Partida Rol por web

Un aura de fuego rodea y  flamea recubriendo cuerpo de Helios, como si se tratase del mismísimo Sol, el rostro del Dios so no mostraba ni un ápice de compasión, al igual que el sol sobre las arenas del desierto, las bolas de fuego que porta en cada una de sus manos son deslumbrantes, majestuosas, al mismo tiempo que peligrosas, mirando con sus ojos flamígeros al dios del mar y sin perderlo de vista ni un momento, grita enfurecido y con la mandíbula casi desencajada, -“¡Hécate!, ¿no os dais cuenta que solo él nos está atacando?… ¡¡¡No eres rival para todos nosotros Poseidón ríndete o muereeeee!!!”-, el fuego que emanaba de él se volvió más incandescente con el grito de su furia, -No pienso fallarle a Atenea, en cuanto caiga el muro lo atacare sin piedad…-

Esto no acaba aquí, de eso me encargo yo

Poseidón alzó las manos y gritó

Poderosa criatura, ¡ven a mí! ¡Tu poderoso señor reclama tu poder!

A ese grito le sigue un silencio total de un par de segundos. Un rugido viene de lo más profundo del mar. Sea lo que sea que Poseidón ha convocado, va de camino

Hypnos concentra su poder con la idea de penetrar en la mente de Poseidón y hacerle ver que no son sus enemigos y que por tanto, no hay razón alguna por la cual tenga que hacerles daño, ni él ni ninguna criatura del mar....

Hypno consigue penetrar en su mente y Poseidón empieza a sacudir la cabeza al tiempo que deja caer su tridente y se lleva las manos a la cabeza.

¡Sal de mi cabeza! ¡Sal de mi cabeza! grita con dolor. Poseidón empieza a sacudirse, hasta que cae al suelo, aún retorciéndose de dolor.

El sonido que viene del fondo del mar se hace más potente y en breves segundos veis a la criatura que ha convocado Poseidón

Helios Sonríe con una mueca maliciosa mientras camina hacia el tridente de Poseidón, que se encontraba retorciéndose en el suelo de dolor, al llegar al arma divina, pone un pie encima, pisándolo fuertemente, con su mano derecha apunta una bola de fuego, hacia el suelo, directamente a la cabeza de Poseidón, pero a una distancia prudente de él, y con la mano izquierda amenazaba a la Criatura marina que se acaba de presentar, -“¡¡¡Bestia, lárgate por dónde has venido o tu Rey y Dios morirá y tu, seguirás el mismo camino!!!”-

-Al mínimo indicio de que la bestia nos ataque o Poseidón lo intente, lanzare mi bola de fuego derecha sin piedad al Dios del mar.-

Hécate bajo sus escudos, miró a Hypnos con un rostro de sorpresa,Ya era hora querido, trata de mantener calmado a Poseidon y tu Helios con el que debías hablar era con Poseidon no con sus criaturas.

Sin decir mas, se acerco a una distancia prudente* del dios marino al que reviso con la mirada analizando los movimientos que seguirían, tomando el tridente con cuidado.

Helios se acerca hasta el tridente para pisarlo, al tiempo que Hécate intenta cogerlo. Lo que no se esperaban es que el tridente empezara a brillar con un tono azulado y lanzara un par de rayos a los dos dioses que se habían acercado. Ambos dioses son apartados levemente del tridente, que no se mueve, pero no deja de brillar de manera amenazante.

Poseidón sigue en el suelo jadeando, sin darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor, ya que Hypno parece concentrado en su mente.

Pero el kraken recibió una orden y no le han dicho lo contrario, así que con un grito levanta sus tentáculos y ataca a los dioses, golpeando a Helios, Hypno y Tánatos

Hecate no termino de reponerse de ser expelida por el tridente de Poseidon- mirándolo en perspectiva era obvio que un arma como esa no se dejaría tomar a la ligera, sin embargo en la mente de un dios o diosa esa idea de no ser lo suficientemente poderoso como para no poder tomar un tridente no cabe- cuando sintió la embestida que hiciera a sus compañeros, por lo que rápidamente concentro su poder y lo materializo en un rayo de energía con el que golpearía al monstruo marino.

