Partida Rol por web

Thughrum Tinkerhand nacio en el planeta Nueva Kritna dentro del sistema Nezum. El planeta, habitado casi exclusivamente por los Gutmark, era todo lo que un minero espacial podía pedir: Minerales de todo tipo, carbón para hacer funcionar las máquinas, isótopos extraños… un verdadero deleite para los Gurtmark.

Thug, como lo llamaban sus padres y poco después todo el mundo, tuvo una infancia sencilla. Fue a la escuela como todos los de más niños, le interesaba mucho la ciencia, la mecánica y la electrónica. Incluso fuera del colegio no era extraño ver al muchacho trastear con cachivaches de todo tipo, creando estrafalarios aparatos que rara vez funcionaban pero eran de lo más imaginativos: La “picoexavadora automatizada de Tinkerhand”, el “termocalentador protónico protocolario prototipo”, el “condensador de fluzo quántico avanzado”… todos mucho más peligrosos que funcionales. Al final, siguiendo el consejo de su sabia madre, acabo yendo a las minas como su padre y su hermano mayor. Esto, por supuesto, no hizo que dejara de trastear con peligrosos inventos, pero al menos tenía como ganarse el pan.

La vida en las minas no era tan mala como cabría esperar. Los Gutmark están especialmente adaptados para la vida bajo tierra y la oscuridad imperante en las profundidades del planeta. La paga era buena y acorde al trabajo, en parte por que la minera para la que trabajaban era propiedad de un Gravitón.

Los Gutmark Gravitón, la raza específica a la que pertenecía Thug dentro de su especie, eran apreciados por su fuerza y tesón, cualidades muy importantes al encontrarse rocas duras como el acero a 500 metros de profundidad. Los Gravitón cuidaban los unos de los otros. Al ser una raza minoritaria en la sociedad Gutmark habían adquirido cierto orgullo racial. Esto, a su vez, hacía que los Gravitones más adinerados contrataran mayoritariamente a los miembros de su propia raza para sus empresas y les pagaban lo mejor que podían para mejorar el estatus en conjunto de su micro-sociedad dentro de Nueva Kritna.

Todo iba como la seda, el mundo parecía que sonreía a Thug, pero…. Como suele pasar en estos casos, su vida cambió de la noche a la mañana…

Una mañana cualquiera Thug se encontraba en las minas haciendo pareja con su primo Balin. Estaban trabajando en una beta de carbón que les impedía el paso a una gran formación de mineral de titanio, según indicaban los instrumentos. Habían decidido parar el uso de las máquinas excavadoras debido al terreno poco firme y avanzaban usando sus picos. Thug prefería sin duda comandar las grandes máquinas excavadoras, pero a veces no quedaba más remedio que hacer uso de su fuerza y picar sin descanso.

El carbón, como bien sabía Thug, significaba que en algún momento de su vida este planeta había albergado vida. También sabía que cuando los Gutmark se habían asentado en el planeta este era un páramo muerto pero rico en materia prima. El hogar perfecto. Así que la existencia de vida en el planeta debía ser muy anterior a su llegada. La profundidad de esta beta de carbón también indicaba que debía tratarse de vida muy antigua. Eso o que el movimiento de las placas tectónicas del lugar fuera especialmente activo y hubiera enterrado esta placa bajo otra. Por otra parte, la baja actividad sísmica de la zona no apuntaba a esto…

Mientras manejaba su pico absorto en sus pensamientos la punta golpeó algo que claramente no era carbón. Intrigado por qué podía ser comenzó a limpiar alrededor hasta encontrarse con un intrigante aparato alienígena. En cuanto pareció que el extraño artefacto podía ser liberado con las manos empezó a tirar de él.

Pero algo no estaba bien. Había extrañas venas de color aguamarina que salían del aparato y se fundían con el carbón a su alrededor. Thug las vio demasiado tarde y cuando arrancó el artefacto de su lecho un gran temblor surgió de la roca.

-  ¡¡Derrumbe!! -empezaron a gritar muchos de los Gutmark mientras escapaban hacia el exterior saltando de las máquinas y dejando todo el instrumental atrás.

