Partida Rol por web

Un pinchazo en la cabeza, un dolor agudo, muy agudo, boca seca y malestar general, la sensación de estar desorientados y por fin  abrís los ojos. Por las borrosas imágenes que captan vuestros ojos deducís que os encontrais en algún tipo de cubículo, la iluminación, mas que suficiente no deja rincón oscuro. Al levantaros del frío suelo la visión se va aclarando, los recuerdos acuden a vuestra mente a velocidad lumínica, ¿cuántos tiranaudeins habían muerto?, ¿cuántos?.

Observáis la celda de un vistazo, seis metros cuadrados con paredes de duraacero y sobre vuestras cabezas a unos dos metros el techo, liso. A los lados dos pequeños catres anclados a la pared; y una miserable manta térmica. En vez de puerta seis haces laser a modo de barrotes desprendían una lugubre luz amarillenta, tocarlos no parecía una buena idea. A través de ellos veis el pasillo, de dos metros y medio de ancho. Nada mas.

El absoluto silencio solo era roto por el zumbido de los barrotes láser.

Un pinchazo en la cabeza, un dolor agudo, muy agudo, boca seca y malestar general, la sensación de estar desorientados y por fin  abrís los ojos. Por las borrosas imágenes que captan vuestros ojos deducís que os encontrais en algún tipo de cubículo, la iluminación, mas que suficiente no deja rincón oscuro. Al levantaros del frío suelo la visión se va aclarando, los recuerdos acuden a vuestra mente a velocidad lumínica, ¿cuántos tiranaudeins habían muerto?, ¿cuántos?.

Observáis la celda de un vistazo, seis metros cuadrados con paredes de duraacero y sobre vuestras cabezas a unos dos metros el techo, liso. A los lados dos pequeños catres anclados a la pared; y una miserable manta térmica. En vez de puerta seis haces laser a modo de barrotes desprendían una lúgubre luz amarillenta, tocarlos no parecía una buena idea. A través de ellos veis el pasillo, de dos metros y medio de ancho. Nada mas.

El absoluto silencio solo era roto por el zúmbido de los barrotes laser.

Me pongo de pie con dificultad, pensando en lo que nos habran hecho para encontrarnos asi, recuerdo estar rodeado de soldados de asalto pensando en algun tipo de loco plan cuando se hace el silencio, no logro recordar nada mas. Veo la celda y me imagino el resto, nos han capturado, mierda! bueno, me acerco a los compañeros que estan conmmigo, pensando donde estaran los demas, y uno a uno voy comprobando que estan bien -como te encuentras Aldor? y tu Laryn? estais bien?

Despues de situarme en donde nos encontramos un suspiro de desaliento sale de mi boca ¿y ahora que? Les hemos fallado a los tiranudeins, tambien a Adar. No! tenemos que salir de aqui!

Llevo mis manos a mi cabeza que me duele despiadadamente y la escondo entre las rodillas, intentando calmar el dolor mientras no puedo evitar pensar en... no... levanto lentamente la mirada de nuevo, para ver solo a Annibal Nos han separado, por lo menos no nos han dejado solos, espero que el resto tambien esten como minimo de dos en dos.

-Annibal, ¿como te encuentras? mi cabeza parece que va a estallar en cualquier momento...

Me levanto y, despacio, me dirijo hacia los barrotes. Me paro a escasos centimetros de ellos intentando detectar algo fuera de la celda, algun ruido que me indique si estan cerca mis compañeros, lo que sea, que en el primer vistazo me hubiera pasado desapercibido.

-¿Te has tenido que escapar alguna vez de una celda como esta? le digo a Annibal mientras miro los barrotes y el espacio que queda libre entre ellos Supongo que estamos dentro de la mina, puede que a escasos metros de Adar, si es cierto que esta aqui dentro...¿Escuchaste las palabras del mando de los imperiales? Estaban esperando a uno de nosotros. Al principio pense en el bothan, pero no estoy del todo segura...

Laryn se levanta trabajosamente y mareado y mira a su alrededor...

-Ahora sí que la hemos hecho buena, ni ayuda ni nada... Y a quién estaban buscando...

Laryn examina con la vista la celda.

-Estamos jodidos.

Tras esto se pone a buscar entre sus ropas a ver si le han quitado todo lo que llevaba encima.

