Partida Rol por web

Durante el banquete voy bebiendo poco a poco aunque mi copa siempre esta a rebosar por al animoso Garren aunque soy consciente de no poder igualar su resistencia.

Es evidente que es de una calidad similar a la del que tomamos en el palacio real y nunca he podido permitir beber vinos de esta calidad. Sino con mucha mas agua que vino.

El venado y su salsa están deliciosos y el pan con que los acompaño ya es en si un festín.

Levanto mi copa por los distintos brindis y aparte de agradecer los platos cuando me los ofrecen permanezco en silencio esperando que los nobles sean los que lleven el peso de la conversación.

Mientras todos estáis comiendo y bebiendo a vuestras anchas y una vez el vino os está empezando a hacer efecto, véis de pronto como en mitad de la mesa en la que coméis se aparece una especie de fantasma. Al ir tomando forma comprobáis que se trata del Mago Magníficuss o mejor dicho, un holograma de él. Una vez se ha formado completamente, mira hacia Kashya y en un tono muy severo le dice:

- ¡Hechicera Kashya! Has decepcionado a todo el pueblo de Loarrus poniendo en peligro la vida de la princesa y al resto de tus compañeros en varias ocasiones. Por eso hemos decidido que abandones la misión y desterrarte de nuevo a tu cueva y sin tus poderes.

Señala con el dedo a Tyaeda dirigiéndo su mirada esta vez hacia ella y continúa hablando:

- Mi señora reina de Linfa, hemos pensado que vos llevéis esos poderes y acompañéis a estos valientes en la campaña. Sabemos que sois muy valiente y digna de llevarlos y protegeréis a la princesa y a los demás con un tino excelente. ¿Qué decis? ¿Estáis de acuerdo en la proposición?

La hechicera comía y bebía como los demás hasta que de pronto vió como su gran amigo el Mago Magníficuss se apareció en el centro de la mesa. Las palabras que este le dijo no fueron demasiado buenas pero sabía que él tenía razón así que lo único que se limitó a hacer fue mirar hacia abajo en señal de vergüenza.

 Ante el brindis de Garren por todos y cada uno de nosotros, me levanto como el resto de compañeros, alzo mi vaso de vino y brindo por todos y cada uno de los alli presentes.

Durante la cena sin esperarlo y de repente, una figura incorporea fue tomando forma en medio de la mesa y delante de nosotros. En ese momento, observe mi vaso de vino y pense... Agrael, has bebido demasiado... entonces me di cuenta de que no era el unico que lo veia, hasta que cuando finalmente se mostro nitidamente me di cuenta de quien era... todos escuchamos sus palabras y nos giramos al unisono hacia Kashya cuando escuchamos hablar al mago.

Entonces le ofrecio a Tyaeda los poderes de la echizera, espere espectante a ver cual era la decision de la reina de Linfa.

Una nueva aparición del poderoso mago del reino sucede nuevamente, esta vez Sergi ya habiendo tenido otro suceso similar, no se sorprende tanto como lo hiciera antes. Escucha las palabras que dirige hacia la hechizera que integraba el grupo y siente un ligero pesar por el castigo que recibe, tuvo demasiado ímpetu en ayudar, tanto que casi le cuesta la vida a la pequeña elfa que los guió hasta acá en dos oportunidades.

No sabe si la medida es justa o no, dado que no conoce como es el trato hacia personas que portan dichos poderes y responsabilidades, pero eso no quita que sienta un pesar por lo sucedido.

La aparición de Magnificuss me deja paralizado cuando estaba a punto de comer un nuevo trozo de carne.

De pronto son sus pies lo que tengo delante en lugar de la fuente de carne.

Sus palabras de recriminación en principio me parecen indicadas aunque no así el castigo.

Cuando le ofrece a la Reina de Linfa sus poderes el silenció se alarga.

Yo no creo que aceptada viendo el castigo si no soy capaz de controlar bien los poderes arcanos.

mientras doy buena cuenta de mi vaso de vino, de nuevo, repleto, veo la aparición de Magnificus, al principio creía que era una ilusión debido a la cantidad de alcohol que llevo en mi organismo, pero luego me fijo que es un "holograma" creado por él mismo, y le propina severas palabras a kashya

-Menos mal! ya era hora de que alguien pusiera orden a esa bruja impía con tendencias piromanticas! un problema menos para nosotros ja ja ja!- Me llevo el vaso de vino a la boca una vez mas, acabandomelo por completo de un solo trago.

Una vez desaparece, vuelvo a servirme la décima copa de vino, cada vez estoy más bebido, hasta tal punto de que me cuesta gesticular las palabras con la lengua y los labios.