Thug y Balin salieron corriendo hacia la salida soltando sus picos, pero Thug no quería dejar el artefacto atrás así que lo metió rápidamente en su mochila y salió corriendo. Balin le decía que lo dejara, pero Thug hizo caso omiso.

No está claro si por ir retrasado por el peso o la simple mala suerte hicieron que una enorme roca cayera del techo y golpeara el brazo de Thug aplastando su brazo desde el húmero hasta la mano contra el suelo. Thughrum gruto, como no había gritado nunca, por el insufrible dolor. Su brazo había quedado completamente destrozado. Su primo, en un acto heroico del que pocos serían capaces, paro su huida y corrió en ayuda de Thug.

El acto fue inmediatamente recompensado por los Divinos, ya que el tunel por donde estaban tratando de huir se derrumbo por completo sepultando a todos los que trataban de huir por él. El desprendimiento dejó un nuevo paso abierto, difícilmente transitable por las enormes rocas y la grava suelta, pero Balin tenía una determinación clara: Sacar a su primo y hermano en el corazón al exterior.

Y así fue. Balin y Thug fueron los dos únicos supervivientes de la catástrofe minera. No fue hasta salir al exterior que Thug supo que el seísmo había afectado también a otras ramas de la mina. También a aquellas donde se encontraban su padre y su hermano, de los que nunca más se volvió a saber nada.

Los años siguientes fueron tristes. Thug se culpaba de la muerte de su padre y su hermano además de la de otros cuarenta y dos mineros y le estaba costando mucho seguir con su vida. Mejor dicho, había dejado su vida en dique seco. Seco en cuanto a progreso vital se refiere, pues el riego de todo tipo de alcohol que se estaba dando el Gutmark era no menos que legendario…

Su padre, las estrellas lo tengan en su gloria, era hombre previsor. Aunque los accidentes mineros eran cosa ya extraña y del pasado las grandes aseguradoras seguían ofreciendo seguros de vida a precios asequibles. Precisamente la baja mortalidad de la profesión en la actualidad permitía ofrecer estos seguros a precios nada desdeñables. Así pues, su padre había asegurado su vida y la de sus dos hijos por una cuantía altísima.

Tras la muerte de padre (Tharum) e hijo (Thormak) y la perdida completa del brazo (de mitad del húmero para abajo) de Thughrum el Aseguradora Nacional Gutmark había desembolsado una enorme cantidad de dinero a la familia. La mayor parte se la llevó su madre Ygrild, pero a Thug también le indemnizaron con una buena cantidad por la pérdida de su brazo izquierdo.

Y así volvemos a la historia del borracho autocompasivo tratando con todas sus fuerzas de ahogarse en un mar de grog y otras sustancias. Especia, viuda, estimuloesteroides… todo tipo de estupefacientes y psicotrópicos pasaban por las manos del Gravitón y desaparecían en su pozo de lástima. Lo que hacía todo aun peor era que ni Balin ni él habían contado nada del artefacto. Al estar oculto en su mochila nadie supo de él y cuando pudo irse a casa simplemente escondió el artefacto en el rincón más oscuro de su armario para intentar olvidarse de él. No se atrevía a tirarlo a ningún sitio, tal vez alguien lo encontrar y lo relacionara con él o se hiciera daño… Era mejor olvidarse de todo en el fondo de una botella de wiski y chupar un poco de rana galáctica.

Al principio su madre sentía pena por el muchacho. Una tragedia así no es algo que pueda superarse con facilidad. Pero pasados un par de años la fuerte enana ya no podía más.

Una costumbre muy arraigada en la cultura Gutmark, y más aun en los Gravitón, es la de vivir en una casa común con la familia. Las casas suelen ser enormes con muchísimas habitaciones y cuando un Gutmark se casa, el o su pareja se mudan a la casa de una de las dos familias (por lo general donde más espacio haya). Contamos esto para que se entienda por que Thug seguía viviendo con su madre a sus treinta y tantos años.

Y aun a sus treinta y tantos años su madre entro como una furia a su habitación, lo sacó de un puntapié de la cama y le dijo que le había pagado el acceso a la universidad con el dinero de su padre. Ingeniería Científica con postgrado en Sistemas Aeroespaciales, nada menos.

