Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
Me pongo pensativo cuando escucho la parte de trabajo de campo.
- Si, yo se hacer trabajos de campo, cada dos o tres días salgo a buscar trufas, hongos, tubérculos y tantas otras hierbas que me son útiles en el restaurante. Me encanta hacer trabajos de campo, el aire limpio, el espacio, la tranquilidad... Sip, no creo que tenga muchos inconvenientes en hacer trabajos de campo.
La sonrisa del goblin puede verse notablemente en su rostro.
Con expresión algo ofendida, Prodan replica a la misteriosa anfitriona, intentando ignorar al goblin al que seguramente habían sacado muy deprisa del horno, y por lo tanto su cerebro no había terminado de cocinarse.
- ¿Pero por quien nos toma, misteriosa dama? ¿Por vulgares ladrones y espías? Puff.. faltaba más, al menos hablo por mi cuando digo que.... ¡ha encontrado a su hombre!. Debo reconocer que con esta presentación y la puesta en escena un tanto alejada de lo ortodoxo esperaba algo mas "especial", pero oiga, un trabajo es un trabajo, y la palabra dinero es la primera en mi diccionario. Si, no hay palabras con a, b ni c. Bueno, salvo codicia, tal vez -finaliza con una sonrisa.
Escuchando las palabras de los compañeros, algunos enojados otros ingenuos incluyéndome, perdían la paciencia en cuanto pasaban los minutos sin que se aclarara esta reunión. Después de algunas palabras de la sombría mujer, entiendo un poco de que va esta historia, pero me asombro al pensar en que fui convocada para un tipo de misión o aventura, a la que no estoy acostumbrada ni se me pasa por la mente.
-Está bien todo eso del dinero y tal, pero que puede una artesana brindarle de información a parte de ¿cómo hacer hermosos brazaletes y collares con semillas?- hago una pequeña pausa mientras miro a los ojos a la mujer, vuelvo la mirada a los demás compañeros y continuo, -Como vuelvo a mencionar, el dinero me viene muy bien para comprar implementos y herramientas nuevas, pero sigo sin ver en que puede servir mi experiencia y mi arte en este lugar-
Cassandra sonríe a Nellyam casi con ternura.
- Verás: yo soy una mujer ambiciosa, querida. Y, cuando me lo propongo, encuentro el potencial escondido de cada uno.- su expresión se afila un poco más.- Tú, chica, podrías ser una valiosa aliada. Podrías impulsar la economía de este castillo. Podrías hacer cositas- hace un gesto con los dedos como dibujando en el aire- que hagan contentos a mis trabajadores y trabajadoras. Un brazalete puede tener mucho poder, querida.
En la mente de Bjarnni se debatían el deber y la ambición propiciada por lo que les ofrecía Cassandra. Una parte rechazaba la idea de haber abandonado la herencia de su padre para emprender este viaje pero, otra parte, deseaba probar cosas nuevas y conocer y aprender cosas más allá de los límites de su ciudad.
Su aventura en el ejército se vio cortada de raíz para hacerse cargo del negocio familiar. No le disgustaba y lo había aceptado de buena gana, pero una parte de sí mismo deseaba haber conocido más. Su hermano era el único que lo había comprendido, siendo él el que lo animó a responder a la llamada de la carta. "Yo te guardaré el sitio. Cuando termines de labrarte un nombre ya volverás para el relevo." Recordó las palabras que su hermano le dedicó en el momento de la despedida. Y en ese momento decidió que no iba a desaprovechar la oportunidad que le fue brindada. Siempre podría volver si las cosas no salían bien.
-Así que todo lo que necesita es buena comida, herramientas y abalorios, ¿no?- Respondió todavía molesto por la condescendencia de la anfitriona y por todo el innecesario misterio del recibimiento. -Y además podremos salir de excursión siempre que se nos permita.- Continuó hablando con un marcado tono ácido. Pero enseguida una sonrisa asomó en su rostro borrando por completo cualquier señal de suspicacia. -Acepto. Siempre y cuando todo sea acorde a lo que se prometió en la carta.- Puntualizó. Finalmente, Bjarnni se quedó con los brazos cruzados y sin borrar la sonrisa de su rostro a la espera de la respuesta de la distinguida señora.
El dinero esta bien, pero no es nada que no se pueda conseguir de modos menos tetricos...
Ha hablado del poder que da la informacion, estoy de acuerdo, por mi parte me gustaria poder controlar ciertos elementos de mi vida que se han vuelto demasiado problematicos para poder solucionarlos solo con dinero.
Parece que sabe lo que queremos y como conseguirlo, asi que solo nos queda por preguntar ¿Que necesita de nosotros, como lo conseguimos y cuando empezamos?
- Empezaréis en cuanto estéis listos, pero hay un asunto de cierta urgencia que os tengo que asignar. Resulta que una de mis trabajadoras ha desaparecido. Se llama Celina, y es una elfa.- mira inconscientemente a Nellyam.- Iba a reunirse con un contacto de importancia, pero debería haber vuelto hace ya dos horas. El punto de encuentro está cerca: a unos veinte minutos al este desde aquí. Sin embargo, la mayoría de mis agentes de campo ya están destacados, por lo que necesito vuestra colaboración cuanto antes.
Tras esta rápida explicación se inclina hacia adelante y os mira con un rostro serio.