Aldor despierta de lo que cree que ha sido un sueño nada reparador mientras oye una voz que dice su nombre y el de alguien más como si la escuchara a través de una cortina de plástico. La extraña sensación de sequedad en la boca, mezclada con intranquilidad y un horroroso dolor de cabeza le dicen que el sueño no ha sido natural.

- ¿Eres tú, Kooth? -acierta a decir mientras sujeta su cabeza entre las manos, como si eso pudiera mitigar el dolor que siente. Instantes después consigue fijar la vista y acierta a darse cuenta de que su compañero no está solo:Laryn también está con él.

- Parece que al final nos esperaban y que todo lo que hemos hecho ha sido un intento futil. ¿Por qué creéis que seguimos vivos? ¿Qué podemos saber que necesiten averiguar? - Clava la vista en el bothan mientras plantea en voz alta las preguntas.

-Si, soy yo Aldor, te encuentras bien? le digo ayudandose a incorporarse -no se porque nos esperaban, pero supongo que no nos han matado para sacarnos cualquier tipo de informacion, asi que seria bueno idear algo para salir de aqui, no os parece?

-Si teneis alguna idea bienvenida sea... estoy dispuesto a todo...

Me incorporo lentamente frotándome la cabeza eonde tengo un prominente chichón. Malditos hijos de puta correlliana... Digo mientras me pongo de pié. Yo estoy bien, ¿tu?.

Observo la cutrecelda donde estamos. Mientras me quedo mirando fijamente los barrotes, busco en mi si nos han quitado todas las armas,  me llevo la mano a la pistolera oculta. Que esté ahí.

No Isl, nunca he escapado de un sitio así, pero si hay algo que tengo claro: si queremos escapar, los barrotes no son una buena opción. Es lo màs fuerte de la celda. Tenemos que buscar un punto débil en la estructura, en las paredes, ventilación... empiezo a murmurar mirando hacia el techo....

-Me duele la cabeza...y este brazo le contesto mientras me agarro el brazo izquierdo supongo que cai sobre el cuando nos golpearon y cai al suelo. Creo escuchar voces a lo lejos, pero no distingo nada, ni de quien ni el idioma, esos barrotes hacen mucho ruido cuando estas cerca de ellos.

Doy una vuelta por la habitacion, intentando observar cualquier cosa interesante que nos indique una posible via de salida, tal y como indica Annibal a mi me parece lo mismo de dificil por los barrotes que a traves del duracero...

- Hum. Aldor pone una expresión pensativa mientras trata de idear algo. ¿Has estado tú consciente antes, Kooth? Quizá has podido ver cada cuánto tiempo vienen a comprobar que no hemos escpado, o bien tienes alguna idea sobre lo que pretenden saber a través de nosotros

Aldor, Laryn y Kooth ven sorprendidos como los barrotes energéticos dejan de fluir dejándolos en libertad. Pocos segundos después una sombra cruza y se queda frente a vosotros mirándoos. Su rostro es serio, marcado con barba y coleta canosa y un viril bigote negro. Sus ojos eran pequeños, aunque de mirada penetrante. Vestía ropas elegantes de buena calidad y parte de armadura, ocultándolas con una capa púrpura amarrada por un broche dorado.. Su voz resuena firme y fuerte por la celda, aunque su tono era respetuoso.

-Ustedes son los que han venido a rescatar a Adar Talor?, los enviados por T&W?. Síganme, corran!!. Correis desconfiados tras el desconocido hacia la izquierda por el pasillo, pasais por delante de otras celdas tambien desactivadas hasta que se detiene delante de otra , la 48-C, al mirar en su interior veis a dos twile’ks, una hembra azul y un macho rojizo. Son Aníbal e Islhara.

-Mi nombre es Teer Dekard, servía en el Imperio, trabajando con el almirante Talor desde las guerras Clon, oprimido por las amenazas del mismísimo emperador Palpatine… Logramos salir de la base imperial y escondernos en una corbeta clase Mon Calamari hasta llegar a la atmósfera de Garos IV donde Quis Durton, una sabandija traidora nos delató a un destructor clase victoria. Fuimos abatidos pero logramos escapar en una capsula de salvamento... 