-ven..ga bernat...HIC! y tu tamb-tamb-también agreel...ups perdon...te llamas A-G-R-A-E-L...jajajajaj! sherviosh...un vaso de......vino...HIC!-

Tyaeda se unió al banquete junto a los invitados compartiendo con ellos comida y bebida. Ante la pregunta de Aurea su semblante se tornó serio.

-Rovena era miembro del consejo y una gran amiga. Cuando el rey de Arbebuck amenazó acabar con Linfa si no me desposaba con él, fue elegida por nosotros como mi sucesora. Estábamos a punto de coronarla cuando vosotros arribasteis aquí, trayendo la esperanza para mi pueblo. Al ver entonces que la corona no cambiaría de cabeza, la sed de poder la consumió y me atacó. Traté de hacerla entrar en razón pero no quiso escucharme, así que no me quedó otra opción más que defenderme- la voz de la reina se había tornado grave y triste. Su mirada reposaba en el fondo de la copa que tenía en sus manos y que no dejaba de agitar sin probar su contenido. Estaba por continuar hablando pero la aparición del mago la interrumpió.

La fama precedía a tan mentado hechicero que inspiraba un profundo respeto en la elfa. Al escuchar que la hechicera sería destituida no pudo más que apenarse. Sabía lo que era tener que dejar de lado aquello para lo que se había preparado toda su vida. Sin embargo, lo que más le llamó la atención fue la  propuesta que Magnificuss le hizo a continuación.

-Me honráis noble mago al hacerme este ofrecimiento. Sé que no es una tarea sencilla la que se me ofrece y que deberé medir las consecuencias de cada uno de mis actos. Hace algunos días no me hubiera atrevido a aceptar vuestra proposición. Pero hoy, la valentía de esta compañía y el arrojo que han tenido para enfrentarse a los invasores me ha demostrado que si nos  unimos, podremos derrotar a Arbebuck. Así que mi respuesta es sí.

La reina se puso de pie, aguardando el ritual que le conferiría los poderes de Kashya

Asintió lentamente a los argumentos de la reina.

-Si, la sed de poder...conozco eso...

Durante mucho había seguido los pasos de su padre de cerca. Desde que recordaba, de hecho. Si, a la perfección sabía de que hablaba aquella mujer. La codicia y la corrupción que ella conlleva eran los peores enemigos que podía haber encarado su padre. Porque no tiene límites, y las atrocidades de las que puede ser detonante tampoco.

Levantó la cabeza conforme apareció Magnifucuss, y le echó su disgusto a la hechicera. No le remordió en absoluto, y casi que le estaba haciendo un favor, y a Aurea también. Ya le había costado antes contener la ira que le había provocado su incompetencia. Si bien ella misma había sido ineficiente hoy, podía jactarse de no haber lesionado a nadie. Sin embargo las últimas palabras le sorprendieron:

-No se si sea prudente, seguramente Linfa necesitará mucho de vuestra vigilancia para volver a su cauce habitual. Además de que nuestro paso será, probablemente, mucho mas cruento que todo lo que ha ocurrido hoy. No hay comodidades tampoco, y estaremos solos. No estáis obligada a ir, aunque admito que vuestra ayuda sería inestimable.

 Agrael, ve como Garren cada vez esta mas borracho y la situacion le parece comica, incluso se permite esbozar una pequeña sonrisa. Por otra parte, las palabras de Tyaeda llaman toda mi atencion. Mientras Aurea hablaba con Tyaeda agrael asentia con la cabeza a sus palabras, esperando a que esta acabara de hablar para tomar la palabra. Una vez Aurea acabo de hablar con la reina de linfa Agrael se alzo y empezo diciendo... Su alteza, no puedo hablar en nombre de todos, asi que lo hare en mi propio nombre, y he de decir que sera un honor compartir viaje con vos. Como bien os ha dicho Aurea, no gozareis de ninguna de las comodidades a la que estas acostumbrada y habran dias duros a lo largo del camino, pero veo en vos, una mujer fuerte y de armas tomar, con las ideas claras y dispuesta a todo. Asi que contais con todo mi apoyo, y mi espada luchara a vuestro lado, hasta que llevemos a buen puerto, la empresa que se nos encomendo.

Dicho esto, el guerrero volvio a tomar asiento, cogio la jarra de vino y volvio a llenarse la suya y la de Garren.