Helios ve como el tentáculo del Kraken se desplaza en dirección hacia ellos y sin pensarlo lanza la bola de fuego que portaba en la mano izquierda y que apuntaba desde su aparición hacia la bestia, mientras la otra bola aun flamea en la mano derecha que apunta a la cabeza de Poseidón.

Poseidón comienza a respirar con más calma, pero sigue débil y sin ser capaz de levantarse.

Ante los ataques del Kraken, Hécate y Helios atacan a la vez. La gran bola de fuego que había estado cargando Helios se dirige hacia el cuerpo del kraken. El rayo de Hécate impacta en la bola. Este rayo consigue que la bola se abra y se convierta en un mar de llamas, que golpean a todo el kraken.

La bestia grita de dolor, pues todo su cuerpo está quemado. Cuando el efecto del fuego se pasa, veis como varias de sus tentáculos caen al suelo, chamuscadas, y el kraken respira de manera entrecortada. Pero aún así, vuelve a atacar, teniendo ahora sólo tres tentáculos, que dirige contra aquellos que atormentan a su amo, golpeando a Hypno únicamente

Hypnos trata de parar el golpe del Kraken con su espada. Sin embargo no lo consigue.

Vió demasiado tarde el golpe debido a que todos sus sentidos estaban concentrados en intentar controlar a Poseidón.

Helios se enoja al ver que la bestia ataca a Hypnos y lanza con todas sus fuerzas la otra bola de fuego contra el desvalido Kraken, que ahora lucha con menos de la mitad de su poder a causa de las heridas creadas  por la mezcla del impacto entre el fuego y el rayo.

-"¡Pudiste marcharte criatura marina, pero decidiste quedarte a morir!"-, tras lanzar la bola, saca el hacha de su cinturón y lo agarra con fuerzas en la mano derecha, -Después de matar a esta bestia, estoy dispuesto a cortarle la cabeza a Poseidón si no se rinde-.

El ataque de Helios es tremendamente poderoso. El kraken comienza a chillar de dolor. El resto de tentáculos empiezan a quemarse. Pero ya no son sólo los tentáculos, es todo su cuerpo. El poder del sol consume a la criatura, que no tarda ni cinco segundos en caer muerta carbonizada

Hypnos se concentra en seguir dominando a Poseidón, pero éste, al ver la muerte de su criatura, comienza a gritar

¡Aaaaaaaaaagrrrr! Con un poder tremendo, se levanta y una especie de onda expansiva os arrastra unos metros hacia atrás, sin provocaros daño

No debisteis provocar la furia de Poseidón. ¡Ven, Tridente! El arma del dios se desplaza a una gran velocidad hasta la mano de su dueño

Hermanos..., la furia de Poseidón es tremenda... O nos ponemos todos de acuerdo y trazamos un buen plan o sino estaremos perdidos. De forma individual no podremos tener ninguna posibilidad.

-"Hermanas, trabajemos juntos entonces, Hécate, intenta levantar el escudo mágico para defendernos, Hypnos, hazte invisible e intenta controlar su mente otra vez, yo voy a intentar cegarlo con luz, osea que protegeros los ojos cuando sea el momento, luego Hécate tendrás que teletrasportarte tras él y acabar el trabajo, no dudéis o no lo lograremos, que Atenea nos ayude..."-, susura Helios a sus compañeras sin perder de vista a su adversario.

Con un gesto de aprobación Hécate dio a entender que seguiría el plan, salvo por un solo punto y eso lo hizo saber: Si te refieres a "acabar con él" con extinguir su vida, de mi parte no lo tendrás, lo neutralizare pero no lo mataré y no es por duda, es porque me es imposible matar al que considero mi hermano, entiende eso.

Dicho esto se levanto un escudo que ilumino el lugar donde se encontraban mostrándose como un diamante en el que el grupo de Dioses se resguardaría de los ataques del imponente Poseidon

Lo intentaré Helios, pero no puedo prometerte nada, creo que Poseidón ahora mismo tiene las defensas levantadas y me será muy complicado poder volver a entrar en su mente...

Dicho esto, Hypnos se concentra para hacerse invisible, al tiempo que trata de entrar en la mente del Dios marino.