irónico.-No hay nada que me guste más que dentro de esta locura tenga que matar a los de mi raza. O creo que son de mi raza.

"De todos modos, que no era tan cerca la pelea. Tengo que llegar a tiempo."

El sigilo casi ha quedado relegado a un segundo plano, pero sigue siendo fundamental. El entrar en la batalla de una manera que nadie se espere puede convertirme en el héroe de ésta y decantar la balanza hacia nuestro favor. Pero como desvele mi posición antes de tiempo puedo correr el riesgo de ser un blanco fácil para sus armas.