- Me agrada mucho escuchar que aceptáis, querida Tyaeda. Le contaré al rey Loarrus vuestro interés en ayudarnos y mientras vos no estéis en Linfa mandaremos un grupo de soldados para que refuercen las defensas de la ciudad, somos aliados y debemos protegernos mutuamente- mira hacia Kashya y ordena en voz alta- ¡vamos! coged vuestras cosas y volved a vuestra cueva. En este mismo instante vuestros poderes son traspasados a Tyaeda.

Un pequeño hilo de luz envuelto en bruma salió del cuerpo de Kashya y se introdujo en el cuerpo de Tyaeda, provocándoles a ambas un leve desfallecimiento. Una vez este proceso se completó, el mago se despidió de todos y el holograma despareció.

Ante los comentarios de sus comentarios, Kashya rompe a llorar ante el fracaso de su misión. Nota como sus poderes van saliendo de ella poco a poco hasta quedar totalmente sin fuerzas y desfallecida. Una vez logra ponerse en pie, coge su macuto y sin decir ni una sola palabra desaparece de vuestra vista para dirigirse al lugar donde le ha dicho Magníficuss.

Ya es noche cerrada y todos los habitantes de Linfa van a ocupar sus respectivos aposentos para descansar, sin duda alguna ha sido un día muy duro para todos, lleno de muertes y tragedias aunque con la alegría de haber liberado a la reina de Linfa de sus captores y del desaparecido dragón.

La Reina de Linfa acepta ser la depositaría de los poderes de la hechicera y estos son transferidos por Magnificuss.

Una vez completados Kashya y Magnificuss marchan. Una vez la hechicera acaba de abandonar la sala decido hablar mirando hacía Tyaeda.

– Señora también intenta cubriros con mi arco en esta expedición. ¿Disponéis de alguna armería en o hay algún artesano que pueda venderme flechas para sustituir las usaras?

Tyaeda escuchó las palabras de Aurea primero y luego las de Agrael y tras un pequeño momento de reflexión respondió.

-Sé que el camino será duro y que no habrá comodidades para nosotros. Sé también que ahora seré una más y que no contaré con ninguno de los privilegios que me otorga aquí mi cargo. Pero también sé que si no hacemos algo contra Arbebuck y su rey, Linfa deberá vivir con miedo, escondida entre los árboles de este bosque, siendo una sombra de lo que actualmente es. Por mi pueblo es que acepto marchar con vosotros. Por los habitantes de mi querida ciudad es que renuncio a la comodidad de mi palacio y me someto a los avatares del camino. Por ellos y porque tengo una deuda con el rey Loarrus que a pesar de sufrir el ataque de ese otro os ha permitido venir en nuestro auxilio.

Luego de que pronunciara estas palabras, Magnificuss ofició el ritual del traspaso de poderes. Sintió como la magia atravesaba su cuerpo y como esa sensación la hacía perder el conocimiento unos instantes. Cuando volvió en sí, notó el cambio operado en su persona. Ahora tenía acceso a un plano que jamás había soñado. Ahora debía aprender a controlar ese plano y todo su poder.

Le apenó el destino de la hechicera, pero en la guerra sólo sobrevivían los más fuertes. Era una realidad que la muchacha tendría que aprender a soportar.

Antes de retirarse a descansar, se dirigió a Bernat, pero hablando para que todos pudieran oírla.

-Aquí, en esta ciudad contamos con una tienda de armas. Si conoces la manufactura elfa sabrás que podrás hallar allí lo que buscas, la calidad no te defraudará. Mañana, luego de que tengamos un buen descanso esta noche, iremos allí para que podáis comprar lo que os hace falta para el camino. Ahora, sin ánimo de importunarlos, me retiro a descansar. El día ha sido largo e intenso y a pesar de que las heridas físicas han curado, hay otras que merecen su duelo. Podéis quedaros aquí mientras querráis. Si no, los sirvientes os acompañarán a vuestras habitaciones. Hasta mañana y que tengáis un buen descanso.

 Cuando os vayáis a dormir hoy, no hace falta que hagáis guardias porque estáis en Linfa y está todo  lleno de soldados. Por la mañana cuando os despertéis podéis ir a la tienda que os ha dicho Tyaeda y comprar todo lo que queráis y vuestro presupuesto os permita.

Acepto encantado la oferta de dormir tranquilos y relajados encantado.

– Muchas gracias por su generosidad Reina de Linfa. Puedo reposar en cualquier sitio soy un simple arquero.

La falta de sensación de peligro y la buena cena hace que me sienta mucho mas soñoliento que de costumbre.

 Despues de una buena cena, me dirijo a uno de los sirvientes para que me indiquen donde pasar la noche y descansar.