- ¿Podréis hacer eso por mí? Lo único que pido es que encontréis a Celina y la traigáis sana y salva.- vuelve a apoyar la espalda contra el trono, aunque algo tensa.- Me... disgustaría que le ocurriera algo.- su voz se endulza un poco en esa última frase, aunque en seguida recupera la compostura y os mira con una expresión decidida.
- Seguro, yo iré a buscar a su amiga, debe haberse distraído con el paisaje o a cortar algunas flores. Uno siempre pierde la noción del tiempo cuando está al aire libre. Sin duda yo le ayudaré, de paso voy a conocer un poco los alrededores y puedo ver que especias y cosas útiles tiene en sus territorios para poder preparar algún bocadillo cuando regresemos. Me quedó conocer la cocina, pero seguramente puede esperar un poquito más, no creo que se vaya a ir a ningún lado, jijiji. Pero me gustaría saber donde puedo dejar mi mochila antes de salir - dice mientras muestra el pedazo de tela deshilachado que cargaba en la espalda - ya estoy cansado de andar cargando tanto cacharro y me pesa la espalda, sería bueno darle un poco de respiro, ¿no cree usted?
Cassandra asiente con disimulada impaciencia.
- Claro, claro, podéis dejar todo lo que no necesitéis aquí y alguien os lo guardará. Pero... confío en vuestro buen juicio a la hora de elegir qué os lleváis y qué no.
Vamos entonces, nadie se retrasa tanto tiempo en un viaje tan corto. Estamos trabajando para usted, espero que no sea para nada
- Mi gentil señora -comenzó Prodan con una sonrisa. Una minucia, antes de partir. No lo toméis a mal, y ya que he venido hasta aquí un trabajo no viene mal, pero está el pequeño detalle de la paga. Quisiera saber antes de enfrentarme a una situación de violencia si vale la pena arriesgar el pellejo o no, y en esa delicada situación moral quisiera saber cuanto es lo que tintinea al otro lado del arco iris, ya que de darse el caso de tener que sacar mi arma para rescatar a su perdida Celina, me gustaría saber como será de recompensada tal heroica hazaña. Usted bien podría darnos las gracias y una comida caliente antes de mandarnos a casa, alegando que no nos había prometido nada concreto, no se si me explico.... y no es lo mismo dos monedas que veinte, o que cien. Por dos me pelearía con un borracho de bar, pero harían falta bastantes mas para enfrentarme con un ogro, o con un guardia real.
Cassandra sonríe con picardía.
- Veo que no se te escapa nada.- mira a Prodan con una expresión ambigua.- Como os comuniqué en vuestras respectivas cartas, os prometo... vuestros mayores sueños. Si eso conlleva riquezas, pues riquezas será lo que tendréis. Pero, para ello, primero tendréis que trabajar para mí y ayudarme a... monopolizar mi negocio. No sé si me explico.- sonríe de nuevo, aunque no por mucho tiempo.- Y, ahora, id. Encontrad a Celina y traedla de vuelta.
Pues parece que la tal Celina a la que iremos a buscar es algo más importante de lo que suena, pero si esto es a lo que me ha traído el destino y la carta aquí, pues qué más da, nunca en mi vida había sentido tanta euforia y ganas de tener una aventura, una verdadera aventura, y si más por ella voy a ser recompensada pues no está demás.
-Pues bien mi querido Nozadm, a que esperamos, vamos y mientras tu consigues tus especias, que no escatimare en ayudar a que las encuentres, yo también echare un ojo a algunas semilla y elementos que puedan servir para mis artes, quizá en este lugar hayan cosas que no se encuentren normalmente.- mira sonriente Nellyam al pequeño goblin, luego levanta su mirada a los demás esbozando también una tierna sonrisa en su rostro.
-Pues yo estoy lista, vamos en busca de la señorita Celina, y traigámosla devuelta a casa-
- Huuuuuuuuuuu, un compañero para hacer trabajo de campo... Me gusta, me gusta. Así va a ser más divertido! Vamos, vamos, que en cualquier momento nos va a dar hambre y va a haber que preparar algo delicioso.
El goblin va dando saltitos hacia la puerta donde ingresaron ya listo para salir a buscar hong... a Celina, buscar a Celina... y unos hongos también, ¿porqué no?
Prodan miró al pequeño goblin cocinero y a la elfa, que desde el principio lo había mirado con desprecio, o al menos eso le parecía a él, y se preguntó si podía confiar en ellos si las cosas se ponían feas. Aunque el otro goblin parecía ser mas confiable en ese aspecto, y el herrero también.
- Bueno, parece que vamos a buscar a Celina entonces -dijo mientras observaba al peculiar grupo de compañeros.
Parecía que el primer encargo de la distinguida mujer los llevaría fuera del castillo en la búsqueda de una mujer llamada Celina. Durante un instante lamentó utilizar la palabra excursión, aún siendo en un tono sarcástico, al ver que tanto la elfa como el cocinero parecían realmente tomarse la misión como tal. Estaba claro que Cassandra y sus agentes, viendo la naturaleza de sus negocios, no se movían por ambientes recomendables y sería una insensatez desprenderse de la precaución. Sobre todo al escuchar el discurso cargado de eufemismos con los que la señora del castillo los obsequiaba.
-No hemos tenido tiempo de ponernos cómodos, así que tan solo dejaré mis herramientas.- Aclaró el herrero. Así que todo lo que hizo fue esperar a que el resto del grupo se decidiera a ponerse en marcha para comenzar de una vez por todas con el primer encargo de Cassandra.
Bueno, ayer terminé con mi último examen así que ahora ya estoy libre de responsabilidades extras :)