-Al llegar al planeta fuimos sorprendidos por una tropa de asalto, su rostro se entristece enarcando las cejas, -yo conseguí escapar, pero Talor sufrió heridas grabes en el aterrizaje y lo capturaron. Les seguí hasta estas minas y observé hasta que gracias a ustedes y los aborígenes pude aprovechar que los Imperiales estaban distraídos para colarme dentro de la mina. Se detiene delante de lo que parece la puerta de salida de los calabozos, a la izquierda hay una pequeña garita donde un guardia yace tendido sobre los controles de energía de las celdas. Con su brazo izquierdo extendido os hace deteneros mientras el sacando la cabeza mira que no haya ningún soldado cerca.

-Una vez dentro descubrí que Talor se encuentra en la base glacial. Es una base secreta Imperial desde la cual dominan el planeta entero y se moldea el mineral extraído de estas minas para su utilización en nuevas armas o vehículos. Os hace un gesto con la mano para que le sigáis y sale corriendo de los calabozos por un largo y estrecho pasillo hasta una zona mas ancha donde se vuelve a detener antes de dar la esquina, al ver que no hay nadie prosigue hasta una pequeña habitación.

-Entrad!

El habitáculo no es muy grande, al fondo hay unos estantes, cajas, armarios y otros utensilios de almacenaje además de un terminal informático. Recoged vuestras armas, os harán falta. Dekard cierra la puerta romboide y os mira atentamente mientras saca un holoreproductor portatil.

-Mirad este holograma, según el terminal que utilicé, la forma mas rápida de llegar a esa base glacial es atravesando las minas subterráneas. Se queda en silencio unos segundos. Es un camino peligroso deberemos adentrarnos en un laberinto de túneles, pero es el camino más rápido hacia la base. No sabemos el tiempo que lo retendrán allí, puede ser que ya estén iniciando los preparativos para su traslado al destructor. Pero ahora no tenemos tiempo que perder, debemos darnos pri… antes de terminar la frase un ruido ensordecedor de una sirena comienza a resonar entre los pasillos de la mina, acompañada de una voz seca que resuena por el viejo sistema CP de comunicación de la mina.

<<A todas las unidades. Código Rojo!!. Los prisioneros del bloque de celda 54-B y 48-C se han escapado… acabad con esa escoria rebelde!!.>> El sistema Cp se apaga con un ligero zumbido pero sigue resonando la alarma.

-Corred, debemos salir de aquí antes de que sellen todas las compuertas de la mina!.

Despues de coger todo mi equipo y comprobarlo, me quedo mirando a los demas mientras hacen lo mismo, pensativo, hace breves instantes estabamos en una celda y ahora parece que vamos en camino de conseguir nuestro objetivo. Sabes algo de los tiranudeins Teer? digo preocupado, esperando una contestacion que se que no me va a gustar.

-¿Hay supervivientes? - Dice Laryn buscando otros objetos de utilidad tras coger su equipo con disimulo y ocultarlo entre sus ropas, a excepción del rifle imperial.

Teer deja caer la célula de energía de su rifle e introduce otra nueva. Os mira con sus pequeños pero expresivos ojos. -Lo siento, lo único que sé es lo que leí en un informe del terminal que saboteé, sin bajar la mirada ni titubear prosigue. -Textualmente decía: "La amenaza aborigen ha sido exterminada y los mercenarios capturados".

Tras comprobar el correcto estado de su rifle, -Ah! se me olvidaba, en el archivo que desencripté había otro informe, mencionaba algo de un tal... Gaid?, sí, Vasir Gaid. Al parecer lo han congelado en carbonita y lo van a  transportar hacia los planetas del núcleo. HAce una pausa y menea la cabeza. -Ha debido de cabrear mucho a alguien... 

Isl escucha las palabras de Teer y se para en seco con el rifle en sus manos, mirandolo fijamente.

-¿Vasir? ¿Era Vasir a quien se referia el capitan de los imperiales? ¿No decia el informe donde estaba Teer? Tenemos que saber donde esta, no podemos dejarlo en sus manos...

Isl se vuelve rapidamente hacia el rifle, examinando que este bien y echandoselo al hombro. Se ha vuelto de espaldas al resto de sus compañeros, incapaz de pronunciar palabras y esperando que ellos no se den cuenta de lo mucho que le han afectado las noticias sobre Vasir....y sobre los tiranudeins.... Les hemos fallado...¿exterminados?...Vasir aun tiene una oportunidad, pero ellos confiaron en nosotros...para morir.