- ¡Levanta ese culo y arréglate esa barba! ¡Como mañana mismo no te presentes en clase te juro que lanzo al pozo más profundo que encuentre! Tu padre y tu hermano ya no están. ¿Crees que yo no los echo de menos? Pero no pensarás que me voy a quedar aquí mirando mientras tu te matas en vida ¡De eso nada! -dicho esto salió de la habitación, no sin antes añadir- …lo del pozo va en serio ¡Ponte las pilas! -PUM, portazo.

Su madre conocía bien a Thughrum. Aunque no pareciera gran cosa, el discurso fue suficiente para que el antiguo minero saliera de su pozo lo suficiente como para ver la universidad. Y aquello lo cambió por completo.

La Gran Universidad de Nueva Kritna era un lugar de una tecnología enormemente avanzada. Cientos de estudiantes llenaban el campus de roca pulida contrastando con los edificios con fachadas de todo tipo de metales: Hierro, Acero, Cobre, Bronce, Titanio… incluso había una fuente de Mercurio. Todo aquello fascino al instante a Thug.

Ygrild no había elegido la ingeniería científica por casualidad. Ella misma era una ingeniera de mucho éxito en Nueva Kritna. Pensaba que si su hijo podía despegar siempre podía cogerlo como aprendiz en su empresa. Pero Thug tenía otros planes.

De la noche a la mañana todo el alcohol y las drogas se transformaron en algo del pasado. Recordando su fascinación por la electrónica pronto empezó a crear cachivaches de nuevo. Con sus nuevos conocimientos ya no eran tan inútiles ni peligrosos. Empezó a sentir cada vez más inquietud por la tecnología, especialmente la alienígena. Todo lo que pudiera asimilar de ella le servía para crear aparatos cada vez más complejos y estrafalarios.

Y como no podía ser de otro modo, por su mente empezó a pasar la idea de investigar el artefacto de las profundidades del planeta. Al principio se resistía, era demasiado peligroso, pero… ¿Y toda la información y conocimiento que podía albergar un aparato como ese? Sería una verdadera pena para la ciencia perder todo ese avance solo por unos miedos absurdos a la muerte o la destrucción de toda civilización sobre el planeta…

- ¡Decidido! -se dijo a si mismo como tratando de convencerse del todo.

Todos los días a la salida de la universidad dedicaba varias horas a desmontar cuidadosamente los restos del artilugio. No quería que nada saliera mal, pero aun más importante, debía entender como funcionaba todo. Quería poder replicarlo… quería todo ese conocimiento y poder… ¿Para hacer el bien?... bueno, eso ya se vería luego.

No tardó mucho en encontrar la gema que daba energía a los sistemas. Lo más sorprendente era que aquella gema seguía guardando energía. Hizo pruebas, trato de combinar la ciencia Gutmark con lo que aprendió de trastear con aquel aparato y …¡Funcionaba!... al menos en parte y durante cierto tiempo. Poco a poco fue creando un sistema para aprovechar la energía de la gema, su propia ciencia, podría decirse. Ningún otro aparato que él conociera o que la ciencia de la universidad enseñara funcionaba como conseguían funcionar las creaciones de Thughrum. Pero por extraño y antinatural que pareciese, funcionaban.

Su primer gran éxito fue crearse un brazo artificial. No era completamente funcional ni tan capaz como su propio brazo, por supuesto, pero tenía otras funciones que un brazo de carne y hueso no podía cumplir: un pequeño grupo de soldar, destornilladores y llaves de todas las medidas, taladro de impacto… ¡y un chispazo de tres pares de cojones! Y todo ello alimentado por la extraña gema de modo que no necesitara combustible.

Pasaron los años y Thughrum se graduó con honores para el orgullo de su madre. Pese a que esta quiso darle trabajo inmediatamente Thug lo rechazo con cariño. Ya era hora de que el mochuelo dejara el nido y el planeta que lo había visto nacer, crecer, caer y levantarse. Era hora de ver que le deparaba el espacio.

Era la hora de la aventura.

A.S.T.R.A.

Aliado Sentinela de Tera Roltio Antigeno